Fecundacion Leyes De Mendel, Mutaciones Y Cromosomas

  • May 2020
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FECUNDACION, LEYES DE MENDEL, MUTACIONES Y CROMOSOMAS --------------------------------------------------------------------------------

Tentado estuve de saltarme el presente capítulo por la gran dificultad que encierra en hacerlo comprensible y no demasiado extenso. Por ello, el que no tenga previas nociones de genética temo que no llegue a aclarar el mecanismo de la herencia y sí a encontrarla sumamente pesada y aburrida. De todas formas, intentaré, dentro de la mayor brevedad, ser lo más claro posible. Fecundación Es la unión de una célula sexual masculina con otra femenina, para formar un ser independiente de sus padres. Para aclarar este concepto tenemos que tener en cuenta que los palomos, como todos los vertebrados, están formados por un conjunto de billones de unos pequeños elementos dotados de vida propia, pero unidos y subordinados a un todo común. Cada una de estas microscópicas partes se llama célula. Las hay de variados tamaños y formas, pero entre ellas las que más nos interesan son las que provienen de las glándulas sexuales. El testiculo de los machos produce unas de forma alargada, con una cabeza redondeada y terminados en una cola delgada, semejando en su forma a los embriones de las ranas en su fase acuática; estas células masculinas se llaman espermatozoides, y las desprendidas de los ovarios de las hembras, de mayor tamaño y de forma redondeada, se llaman óvulos. La hembra, periódicamente, suelta uno o varios óvulos, que van a anidar en su matriz, y cuando el macho cubre a la hembra le introduce con su semen millares de espermatozoides, los cuales emprenden una rápida ascensión atraídos por el óvulo. De todos ellos, sólo el que primero alcanza el óvulo será el que, introduciendo su cabeza en él, lo fecundará; pues al instante el óvulo refuerza su pared y repele a los demás espermatozoides, que quedarán en reserva por si hubiera otro óvulo que fecundar, mientras dure su corta vida, que no alcanza a más de una semana. De la unión de un espermatozoide y un óvulo se forma otra nueva célula, que se llama huevo fecundado y que, desarrollado, dará lugar a un nuevo ser independiente de sus padres. Cromosomas Todas las células están formadas por cierta cantidad de cromatina reunida en núcleo central y rodeado de una zona más clara llamada protoplasma; las células sexuales tienen la mitad de cromatina que cualquier célula corriente, por lo que se les puede considerar

como medias células, con una vida muy corta si no se unen, formando entonces una, con la cantidad normal de cromatina. Esta cromatina está dispuesta en forma de un par de cadenas arrosariadas, que provienen cada una de uno de los padres, y en ellas están, como en potencia, todos los caracteres que son heredables. Cada nudo de estas cadenas es lo que se denomina un cromosoma, siendo el número de ellos invariable en cada especie animal. Cada uno de estos cromosomas tiene un número de gránulos más pequeños que son los genes, los cuales llevan un solo caracter, que puede heredarse independientemente. Todos los vertebrados están formados, en cada uno de sus caracteres, por uno sólo de estos genes, de forma que los cientificos han podido localizarlos, sabiendo de qué cromosoma forman parte, y con ello se ha demostrado el mecanismo de la herencia; pues cada caracter, o sea cada manifestación externa -por ejemplo el color de cada una de las plumas-, está formado por uno sólo de los dos genes que podrían formarlo (uno del padre y el correspondiente de la madre). Cada cromosoma está invariablemente destinado a servir para la construcción de una parte o partes determinadas del cuerpo; de forma que para cada parte del cuerpo hay destinados dos cromosomas, uno del padre y otro de la madre; pero, generalmente, sólo uno de ellos es el que actúa y el otro queda completamente anulado, y sólo se manifiesta su actividad en los hijos del ser que lo lleva. El cromosoma activo que se manifiesta se llama «dominante» y el que queda pasivo y como escondido se llama «recesivo». La naturaleza puso estas dos cadenas de cromosomas, en vez de una, para suplir las posibles deficiencias en uno de ellos, y ello explica el que de padres tarados puedan salir hijos perfectos. Un ejemplo nos aclarará este mecanismo mejor que muchas explicaciones: en la formación del plumaje intervienen un par de cromosomas, y puede ocurrir que el nuevo ser lleve: a) la misma forma de alas que su padre (o de su abuelo o abuela paternos); b) la de su madre (o la de su abuelo o abuela maternos); c) o un intermedio entre algunos de los nombrados. En el caso a) no cabe duda que el hijo heredó su forma de las alas exclusivamente del cromosoma paterno, con exclusión del recesivo materno, aunque no quiera decir esto que no lleve el cromosoma materno, que sólo se podrá manifestar sacando algún nieto las características de alas atribuibles a él. En el caso b), lo que hemos dicho con el cromosoma paterno sirve sustituyéndole con el materno. En el caso c), es lo que se llama herencia intermedia, en que la formación de las alas han intervenido genes del cromosoma paterno junto con otros de origen materno. Este caso es raro, porque, generalmente, se heredan y se manifiestan conjuntamente todos los caracteres incluidos en un cromosoma, lo que ocurre en los casos a) y b). No obstante, como el número de cromosomas se suele contar por docenas y unos se

heredan dominantes y otros recesivos, comparados con los del otro progenitor, el hijo estará formado por una mezcla de las dos cadenas de cromosomas; por ejemplo, un palomo podrá tener las alas de origen paterno y, sin embargo, los ojos del materno; y así, en cada parte de su ser podrá estar formado por uno del par de cromosomas que lo puede y está destinado a construir. Esta concepción de la herencia, basada en los cromosomas y genes, y en la forma que hemos intentado someramente explicar, está de acuerdo con las leyes de Mendel, monje agustino del Monasterio de Altbrún, y que dedujo de sús experiencias en el cultivo de diversas variedades de guisantes. Estas leyes las publicó en el año 1850, pero quedaron en el olvido, hasta que en 1900, en que los hombres de ciencia estaban completamente desorientados para explicar las particularidades de la herencia, De Vries, Correns y Tschermak las descubrieron, trabajando por separado, y desde entonces han influido extraordinariamente en el progreso de la agricultura y ganadería. Dr. Benito Segura

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