el hijo de dios no vino al mundo para abolir, sino para dar cumplimiento a la ley. el verdadero amor a jes�s implica algunas cosas para el creyente: no rechazar sus ense�anzas. el amor a dios sobre todas las cosas y al pr�jimo como a uno mismo. esto �ltimo implica, no tratar al pr�jimo como no te gustar�a que te trataran a ti. perdonar a todos los hombres las ofensas, porque si no perdonamos el padre no nos perdonar� (aunque confesemos "creo en jes�s") (san mateo 6:14-15) comer su carne y beber su sangre, que es la llave para tener la vida eterna, por la fe en jesucristo que dijo estas palabras. (san juan 6:51-58) arrepentirnos y confesar nuestros pecados, ya que todos lo somos. (juan 20:22-23) entrar por la puerta estrecha..., porque ancho es el camino que lleva a la perdici�n. no amar al mundo (sus malas obras). buscar las cosas de arriba. buscar y seguir la paz y la santidad durante tu vida (hebreos 12:14) el que quiera seguirme, tome su cruz cada d�a... ning�n hombre puede por sus propias fuerzas cumplir con estas y otras cosas, si la gracia de dios no le asiste. todo es gracia. todo es gratuito de parte de dios. tienes que tener fe. la fe tambi�n es un don de dios, que reparte a cada uno seg�n su voluntad. puedes hacer como los ap�stoles y decir al se�or: "se�or, aum�nta mi fe". digo como santiago, ap�tol de jesucristo: "�podr� la fe salvarlo? (santiago 2:14) ciertamente, la fe te conduce hasta la salvaci�n, pero como dice santiago, hay dos tipos de fe. una fe en cristo muerta, semejante a la de los demonios, que es inutil para salvarte (santiago 2:19-20), y una fe viva, que es la que produce buenas obras y buenos frutos, porque: "sin mi, nada pod�is hacer", dice el se�or. dios nos ha dado otro don, que es la libertad para decidir nuestro camino, y ganar la vida por el amor (cristo en nosotros). �se justifica el hombre tambi�n por las obras? no como un precio, porque el precio lo pag� Cristo en la cruz, pero est� escrito, el hombre tambi�n se justifica por las obras, no solamente por la fe (santiago 2:24). lo mismo da decir yo tengo fe y yo tengo obras, ya que con las obras se demuestra la fe verdadera. y la fe sin obras est� muerta (santiago 2:26) el padre da el esp�ritu santo a qui�n se lo pide, y lo que para los hombres es imposible, para dios es posible.