Evitando ser una caricatura Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. (1ª Corintios 12:14) Una de las cosas que más gustaba hacer en Praga era pasear por el famoso puente de Carlos al atardecer y contemplar las caricaturas que unos artistas muy dotados son capaces de hacer en pocos minutos. La base de las caricaturas son las exageraciones de algunos rasgos, especialmente faciales, que los dibujantes son capaces de encontrar en el modelo a retratar. Sólo falta que tengas una nariz grande, una peca, seas un poco calvo, o cualquier otro motivo para que esos caricaturistas lo plasmen con gracia sobre el papel. En las iglesias también existen las caricaturas aunque se expresan de otra manera. Hay algunos miembros que son muy visibles, mientras que otros son casi invisibles; unos parecen muy grandes y otros muy pequeños... Evidentemente hay razones de peso para que eso sea así; el propio carácter de cada uno, las circunstancias personales, la situación específica de la iglesia, etc. Pero cual caricatura, eso sólo muestra algo que no es, o no debería ser, real. Es sólo una exageración. ¿Quieres ayudar a mostrar la realidad de la iglesia en lugar de una caricatura? Entonces te animo a que hagas tuyo el Día del Templo y vengas a trabajar con nosotros. Así demostrarás prácticamente que el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. Y recuerda que aunque nadie es imprescindible, todos somos necesarios. Con amor, Jesús Polaino