Fenotipo y Genotipo, Homocigosis y Heterozigosis, Reencaste.
-------------------------------------------------------------------------------El conocimiento, asimilación y manejo de estos cinco conceptos por parte del criador resulta fundamental para organizar un programa de cría y obtener buenos resultados. No pretendo realizar un estudio de alto nivel científico que aburra y cree más confusión y para el que, además no estoy cualificado. Mi intención es explicar de forma sencilla y práctica la esencia de estos conceptos con la esperanza de poder ayudar a su comprensión, principalmente, a los que se inician. Me sitúo, por tanto, en el terreno de la genética aplicada y pido disculpas a los estudiosos y profesionales de todos los campos de investigación genética porque no tengo más remedio que hacer una deliberada simplificación y una intencionada abstracción de muchos conceptos en aras de una mayor comprensión. En esta línea podríamos decir que: El FENOTIPO de un palomo es el conjunto de todas las características que tiene y que pueden ser: Físicas (internas y externas) ó Psíquicas. - Físicas-externas: son aquellas que resultan claramente perceptibles como por ejemplo: color, tamaño, peso, forma de la cabeza, ojo, ribete, nariz, colocación de cuello y cola en vuelo, etc., etc... - Físicas-internas: son aquellas cuya observación es más dificil pero no menos importantes como por ejemplo: mayor o menor aptitud para contraer enfermedades, sistema inmunológico, cardiovascular, nervioso, respiratorio, tamaño y resistencia de los órganos internos, capacidad de visión y orientación, etc., etc... - Psíquicas: Aquí encuadramos todas sus aptitudes como por ejemplo: celo, intención, forma de trabajar a la hembra, instinto de persecución y conservación, querencia por su palomar, valor y coraje, etc., etc... EL GENOTIPO, es el conjunto de todas las características (físicas internas y externas y psíquicas) que transmite a su descendencia. Está claro que, por desgracia, no siempre el palomo o paloma transmite a su descendencia las características que tiene. Es decir, que no siempre hay una exacta correspondencia entre fenotipo y genotipo. Mientras mayor grado de identidad o correspondencia haya entre fenotipo y genotipo, mayor grado habrá de HOMOZIGOSIS y mientras menor sea esta correspondencia, menor grado habrá de homozigosis y mayor de HETEROZIGOSIS. Así pues, homozigosis y heterozigosis son conceptos opuestos.
Diríamos que un ejemplar es homozigote puro cuando hay una total identidad entre fenotipo y genotipo, es decir, que transmite a su descendencia todas y cada una de sus características y sería heterozigote puro aquel ejemplar en el que hay una total discordancia entre su fenotipo y su genotipo, es decir, que no transmite sus características a sus descendientes. Lógicamente ambos supuestos extremos no se dan nunca en nuestros palomos. Por todo lo expuesto, a la hora de emparejar un macho y una hembra habría que tener en cuenta dos cosas: En primer lugar, que el fenotipo del macho y de la hembra sean lo más parecidos posible, entre sí y respecto al estándar de la raza de que se trate. Conviene tener presente que criar pensando en las compensaciones suele dar malos resultados y aunque tengamos suerte y nos salga un ejemplar "compensado", habremos avanzado poco ya que éste no puede tener un alto grado de homozigosis y, por tanto, tenderá a no reproducir en sus hijos sus características. En segundo lugar, el macho y la hembra que emparejemos deberán tener un alto grado de homozigosis para tener la garantía de que transmitirán a sus hijos sus características. Este es, a mi juicio, el verdadero "tendón de Aquiles" en la cría y es aquí donde radica la verdadera dificultad. Por un lado porque al estar nuestras razas en proceso de fijación, el grado de homozigosis es bajo y por otro lado porque es difícil conocer si un determinado ejemplar tiene mayor o menor grado de homozigosis pero creo que es imprescindible hacer todo lo posible para obtener información sobre su genotipo y, al no existir casi nunca información veraz sobre su árbol genealógico, podemos hacer dos cosas: La primera observar el mayor número posible de hijos suyos de distintas emparejadas y ver si estos hijos son muy parecidos entre si y, sobre todo, si son muy parecidos al ejemplar (macho o hembra) que estamos estudiando. No se trata de ver si los hijos son mejores o peores que el reproductor, de lo que se trata es de ver si son parecidos a él. Mientras mayor sea este parecido en el mayor número posible de hijos, mayor será el grado de homozigosis del ejemplar estudiado. Como no siempre es posible observar bastantes hijos de un reproductor o reproductora, la segunda cosa que yo haría es REENCASTAR sobre el ejemplar que estudiamos. Para quien no conozca el término diré que reencastar no es más que lo siguiente: Partimos de un ejemplar X, tomamos un hijo suyo de distinto sexo X-1 y lo emparejamos con X, obteniendo otro hijo X-2 reencastado. Si queremos profundizar más en el conocimiento del caudal genético de X, tomaremos un hijo X-2 y lo volvemos a emparejar con X, obteniendo hijos X-3 bireencastados.
La observación de los hijos X-2 y, mas aun, de los X-3, nos proporcionará una valiosísima información sobre lo que X lleva en sus genes, es decir, sobre cual es su genotipo. En efecto al proceder los X-2 y X-3 del caudal genético de X, tienen por definición un alto grado de identidad entre su fenotipo y su genotipo y, a su vez, con el genotipo de X. Por lo tanto las características que tengan los X-2 y, mas aún los X-3, es decir su fenotipo, tiene un alto grado de correspondencia con lo que X tiene en sus genes. En conclusión si los X-2 y X-3 son muy parecidos a X, habrá un alto grado de homozigosis en este último que es lo que queríamos saber. Si este parecido no es manifiesto significa, sin duda, que hay poca homozigosis en X y que no reproducirá sus características en sus hijos por lo que será mejor no tomarlo como base en la cría porque nos dará muchas sorpresas y desviaciones sobre lo que buscamos. Ni que decir tiene que es del todo errónea la creencia de que reencastando se obtienen siempre ejemplares muy parecidos al que tomamos como base. Esto solo ocurre cuando en el mismo hay un alto grado de identidad entre sus fenotipo y su genotipo. Por ello, reencastar por reencastar esperando milagros es una equivocación. El reencaste y el bi-reencaste deben emplearse como instrumento para conocer el patrimonio genético de un ejemplar, su grado de homozigosis y, en definitiva sus posibilidades para transmitir sus características a sus descendientes. Por último quisiera decir que la utilización para la recría de los X-2 y X-3, es delicada ya que al tener por definición un alto grado de homozigosis, transmitirán con toda probabilidad sus características a sus hijos pero las buenas y las malas por ello, aconsejo emplearlos solo en el caso de que no sean portadores de ningún defecto de ninguna clase, ya que en caso contrario lo fijarán en sus hijos con la fuerza propia del patrimonio genético unificado del que son portadores. Luis M de la Huerta