La ciudad, el individuo, la identidad individual y cómo cambia la ciudad
La Ciudad Dices «Iré a otra tierra, hacia otro mar y una ciudad mejor con certeza hallaré. Pues cada esfuerzo mío está aquí condenado, y muere mi corazón lo mismo que mis pensamientos en esta desolada languidez. Donde vuelvo mis ojos sólo veo las oscuras ruinas de mi vida y los muchos años que aquí pasé o destruí». No hallarás otra tierra ni otra mar. La ciudad irá en ti siempre. Volverás a las mismas calles. Y en los mismos suburbios llegará tu vejez; en la misma casa encanecerás. Pues la ciudad siempre es la misma. Otra no busque -no hay-, ni caminos ni barco para ti. La vida que aquí perdiste la has destruido en toda la tierra. Constantino Kavafis Poemas Canónicos (1895-1915)
Casa Senior en la década de 1930
El Museo Coro, conocido también como el balcón de Bolívar hoy
El Teatro Armonía en 1895
Teatro Armonía en las décadas 30 -40
El balcón de las Miquelenas en 1904
La catedral en 1895
La catedral en 1904
La catedral después de 1927
La catedral
Iglesia de San Francisco y Antiguo Convento en 1895
Iglesia de San Francisco y Antiguo Convento en 1895
San Francisco y Calle Zamora 1904
. Palacio de Gobierno 1904
El palacio de Gobierno en la década de 1930
El palacio de Gobierno en la década de 1950
El palacio de Gobierno en la década de 1960
Iglesia San Francisco - Museo Diocesano
Ni el agua que transcurre torna a su manantial Ni la flor desprendida de su tallo vuelve jamás al árbol que la dejó caer. Aquí fue la morada antigua del rey de Wu; Libre crece la hierba hoy sobre sus ruinas Más, lejos el inmenso palacio de los T’sing, antaño tan suntuoso y tan temido. Todo eso fue y no es, todo llega a su término. Los hechos y los hombres viajan hacia el morir, como pasan las aguas del Río Azul a perderse en el mar. Fugitivo relámpago es la vida, que apenas si da tiempo a sentir su pasar. Inmutable es la faz de la tierra y del cielo: mas cuán súbito el cambio de nuestro propio rostro Li Po / Li Bai dinastía Tang.