Fanzine Lr

Año 1 Nº1 Noviembre 2008

La Trinchera de lucha de los secundarios en la capital

En el mes de julio, empezó la

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A organizarnos En la actualidad los jóvenes estudiantes

nos

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mos ante una dificultad que

no es menor, el precario y manipulado

contenido

que

nos ofrecen las materias de

enseñanza en lo colegios, y no es algo que sea casual.

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? o m is u q r a n a l e s e é ¿Q u Los medios de comunicación que se encuentran al servicio de los gobernantes, quieren hacernos creer que la anarquía es caos, desorden, desorganización etc.; eso es…MENTIRA!!! Los anarquistas buscamos romper con el sentido común y demostrar con organización en la práctica que tanto el gobierno como las demás relaciones jerárquicas son dañinas e innecesarias. Rechazamos todo tipo de autoridad, dado que la misma implica subordinación, debido a la imposición de los deseos y voluntades de una minoría sobre las mayorías. Nos oponemos por ende al gobierno, que es la centralización del poder, en manos de unos pocos y la fuerza que le da cuerpo a la autoridad; También a la propiedad individual de los medios de trabajo, de producción (campos, talleres, fabricas, minas etc.) por condenar a la mayoría, los trabajadores, a la miseria y la esclavitud del salario para beneficio de una minoría, los patrones. Por ello, vemos necesario que los medios de producción deben ser tomados por aquellas personas que los ponen en funcionamiento todos los días (los trabajadores) y puestos en común para el beneficio de toda la sociedad. Apuntamos a la destrucción de estos mecanismos de dominación, presentando como alternativa otra forma de organización social totalmente horizontal e igualitaria, utilizando como principio organizativo el federalismo; y asumimos el compromiso de construir

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trabajando y lu­ chando codo a codo en el se­ no de las masas, forman­ do parte de ellas, en todas las luchas por mejoras parcia­ les, porque sa­ bemos que es en estas luchas que la mayoría ira convenciéndose de que hay que ir mas a fondo, que hay que hacer la revolución. Creemos que la lucha es escuela, queremos que allí se aprenda a decidir entre todos y todas y a ponerle el cuerpo a esas decisiones, a los acuerdos. Queremos que se aprenda rebeldía y solidaridad, a no dejar ninguna ofensa sin respuesta, ni a ningún compañero solo contra el poder. Somos nosotros y nosotras quienes hacemos andar al mundo y por eso nos corresponde darle forma. Junto a nuestros compañeros y compañeras, en el barrio, en la escuela, en el trabajo, en la calle trataremos de enseñar todo con el ejemplo, agitando, prefigurando aquello por lo que luchamos día a día, en nuestras organizaciones, en la solidaridad de los trabajadores y estudiantes.

En la actualidad los jóvenes estudiantes nos encontramos ante una dificultad que no es menor, el precario y manipulado contenido que nos ofrecen las materias de enseñanza en lo colegios, y no es algo que sea casual. En el sistema educativo nada es casual todo está calculado. Nos preguntaremos quizás: ¿por qué no se llegan a ver del todo en los colegios ciertos temas como las insurrecciones y luchas históricas obreras y estudiantiles a modo de reclamar lo justo?; y si se las menciona es probable que nos digan que eso forma parte del pasado y no debe repetirse ya que sería algo muy difícil de llevar a cabo, o simplemente imposible. De esta manera observamos que desde algún punto se intenta implantar en la juventud el temor de tomar el futuro en nuestras manos. Otra problemática en el ámbito estudiantil son la carencias de buen mantenimiento edilicio, y con esto nos referimos, por ejemplo, a las falta de estufas durante el invierno o de ventilación en épocas de calor, a techos que se llueven, salones que se inundan, falta de higiene, así como también otro tipo de caren­ cias relati­ vas a cada establecimi ento. Por todo esto y mucho más,

es que debemos organizarnos! Quienes so­ mos estudiantes debemos impulsar a la lucha por verdaderos cambios, y no por simples refor­mas aisladas y olvidables a corto plazo, por eso tratamos de incentivar a la formación de centros de estudiantes, agrupaciones estu­ diantiles, federaciones etc.; ya que cuantos más seamos y más organizados estemos, más cosas podremos lograr todos y para todos. Es aquí donde la propuesta de nosotros, los jóvenes anarquistas, debe ser clara, incentivando a una organización fundamentalmente horizontal y la acción directa como forma de reclamo. Pero… ¿qué quiere decir esto? Nuestro objetivo es un esquema sin jerarquías, para lograr una absoluta igualdad entre los participantes, a través de la asamblea como instancia máxima en las tomas de decisiones, en la cual se pueda llegar a un acuerdo democrático. Entonces, el fin de esta proposición es “construir un movimiento estudiantil organizado y combativo” en todos los niveles e impulsar su crecimiento para unirnos en las luchas populares, porque es verdad que hay mucho por hacer y mucho por decir. Compañeros y compañeras:

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El federalismo: una herramienta de organización

El federalismo es un principio organizativo que, adoptado por los anarquistas, significa una asociación de partes ­agrupaciones, organizaciones, individuos, etc.­ que deciden pactar libremente en pos de un objetivo común en base a un principio de acuerdos. El federalismo que propone el anarquismo, no es el que se puede proponer desde el estado, sino que este surge como contrapartida a la organización jerárquica y centralista. El Órgano fundamental de la federación, es la asamblea. Desde las asambleas de los grupos, surgirán las decisiones que se coordinaran con las asambleas de los otros grupos, mediante delegados elegidos y rotativos para evitar la burocratización de los espacios. Los delegados están sujetos a los acuerdos generados en la asamblea, y su tarea es comunicar y defender las posturas decididas al resto de los grupos de la federación. En caso de que la asamblea considere que no cumplió con su tarea o rompió acuerdos, el delegado puede revocarse en cualquier momento. Esta forma de organización, la creemos conveniente para todos los aspectos de la vida social, centros de estudiantes, agrupaciones, sindicatos, administraciones, etc. De esta manera los mismos afectados decidirán, ya que todos y todas tienen derecho a opinar, decidir sobre lo que los afecta y sustituirán a toda autoridad política. La democracia directa es otro de los fundamentos, entendida como la participación activa y responsable en la toma y ejecución de decisiones, para que los oprimidos y oprimidas podamos decidir de conjunto,

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En el oeste: Organización y resistencia El martes 26 de septiembre se realizaron asambleas permanentes simultáneamente en tres colegios, el Manuel Dorrego (media 31), el Chacabuco (técnica 6) de Morón, y el Héroes de Malvinas (media 4) de Ituzaingó. Estos colegios forman parte de la federación de estudiantes del oeste, que es una unión de centros con principios horizontales, fede­ ralistas, asamblearios y apartidarios. Los reclamos eran concretos, reformas edi­ licias, becas, mayor numero de auxiliares y gabinete psicopedagógico, cabe aclarar que cada colegio tenía también, propias reivin­ dicaciones. En el Dorrego y en el Héroes se vota la toma del colegio, y el Chacabuco levanta la asamblea por la tarde. Los estudiantes cansados de las respuestas burocráticas del gobierno provincial como también del municipal, deciden optar por la toma. Nosotros como anarquistas apoyamos esta medida entendiéndola como el método más eficaz y directo. Es importante entender que los funcionarios del gobierno no trabajan para que los colegios estén mejor, este no es el motor de sus acciones, sino el nivel de organización y de lucha que pueden dar, en este caso, los estudiantes. Todo se enmarca en una relación de fuerzas donde, como diría Malatesta “…El limite de la opresión del gobierno es la fuerza que el pueblo se muestra capaz de oponerle…” acá es similar, la resistencia estudiantil fue la que logra conquistas tales como las reformas, el gabinete, etc. Las tomas se levantarían el jueves y el viernes, habiendo conseguido, en el caso del Héroes la fecha para la licitación, y en el Dorrego, el gabinete psicopedagógico, dos nue­ vos auxiliares y mayor cantidad de

obreros para la obra que ya había comenzado. Pero lo más importante que se ganó fue la conciencia de lucha, todos entendimos que las victorias del movimiento estudiantil se harán con medidas de fuerza, consensuadas desde las bases, y no con los métodos que nos imponen nuestros gobernantes, métodos burocráticos y conciliadores. La organización es la clave para la resistencia y nosotros como anarquistas debemos demostrar esto estando presentes en las luchas estudiantiles.

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La Trinchera de lucha de los secundarios en la capital En el mes de julio, empezó la movilización de los estudiantes secundarios en capital por la falta de gas y calefacción en los colegios, agregado a las pésimas condiciones edicilias en las que se encontraba. Este fue un paso adelante hacia la gestación de un marco de lucha, en el cual los secundarios se pusieron de pie contra el avance del privatizador Mauricio Macri y el “progresismo” K. En ese cuadro de lucha incipiente, colegios secundarios como el Normal 8, el Lenguas Vivas, Rivadavia y el Colegio de Comercio Carlos Pellegrini, adoptaron medidas de fuerza y acción directa que desembocaron en unos mil secundarios movilizados. Esto demuestra la necesidad y valor de la unidad en la acción, y un espacio que fomente la creación de centros de estudiantes en los colegios en donde nos los haya. Ante esta avanzada de los secundarios el gobierno quizo apaciguarnos con unos calo ventores que no calientan, para obstaculizar al movimiento, pero no lo logró. El Colegio Mariano Acosta fue el iniciador de una

coyuntura de lucha que se extendió hacia más sectores. Con la toma del Acosta se vio el arma principal del macrismo y del Estado nacional, para desarticularnos: la represión. En el Acosta se vió una tensa situación, cuando la rectora anunció que iba a judicializar la protesta haciéndole una causa a un padre que estaba bancando la toma. Este fue sólo el comienzo de varias medidas de este estilo. Después de las vacaciones de invierno, se inició un segundo ciclo del movimiento. Como réplica al brutal recorte de becas (Un 50%), la bronca de los secundarios se intensificó y a la toma del Colegio Acosta le siguieron más de veinte colegios. El recorte de becas significó el punto álgido de la lucha, en la reunión realizada en el colegio

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solamente se pueden lograr cosas estando unidos. Esto decantó en la generación de un nuevo espacio de coordinación, la CUES (Coordinadora Unificada de Estudiantes Secundarios). La única forma de triunfar en la lucha es manteniéndose en las calles, mediante la acción directa. La organización es la forma de mantener con el tiempo ese movimiento, para que acumule fuerzas y experiencia, se extienda y radicalice. Golpear cada vez más duro será una consecuencia de una construcción revolucionaria y combativa.

Guillermo Rawson (en ese momento tomado) el total de los colegios reunidos era más de 50, episodio sin precedentes en la historia del actual movimiento secundario. El 29 de agosto se realizó una multitudinaria marcha de aproximadamente 1.500 estudiantes secundarios en la calle convocada por estudiantes independientes. La respuesta del gobierno a esto fue clara, no toleró ver a tantos estudiantes movilizados, y a otros tantos en rebelión en sus colegios, que agudizó la represión. En los colegios en toma se hicieron listas negras con los referentes que la estaban mancando. Se amenazó a activistas de ser expulsados del colegios, se llamó a padres para meterles miedo para que saquen a sus hijos y un sin fin más de maniobras para frenar la lucha. Como con la represión no bastó, tuvo que salir a hacer una medida desmovilizadora: Prometió ortogar 15000 becas más (La mitad por las que reclamaba). Luego de ese aviso, las conclusiones que sacaron los estudiantes fueron claras: Las 15000 becas fueron logradas con mucho esfuerzo, pero no bastaban para nada, no iban a bajar su reclamo de “Becas para todo aquel que la necesite”. La única forma de arrancarle algo al gobierno era luchando, moviéndose. Los diferentes gobiernos defienden intereses ajenos a los nuestros, y los únicos que pueden defender la educación son los estudiantes, los docentes/no­docentes, los padres, etc. La más importante de las conclusiones es que

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