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lte11'tr"ito rio c¡ ne 1rOSS1:nredti10 SC {_'lll j_lf|'lri ¿tn cll il SOClia: Ir(coll el or:igen r 1" 1lllC 11 C]] Río¡cl I(ei :o es, 11i'1 {'l Je .|anre te Ie1 clLl ej S I fg'e l1 tilr, el lur ,9iIl'tclr f ;: tt:¡ll ;tarclo n( Irel clc la iiilil t{-r1 t' la s nta 111lCrc.t S;t: crrll llt1r';l lt rasi l eña 1-lllrá sl" CCC( nocidas ClI C'l ll r r l r rlo. ¡l
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barrio de Arpoador tiene la forma achatada y trapezoidal de la punta de nna flecha que se ha estrellado contra una roca. A su izquierda y derecha, las playas rnás conocidas del rnundo, Copacabar-ra e Ipanema, se inclinan hacia tierra firme forrnando los lados de la saeta, cuya base es la laguna Rodrigo de Fleitas. Vivir ahí es un privilegio envidiado globalmente. El sector inmobiliario demnestra, a tlavés de los plecios, I
que es consciente de ello. Los mapas a disposición de los visitantes muestran con detalle las calles, los comercios y hasta los números de los predios. Pelo justo en el medio de este triángulo hedonista de bellos cllerpos y caipirinhas, en el centro del dardo, hay una mancha alargada a la qne podemos culpar de con-rplil-nir el espacio habitable y estrechar' las avcnidas pal'a plovocar i-rn tr'áfico de espanto. Se tlata de un cello cle 2OO r-nctros de altula que se levanta abruptamente, con glandes palecles tan verticales col-no los edificios cercanos, al que sólo sc identifica cr-r los planos como Morro de Cantagalo. No se le presenta con vialidades entrecrnzadas, nol-nenclatnra ni otro signo
nlbano. Es sóio un borrór-r, como si estuviela deshabitado. El siglo xxr l'los dio Google Earth -in-rágenes satelitales transmitidas a nuestra cornputadora- y ün acercamiento colt esa herramienta pelrnite ver algo distinto: abigarradas entre calles, callepeqlleñas casuchas apirionadas en pasillos y elevaclores
jor-res,
-en
un desorden que contrasta con el trazo perfecto de las manzanas de Ipanenra-, viven 2l,OOO pelsoÍlas que os ,r?o radores do asfalto (los habitantes del asfalto, las clases media y alta que disfrutan el terreno plano junto al mar') prefieren ignolal y quisieran desterrar. Se trata de os faaelados, la gente pobre de las favelas, de los asentamientos informales cle los morros. Los medios en general,
t0ilt$tI lltT
los paltidos de derecha y la sociedad conservadora insisten en decor-no fuente principal de la delir-rcuencia en el país, como culpables del terror qne azota Río de Janeiro. "Crin'ren" es la palabra que nos viene a la r-nente en el extranjero
nunciar estas villas cerriles
cuando escuchamos la palabra favela. Lo qllc no nos clicen los cariocas es que el espectácnlo más farloso del planeta -el que llena los sueños de millones en tantos países-, el que le da el renombre a Copacabana e Ipanema y el que puso a Río y a Brasil ell Luta posición luminosa en el imaginario universal, tiene origen y esencia en la favela, está estrechamente ligado a su tradición negra y es el proclucto de un ejen-rplo fascinante cie colaboración comr-tuitaria, de esfuerzo colectivo, de reivindicación de tttta identidad poderosalnente creativa que ha resistido exitosamente las tentativas de aplastarla, desaparecerla y convertirla en uua lacra del mapa cultr-rral brasileño. Paradójicamente, la favela es el activo r-nás importante de la cr-rltura del Brasil.
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ERRITORIO AUTÓNOMO En Río hay nl¿is de óOO lavclas. Cautagalo no cs la r.r.rris grandc rri la urás peliglosa. Aurr así, cuando subinros lental.nentc, cholleando strclol bajo o sol lrof irrtl llx,s "L" finllcs se ¡llonrnrcian colno r.nra "U" sLrlve: sorr, tlopicltr, Bllsíu), jór,cncs con ¿ll'mas ¿-tutomáticas se
Poco desprrós de que me marché clc Río urataron al dono do norro (clr-reño del molro, cl jefe dc la bancla qr-rc controla la favela), un ruruchacho de 26 arios que sabía qllc su espcranza de vida no era
dcjan vcr en las boclcalles, afnc'ra dc lrs tic'nclas, cn posiciorrcs cstrrttlgicas. Vcnden ch'oga, furnan rnact¡nhu (nralihuau¡), r'igilan cluc
veas a los ojos
los cxtlarios lro l-ros mct¿rmos cn dolrclc no dcbcl.l.ros
1,
cluc los e'ne-
nrigos no sc ilcclclucn. Toclo cstá tlanc¡nilo. Hrcen ostcnsiblc que ticrrcn mác1r-rinas clc n.r,rcrtc, c¡.riclcr.t clnc los urilcrnos. Pucdc scr' Llna lnancl'it clc gozl' el poclcr'. Tal vcz sólo una :rch'cltcr.rcil lrala cluc cvitenros problcnrirs. Dos policías rnilitalt-s paslr.r cclcrr. Con la nrirada baj:r, r,arr h¿rcia el pucsto clLlc tiencn junto ccr-rtlo conrrn.ritario, clcl qllc no se aleiar'án Str nriselablc
salalio
r.to
r lr
cntr'¿rcl¿-L c1el
cllrle el tun.ro. nlcl'ccc lctal cl olclcn cstal¡lccido. r.r.licr.rtl'¿rs
lalga. Sus subalternos tarrl¡ién )'la scguridad se hacía más estricta cuando 1o vimos por alrí: un alboroto de jóvenes por los andadol'es clel ccllo, nlil'achs ir-rqtrisitorias, dcdos en los gatillos, no los r-ri 1o
quc cstár-r hacier-rdo, no lcs gllstan los intrusos.
Rita, h voz de Rádio Panorar-na, la emisora indeper-rdicr-rte de Cantagalo, insistió cn qllc l-lo dijera a nadic que sor. pelioclista, r'azón snficicr-rte pala lecibil un tilo. Pero no son-ros los cinc lcs intelesar.r más: pol esta rlisma calle pucden subir miernbros dc ltandas liva-
intcnción de cjecutal Llna vcnganza, r,chículos policiales dt'captulal o ulatal'a alguicn, o ur-r cscuach'ólt clc. las nrilici¿rs (glupos ilegalcs cle cx policías) con ir-rtención c1e allcltatarles c.l rlrorl'o como palte dc lo quc la pl'ensa llama a guerra dc o les con
1¿r
con ór'dcr-rcs
Rio,
lr grrellr
,ti:
de Río tlc Jarreilo.
En realidad, el dono do norro qve yo vi el'a el lugaltenieutc clc otro que gira órdenes desdc la prisión donde cumple condcna. El Comando Vermelho (Comando Rojo), de Río, y el Primeilo Contan-
gr'ía cla Zona Sul (Glcmio Rccrcativo Escuela de Samba Alegría de la
do da Capital, de Sáo Paulo, son las coaliciolles de nal'cotraficantcs
sc entela; lro existc paz a nrcdia semana. Da habla con algunos de
más irnportantes de Blasil y actúran dcsdc las cárce1cs. Cuanclo cl gobierno clecicle ir-nponer controles lrás severos en los lrrcsidios o lanza ofcr-rsivas contra el crilren, la respnesta qlle ol'galtizalt cs violcnta v eficaz hasta detener complctarncnte la vida de las glandes ciudadcs. Aquél que cilcnlc o abra su tienda, r'ecibe un tiro o le
cllos mientlas pclnritc cluc dos de sus alumnos más avcntajados,
qllemalr el negocio. Y la gente se qneda en casa. Paraosfaaelados, lo norrrral es aceptar cl gobielno del clirnen. Sc sabe qlle col'l los traficantes no ha-v quc metelse y qlle col-l frecucncia hay que obedecer. Las familias qlle l1o lo hacen sor-l expnlsadas
cl sofocante esfuclzo no lcs inipida htcir el contrastc del blanco de sns dcntadttras con sus hcrr.nosos lostros neglos. Esta nncva gencración cstá aquí a pesar de los atractivos de las taldes de las favelas, cllrc van desde entlenar fúrtbol y volar cometas l-rasta inhalar pegamcntos, vcnclcl cocaína y jugar a los ladrones con arr.nas de verclad. Éstc cs nn país lacista v clasista en el que los pobres
del morro, si les va bien. PaLece
garantizar su derecho
nr-r:r
locula leer en el diario que, en
La quntlra (galer'ía clc ensa¡,es y plesentacior-tes) de la Gres AleZona Sur) es la scclc clc
sr"rs
1tr'ácticas cada miércoles y todo el
morro
Llna lnoza y Llr-l r.r.lozo dc ur.ros 15 años, clirijar-r a los más pequeños que
apol'rcan los tantbolcs rtricntr'¿-rs clar-r pasitos "pa'lante", pasitos "lra'tr'ás". Algunas dc
1as
muchachas sanillan con intensidad, compi-
tcn en Lrna Fór'mula 1dc mcnco de caderas y se las arreglan para que
pemlanccer en slls casas, cuando la policía actúra es para proteger a los rcsidcntes que las abandonan a la carrcra pala evitar represalias. Si las cosas van lnlry r-nal, nr-ro pucdc acabar dentro de uno de los holnos dispnestos en la cir-na del
de que se cumplan dos ailos de sn incorporación a las pandillas. La
lnol'l'o pal'a aplicar castigos.
111¿1,6¡i. 116llgoa a los 30. Pala muchos no parece
vez de
a
y los negros tienen ccllacl¿rs la n-rayoría de las pnertas. Sólo los
trafi-
cantcs tienen dir-rclo. Y poder. Una quinta palte de ellos rnuere antes
atractivo vivir más
allá cor-no deser-r-rplcado u oblclo uralpagado: Ílo hace falta ser inglés
AVE[4005
v punk para tencl la noción de clue no vale la pena
Mientras las cosas estén en caln-ra, basta cor-l l1o mirar a los gualdias adolescentes. La calle está llena de hombres sin camisa, niñas que corretean por las calles con dlenaje a cielo abierto, negros vieios
Los narcos lucelr cadcnas de olo y pnlcros tenis de marca, viajan en
con cerveijas Brabna bent geladas (a los óO años todavía son flrertes, y para demostrarlo, nno toma nn tabique de una pila y lo clestloza contra sll frente) y chicos con mochilas qlle regresan de la escuela.
vivil
siendo viejo.
motocicletas t'ugientes o en 4x4 con grandes bocinas para hacer retnmbar el aire con múrsica hrnk del Dj Marlboro y forró de Avióes do Folró. Las chicas los admilan. Ellos exhiben sus arlnas y creen ser lespetados. Los jórrcnes tlabajadores mejor no se meten con ellos
y
se van a gastar sus escrsos l'e:lles en
El rumor intenso de barrio populal es devolado, no obstante, por' un estruendo que envuelve a todos con su fitmo: 1OO netros alriba
alimento para la familia. La samba es una altclnativa de desalrollo. Emocionante, creativa, adolada por la comunidad. ¡Qué n-raravilla, para ellas, alcanzar a sel la portabancleila! La l¡ailarir-ra principal lleva con orgullo y ele-
suenan las percusiones de Da, el profesor qlle entrena a los chicos de la "batería mirín", como se llama a los conjuntos infantiles quc
dc sanúa, qrle
constituyen las bases sambistas de las favelas.
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gancia r,ienesa los colores zennelho e branco (rojo y blanco)
d
ela escola
sorl para os.faoelados de Car-rtagalo tanto o más importantes para su identidad quc los del Flamengo, su eqnipo preferido.
¡Y clttó
i'rs:r\,, clt'll nrir'ín ck'Dr t'l
conto //t¿'i¡/?-.!¿//rl
rtrlrrltos cl .jrrcr e s
ltortot'rnlt'c-rt'pttt'tlcn tt'ttcl t'llos r¡ttc lttrrttlrlutll ri lrt rlrirrli -ligil, c'oltris, r'i'lir:tckr r lt t'oclill¡u s( ir lrcsil llt clrscrlabicololcolrlirbiosr:lu('sonl,rsrlt'tor1:rllrl'rrrt'l:rl Jrst'1rLgrrt 1,r'r' cioso lro sc cor.tsiguc con clint'r'o li cor lrltllts. flit\ {lrL('r'llr'r'gll st':r l:r t'st¡ludt.stttttltu,hrrr c¡rLc'to(¿l
torcrtlrclor
tltlt'r'rto. ltrtr r¡tLt'tL'ltr'r'('sit
strtsibilicllcltinic¿r¿riltrrii:¡,lrlrr c¡ttt'st'r't¡ttt'r'irl()l)()r'litgcntr'. 'fnl vrz lrala cl lcsto del l tr nrc| r st'lt tt'r'r'ilrit' scl' lrrl'tt' clt' lu f ¡r t'lrr. Pitt".t,
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lts.1('l)('r's()nits. r'lrs bocinrrs st'roltt'ur
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lltcisnror t'l cllsisr¡,,t'olrfilr:r',,rrll,,st'r
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lrr flcscl rnt'zcla clc c'uc'hlzrr. linlón v hiclo
Lrrltuln, cluc llcrllití¿tn rt l¿r sotit'rlrrrl cll'iocll tt'rrcl rt ntlnl) l L¡s tllltajlclolcs, ccl'ca clr los ccntlos iltlrolllcs. \ ill lrislno titrl¡,,, rrlrntr'
r:¡rrt't's t'1 coctcl ltrrc'io-
nerlos llrirltc, cncolfrlclos t'n los ct'r'r'iis. ck'trnl firnrl cltrt')rrrlricle clcspeltrclo cl intcr'ós clc Lrs clt'rtrLrlt's clt'J epeltht'icl r'n SLLclili'icl. Dt'lr rnisnra lot'nr:r sc lcs crt'lttíl clt'l c':rt'nrrr':r1: los bllirtcos r
It' rl lnsl
tr'lt'lrmbllr plltt'gicLrs pol ct'r'crts r ¡o1ilos rtcglos sr llt'r rilrrlt sLL lttisicrr r'i llrs plezlrs rlt' lls zonns llolllcs. Evcr.ttrurlnlt'ntt'. liis llistr ¡c lltls sc clit'r'or cut'ltlt clc'clttc'r.tr.r t't:trt los ncgt'os c¡tticrt's c¡Ltt'cllirln rr:r'g-in:rclrs clt'J t's¡rcc nlcstizos dc
r'íls,
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rrl Iltt
rrrrnicipulirlurl r't'solr iri olicirrlizrl ll ilrc'or'lrollción clc Lrs ¿rcol¿l,s dt *ttttLtt lt llrs Iit'strrs. Hor. t'l clullrr ltl no cs sólo el evc'r'rto ntris ilr.rpolturtc clt'l urlo pullr os./izr'lrrrlrrs. sirro ll:lf¡ totlt 1l cirtcllcl (c'ttt rts t'strtt iottt's rlt'l ltro no sort irli lr:tt t llr r t i 1u
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Altcllcl. un rlnrigo
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i¿icrrlo. sino cllos nrisuros,
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Lrn srrs-
to: lrricntras cslx'r'il tntil
lrt'lridl. r'oltca r clcsctrblc rlri('('s rnn pistolr. Un ltucltacho rro lo llt vislo cstli blinc¿lrclo (lrlorrt'lrrclr) cx¡tlesivlrlteltr.
clrrc cot.r
otoño,sinoptc-citlltlvtl.
strs lu¡igos sin tcncl c'rricl:rcl,r co¡ r,l ¡l'nll. lin ltr-uttos 11tos, los vigillltcs hlccn :r un llclri srrs tLrsilcs plll lrnnal un lloco rlr'/i/¿rtt¡ttl.ttt. Ilt¡s clliocas sou ltis ti|os nlis l¿¡tzuclos clel ntr-rnclo, ¡c¡tr[' lrcslilsl. no hrrl chicr r la c¡rrt'n,r 1r'hlgnrr ull bLonra, lt- cligln nttrtittrt grt.sto.stt (chic'r g-tLlpr) r f'lolitrrlls rnclos ir.rgcr.rLlls: sc lc
cllono
l)()r)grln
clc Saplrceí.
UNOA, MACf¡NHA Y FANIASIA Dl igrrrrl (luc lt Lnl() lc gtrslr'o no: 11)s lt'rtlicrllttt's son rnril lerli{ll(1 rlcle llnt'll r lu gt'nleconr irt'cort t'llos. Y t¿rnlbión ton ll nriLsicl.rlu('rs lcillrur'ntr':rls-o trlrictro. Ltt tlurtrltl! tit'rrc lc'tir iclrcl ¡l't t'nnt'. I)t's¡rLtt:s tlel
t'nfi'cntt'lliur fol'zul'lu l cl¿rnz¿r'. llr tír'r'n del bllzo plllr rt'r'si hlt srreltc. ]rllrrs st'lo tor¡l¡l io¡r bLrcll httn.tol v cns¿lvitn los nril tlucos xpl'clrrliclos tlcscle pcc¡trt'rirrs lliu'ir clcscr.nl¡¿'tr'¿tz¿'tlsc
rlt'los tipos. Chicos l glnncles. tocll
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hvcla palece estal rc¡rí
lros inr it¿rclrs. l'ol llLr so illlrc un lrirsillo (l('gclrtc lllu'l cl glttlro clc e'scolt¡rs clel thltt¡ r|t'1rlrollo, c¡uc cs jovcn v clrrit'r't'clivcltilsc. Lls r.t.tuchlch¿rs t orr rrru(
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los ven pasar con revuelo. A Vanessa no parecen interesarle. Tiene 2l años, es una negra guapísima (que le tiene ganas a Andrea pero
é1
debe ser el único italiano fiel que hay
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en el mundo) que estudia en la Universidad
Federal do Río de Janeiro y es nuestra guía de la noche. Fresca y simpática, sus miras
t
van mucho más allá de Cantagalo, y sin duda irá lejos, es brillante. Se siente muy parte de la comunidad, sin embargo. Ella, como Rita,
se
quejade que los medios sólo se
interesan por el escándalo de la violencia y generan una imagen negativa de las favelas. Ella reivindica su negritud, su feminidad y su condición de favelada.
Este país racista y misógino desprecia la favela. La desquiere, la culpa, la recha2a... pero utiliza a fondo su producción cultural, sus músicas, sus bailes, susfantasias (disfraces), sus carros alegóricos: toda esa
borrasca de pasión creativa que se convierte en escola de saffiba y da origen al espectáculo magnífico que le da proyección global a Brasil, la ñesta más grande del mundo: el
carnaval de Río. Sin escolas como
la
¿scolas de samba
no habría carnaval. Y tanto las
samba
son la favela: su alma artística revelada y rebelada.
"Black
is
beauti-
ful", proclamaban los
Sin embargo, la favela está llena de princesas... así se les llama a las mejores bailarinas, las que danzan sobre los carros alegóricos y compiten por la atención de los fotógrafos. Junto a ellas siempre hay adolescentes e incluso niñitas que se derriten de admiración y tratan de aprender todos sus movimientos, con la esperanza de algún día llegar a adquirir categoría real en la comunidad. La participación de todos comenzó meses antes, tras las lO o 15 semanas de descanso después del carnaval. Entonces
hay que
escoger el tema del desfile del próximo año. Se reciben cientos de
negros estadouniden-
propuestas, se debate, hay una elección. Luego sigue componer la
ses de
los años sesenta y setenta. En Brasil se cree que lo africano va hasta el alma, pues to-
letra de la canción y os faztelados presentan manuscritos al comité de organización que dirige el responsable general, llamado el carnavalesco. El proceso continúa así a 1o largo de meses: hay que preparar la música, idear las coreografías, imaginar los carros ale-
dos los seres humanos
góricos, diseñar las fantasi as... Todo para una estructura enorme y diversa compuesta por numerosas secciones y alas. Los desfilantes son decenas de cientos... las escolas más importantes reúnen fácilmente a 5,OOO y, aunque en principio todos los habitantes de la favela tienen derecho a participar, las reglas del concurso obligan a que cada una de las secciones del desfile tenga un número definido de personas, y los lugares son limitados. La comunidad en su conjunto, no obstante, está bien representada: los niños en las secciones mirín, las mujeres mayores en las de babianas, las jóvenes princesas al frente de los grupos o
venimos del continente más maltratado. Pintura, escultura y fotografía, representaciones dramáticas y dancísticas, cine y video: el movimiento brasileiro de la conciencia negra ha llevado los resultados del análisis académico y el debate político a la expresión artística con gran éxito. Y de manera muy importante en la poesía de la samba.
0t0RE5 Las baterías delas escolas de samba tienen alrededor de 4OO integrantes. Para el espectador lego podría parecer que si uno o un buen número de sus miembros deja de tocar dará igual, pero cada uno de ellos se lo toma tan en serio como si fuese el solista. Su director da las señales mientras la rainha (reina) de la batería ensaya. Ella es tal
vez el único elemento ajeno a la favela: es la guapa, la imagen sexual más evidente, una herramienta de visibilidad mediática. La despiadada competencia enbe escolas ha hecho común que se
prefiera usar a una estrella de televisión nacida en barrios ricos que a una habitante del morro.
sobre los carros, etcétera.
A los ensayos generales es imposible faltar, aunque sea sólo como espectador, porque no hay asunto más importante en la vida de la favela que competir y llevar los colores dela escola al cielo con un desfile fastuoso. En Alegria daZona Sul sueñan con que un día se ganarán el acceso al Grupo Especial -la primera división de las escolas de samba- y un sueco o un chino admirarán en sus televisores la bandeira vermelha e branca, y sabrán que Cantagalo, la comunidad del morro que tanto incomoda a las de Copacabana e lpanema, ialcanzó la gloria!
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csl)rlllr cor
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(gnrlto cle rrros scis lrusicos clut sr. r'e úre l ('l clit\ c inlollt¡rl rr tocrr. lllc.cltclcil.clc rnr¿r nrc'sa), los ltlocos urntt¡'ttlcsco,s (olc¡LLcstrrs clt' pclcLrsicincs). los tr'íos clóctlicos (c¡Lrc toclin n.lixttlclcis srtl¡l'c tnt¿r clltior.rctr) r'lls ¿,.s¿u/¿ls sc clcsplicg:u pol tocl:r la cirrclrcl prua oflcctl cspcctáculos fi.jos v l'l'c¡s
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nrrsiri: lits il)l¿is
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nrcit,ilcs r¡rc rtt itcn n urílcs clc./irlirios (stgLLiclolcs). "\/oct1 cst¿'r
ltlonto lilrllr () ciu'ltitvtl?" (¿.listás )isto ll¿l'¿t cl clll.u¿tptc.guntlt vrrl?), colt tlltLrsilsllo Rciltlrlclo. un clil cctol'nr.glo clr. lcutt'o,rtcrr:rlcluicr':rc¡rLctcng:rc'iulck tlislczrostt'icd¿rcl cnllcrrllccitlt t'1 nrctlo, cLl\,os cllr{)s csl¿in iltvrrcliclos ltol ll lrsilcilos clisfi:rzrrclos cluc bail:,rn. Cot.t srrs
za t'cclcrrclt,
¿rl
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lrios, su llctl'o novcnt:t v
stL
cltot
lnl'lllt-
vt,stil' llt.futtttt.sitt (rltchus nt¿llgits ¡llrrlillrrs. ltr.c.ho
lt0Ittil[[f r[[r
clcscubic'r'tos, collnl con cLrcllt¿rs v colllillos, sontl¡r'elo c¡rc scnrr,in unl crrbcllclr rflo I' lt¿rnt¿rloltcs l'o.ios ¿utchísintos), llar'r'cc ulr lutóntico lcv clcl Corrgo. Ticr.rc un¿r sinlllrrtía cluc clcslmur
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lls allc.gla pi-rrrt ÉJtnal'sL.bcsos clc las vcin(t' rnás jór'enes) quc intclccllta clt cl cantirro. A su laclo, nri xnrig¿r Nllliiczc, rrna hct'ulos:r llr.xic¡ur¿r llcna clc sillllatí¿r cluc inrplrlsl plovcctos soci¿rics lr¿lt'rr las fl,cl¡Ls, ltrila conto la ntrjol slnrbist¿r c instluvc ir un !il'ullo clc ru'gcntinos clt los ntistelios clelr 1t'tlrr clttt'c:rntrlcutos sigrric.nclo : los pu.\'ildor$ (r'ocalistas), con-ro lraltc clcl clt'sf ilc clc 1l cscolt tlc suntlzr clue nos altlió sr,rs lugu'cs, la clc v
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c¡lc ll¿llcc('r olrl'r.nucstlllt liltlos lltict'tos cn los cluc cstán escliios r.tonrbt'r's rlt' olganizacic)nr.s [lur l]r'onrLlcvcn 1a sultclación dc los nc.qlos. A nosollos t.tos l.r¿rt.l cntlcg:rclo cst¡lrclal'tcs qLle clelle-
lros sostcncr'l¡rr¡':r lt ivinclicru' Lrn¿r fcch¿r: 2O cle rrovicntlll'c. E1t csc clír clc 1óó5 ftrc asc.sin¿rclo ZLunbi, lídel dcl QrLilontbo (ptclr,reirl lcpriblic:r clc cscll'os fLr¡¡-aclos) clc Prlnt¡r'es. tltliis glrnclt cle L-L lrístoljrr r.lcJ plís. Es lrol cllo lr fccl¡r nris lclc.r,¡rr.rtt ¡rrra cl ntovi llicnto clc concicnc'il ncgll.
La favela no sólo ha encontrado en la samba y el carnaval un espacio creativo formidable, sino un vehículo de reivindicación cu1tural y política. El título de la canción de este año de nuestra escola es: "Un grito de libertad en los quilombos de la Baixada", y la letra habla de la llegada de los navíos negreros y de la resistencia de los esclavos, "ejemplo de coraje y fe".
negación de os ntoradores de asfalto de Río de Janeiro: tarde o temprano, las calles y andadores de Cantagalo y los demás morros se ganarán los trazos qlle merecen en 1os mapas de la ciudad, aunqlre aprieten a Ipanema y Copacabaua, y el aporte cultural maravilloso de las favelas desplazará el estigma del crimen, la samba y e1 carnaval serán manifiestalnente reconocidos corlio sll legalo al mundo
La variedad de asuntos a los que las escolas dedican sus desfiles
y como palabras ligadas a la de favela. E\ ntestre-sala se convertirá en la imagen mundial del morro en vez de1 gatillero adolescente, la portabandeira en lugar de 1a joven drogadicta. "Va a brillar mi villa / todavía más linda", canlóla escola de sam' ba de Yila Isabel este año, en su tema dedicado a la metamorfosis en el sentido de carrbio evolutivo. "Qr-riero superarme siempre / cruzar el cielo, poder volar / remodelar lo que Dios creó / jngando
es impresionante, y va desde la historia del bacalao o del chocolate hasta 1a fotografía digital y la lengua portuguesa. Las referencias a África, a la tragedia de los esclavos y 1a aspiración a 1a igualdad aparecen con frecuencia en la letra. "El hombre luchó por fronteras, por sus intereses v religiones", cantó Portela en su celebración de los dioses del Olimpo y 1os deportes, "hoy derrumba barreras, deshace prejuicios,juntando naciones". Salgueiro homenajeó a las reinas de África ("señoras del vientre del mundo / raíz de 1a creación"), y Beija-Flor,la vencedora, a las Áfricas que existen fuera del continente africano, 1as de los éxodos forzados, y defiende la samba como símbolo de la entereza cultural de esos pueblos. Porto da Pedra recor-
dó a "nuestro héroe" Nelson Mandela: "Mi alma se refleja en el rostro de mi hermano / y hoy voy a cantar / a mi gente y el lugar que siempre quise / en la avenida, abrazaré a mi hermano / vivir en igualdad y ser feliz". "Libertad en este cielo azul /
Porto da Pedra canta a África del Sur".
EIAM OR IOS I5 A las cinco o seis de la mañana, el sambódromo se vacía y 1as calles de Sapucaí se llenan de espectadores y desfilantes
que buscan el camino a casa. La zona parece el campo tras una batalla, pero los cadáveres se han desintegrado bajo 1os uniformes: miles de disfraces, pedazos de tela y utilería han sido abandonados por la gente en su retirada: el año siguiente habrá temas y disfraces nuevos, las favelas quedan lejos y no vale la pena ir cargando hasta allá. Makieze, Reinaldo y los argentinos están agotados. Para os faoelados viene por fin un periodo de trar.rquilidad artística, que será bienvenida después de nlleve meses de fiebre carnavalesca y a pesar de que 1os traficantes, los policías y las milicias seguirán su glrerra. Yo regresaré a México y el dono del morro será asesinado en unos días. Vanessa seguirá ignorando a los traficantes, preparándose en la nniversidad y reivindicando su condición de mujer negra favelada. Da, e1 profesor
mirín, hará avanzar sus esfuerzos por darles a sus niños alternativas que los preparen para vivir fuera de las bandas. Cada quien en sus de la batería
espacios, Rita, Makieze trabajando por fortalecer
y Reinaldo continuarán
1a vida civil y cultural de la favela, por combatir la violencia de las bandas, por promover la toma de conciencia que se refleja
a través de
la samba y por vencer el rechazo y la
r0iltr¡tI l1¡r
a ser creador". La transformación a la que aspiran estos sambistas va rlás allá de la favela para alcanzar las relaciones humanas, un deseo qlle palece innato en este género musical revolucionario: "San.rba no tiene prejuicios / blancos, negros, todos igual / un beso de
Vila Isabel / la metamorfosis
se hace
asi".
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