La palabra del día: "Vivir el presente" Imprimir artículo
Marta acababa de descubrir que era egoísta, y lo que era peor, se sentía un tanto orgullosa de serlo. Las "palabrasalacarta" del día anterior la habían dejado muy contenta. Siempre había sentido que la propuesta de Elevar la Autoestima no alcanzaba a definir la mejor relación que ella pretendía tener consigo misma. Quizás se debiera a que esas palabras habían sido tan mal usadas en los últimos tiempos, que terminaron siendo capturadas por los mercaderes de ilusiones, los publicistas baratos y los políticos de mala fe. Al salir de su trabajo, había pasado por la tienda de la Avenida para comprarse esa chaqueta a la que le había echado el ojo desde hacía más de un mes. Hoy sentía, por primera vez en muchos años, que podía cuidarse y regalarse alguna cosa que deseaba sin sentirse en falta con los que tenían menos que ella. Ya habría tiempo para pensar en la culpa, quizás debía preguntarle al portal sobre ese sentimiento. Por ahora su única sombra era la factura de su tarjeta de crédito. Marta sabía que esa compra no descalabraba su cuenta bancaria, ni dejaba en rojo su saldo pero siempre le gustaba tener una reserva. Así había aprendido de sus padres. Abrió el ordenador y en el recuadro anotó: GUARDAR PARA MAÑANA La pantalla se tiñó de un celeste pálido y apareció el siguiente texto: … Para vivir se necesita estar anclado al presente, ya que la única vida verdadera es aquella que transcurre aquí y ahora. Nosotros los neuróticos vivimos permanentemente oscilando entre un qué-lindo-hubiera-sido-si... y un qué-lindo-va-a-ser-cuando... Usted no podrá disfrutar ahora de la lectura si está pensando que cuando termine de leer y se libere de todas estas preocupaciones que lo inquietan, va a poder disfrutar de esa cena maravillosa en el restaurante, que hace tanto tiempo que deseaba conocer. Sin embargo debo decirle que cuando esté cenando tampoco va a poder disfrutar porque va a pensar qué lindo va a ser cuando llegue a su casa y pueda finalmente acostarse a dormir porque está tan cansado. No se haga demasiadas ilusiones. Ya en la cama quizás no pueda dormir demasiado, pensando cuánto trabajo tiene para el día siguiente. Trabajo que sería placentero si no fuera porque mientras curra va a estar calculando cuanto le falta para poder
comprar
el
piso
que
se
quiere
comprar.
Y lo peor, sabe qué es lo peor… que el día que lo tenga no conseguirá disfrutarlo del todo porque lo más probable es se quede lamentándose de aquello-que-debió-haber-disfrutadosi-antes-se-hubiera-dado-cuenta-de-lo-que-ahora-se-da-cuenta-que-debió-disfrutar-enaquel-momento. Y que ahora no tiene arreglo porque ya es tarde… Para bien o para mal lo único absolutamente real es el presente, y todo lo depositado allí, en el pasado o allá en el futuro, es o un recuerdo o una fantasía y no existen en el mundo real. Deberíamos desafiarnos a permitir que cada cosa nos sorprenda; vivir cada instante de experiencia, sin anticipación, sin condicionantes, sin miedos. Proyectarnos al futuro pero no habitar en él. Siento la misma sensación que frente al viejo chiste del señor que
visitaba un sanatorio psiquiátrico y veía a los pacientes que al grito de "¡Qué bonito va a estar El
el señor
jueves!"
se
preguntó:
zambullían -¿Qué
de va
cabeza a
Y le contestaron: -¡El jueves llenarán de agua la piscina…
pasar
en
la el
piscina jueves?