Un carpintero iba todos los días a orar a un bosque cercano, un día de verano mientras estaba orando sintió que alguien le susurraba al oído “constrúyeme una escalera”… “constrúyeme una escalera”…
El entendió que Dios le pedía construir una escalera para subir por la parte más alta del bosque y así estar más cerca de Dios.
Como en el bosque abundaba la madera, el carpintero llevó sus herramientas, taló algunos árboles y comenzó su gran obra…
Pasó un vecino pobre, vio lo que estaba haciendo y le dijo: si me regalas un pequeño pedazo de madera, a mi me servirá mucho y a tu obra apenas le perjudicará, ¿podrías regalarme un pedazo de tu escalera?
El carpintero se rascó la cabeza y aunque dudando un poco se lo dio. El vecino se lo agradeció y se fue contento.
Después vino otro necesitado que le rogó por unos peldaños, le dijo que los usaría como leña para cocinar y alimentar a sus hijos. El carpintero accedió y le regaló unos peldaños. El hombre se retiró contento y agradecido.
El carpintero continuó trabajando en su obra. Después pasó por allí una pobre mujer y le pidió que le regalara un pedazo de madera, ya que le era urgente arreglar una pared de su casa por la que se colaba el viento.
El carpintero accedió. La mujer se alejó contenta y agradecida. Y así vinieron muchos necesitados más y él seguía accediendo. Llegó un invierno muy frío, había miseria y desolación por todos lados.
El carpintero daba a todos pedazos de su inmensa escalera, para que la gente encendiera el fuego, se calentara en sus casas y protegerse del intenso frío.
El día de navidad le dijo a su esposa “No comprendo, mujer. Mi escalera es cada vez más pequeña, he regalado tanta madera y leña a la gente necesitada.
Yo esperaba que para esta navidad ya tendría la escalera que Dios me dijo que construyera para estar más cerca de Él. Sin embargo, hoy me doy cuenta que Él quería estar más cerca de nosotros en este frío invierno y de veras… ¡hoy me siento cada vez más cerca del cielo!”
Sigue construyendo escaleras que te acerquen al prójimo, porque asimismo te acercas a Dios.
Evita construir escaleras que te acerquen a Dios pero que te alejan del prójimo, porque igualmente te alejas de Dios.
SE TÚ UNA ESCALERA QUE ACERQUE A OTROS QUE NO CONOCEN A DIOS