HISTORIAS | CLAVES | TENDENCIAS 31
Lunes, 2 de marzo de 2009 | La Gaceta
Nuevas pruebas de autenticidad sobre el Santo Grial valenciano El investigador italiano Alfredo Barbagallo y la norteamericana Janice Bennett coinciden en que esta pieza sólo puede proceder del tiempo de Jesús Santiago Mata
A
LFREDO Barbagallo acaba de publicar en internet un documento de medio millar de páginas en el que resume las principales tesis después de tres años de investigación. La primera y menos novedosa es que el cáliz que se conserva en la capilla del Santo Grial de la catedral de Valencia procede de Oriente y pudo ser usado por Jesucristo en la Última Cena. Otras dos hipótesis se refieren al camino por el que esta y otras reliquias llegaron a Roma y, desde allí, a Italia. Respecto al Cáliz valenciano, Barbagallo afirma que no llegó a España en los años inmediatos a la muerte de San Lorenzo (258), sino en torno a 590, como regalo del papa San Gregorio al rey Recaredo. Además, todas o parte de las reliquias halladas en la tumba de San Lorenzo procederían, pasando por la ciudad italiana de Arezzo, de la India, donde predicó el apóstol Santo Tomás. El diácono san Lorenzo, cuyos padres eran de Huesca aunque quizá él naciera en Valencia, era administrador de los bienes de la Iglesia en Roma. Fue martirizado pocos días después que el papa Sixto II, el 10 de agosto de 258 (en la persecución de Valeriano), tras presentar a unos pobres cuando le exigían entregar al Estado los bienes de la Iglesia. Dentro del reparto de bienes materiales que se supone que organizó, habría dispuesto que el Grial se enviara a España.
construcción de la Basílica romana de San Lorenzo Extramuros. Es posible que las reliquias y tesoros almacenados bajo el patrocinio del santo español incluían muchos efectos de la primitiva Iglesia que no necesariamente tendrían relación con San Lorenzo. De hecho, en el mismo lugar hay enterrados tres papas. Según Barbagallo, ese tesoro incluye objetos enviados a Italia desde el lugar de martirio de Santo Tomás en la India. La reliquia más importante enviada por San Gregorio Magno habría sido el Cáliz de la Última Cena, regalado al rey visigodo Recaredo, como enhorabuena por su reciente conversión al catolicismo (589).
❚ Barbagallo dice que San Gregorio Magno envió el Cáliz a Recaredo en 590
El cáliz de vidrio Barbagallo inició sus trabajos después de ver la imagen de un cáliz en un mosaico de la época (finales del siglo VI) en que se construyó la Basílica de San Lorenzo. Indagando, descubrió que al excavar en la basílica de San Lorenzo en 1863, el arqueólogo Giovanni Battista De Rossi encontró un cáliz de vidrio, que se conserva en la Biblioteca Apostólica Vaticana. En torno a la basílica, hay yacimientos arqueológicos etruscos procedentes de Arezzo (Arretium), cuidad que conserva la leyenda de un obispo, San Donato, mártir en los primeros años del siglo IV, y que habría sido famoso por un milagro protagonizado precisamente por un cáliz de vidrio. Por otra parte, la arquelogía constata la presencia de elementos de la cultura propia de Arretium en la ciudad india de Arikamedu, donde fue martirizado Santo Tomás apóstol. Barbagallo concluye que desde Arikamedu se transportó a Arezzo un tesoro con reliquias
❚ Parte de los tesoros de la tumba de San Lorenzo provendrían del apóstol Tomás
Regalo papal Frente a esta tesis de una traslación temprana, Barbagallo parece haber encontrado pruebas de una transmisión más tardía del Grial, en torno al año 590, cuando el papa san Gregorio Magno envió a varios países reliquias encontradas durante la
El Grial es la copa en piedra de ágata; el resto del cáliz es medieval.
de Santo Tomás, entre las que se contaría el cáliz de vidrio, y que ese legado pasó luego al yacimiento de la Basílica de San Lorenzo.
❚ Janice Bennett, apasionada de lo español Janice Bennett confiesa que España le atrae “por la mezcla de su fascinante historia, que incluye la lucha por el catolicismo, la riqueza de sus reliquias, monasterios, catedrales y demás tesoros, su gran diversidad geográfica y la literatura, que refleja hondamente la importancia de la religión para los españoles”; pero también por las especialidades culinarias. Licenciada en 1997, ya publicó un libro sobre el Sudario de Oviedo. En San Lorenzo y el Santo Grial. La historia del Santo Cáliz de Valencia (Ciudadela, 352 páginas) Bennett da cuenta de su hallazgo de un manuscrito del siglo XVII en la Biblioteca Nacional, que copia el testimonio de un monje del siglo VI al que se da el nombre de San Donato, y que dice que San Lorenzo dio el encargo de traer el Cáliz a España a “Precelio, de la ciudad de Hippo, en Carpetania” (Toledo).
Benedicto XVI celebró misa con el Santo Grial en 2006.
Canon Romano Según Barbagallo, tanto el cáliz de vidrio como el Grial podrían proceder de Santo Tomás y haber llegado a Roma vía Arezzo, dado que las fechas en que vivió San Donato son inciertas, y no hay que descartar que pudiera haber sido coetáneo de San Sixto II y San Lorenzo. En opinión de Barbagallo, el cáliz de vidrio podría haber sido usado por Cristo después de la Resurrección, y así se explicaría que se lo llevara el apóstol que había sido incrédulo. En todo caso, el cáliz solemne de bendición usado para celebrar la Pascua sólo pudo ser el de piedra, es decir, el Grial de Valencia. Su presencia en Roma, además, es muy temprana, pues a ella parece hacer referencia la expresión de que Jesús tomó “este mismo cáliz”, que aparece en el texto de la misa que sólo se empleaba en la Iglesia de la Ciudad Eterna (Canon Romano). El que el Canon Romano use el adjetivo “preclaro” de origen semítico precisamente para calificar al Cáliz, indica que entre quienes lo usaban había cristianos judíos, y por tanto es fechable en la segunda mitad del siglo I o como máximo en el II después de Cristo. Por tanto, si procediera de Arikamedu (cuya relación con Italia se interrumpe a mediados del siglo I), habría debido pasar casi directamente de Arezzo a Roma. Jorge Manuel Rodríguez Almenar, profesor de la Universidad de Valencia y director del Centro Español de Sindonología, dijo a LA GACETA que la investigación de Barbagallo “es muy interesante y abre una línea que habrá que continuar, porque la falta de documentación no permite seguir el rastro del Cáliz en los primeros siglos. En todo caso, corrobora que el único que puede ser auténtico es el de Valencia”. www.gaceta.es Más información en nuestra web y en alfredobarbagallo.com
❚ ¿Asoció Recaredo un santo toledano al Cáliz para dar más legitimidad al traslado? La difusión del culto a San Lorenzo en España lleva a Barbagallo a suponer que algo muy importante debió recibir de él la Iglesia hispana. ¿Surgió ese culto tras ser martirizado el diácono, o lo promovieron los reyes visigodos después de recibir el Grial? Ésta sería una buena forma de congraciarse con el pueblo, hispano-romano y mayoritariamente católico, para los germánicos dominadores, que un año antes habían renegado del arrianismo. El Grial estaba en el monasterio oscense de San Juan de la Peña en 1071, cuando lo visitó el cardenal Hugo Cándido; aunque el primer documento que lo menciona lleva fecha de 1134. En 1399, el rey Martín el Humano se lo pidió a los monjes para tenerlo en su oratorio de la Aljafería zaragozana. A su muerte, en 1410, estaba en su residencia de Barcelona. Alfonso V el Magnánimo llevó el Grial a Valencia en 1424 y lo donó a la catedral en 1437. Para complicar la historia del San Donato de Arezzo que menciona Barbagallo, hay que tener en cuenta que el nombre del diácono hispano era Donato Lorenzo. El texto encontrado por Bennett en la Biblioteca Nacional, escrito en
En el Monasterio de San Juan de la Peña estuvo el Grial con certeza de 1134 a 1399.
1636 por un agustino llamado Lorenzo Mateu y Sanz, dice que la vida de San Lorenzo que transcribe, habría sido escrita en el siglo VI por “San Donato”, abad del monasterio de Servitano, en cuyas ruinas los agustinos la encontraron tras la reconquista de Valencia (1238). Este Donato habría sido abad hacia 570 (nótese la cercanía al 590, fecha de las donaciones de San Gregorio Magno), y en su texto encarga transportar el Grial a un soldado llamado Precelio, natural de Toledo. Barbagallo ve aquí otro indicio de que la traslación tuvo lugar en época visigótica (única en que Toledo fue capital de España), y de que se habría jugado a confundir el soldado recadero con el rey Recaredo. La Colegiata de San Benito en Yepes conservó las reliquias de San Precelio mártir, traídas de las catacumbas romanas por los Jesuitas en 1617. ¿Trajo el Grial y volvió a Roma; o Recaredo apeló a un santo toledano para dar mayor legitimidad al traslado? Con sus lagunas, los datos apuntan al Cáliz de Valencia, del que ya en 1960 dijo Antonio Beltrán, catedrático de arqueología de Zaragoza, que era murrino (pulido con mirra para ser impermeable, como exigían los ritos de pureza judíos), siguiendo una técnica oriental de los siglos IV a.C. al I d.C. Lo halló semejante a otros dos que conserva el Museo Británico y que se datan en el siglo I.