Los Lakers llegaban a Denver con la tremenda losa de haberse dejado el factor campo en Los Ángeles, pero la legendaria franquicia californiana tiró de orgullo, más que de buen juego, para ganar 97-103 a unos Nuggets muy combativos pero a los que condenó la nefasta segunda parte de Carmelo Anthony y el inspirado final de partido de la terna Kobe Bryant, Pau Gasol y Trevor Ariza. El triunfo angelino rehabilita de cara a la opinión pública a un equipo al que sigue lastrando la falta de un buen director de juego (Derek Fisher es una caricatura de base titular de la NBA), la inconsistencia de un banquillo que apenas sumó 7 puntos si quitamos los 8 del falso suplente Lamar Odom y la poca producción e inmadurez de un Andrew Bynum al que necesitan como agua de mayo. A pesar de esas carencias los Lakers supieron sobrevivir al aluvión de agresividad baloncestística, personalizada en Nené Hilario, Chris Andersen y Dahntay Jones, y a los dos primeros buenos cuartos de Carmelo Anthony (se fue al descanso con 18 puntos y acabó el partido con 21 y expulsado por faltas personales). El mérito de los de púrpura y oro estuvo en no perderle la cara al partido, marchando siempre detrás en el marcador, hasta llegar a los minutos decisivos del encuentro. En la hora de la verdad emergieron las figuras de Pau Gasol, Trevor Ariza y, especialmente, Kobe Bryant (41 puntos y un triple decisivo). El talento de Pau se impuso al músculo rival Parece que las críticas de Pau surgieron efecto, y el ala-pívot de Sant Boi disfrutó de mayor presencia ofensiva que en los dos anteriores partidos de la serie. Un gran arranque de Pau en el cuarto cuarto posibilitó que los Lakers lograsen su primera ventaja en el partido, 80-81 a falta de 07:32 para el final, desde el 11-12 del principio del choque. El mejor jugador español de todos los tiempos tuvo que fajarse con 'El Hombre Pájaro' Andersen, uno de los mejores defensores de la NBA, y con un Nené Hilario al que hizo un traje. Las fintas, velocidad de pies y envergadura de Gasol volvieron loco al brasileño, especialmente en dos trascendentales jugadas que protagonizó Pau tras un jugadón de cuatro puntos de Billups que ponía el partido muy cuesta arriba a los Lakers (89-86 a falta de 04:45). Kobe, Kobe, Kobe... y siempre Kobe Con el partido tremendamente tenso Derek Fisher se empeñó en tirarlo por la borda. Un resbalón primero y una falta en ataque después estuvieron a punto de condenar a los Lakers, pero en el equipo de Los Ángeles juega un señor que responde al nombre de Kobe Bryant y que es capaz de hacer cosas increíbles. A falta de poco más de un minuto para el final Kobe forzó uno de sus triples imposibles para desarbolar a los Nuggets y desactivar el efecto J.R. Smith, un jugador muy irregular pero que estaba haciendo mucho daño a los Lakers. FOTOGALERÍA
Un actor valiente, una mascota K.O. y vario vuelos sin motor Los Nuggets, en plan Bill Murray Los Nuggets se pusieron nerviosos, se precipitaron y sufrieron el efecto del 'Día de la marmota' (al igual que Bill Murray en le película 'Atrapado en el tiempo'). Si el primer partido de la serie lo perdieron por regalar un saque de banda a los Lakers (robo de Ariza), el tercero lo tiraron a la basura por el mismo motivo. Con dos abajo y poco más de 30 segundos por jugarse Kenyon Martin le pasa un melón a Carmelo Anthony... que roba Ariza, clave en el triunfo californiano gracias a su robo, su gran defensa sobre Carmelo y dos triples cruciales en los minutos calientes. Trabajo cumplido para unos Lakers que demostraron, una noche más, que son capaces de lo
mejor y lo peor y uno nunca sabe lo qué puede esperar de ellos. Ganar en una pista en la que los Nuggets llevaban 16 triunfos consecutivos y en la que no perdían desde el pasado 9 de marzo demuestran lo valioso del triunfo de los chicos de Phil Jackson.