Estevez

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  • Pages: 89
ESTEVEZ. PERSONALIDAD DE UN CRUZADO.

AUTOR: Federico Gastón Addisi.

2008.

CAPITULO I.

LA INFANCIA. LA VIDA CIVIL.

El Teniente Roberto Néstor Estévez nació una tarde de un calor intensísimo, un 24 de febrero de 1957. La “estrella” quiso que por su fecha de nacimiento Roberto perteneciera al signo de Piscis. Oriundo de Posadas, provincia de Misiones, fue el séptimo de nueve hermanos, a saber: Julio Roberto, María Mercedes del Rosario, José María, María Julia, María Josefa, María del Carmen, Roberto Néstor, José Octavio y José Fernando. Su padre,

Roberto Néstor Estévez, era de Misiones. Católico tradicionalista,

hombre de recto carácter, era hijo de José María Estévez. El abuelo de nuestro biografiado era español y fue, por aquellos años de inmigración, un comerciante bastante importante en Posadas. Casado con Rosario Durand, a la sazón, abuela del “Toto”, la “nona” era argentina nativa. Cabe destacar la importancia de este “mestizaje” por línea paterna, entre un español y una criolla, que tuvo una influencia clave –sobre todo en lo espiritual y cultural-, en Roberto (Padre) y que éste transmitió a sus hijos, pero de todos, fue Roberto (hijo) quién más receptivo resultó, al punto de convertirse, en un auténtico criollo; único y genuino tronco de donde proviene nuestra identidad nacional. Su madre, se llamaba Julia Bertha Benítez Chapo. Nació en Apóstoles, un pueblo del interior de Misiones. Era hija de Valentín Benítez; también de Apóstoles, y de Mercedes Esther Chapo, una docente que fue a Misiones a trabajar en escuelas rurales cuando llegaron los primeros inmigrantes polacos y ucranios. Ambos progenitores de Estévez actualmente están fallecidos. Su madre murió cuando éste estaba en el Colegio Militar; y su padre, sobrevino a su hijo, pasando a la vida eterna en el año 1986. La infancia de Roberto, como la de la mayoría de los chicos del interior del país fue muy tranquila; andaba siempre con sus hermanas mayores, lo que no impidió que fuera muy compinche de todos sus hermanos en general, y de María Julia en particular. Algunos

de éstos tenían pensamientos que “rompían el molde” del entorno familiar; por ejemplo: Una de las hermanas (María Julia) estuvo casada con un compañero de promoción de Roberto y años más adelante se divorció. Otra; María Josefa, militaba en la JP de su provincia. De idea peronista, a través de su esposo tuvo relación con la rama revolucionaria de la izquierda peronista, concretamente con Montoneros. Por estos contactos fue detenida, procesada y condenada en el año 1976, a 30 años de prisión. Se le imputaba haber prestado apoyo logístico en el copamiento al Regimiento 29 de Formosa. Estuvo purgando su condena en la cárcel de Villa Devoto hasta que logró su libertad con el retorno de la democracia. Cabe señalar que efectuamos estos comentarios sobre el entorno familiar de Roberto por un doble motivo que a nuestro entender, ayudan a “humanizar” la figura del héroe, y no por un afán de indagar en la vida privada de las personas, ajeno esto –aunque muy de moda entre ciertos “historiadores” mediáticos- al rigor histórico que pretendemos, y al sentido de homenaje del que queremos dotar a este libro. Concretamente, lo que nos motivó a mencionar estos temas familiares no es otro que demostrar que pese a los “deslices” que ocurren en toda familia, el padre de Roberto jamás se negó a aceptar diferencias, ni mucho menos, y a pesar de sus sólidas convicciones, a imponer su forma de pensar. Y esta misma conducta fue la que guió los pasos del Héroe de Malvinas. Ninguna de las particularidades de la familia modificó un ápice el profundo amor que Roberto sentía por ellos. Su hermana María Julia, en emocionado y afectuoso recuerdo nos dijo de él: “Era todo un personaje. Era muy inteligente; le gustaba leer y también dibujar, recuerdo que escribió una historieta: su personaje se llamaba "Rob-Dick" y era un justiciero que recorría la Argentina”1. Más adelante volveremos sobre la historieta a la que hace mención la hermana del “Toto”. Es que para hacer una descripción simple pero ajustada a su personalidad hay que decir que Roberto, desde muy chiquito se comportó como un ser especial. Y si como suele decirse; “para muestra basta un botón”, complementamos los comentarios de su hermana diciendo que aprendió a leer y escribir a los cuatro años de edad.

1

Lamentablemente la familia no pudo conservar algún ejemplar de la historieta, que por el tinte de los acontecimientos, y el destino de Roberto, hubieran enriquecido sobremanera su biografía.

Respecto a la historieta a que hiciéramos alusión; ésta estaba muy bien dibujada (tanto los dibujos como el guión eran íntegramente de Roberto) y fue compuesta cuando tan sólo contaba con ocho años. El protagonista y héroe de la misma, “Rob-Dick” (Rob, de Roberto, y Dick, vaya a saber por qué) era un gaucho con capa que libraba distintas aventuras, todas con un sentido nacional. Las historietas de “Rob-Dick” se extendieron durante cuatro años, y durante ese tiempo, el superhéroe nacional iniciaba una campaña para recuperar las islas Malvinas (de allí la mención que hace Estévez a su padre, en la carta póstuma: “…¿Te acordás cuando era chico y hacía planes, diseñaba vehículos y armas, todo destinado a recuperar las Islas Malvinas?…”). Roberto cursó el ciclo primario en la Escuela N º 3 "Domingo F. Sarmiento" (vaya paradoja del destino, porque tanto Estevez

padre, como su hijo, eran fervientes

admiradores del Restaurador Don Juan Manuel de Rosas); y el secundario en el Colegio Nacional N º 1. Sus compañeros fueron los mismos hasta que se recibieron, por lo que resultó un grupo muy unido que estaban siempre juntos incluso en las vacaciones. En esa época solían organizar campamentos a algún lugar del interior y disfrutaban de sanas diversiones. Fue un alumno inquieto y curioso, leía el diario antes de ir al colegio y más de una maestra lo debe haber "sufrido" ya que era de los que no se quedaba con la duda sobre ningún tema; preguntaba, preguntaba y preguntaba... Inteligente, como quedo dicho, tenía un agudo sentido crítico, cuestionaba todo lo que no le parecía justo o verdadero, al extremo de que a veces las maestras se vieron forzadas a echarlo del aula por sus continuos cuestionamientos. No soportaba la mentira y justamente esto fue lo que a nivel escolar lo llevó

a

participó

cuestionar de

un

la

“historia

concurso

oficial”.

provincial

Cursando

sobre

"El

séptimo

Santo

de

grado, la

Estevez

Espada"

y

lo ganó recibiendo una plaqueta que le fue entregada como premio. Pero más que el reconocimiento por su trabajo, el concurso reafirmó más aún su afición por la historia. Para esta misma época, su inquietud intelectual lo llevó a encontrar y leer apasionadamente, un libro que se hallaba en la biblioteca de su padre. Este libro no era otro que el clásico "La vida de Don .Juan Manuel de Rosas" de Manuel Gálvez. Además de los clásicos del revisionismo, Roberto leía todos los números de la revista de Félix Luna

"Todo es

Historia", que se compraba puntualmente en la casa paterna. Fanático lector, era común que se quedara dormido con la luz encendida. Su padrino de confirmación fue un amigo de la familia; el Profesor Justo Alí Brouchoud, profesor de historia y escritor, que se dirigió a Misiones desde Entre Ríos a fundar el Instituto de Profesorado "Antonio Ruiz de Montoya" a solicitud del Obispo Monseñor Jorge Kemerer. Alí (como cariñosamente le llamaba la familia) se dedicó a

proveerle

de

material

de

lectura

a

Roberto

desde

que

descubrió

cuánto le gustaba y se interesaba por la historia. Cada vez que el padrino iba de vacaciones al pago de la familia, eran sagradas las conversaciones y debates sobre temas de actualidad nacional y mundial con su ahijado, que por lo general, se prolongaban en apasionados cambios de ideas hasta que un nuevo amanecer los sorprendía. Fuera del plano intelectual, puede decirse que Roberto era una persona extremadamente alegre y divertida; gustaba de ir a bailar con amigos y no se perdía un fin de semana de "boliche" o de festejo de cumpleaños de alguna chica. Disfrutaba de la vida al aire libre y fue aficionado a los deportes. Concretamente, practicó judo y remo mientras estuvo en Posadas, y otros deportes cuando estuvo en el CMN, pero como complemento a su formación integral y no en forma competitiva. Como buen espíritu alegre, era Estevez amante de la música. Le gustaba desde el chamamé hasta la clásica, y por supuesto, el folklore. En este género su predilección se encontraba en Rimoldi Fraga, José Larralde, Los Fronterizos y

Los Chalchaleros.

Siempre quiso aprender a tocar la guitarra, se esforzó mucho para ello, pero como era zurdo el encordado “le quedaba invertido” al final dejó de insistir, conformándose con escuchar y cantar en las guitarreadas que se armaban en los asados. Respecto a esto de ser “zurdo”, era algo que realmente le fastidiaba, al punto de decir, desengañado por lo mucho que le costaba todo, que era producto de que escribía con la mano izquierda, porque para los zurdos el mundo era al revés. No se daba cuenta de que justamente, él era el que siempre estuvo por el recto camino, y que era el mundo, quien iba, y sigue yendo, al revés.

CAPITULO II.

LA MADUREZ. LA CARRERA DE LAS ARMAS.

Roberto Néstor Estevez, se decidió de pequeño por la carrera de las armas. Sin embargo, descubierta su vocación militar, nuevamente apareció el estigma de manejarse con la mano izquierda. Esto se debió a que un amigo le comentó al “Toto” que aquellos que escribían con la izquierda, no entraban al Colegio Militar porque tenían problemas para manejar las armas y disparar. Estévez tenía diecisiete años y no estaba dispuesto a permitir que nada obstaculice su carrera castrense. Todo lo que se proponía, Estevez no paraba hasta lograrlo. Por lo tanto, a raíz del comentario de su amigo, y frente a la posibilidad de quedarse sin ingresar a la Escuela Militar, aprendió a escribir y manejarse con la mano derecha. De lo que resultó, ambidiestro… Inicialmente, Roberto decía que quería entrar al arma de Caballería, pero una vez en tema, se le escuchaba que prefería la Infantería porque sentía más ambiente de camaradería. En consecuencia, y superando los escollos comentados, ingresó en el Colegio Militar de la Nación y en 1978 alcanzó el grado de Sargento Cadete y el puesto interno de Encargado de la Sala de Armas de la Subunidad. Desde esta época temprana en las FFAA se destacó por su voluntad y esfuerzo, amén de su capacidad innata para sobreponerse a las dificultades que la dura disciplina del cuartel suele imponer a sus hombres. Estevez egresó con el grado de Subteniente, en el IV año del Colegio Militar, el 12 de octubre de 1978, por la posibilidad de una guerra con Chile, y ante la necesidad de más personal militar. Por lo antedicho fue su primer destino el Regimiento de Infantería 25, con asiento en Colonia Sarmiento, Chubut. Allí dio sus primeros pasos como oficial,

destacándose de tal manera que recibió el premio “Al mejor Infante”, además de ser distinguido con el honor de ser abanderado. Logró desde el principio la estima de sus subalternos. Sobresalió entre sus camaradas por su gran profesionalismo, su capacidad, pero también por lo divertido de su personalidad. Esta cualidad, no era obstáculo para que fuera inflexible en el mando, ya que en él se combinaban armoniosamente la camaradería y el rigor del jefe. Pero subrayando que los héroes no son de bronce, sino seres humanos de carne y hueso –y por lo tanto imitables si uno se lo propone- Estevez tenía una llamativa dificultad para todas las actividades de destreza o que demandaran gran coordinación. Es que los hombres no son perfectos. Cualquier tarea que le exigiera alguna agilidad especial (como por ejemplo el andinismo), le costaba un triunfo. Sin embargo, contrarrestaba este defecto con una gran cualidad que también lo caracterizaba; su tenacidad. Era persistente hasta lo increíble en el camino para alcanzar sus objetivos. Así pues pasó sus primeros años como oficial. En el año 1980 le tocó la distinción de ser elegido como el mejor oficial de la unidad. Al año siguiente se preparó para dar otro paso en lo que fue su brillante carrera. Este peldaño no fue uno cualquiera; más bien todo lo contrario. La decisión de efectuar el curso de comandos lo marcaría a fuego; era prepararse para entrar en la “élite” del ejército. Durante la realización de dicho curso se sucedieron dos anécdotas que pintan de cuerpo entero el temple de nuestro biografiado. La primera fue durante un ejercicio conocido como “pasillo de fuego”. En el mismo el aspirante recorría una pista con obstáculos para agilizar la rapidez de decisión y proceder ante situaciones límites. El ejercicio duraba todo un día, y antes de finalizar, después de horas y horas de exigencia, el futuro comando entraba al pasillo de fuego propiamente dicho, el cual consistía en un pasillo cavado en la tierra, que no permitía ir totalmente parado ni de frente; arriba estaba tejido con un “techo” de alambre de púas y conforme uno lo iba recorriendo, detonaban cargas explosivas que iban atontando al cursante. Al final del pasillo se enfrentaba con un grupo desplegado en semicírculo de instructores que lo sometían a un combate cuerpo a cuerpo. Cuando lo normal para aquel que sólo deseara “pasar” el ejercicio sería encarar la lucha por algún lateral para así tener menos contendientes, o bien encontrar un hueco, Estevez hizo todo lo contrario. En su afán de autoexigencia y superación arremetió directo contra el centro del dispositivo, lo cual era sin

duda el peor lugar. Al final del ejercicio fue felicitado y es una muestra más de la voluntad de hierro de quien estaba llamado por la Providencia para ser un héroe. El otro momento que vamos a señalar es más gráfico que el anterior. Al final de la etapa del curso de comando que se desarrollaba en Córdoba, se realizaba un ejercicio denominado “campo de prisioneros”. Allí los cursantes “caían prisioneros”, y los supuestos enemigos los sometían a largos interrogatorios. Fue durante este ejercicio cuando el cuerpo del Subteniente pareció no tolerar más, ya que tuvo dos paros respiratorios. El médico que lo atendió, no obstante declararlo muerto, continuó prodigándole los auxilios correspondientes: y milagrosamente, reaccionó. Casi de inmediato, sufrió un segundo paro, del que volvió a recuperarse. Fue enviado al Hospital en forma inmediata. Todos se quedaron sorprendidos cuando, al día siguiente, se presentó para continuar el curso. Parecía como si Dios mismo le tuviera reservado un espacio de gloria en la lucha por nuestras Malvinas, en la que Roberto ofrendó su vida y que nada podría apartarlo de este destino. Ese destino que sólo recorren los santos y héroes. Pese a los problemas físicos, y a que lo normal ante circunstancias como las narradas hubiera sido la separación del aspirante del entrenamiento para comando, el Jefe del curso le permitió continuar y Roberto completó el adiestramiento adquiriendo la preciada especialidad. Justamente, en la etapa final del curso, fue cuando su familia lo vio por última vez, al estar realizando el adiestramiento en la parte de “selva”, en su provincia natal, Misiones. Volviendo a lo estrictamente militar; Estevez en 1981 era comando y ascendió a Teniente. Pese a que por su ascenso le hubiera correspondido el pase y traslado, él pidió permanecer un año más en Colonia Sarmiento, Chubut, en el Regimiento 25, que ya comandaba el Teniente Coronel Seineldín con quien Roberto trabó una amistad y en quien vio reflejado el arquetipo de soldado. Finalmente, Estevez fue en busca de la gloria defendiendo a su Patria contra la agresión de nuestro enemigo histórico: Inglaterra. Así, partió a Malvinas el día 27 de marzo de 1982 con el convencimiento de que no regresaría.

La carta póstuma para su padre y su familia quedó en el Regimiento, y

fue

entregada a los familiares en julio de 1982, una vez conocido su fallecimiento, junto con sus objetos personales y una carta para su novia2.

2

Las cartas se encuentran todas en poder de la familia quien gentilmente me las facilitaron, a excpeción de la carta para su novia a quien desgraciadamente no se puedo localizar.

CAPITULO III.

MALVINAS. Corría el año 1982 y lo encontró a Estevez en “su” cuartel de Chubut y perfectamente afianzado como oficial, habiéndose distinguido entre sus pares era ya un “soldado completo”. Poco faltaba para que lo demostrara en Malvinas, aunque fuera a costa de su vida. Porque Roberto fue a Malvinas, y al igual que otros que escribieron páginas de gloria con su sangre, (basta recordar por ejemplo el caso del “Perro” Cisneros, que partió a las islas diciendo: “No sé rendirme, después de muerto, hablaremos”, y que como toda despedida para con su hermano Mario le manifestó: “Yo rendido no vengo. O ganamos o no vuelvo vivo”) tenía el íntimo convencimiento de que no volvería. Todo transcurría con normalidad en la Guarnición, hasta el día 23 de marzo del citado año 1982. Esta fecha resultaría clave para lo que vendría después. Dicho día, el Teniente Coronel Seineldín desapareció secretamente de la base Sarmiento, reapareciendo tres días después dando un llamado para una reunión secreta de oficiales. En la reunión, Seineldín les comunicó que se debía marchar a Malvinas. Se procedió entonces, a dar la organización para el combate. “En la Orden de Operaciones (es la orden detallada del plan a realizar) por él recibida, de parte del comandante de Brigada, se establecía la formación de un escalafón anfibio que dependería del General Daher (…) Estaría formado por el Batallón de Infantería de Marina 2 (BIM 2), la Agrupación de Comandos Anfibios, y la Compañía “C” del Regimiento de Infantería 25. Esta última tendría como jefe al Teniente Primero Esteban; la primera sección que era la sección de aspirantes a oficiales de reserva de la unidad, estaría al mando de Estévez; la segunda sección sería conducida por el Subteniente Gómez Centurión y la tercera sección, a la sazón, la sección exploración del Regimiento, sería llevada al combate por el Subteniente Reyes”. (MANSILLA, Alberto, Argentina tiene héroes, Buenos Aires, Editorial Nueva Hispanidad, 2003). Todos los nombrados precedentemente y que pertenecían al Regimiento –como alguien dijo alguna vez, “especial”- 25, se destacaron por su heroico valor en combate,

inscribiendo para siempre sus nombres en la Gloria de la Gesta de Malvinas, y en los anales de la historia patria. Otorgado el plan de acción, todo se concentró en la preparación tanto del equipo y armamento, como del espíritu de los soldados para prepararse para el combate y ofrendar sus vidas de ser necesario. Y es importante destacar, que en esta preparación espiritual para la lucha, no estuvo ausente en el temple de nuestro héroe, el temor. Pues nadie en su sano juicio, y más aún si está imbuido de una filosofía cristiana, puede pensar que no se teme por la vida o que no se la valora. Esto es realmente importante, porque engrandece la figura del héroe en su exacta dimensión; la de un hombre que sobreponiéndose a las flaquezas y debilidades logra dejarlas atrás para ser enteramente protagonista de la epopeya. Esta dimensión humana, lejana de la pureza del bronce, es lo que hace de Estevez, y tantos otros un ejemplo a imitar. Allí estaba nuestro biografiado, con sus luchas internas que lo enaltecieron como hombre, sumergido en cavilaciones, pensando en sus seres queridos, en la ocasión histórica de defender la Patria, en pisar el preciado suelo de Malvinas y sobre todo avanzaba en él un convencimiento…moriría combatiendo en Malvinas. El “Toto” -como lo llamaban los más íntimos-, canalizaba sus inquietudes y ansiedades con serenidad y razonabilidad. Esto hizo que mientras tantos y tantos pensamientos pasaban por su fuero íntimo, él se sumergiera en la escritura de sendas cartas. De ellas, una cobró gran difusión en la opinión pública Argentina. Nos referimos a la carta que dirigió a su padre; otra tenía como destinatario a su novia. Hubo otras, escritas ya desde las islas dirigidas siempre a su familia. Creemos conveniente, para reflejar el pensamiento de Estevez, transcribir completamente las misivas y dejar que el hombre-héroe hable por sí mismo.

Carta póstuma del Teniente Estevez a su padre.

"Querido Papá: Cuando recibas esta carta yo, ya estaré rindiendo mis acciones a Dios Nuestro Señor. El, que sabe lo que hace, así lo ha dispuesto: que muera en el cumplimiento de la misión. Pero fijate vos ¡qué misión! ¿No es cierto? ¿Te acordas

cuando era chico y hacía planes, diseñaba vehículos y armas, todo destinado a recuperar las Islas Malvinas y restaurar en ellas Nuestra Soberanía? Dios, que es un Padre Generoso, ha querido que éste, tu hijo, totalmente carente de méritos, viva esta experiencia única y deje su vida en ofrenda a Nuestra Patria. Lo único que a todos quiero pedirles es, 1º) Que restauren una sincera unidad en la familia bajo la Cruz de Cristo; 2º) Que me recuerden con alegría y no que mi evocación sea la apertura a la tristeza, y muy importante, 3º) Que recen por mí. Papá, hay cosas que, en un día cualquiera, no se dicen entre hombres pero que hoy debo decírtelas: Gracias por tenerte como modelo de bien nacido, gracias por creer en el honor; gracias por tener tu apellido, gracias por ser católico, argentino e hijo de sangre española, gracias por ser soldado, gracias a Dios por ser como soy y que es el fruto de ese hogar donde vos sos el pilar. Hasta el reencuentro, sí Dios lo permite. Un fuerte abrazo. Dios y Patria ¡O Muerte!". Roberto.

La carta citada precedentemente, Estevez quiso entregársela a su gran amigo y camarada el Subteniente Gómez Centurión, pero éste no acepto produciéndose el siguiente diálogo según relata Isidoro Ruiz Moreno en su más que recomendable libro “Comandos en Acción”: “- Acabo de escribir una carta para mi padre y para mi novia, por si me pasa algo. Dígale a su señora que me las tenga, y en ese caso, que por favor se las mande. - ¡Pero déjese de macanas, viejo, no sea agorero! ¿Quién está pensando en estos momentos que se va a morir?” A raíz del rechazo de su camarada “decidió entregársela al maestro de banda del regimiento, ya que éste no iría a Malvinas: - Mi capitán (le diría Estevez), esto es para mi padre. Hágasela llegar si me pasa algo. - No se preocupe Estevez (diría el oficial entre turbado y sorprendido por la mirada serena y profunda que le dirigía). No se preocupe…

Un apretón de manos confirmó la promesa y un silencio frenó las preguntas que el capitán tenía ganas de hacer a este enigmático teniente”. (RUIZ MORENO, Isidoro, Comandos en acción, Buenos Aires, Emecé, 1992).

El resto de las horas y los días que transcurrieron desde el 26 de marzo hasta el 1 de abril fueron de preparación del equipo propio, y el de los soldados y suboficiales, como así también, de templanza para estar pronto espiritualmente para no volver de la campaña. Como se podrá ver en otra carta que Roberto envió a su padre, y que a continuación transcribimos en toda su extensión, fechada la misma en Puerto Santiago (Ex – Goose Green), el día 11 de abril, el hecho de estar embarcado esperando el momento de entrar en acción ponía a nuestro héroe en un particular estado de ansiedad y nerviosismo que le hacía desdeñar la relativa comodidad de la que gozaba en el buque que los trasladó al teatro de operaciones.

II Carta del Teniente Estevez a su padre.

“Puerto Santiago (Ex Goose Green, 11 de abril de 1982. Pascua de Resurrección del Señor). Querido Papá: ¡Felíz Pascua! Cristo Rey venció a la muerte y ha resucitado. ¿Cómo les va? ¿Bien? Dios quiera que si. Yo con una alegría muy especial, que tiene la explicación de saberme en el lugar por donde se inició, se desenvuelve y donde seguirá el episodio más importante de lo que va del siglo XX en la Argentina. El Señor es generoso conmigo y ha decidido que yo tenga el privilegio de integrar como Jefe de Sección el componente de la Fuerza del Ejército de la “Operación (no Operativo como dicen los periodistas) Rosario”. Mi Regimiento, a tal efecto, organizó una Compañía (la C), que estuvo movilizada en pocas horas. Viajó en camión a Comodoro, de ahí en 707 a la Base Aeronaval Comandante Espora (2/3 parte de la Compañía en el ARA Almirante Irízar, mi Sección incluída, 1/3 con el J R I 25 en el ARA San Antonio, con la Infantería de Marina y con el staff del Comando del Teatro de Operaciones). El Irizar es una cosa de locos: helipuerto, sauna, todo climatizado, de puente de mandos

a bodegas, telediscado a todo el país, estabilizadores, videocasetes, cantina con una cocina de sobresaliente calidad. Realmente en la “Navy” no se privan de nada. Que me perdone el Sr. Vicealmirante, pero navegar me pareció algo muy semejante a un castigo, por el sedentarismo tan burgués y tedioso que deprime (…) no me bancaba más estar allí. No es que sea melodramático, pero uno esta hecho para algo diametralmente opuesto, más activo, más dinámico, más variado y también más despistado, desorganizado e ineficiente. Esa es la verdad. El Oficial de Comando Naval (no así el Infante de Marina) “hace su vida”, no tiene más que un levísimo contacto con uno u otro suboficial y absolutamente ninguno con la tropa. ¡Ah!, excepción hecha del mozo del “Camarote de Oficiales”, versión de ultramar de una especie de club privado: whisky, naipes, música, etc. En realidad todo lo que uno entiende por “militar” brillan por su ausencia a bordo. Golpes de taco, armas, “ser tropero”, explosivos, órdenes a los gritos, acción, ¡todas esas cosas tan lindas y vitales! Nada de eso hay. Pero los tipos con pelo muy largo (para ser militares) y modales suaves (también para ser militares) manejan las cosas con seriedad y rendimiento. Bueno, el martes 30 nos agarró un temporal que nos tuvo mal. Como habrá sido de fuerte que las amarras del helicóptero “Puma” del Ejército (francés, USS 4.000.000 aprox, 20 plazas, empleo: transporte de carga y personal), que estaba bien atadito en el hangar del helipuerto se soltó y empezó a flamear rompiendo todo lo que encontraba. Daban ganas de llorar. Tan lindo que era y ya no sirve para nada. Tenías que verlo al Capitán que lo piloteaba, parecía el jinete que debe ultimar a su caballo mal herido. Te digo, ahora estoy de Oficial de Servicio y me voy a recorrer nuestra Base en estos pagos recuperados para Dios y la Patria.

0540 hs.- Bueno aquí estoy de regreso, para variar en esta madrugada hay viento, cielo cerrado y lloviznas intermitentes. Después te voy a hablar del archipiélago y sus peculiaridades. Volvamos al Irizar, viajamos en él hasta el 1 de abril en que arribamos a la línea de Partida para el Ataque. Esa tarde, en una de las bodegas se celebró la Santa Misa, a cargo del Capellán del Comando de Operaciones Navales (…) En todo este hermoso buque se pasa la arenga del Comandante del

Teatro de Operaciones “Malvinas” y luego la del Componente Naval. Para entonces la flota estaba formada para combate. Las fragatas “Hércules” y “Santísima Trinidad”, el “Irizar”, transportes “Islas de los Estados” y “San Antonio”, y un poco mas atrás el portaaviones “25 de Mayo”. Así se inicia la aproximación de la muchachada de la Agrupación de los Buzos Tácticos y los de la Agrupación Paracaidistas, los Comandos Anfibios, algunos de los cuales tengo el orgullo de contarlos como amigos. Ellos llegaron a costa e iniciaron la espera. A las 0500 hs. un Batallón de Infantería de Marina y otras fracciones de apoyo desembarcaron. Breves momentos antes, el Primer Escalón de Buzos y Comandos, había desactivado y apagado todos los puestos claves (usinas, teléfonos, faro, agua corriente, etc, etc). Hasta ese momento una de las secciones de la Compañía C debía quedar como Reserva del Comandante en el “Irizar”, mientras que a mí deberían lanzarme desde helicópteros con el Jefe de Compañía y Sección en esta zona donde hoy estoy; Goose Green/Darwin (los dos pueblos están separados por no más de 2 millas, a lo británico) y la otra Sección (una Compañía de Infantería, 3 Secciones Tiradores) desembarcan atrás de los Infantes de Marina para ocupar el aeropuerto. La acción sobre Puerto Stanley y Goose Green debía ser simultánea (en ellos todos, en nuestras apreciaciones coincidíamos con el planeamiento del Comandante). Cuál será mi sorpresa, la bronca y la amargura; cuando con toda la Sección lista, con todo listo, esperaba tan sólo la orden de embarcar en el helicóptero, veo que con cara de embole se acerca el Jefe de la Compañía (un Teniente 1) y dice que el General García (el Comandante) decidió dejar también a mi Sección de Reserva, por si era necesario empeñar algún elemento en algún sector en situación desfavorable. No dudo que el General García tendría sus razones para ordenar tal medida, pero ¡que amargo es ver desde un buque el combate en tierra! La acción en tierra fue muy breve (…) Se aterrizó un C-130 Hércules con un Grupo de Operaciones Especiales y el resto del Regimiento de Infantería 25. Mientras tanto los Comandos Anfibios, los Buzos y la Infantería de Marina cercaron la Casa de Gobierno. Estos atorrantes de los ingleses cuando se la vieron mal levantaron bandera blanca, pero luego, cuando algunos de los integrantes del cerco iban a entrar, abrieron fuego, así fue como hirieron a García Quiroga, al otro que no recuerdo el apellido y como mataron al Capitán Giachino. ¡Son una basura! Recién al otro día echamos pie

a tierra, como para tomar contacto con los Abastecimientos del Regimiento de Infantería 25, y luego volver a embarcar en el “Islas de los Estados”, un cascajo torturante, ahora sí rumbo a Darwin; en esa localidad efectuamos un cerco, requisamos armas (increíble: prácticamente cada hombre tiene su rifle o escopeta, cuando no más de un arma). Goose Green (algo así como “Pradera del Ganso”) y Darwin quedan en el istmo de la Isla Oriental del Archipiélago. Goose Green es una aldea un poquito mas poblada que Bonpland y por supuesto que sus casas super inglesas. Los pobladores de buen aspecto económico y cultural en general. Pero eso sí, salvo los hogares, el resto de los elementos; herramientas, ropas, vehículos, no tienen nada que envidiarle al japonés Kenoda. Son unos relajados estos gringos. Apenas el Jefe de Compañía tuvo reunido al pueblo; con sus armas y vehículos habló educada pero firmemente, aclarando que si nada raro se hacía, nadie se buscaría problemas. La gente se agarró un cagazo que aún les dura. Tanto aquí como en Stanley el respeto a la propiedad privada y al estilo de vida fue la máxima posible. Nos hemos llevado bastante bien de entrada con los pobladores y como las reglas fueron muy claras, yo me manejo sin problemas con el idioma pero les tengo que decir que hablen más pausadamente. Tengo más, mucho más para contarles pero ahora debo ir a organizar prácticas de defensa de nuestra base, porque aquí no nos agarrarán desprevenidos, que ni lo sueñen. Así que les digo, que estos se vienen, como otras tres veces también con todo y una vez más Dios Señor de los Ejércitos y su Santa Madre, Nuestra Señora del Rosario nos guiará a la victoria, como a Don Santiago de Liniers y como al General Mansilla. Hoy recordamos a San Pablo: “¡Si Dios con nosotros, quién contra nosotros!”. No nos va a faltar nada, ni astucia, ni inteligencia, ni conocimiento, ni valor, ni saber como morir, pero menos, mucho menos, Fe en el Padre. Ya volveremos a estar en contacto. ¡Viva la Patria! ¡Viva Cristo Rey! Un fuerte abrazo de tu hijo que mucho los quiere (…) Que nadie deje de orar al Señor que era y es nuestra arma verdaderamente eficaz frente al corrupto enemigo”. ROBERTO.-

De la carta citada se desprende la ansiedad que tenía Roberto por entrar en combate, al efectuarse el desembarco de las tropas nacionales el 2 de abril. A su vez, no deja de ser pintoresco, las “quejas” sobre la comodidad de la que disfrutaba en el buque “Irizar” siendo él, un soldado, comando, preparado para las penurias de la guerra. Pero volviendo a lo que Estevez le comentaba a su padre en la misiva, en lo referente al día de la recuperación de las islas; lo que motivó que su sección no participe activamente de la Operación Rosario e hizo que el General García los deje embarcados como reserva para emplearlos allí donde algún foco de resistencia complique las acciones, fue que el helicóptero que debía trasladarlo se rompió y además se tenían informaciones que en el aeródromo de la isla había obstáculos que era preciso remover. Nuestro biografiado, rectifica abundante bibliografía sobre la Guerra de Malvinas, que sostiene que su Sección y él mismo, por supuesto, eran reserva el día del desembarco, por el contrario, le manifiesta con claridad a su padre que toda su Sección estaba dispuesta a ser desplegada sobre Darwin: “(…) mientras que a mí deberían lanzarme desde helicópteros con el Jefe de Compañía y Sección en esta zona donde hoy estoy; Goose Green/Darwin (…) Cuál será mi sorpresa, la bronca y la amargura; cuando con toda la Sección lista, con todo listo, esperaba tan sólo la orden de embarcar en el helicóptero, veo que con cara de embole se acerca el Jefe de la Compañía (un Teniente 1) y dice que el General García (el Comandante) decidió dejar también a mi Sección de Reserva, por si era necesario empeñar algún elemento en algún sector en situación desfavorable (…)”. ¿Habrá sido la rotura del helicóptero el factor que más importancia tuvo en el cambio de planes? No lo sabemos, lo cierto es que la primera misión del Teniente Estevez, se efectuó el 2 de abril y consistió, como generalmente se dice, en permanecer embarcados como reserva de los elementos que ya actuaban en tierra. Nuestra hipótesis, sostenida en el documento trascripto, parece ser correcta, toda vez que, ni bien desembarcaron Estevez y Gómez Centurión con sus Secciones –recién pudieron hacerlo el 3 de abril-, el General Daher le ordenó a la Compañía C que tomara Goose Green. Y esto, concuerda perfectamente con el relato de la Operación que Roberto hacía a su padre en la carta que citamos: “ (…) Recién al otro día echamos pie a tierra, como para tomar contacto con los Abastecimientos del Regimiento de Infantería 25, y

luego volver a embarcar en el “Islas de los Estados”, un cascajo torturante, ahora sí rumbo a Darwin; en esa localidad efectuamos un cerco, requisamos armas (…)” Por todo lo dicho, creemos que efectivamente, inicialmente Estevez y su sección iban a ser participes del desembarco el 2 de abril con la misión que finalmente tuvieron que realizar (sólo que 24 horas más tarde; esto es, tomar Goose Green). Con lo relatado quedan perfectamente delimitadas las dos primeras misiones que tuvo que cumplir Roberto en Malvinas. No obstante sería él mismo quien en carta a su hermana María de las Mercedes se encargaría de detallar su accionar. En ella expresaba con claridad: “(…) Nuestra permanencia en las Islas es, como ya sabrás, desde la primer hora y la actividad puede dividirse en: Operación Rosario (27/3 a 2/4); Ocupación Green Goose – Darwin (4/4 a 1/5) y operaciones contra la “Task Force”, a partir del 1/5 (…)”. Transcribimos la totalidad de la misiva para proseguir el relato en palabras de su protagonista.

Carta del Teniente Estevez a su hermana María de las Mercedes del Rosario.

“25 de mayo de 1982. Soberanía o Muerte. Mi querida María de las Mercedes del Rosario: Hoy no cambiaba mi puesto por ninguno que pueda desempeñar un argentino en cualquier lugar. Presidí una misa, que en conmemoración del día de la Patria, celebró un capellán para mi Sección, en un descampado próximo a nuestras posiciones. El oficio fue en acción de gracias por tantas cosas que debemos al Señor, de las cuales ninguna duda que la más inmediata era que, pese a la actividad de los British, el personal de la Base Santiago no debe lamentar ni siquiera un herido, desde el 27/3 en que fuimos asignados a la Operación Rosario hasta el presente. Nuestra permanencia en las Islas es, como ya sabrás, desde la primer hora y la actividad puede dividirse en: Operación Rosario (27/3 a 2/4); Ocupación Green Goose – Darwin (4/4 a 1/5) y operaciones contra la “Task Force”, a partir del 1/5. Por el momento acá “se puede vivir”, estamos, mis soldados, suboficiales y yo, totalmente bien, estimo que si Dios nos permite seguir llevando en nuestro nivel las

cosas como hasta ahora, si somos empeñados en combate propiamente dicho, las cosas pueden andar en forma relativamente positiva. Para hablar de la Operación Rosario, me voy a tomar el tiempo, allá en Posadas, con unos amargos dando vuelta y sin mucho apuro, ¿Sí? En cuanto a la 2 Etapa fue bastante “divagateur” y se trató de darle un aire de vida de cuartel con mentalidad de guerra, de forma tal que, salvo la rigurosísima seguridad

y la construcción de posiciones defensivas, la vida no se diferenciaba

mucho de la que llevábamos en Guarnición Sarmiento (Chubut). En estos días aproveché para practicar mi inglés con los “Kelpers” (buenos tipos, pero van a seguir siendo “british”, mal que le pese al gobierno Argentino; no quieren saber nada con la Argentina; la prensa judaica multinacional, “The Amnesty”, Pérez Esquivel y otros infames se están luciendo con la mano de brea que nos dieron; charlando con los “Kelpers” uno se da cuenta). Además empecé a leer “The Knights of the round Table” in english of course, pero con los Sea Harriers que cada tanto mandan los muchachos de la Royal Navy, perdimos algunas buenas costumbres, tales como vivir en edificios o carpas (desde el 1/5 vivimos en las posiciones), o leer en inglés (ya no tengo tiempo ni concentración como para leer y darle al diccionario), entonces ahora leo castilla nomás. Eché mano a la catarata de libros que la buena gente linda desde el continente nos hizo llegar, junto con tanta cosa increíblemente variada y encontré “Los centuriones”, la obra preferida de uno de mis autores preferidos. Lo terminé por 2 vez, hace poco, ahora estoy leyendo, entre zambullida en las posiciones y otras actividades, “Regreso al país de las sombras largas”, “Cartas del desierto” de Carlos Carreto y un libro de Lovercraft con todo un despliegue de morbosa imaginación. A pesar de las alertas y Alarmas (raids aéreos, probable desembarco, cañoneo naval y otros números del circo británico), tratamos de mantenernos dentro de un ritmo metódico de vida; Educación Física, aseo, limpieza de sectores y desde mañana, repaso de temas de instrucción. Con las últimas luces rezamos nuestro rosario, el arma N 1 desde siempre (las de fuego y las blancas vienen después), para lo cual muchos de mis soldados lo deben sacar del cañón de la FAL en donde los tienen atados.

Estamos muy bien y sabemos qué vamos a hacer y que vamos a triunfar porque, como dice San Pablo y como es el lema de mi sección: “Si Dios con nosotros, ¡quién contra nosotros!”. Como te dije estamos bien, pero yo quiero que mis soldados estén mejor, así que por ello te voy a manguear algunas cosas; aquí van: una lata de cemento de contacto (pegan cuero y goma), una bobina de hilo encerado para cueros; 2 o 3 agujas de zapatero, (para hacer nuestro propio mantenimiento a los borceguíes y no tener que esperar turno de taller) y unas latas de ese unto para cueros (montaduras, toldos, etc). Vos con esto ya estás eximida de aportar al Fondo Patriótico. Desde el frente y con gesto patriarcal, te eximo ¿sabés? Y ahora te dejo, estoy de jefe de seguridad y debo darme una vuelta de control. Saludos a todos. Esto viene a ponerse interesante, hay que analizar con ojos críticos todo lo que se está gestando en el país: 1) La gente retorna con pasión a la Fe Católica, la única. 2) Hispanoamericana se une ante la agresión (se cae la máscara de la farsa liberal argentina europeizante). 3) Se respira un aire de unidad nacional ante la causa común. 4) Tal vez llegó la hora de prenderle fuego a 132 años de claudicaciones históricas y hacer imperar la Argentina Eterna, Católica, Hispanoamericana, Unida para el Bien Común y tras un destino de grandeza. Un beso para tus guainitas, para Pauline y un fuerte abrazo para Edmond y si lo ves a Hugo, mis más especiales saludos. Un beso de, ROBERTO. ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Patria! VENCEREMOS”.

Esta misión de “tomar y asegurar” Prado del Ganso, era de importancia estratégica y política ya que allí se encontraba la principal empresa de la isla. Se trataba de la Falkland Island Company que poseía aproximadamente 1.000.000 ovejas y dominaba la vida económica de las islas. Era propietaria de un 46% de las tierras en el archipiélago. Sólo había en las Malvinas treinta agricultores independientes y el resto de las tierras estaban en

manos de otras compañías. Pero la Falkland Island Company era la principal empresa comerciante de la isla. Sus gerentes locales eran de hecho los alcaldes de las aldeas, y por supuesto debían ser ingleses, ya que ese cargo estaba vedado para los kelpers. La FIC controlaba

los barcos de

suministros y se ocupaba

del

comercio de lana de

ovejas -principal fuente de recursos de las Malvinas-. El mismo día 3 de abril al terminar el día, la misión de tomar, ocupar y controlar Gosse Green y la Empresa Falkland Island estaba cumplida. Al Teniente Roberto Estevez sólo le faltaba cumplir con la tercera y más delicada misión. Las Operaciones contra la “Task Force”. Esta sería la que le costaría la vida y la que pondría a nuestro Héroe de cara con el Creador. La Compañía C, de Estevez se ubicó en la escuela del poblado, una zona ventajosa para la defensa. La Sección BOTE de Estevez se encargó de fortificar la posición y la de su gran amigo, Gómez Centurión, de censar y requisar armamento a la población civil. Como quedó dicho en los documentos transcriptos, la postura Argentina respecto a la propiedad privada fue respetuosa en este sitio pero acorde a tiempos de guerra. Lentamente iban llegando todos los elementos que constituyeron lo que se conoce como “Base de Tareas Mercedes”, que estaba integrado por el Vicecomodoro Pedrozo y sus componentes de F. Aérea que organizó la base con los Pucará. Luego llegó el Subteniente Reyes, con lo que recién allí se completó la Compañía C del Regimiento 25. Más tarde, y con exasperante lentitud (a cuenta gotas) fue llegando el Regimiento 12 de Infantería (se completaría ya en pleno combate con los ingleses sobre la posición nacional), que estaba al mando del Teniente Coronel Italo Piaggi, quien quedó al frente de todas las tropas que se encontraban allí destinadas. El 1 de mayo los ingleses iniciaron el ataque sobre Goose Green y como se efectuó con fuego naval sobre la población se procedió a darle refugio a la misma sacándolos de sus casas y juntándolos en la Iglesia. Esta precaución no pudo evitar “cierto espionaje” realizado por kelpers que informaban a los ingleses sobre las defensas argentinas. Se cuenta que Hard Castle, funcionario de la FIC, desapareció de su casa y sólo volvió marchando con las tropas inglesas cuando la posición argentina había caído. El 21 de mayo se produjo el desembarco inglés en San Carlos y se perdió contacto con parte de las fuerzas propias allí destinadas. El Regimiento de Infantería N 12 ya estaba desplegado constituyendo el primer anillo de defensa, que se constituía esquemáticamente

hablando, de dos semicírculos apoyados en el mar. La parte norte, tenía como reserva a la Sección del Teniente Estevez. La parte sur, contaba con la Sección del Subteniente Gómez Centurión como reserva. Por lo tanto, la totalidad de la “Fuerza de Tareas Mercedes”, al mando del Coronel Italo Piaggi estaba compuesta por: a) Regimiento 12, compañías A y C, contaba con 439 hombres entre oficiales, suboficiales y soldados; b) Regimiento 25, compañía C, integrada por 78 hombres; c) Un grupo de la Compañía de Ingenieros 9, con tan sólo 11 hombres; d) Grupo de Artillería 4, sección de la Batería A, eran 45 hombres; e) Sección del Grupo de Artillería de Defensa Aérea 601, con un total de 33 hombres; f) Regimiento de Infantería 8, una sección de 39 hombres. El total de hombres de la “Fuerza de Tareas” era entonces de 643 combatientes para cubrir 31 km lineales, y una superficie de 17 km cuadrados. Desde que se produjo el desembarco británico, comenzó un fuego de ablandamiento sobre las primeras líneas defensivas argentinas por parte de la artillería inglesa. Con el correr de los días el fuego fue en aumento, lo que hacía prever que se acercaba el ataque por tierra sobre las posiciones de la “Fuerza de Tareas Mercedes”. El 28 de mayo, aproximadamente a las 2:30 AM los paracaidistas del Segundo Batallón inglés, con apoyo de fuego de una Fragata y seis piezas de artillería, atacaron por el norte del dispositivo de defensa argentino, tratando de quebrar por la posición del Regimiento 12. La Compañía A del Reg. 12 luego de soportar lo máximo posible la presión enemiga se replegó. Algunos elementos lo hicieron en forma ordenada, otros, lamentablemente, en forma caótica. En esos momentos el flanco izquierdo de la defensa comenzaba a flaquear y se producía el siguiente diálogo: - PADRE MORA: "Señor Teniente Coronel, basado en mi propia experiencia, durante la Segunda Guerra Mundial en Italia, estimo que, por el potente fuego de artillería enemiga que se recibe más el cansancio de los soldados, será muy difícil sostener las líneas defensivas. Si Ud. me permite, creo que sería conveniente utilizar la Sección de Tiradores Especiales, del Teniente Roberto Estévez, a la que le reconozco un excelente espíritu para el combate."

El Padre Santiago Mora, Capellán del Regimiento de Infantería 12 y veterano de la II Guerra en el Teatro de Operaciones Italia, le hizo esta proposición al Jefe de la Defensa, Coronel Piaggi. - TENIENTE CORONEL PIAGGI: "Gracias, Padre, lo pensaré; mis asesores también me dieron el mismo consejo; esta Reserva es lo último de que disponemos". Luego, se sostuvo otro diálogo trascendental entre el sacerdote y Estevez al que se sumaría –con la orden esperada- el Teniente Coronel Piaggi: -

PADRE MORA: “Disculpe Estevez, yo le dije al Teniente Coronel Piaggi que

podría mandarlo a usted al frente para apoyar el repliegue de la Compañía A”. -

TENIENTE ESTEVEZ: “Gracias Padre. Eso era lo que estaba esperando”. Seguidamente el Teniente Coronel dio sus órdenes:

- TENIENTE CORONEL PIAGGI: “Teniente Estévez, como último esfuerzo posible, para evitar la caída de la Posición Darwin-Goose Green, su Sección contraatacará en dirección Noroeste, para aliviar la presión del enemigo sobre la Compañía "A", del Regimiento 12 de Infantería. Tratará de recomponer, a toda costa la primera línea. Sé que la misión que le imparto sobrepasa sus posibilidades, pero no me queda otro camino”. Luego, lo despidió con un fuerte abrazo. Estevez conciente de lo difícil de la misión jamás se sintió intimidado y se dirigió a su tropa de la siguiente manera: -

“Por fin ha llegado el momento más importante de sus vidas como soldados; si

recuerdan toda la preparación que han tenido, la fracción tiene más posibilidades de cumplir con la misión. Soldados, en nuestras capacidades están las posibilidades para ejecutar este esfuerzo final, y tratar de recomponer esta difícil situación. Estoy seguro de que el desempeño de todos será acorde a la calidad humana de cada uno de ustedes y a la preparación militar de que disponen…Y ahora…Seguirme!". Efectuada la breve arenga el Héroe marchó a cumplir con su destino. Dios guiaba sus pasos. Marchaba decidido al frente de sus soldados para enfrentar al invasor. Se preparaba mientras tanto para la posibilidad de la muerte, estaba dispuesto…todo estaba listo para vencer o morir…

“A las 6 de la mañana de aquel 28 de mayo, la Sección “Bote” se puso en fila y comenzó a avanzar hacia el norte por el ondulado y descubierto terreno en medio de la oscuridad, tratando de cubrir lo antes posible el poco más de kilómetro y medio que la separaba de su objetivo. Detrás, quedaban el cabo Rosales y los soldados Álamo, López y Maina y dos conscriptos del grupo de apoyo de la Sección “Romeo”, Héctor Cabrera y José Luis Cevallos, para dar seguridad al puesto comando de la compañía y para actuar como escalón de recibimiento en caso de repliegue de la fracción. Estévez encabezaba el grupo de hombres, cuya masa estaba constituida por veintiséis soldados aspirantes a oficiales de reserva, secundado en el mando por el cabo primero Olmos y los cabos Zárate y Castro. También había sido agregado al contingente el cabo Miguel Ángel Ávila, jefe del grupo de apoyo de la sección del subteniente Gómez Centurión, y cuatro de sus conscriptos (Buffarini, Culasso, Bartolucci y Arce) portando una ametralladora MAG y un lanzacohetes. Si bien estos últimos estaban acoplados a la Sección “Bote” sólo desde los principios del mes de mayo, habían desarrollado una buena camaradería con los hombres del teniente Estévez como así también con el propio cabo Ávila, un jujeño de diecinueve años de edad. Varios minutos después de haber partido, los adelantados de la fila se encontraron con algunos efectivos del Regimiento de Infantería 12, replegados desde lo que había sido la primera línea del combate observado en aquella madrugada; se encontraban en sus antiguas posiciones y contaban con un jeep, desde cuyo interior podían oírse el intercambio de tráfico radioeléctrico. A cargo de esa pequeña porción de tropas estaban el teniente primero Manresa, jefe de la Compañía A de aquella unidad, y el teniente Alejandro Garra, compañero de promoción de Estévez. En la breve charla que se produjo en medio del campo y la oscuridad, aquellos le comentaron al oficial del 25 qué era lo que había pasado durante el combate y le indicaron hacia dónde estaban las posiciones que debía ocupar, facilitándole dos guías para una mejor orientación; tras la despedida, la Sección “Bote” continuó con la marcha. En las proximidades de la zona que debían alcanzar, los infantes cruzaron por una tranquera que estaba abierta. Apareciendo por la retaguardia, ya muy cerca de los pozos en donde estaba establecida la sección de los servicios, la fracción sorprendió al subteniente Peluffo. Sin tener un aviso previo de la llegada de refuerzos, Peluffo pensó que el enemigo lo había sobrepasado, pero cuando uno de sus soldados le dijo que esos eran los hombres del 25 que estaban con ellos

en la zona de Pradera del Ganso, el joven subteniente salió a recibirlos. A la vez, el teniente Estévez impartía a su sección la orden de desplegarse en cadena con el mismo frente que traían en la marcha. Luego de que Peluffo se presentara, Estévez le inquirió: - ¿Cuál es la situación? El subteniente le informó acerca de los movimientos que el enemigo había hecho durante la noche, incluido el fuego de ablandamiento efectuado por su artillería en el sector, y del repliegue de parte de la Compañía A; también le comentó la disposición de su tropa y el armamento de que disponía, remarcándole que la altura que tenían a la derecha se encontraba desocupada. Obrando en consecuencia, el teniente le ordenó que tomara un grupo de tiradores y una de las ametralladoras MAG y que se ubicara cubriendo ese flanco para evitar un probable envolvimiento del sitio. Los jefes de grupo de la Sección “Bote” se habían acercado también para recibir las directivas acerca del despliegue de la fracción. Con la Sección “Bote” desplegada todavía sobre el faldeo sur de la hondonada que se abría ante ella, el cabo Luis Miño y el soldado Alberto Moschen fueron designados para efectuar el reconocimiento y avanzaron hacia la tropa observada. Momentos más tarde, una ametralladora enemiga abrió el fuego desde el sector de su aproximación y la ráfaga alcanzó al cabo y al soldado, quienes murieron en forma inmediata. Al mismo tiempo, todo el sector de la defensa comenzó a ser intensamente saturado por el fuego de armas automáticas, el que encontró a los soldados del Regimiento 25 sin ninguna protección. A los gritos, el teniente Estévez les dijo a sus hombres que se tiraran cuerpo a tierra ya que los estaban atacando los ingleses y les ordenó que cada uno se arrastrara hasta el primer pozo que encontrara. En la medida de lo posible y aún con la oscuridad cernida sobre ellos, apoyados por los infantes del Regimiento 12 que también disparaban a discreción sobre las bocas de fuego enemigas, los soldados de la sección fueron cumpliendo con este propósito y desde las protecciones que iban obteniendo comenzaron a responder con mayor eficacia al ataque inglés; el intercambio de disparos se generalizó por ambos bandos y el combate se transformó en una situación caótica y feroz. El subteniente Peluffo, quien había pensado en cumplimentar la orden de Estévez de cubrir el flanco derecho de la posición llevando consigo un grupo de tiradores y una de las ametralladoras del cabo primero Ríos, no tuvo tiempo de ejecutarla ante la precipitación de los acontecimientos. Se arrastró hasta uno de los pozos y empezó a combatir. Eran, aproximadamente, las siete y media de la mañana. La ametralladora del conscripto Sergio Rodríguez había logrado abrir el fuego. Pero los

servidores de la pieza no estaban todavía a cubierto y, cuando se encontraban en busca del reparo de los refugios, un proyectil de mortero cayó muy cerca de ellos. El soldado Arnaldo Zabala, uno de los asistentes, recibió de lleno varias esquirlas en su cuerpo muriendo en forma casi instantánea, y Rodríguez fue herido gravemente por una de ellas entre ambas piernas, en la zona del periné. Luego de recuperarse a medias del shock inicial, pudo llegar arrastrándose hasta un pozo sin soltar su MAG (la que tenía colocada aún una de sus bandas) y allí se encontró con algunos soldados del Regimiento 12, uno de los cuales tomó el arma (…) Unos metros a la izquierda y desplazados hacia atrás ya estaban combatiendo el cabo primero Olmos y los soldados Pecchio y Orellana, aunque con un frente algo distinto al de la MAG. Eric Langer se despojó rápidamente del lanzacohetes, un elemento sumamente incómodo en caso de sostener un combate de encuentro, y de los seis proyectiles que llevaba repartidos entre su pecho y su espalda. Arrastrándose en medio de las balas que pegaban a un lado y otro de su cuerpo cayó de pronto en un pozo; ya estaban allí su compañero Brión y el cabo Zárate. Momentos después, desplazándose desde la derecha del sector, el teniente Estévez llegó corriendo hasta el mismo pozo, ubicado hacia el extremo oeste de las posiciones argentinas, y se tiró en él. Desde allí se asomó y le gritó al cabo primero Olmos: - ¡Bien Olmito, bien esa MAG! ¡Organizame el fuego y no dejen de tirar! Después se volvió y le preguntó a Langer: - ¿Qué hiciste con el lanzacohetes? Cuando este contestó que lo había dejado tirado, le ordenó que lo buscara. El soldado salió del agujero y nuevamente comenzó a ser acosado por decenas de impactos los que, milagrosamente, no dieron en su cuerpo. Regresó con el arma en sus manos y Estévez le dijo que la cargara y que se dispusiera a seguirlo. A su vez, Langer le pidió a Brión, su abastecedor de munición, que fuera con él. Cuando Estévez se expuso nuevamente para tratar de llegar corriendo hasta el pozo en donde veía una MAG disparando, dos proyectiles enemigos impactaron en él: uno en una pierna y el otro en un brazo, ambos del lado izquierdo, haciendo que su cuerpo diera una vuelta en el aire Arrastrándose, el teniente llegó hasta la trinchera que buscaba. Además del soldado Rodríguez, que se encontraba en el fondo de aquel pozo con su complicada herida, unos seis efectivos resistían desde aquella posición. La MAG que Estévez pudo observar en acción era la que pertenecía a Rodríguez y había sido empuñada, con una gran decisión, por uno de los soldados del Regimiento 12. Este conscripto logró tirar en dirección a la tropa

enemiga desde los primeros momentos del combate hasta que una esquirla o un proyectil inglés pegó en el arco protector del gatillo del arma, quebró parte de la cola del disparador y le arrancó una porción del dedo. Sin titubear, el apuntador improvisó un vendaje sobre la herida y siguió combatiendo con su otra mano. Pero minutos más tarde, una bala impactó en su cabeza y cayó muerto en el fondo del pozo. Roberto Frattari, otro de los integrantes de la Sección “Bote”, continuó disparando con la ametralladora después de quedarse sin su FAL y sin un FAP, ambos fuera de servicio luego de una serie de disparos. Cuando el teniente Estévez ordenó que la sección se desplegara en cadena, la formación resultante quedó en posición oblicua a la línea de los pozos de la defensa; por tal razón, los que venían marchando al frente quedaron mucho más cerca de estos y lograron refugiarse antes que los que conformaban la retaguardia, muchos de los cuales permanecieron varios minutos totalmente expuestos al fuego enemigo. Adrián Sachetto fue uno de ellos: cuerpo a tierra, tiraba para donde le habían dicho que lo hiciera sin tener la certeza de pegarle a algún enemigo en medio de la penumbra (…) Cuando el soldado Langer vio que al teniente Estévez lo habían herido ni bien salió corriendo del pozo, le preguntó a Zárate: - ¿Qué hago, mi cabo, voy o no voy? El suboficial le dijo que se quedara, ya que el riesgo de salir del lugar era muy grande. De pronto, comenzaron a escuchar unos gritos a unos pocos metros detrás de ellos: era Fabricio Carrascull. - ¡Vení, vení, arrastrate al pozo! comenzaron a pedirle desde esa posición, pero lo único que alcanzaron a escucharle en dos o tres oportunidades fue que no podía hacerlo, que le habían dado. Pocos segundos más tarde llegaron al agujero Adrián Sachetto (quien cayó encima de sus ocupantes) y Sergio Bartolucci, después de que ambos hubieran estado durante mucho tiempo sin ninguna cubierta frente a las balas enemigas que los buscaban en la semi oscuridad. Cuando fueron preguntados por Fabricio, los dos dijeron que había sido herido y, en el ínterin, éste ya no volvió a ser oído. La ametralladora MAG que traía Bartolucci, de la cual era su apuntador, estaba completamente inoperable al estar llena de barro y no pudo ser puesta en servicio pese a los intentos de limpieza realizados. Tampoco funcionaban el lanzacohetes de Langer, perforado por algunos impactos, ni uno de los dos fusiles FAL ni el FAP que había en aquel pozo. Armados con un solo FAL, aquellos hombres comenzaron a responder el ataque en forma por demás limitada. - ¡Rodríguez! ¿Qué le pasó? - preguntó Estévez a su conscripto cuando lo vio herido. Éste le respondió de inmediato pero le inquirió, a su vez, por las

heridas que él tenía: - No es nada lo mío... - contestó el teniente. Una vez que estuvo ubicado en esa posición, el teniente Estévez efectuó varios disparos de fusil con su brazo derecho, no sin un gran esfuerzo, mientras alentaba a los gritos a sus soldados para que sostuvieran el combate. En forma casi simultánea, logró establecer comunicación con la artillería de campaña que estaba tirando desde Pradera del Ganso para corregir su puntería, ya que los primeros impactos de los obuses de 105 milímetros habían caído peligrosamente cerca de los pozos ocupados por los argentinos, sin que llegaran a afectar a los ingleses; durante varios minutos más sostuvo este enlace con la batería propia, oficiando de improvisado observador de tiro (…)” (TEVES, Orlando, "Pradera del ganso (Goose Green) - Una batalla de la Guerra de Malvinas", Bs As, Edición del Autor, 2007). - TENIENTE ESTEVEZ: "Para la Sección, sobre las fracciones enemigas que se encuentran detrás del montículo, ¡fuego! Artilleros, sobre el lugar, deriva 20 grados, alza 400 metros, ¡fuego! Esté atento Cabo Castro, en dirección a su flanco derecho, puede surgir alguna nueva amenaza..." - diversas órdenes se cruzaban en medio del fragor del combate y; finalmente, se logró bloquear el avance, y aliviar en parte la presión ejercida por los ingleses. En medio de la lucha y frente al desorden general de la Compañía A, Estevez pidió por radio apoyo de fuego de morteros al tiempo que afirmaba, “Usted que me conoce sepa que yo no me voy de acá. Yo no me voy a replegar”. Contenido momentáneamente, como se ha dicho, el avance inglés, insistió con el pedido de los morteros que no le mandaron (…) “A unos siete u ocho metros del oficial, protegido solo por un pequeño parapeto de tierra al no haber podido llegar a ninguno de los pozos, el soldado Buffarini tenía en sus manos su propio lanzacohetes. Sin proyectiles, ya que su abastecedor estaba un poco más adelante, recibió una orden de Estévez: - ¡Buffarini, tire con el Instalaza pero tire para el cementerio! - Después de dos o tres minutos de putearse con su compañero Culasso, quien no quería arriesgarse a salir de su refugio para alcanzarle la munición, éste se arrastró y le alcanzó tres o cuatro proyectiles. Buffarini cargó y efectuó el primer disparo hacia el antiguo cementerio rural, que estaba ubicado hacia la izquierda de su frente, y desde donde varios ingleses hacían fuego con armas automáticas. - ¡Bien soldado, tire otro! - gritó Estévez, al observar la eficacia lograda por el conscripto de la Sección “Romeo”. En

aquellos momentos, dos esquirlas pegaron en la cabeza de Sergio Rodríguez y unos hilos de sangre comenzaron a correr por su rostro. Al ver eso, el teniente le alcanzó al conscripto el casco del soldado del Regimiento 12 muerto en el pozo y le dijo que se lo pusiera. A pesar de las heridas que había recibido, Estévez no cejaba en su voluntad de lucha y en uno de sus últimos contactos radioeléctricos con Pradera del Ganso manifestó que no pensaba en replegarse y que continuaría la misión que le había sido asignada. Entonces, al asomarse al borde del pozo para hacer una nueva observación, recibió otro balazo que le entró por el pómulo derecho y lo tiró hacia atrás; después de caer encima de Rodríguez, balbuceó algunas palabras y murió rápidamente (…)” (TEVES, Orlando, “Pradera del ganso (Goose Green) - Una batalla de la Guerra de Malvinas", Bs As, Edición del Autor, 2007). La heroica muerte de Estevez fue recordada más tarde por dos de sus soldados. El soldado Rodríguez dijo: “(…) Llegó a mi posición el Teniente Estevez, herido con dos balazos en el cuerpo, en la pierna derecha y en el brazo, que lo tenía colgando. Llevaba el arma con el otro y la radio. Me preguntó si estaba herido, que lo de él no era nada (…) seguía dando órdenes y haciéndonos sostener el combate, mientras él con su único brazo sano se comunicaba con el puesto comando dando toda la información del enemigo. No sé cómo los ingleses habían tomado posiciones tan elevadas. Estaba hablando por radio cuando recibió otro balazo en la cabeza que le entro por el pómulo derecho. El impacto del proyectil lo tiró para atrás a Estevez. Yo ya no tenía miedo ni nada. Era como que esperaba tener a tiro a algún inglés, o lo mato yo o me mata él a mí. Y el Teniente desangrándose (…) Hubo un momento en que me rozaron dos esquirlas en la cabeza y el Teniente Estevez que agonizaba en silencio, me habla y me dice que me ponga el casco de un muerto. Me caían unos hilitos de sangre por la cara. Cuando volví a mirarlo, mi Teniente Estevez había muerto…” En tanto el soldado Huircapán recordaba las acciones de la siguiente manera: “Parecía que todo se había aquietado, pero de repente apareció el Teniente y nos dijo que teníamos que trasladarnos desde la zona de la escuela en la que estábamos apostados, hacia el cerro Darwin, más al norte, donde estaba el Regimiento 12. El Teniente recibió la orden de iniciar un contraataque, nos alistamos y empezamos a avanzar en fila india por una pradera muy plana. Caminamos en silencio unos 2.500

metros hacia el norte y de repente tomamos contacto con una sección del 12. Primero se adelantó el Teniente Estévez y, mientras nosotros nos preparábamos para iniciar el contraataque, vimos movimientos de soldados abajo, hacia el mar, a unos setecientos metros. Todavía estaba muy oscuro y no estábamos seguros si eran tropas inglesas, así que Estévez mandó a una patrulla a verificar. Habrán pasado unos veinte minutos, escuchamos un tiroteo y prácticamente ahí se armó el combate. Estábamos al descubierto todavía y empezamos a recibir ráfagas de ametralladoras de todos lados. Nos fuimos arrastrando como pudimos hacia las trincheras y desde ahí intentamos repeler el ataque. El Teniente Estévez iba de un lado a otro organizando la defensa hasta que de repente lo hirieron en un hombro. Pero así y todo, malherido, él siguió arrastrándose por las trincheras, dando órdenes, alentando a los soldados, preguntando por todos. Poco después lo hirieron en el costado, pero igual, desde la trinchera siguió dirigiendo el fuego de la artillería por radio. Ahí empezó el duelo de artillería, los ingleses querían avanzar y no podían. Hubo una pequeña tregua y después los ingleses reiniciaron el ataque, intentaron avanzar y nuevamente los rechazamos. En ese momento hubo un desbande y yo me quedé con dos compañeros, Ledesma y Testoni. Tratábamos de relevarnos entre nosotros como podíamos. Se nos había trabado la ametralladora de Ledesma y de repente vimos que venían avanzando tres ingleses que todavía no nos veían. Avanzaban hacia la trinchera de tres correntinos que estaban mirando hacia el norte y me quedó esa imagen, la desesperación que teníamos por destrabar la ametralladora. Era el culote de una munición que se había quedado pegado en el percutor. La destrabamos desesperados, Ledesma pudo disparar y ahí vimos cómo cayeron dos de los ingleses y el otro desapareció. Después ubicamos al inglés que guiaba la artillería de ellos, le veíamos la antena pero no lo veíamos a él. Vimos que se arrastraba y que hablaba por radio y le disparamos. Yo tenía tres antitanques y tres antipersonales y le tiré los seis. Ahí nos enteramos de que el Teniente Estévez había muerto. Junto con él habían caído el Cabo Castro y Fabricio Carrascull, el radiooperador. Porque cuando cayó Estévez, el Cabo siguió operando la radio hasta que le dieron y después siguió Fabricio, hasta que también cayó (…)” (SPERANZA Graciela; CITTADINI, Fernando, Partes de Guerra, Bs As, Grupo Editorial Norma, 1997, pp. 133-135).

Los ingleses comenzaron un nuevo repliegue. Se los había detenido y obligado a retirarse. Habiendo cumplido con su misión, sin Jefes, agotadas las municiones y transportando la mayoría de sus muertos y heridos, la veterana y gloriosa Sección de Estevez se retiró hacia sus posiciones iniciales, habiendo cumplido con su objetivo. En el combate de Darwin murieron: Regimiento 25, compañía C, sección Bote: el Tte. Roberto Estévez, y sus subordinados, Cabo Mario Castro, Soldado Fabricio Carrascul, Soldado Horacio Giraudo, Soldado Arnaldo Zabala; Regimiento 12: Cabo Primero José Luis Ríos, Cabo Luis Miño, Soldado Gabino Ruiz Diaz, Ireneo Mendoza, Alberto Moschen, Ireneo Maciel, Rubén Horacio Gomez3. Respecto de los sucesos ocurridos en Darwin/Goose Green, en particular lo referido a los decesos del Cabo Mario Castro, y el soldado Fabricio Carrascul, es importante señalar la existencia de dos versiones opuestas. Una de ellas, que denominamos “oficial” es la que hemos adoptado y narrado precedentemente. La misma tiene sus fuentes en: a- Testimonio del Mayor ERNESTO ORLANDO PELUFFO, b- Testimonio del soldado NELSON GUILLERMO HUIRCAPÁN, c- Testimonio del Sr. HECTOR CISNERO (Presidente de la Comisión de Familiares de los Caídos en Malvinas), d- Testimonio del Mayor JUAN JOSE GOMEZ CENTURION, e- Testimonio del Teniente General ROBERTO BENDINI, f-

Página

Oficial

del

Arma

de

Infantería

del

Ejército

Argentino

(http://www.infanteria.ejercito.mil.ar/unidades/unidades/RegimientodeInfanteriaMecanizad o25/historia.htm). Sin embargo, el otro relato referido a las muertes del Cabo Castro y el soldado Carrascul no puede dejarse de lado, y dada nuestra imposibilidad durante la investigación de llegar a establecer cuál de las dos historias es la real, preferimos mencionar ambas. Esta segunda versión de los hechos, la denominamos “Libro del 25” y sostiene que: a- Muerte en combate del Cabo Castro y el soldado Carrascul: El Cabo Mario Castro se encontraba reunido con el Jefe de Sección para recibir órdenes, juntamente con los Jefes de los demás escalones. Fue en ese momento en que comenzó el combate recibiendo intenso fuego la Seción corrió bajo el fuego enemigo para ubicarse en el centro de su escalón e impartirles 3

Según el historiador y amigo, que gentilmente colaboró con este trabajo, aportando datos del suyo, la nómina de bajas es mayor; llegando a 15 muertos, entre componentes del Reg 12, Secciones del Reg 25.

las órdenes adecuadas a la situación imperante en esos momentos. Fue en ese preciso instante que cae mortalmente herido presuntamente por un disparo de fósforo blanco y un disparo en el estómago. La herida por el fósforo motivó que comenzó a salirle humo de la espalda quemándose la chaquetilla por esta razón y en su agonía pedía a un AOR que estaba próximo que lo matara. Aproximadamente al cabo de 1 hora se produjo el deceso final. El soldado Fabricio Carrascul, en el momento que comenzó el combate se arrastraba buscando una cubierta para poder contrarrestar con su arma el fuego enemigo. En ese trayecto fue herido mortalmente. Sus compañeros recuerdan sus últimas palabras “¡Me dieron!”. Dicho relato tiene su fuente en el Libro Histórico de la Compañía A del Reg. 25, a- Testimonio del soldado SERGIO DANIEL RODRIGUEZ, b- Investigación del Sr ORLANZO TEVES (entrevista con el autor). A pesar, de estas opiniones divergentes de cómo se produjeron exactamente los sucesos en la batalla de Darwin/Goose Green, ninguna fuente niega el valor y heroísmo con que se batieron nuestros soldados, tanto es así, que ganaron para la historia el sobrenombre de “Los bravos del 25”4. El Teniente Roberto Estevez había conquistado un lugar en la constelación de Héroes de nuestra Patria. Un lugar al lado de los más valientes y brillantes hombres de la Nación. Así lo recordaba su subordinado, el soldado Guillermo Aliaga: “Estévez fue herido en la pierna derecha y en el brazo, pero siguió sosteniendo a los soldados en el combate hasta el final. Con su único brazo sano se comunicaba con el puesto de comando dando toda la información sobre el enemigo. Era un tipo muy especial. Desde el principio supo lo que le iba a pasar y se preparó para eso con un convencimiento casi 4

Las versiones contradictorias respecto de las muertes del Cabo Oviedo y del Soldado Carrascul llegan al extremo de que, en una misma publicación se den las dos versiones opuestas como ciertas. Así en el libro “Malvinas 20 Años, veinte héroes, Bs. As, Círculo militar, 2003, p. 304, Selva Echagüe escribe la versión no oficial del Ejército, es decir, la muerte por herida de fósforo blanco de Oviedo, y la muerte de Carrascul posterior a la de Oviedo pero anterior a la de Estevez, por lo cual era imposible que tanto Oviedo como Carrascul hubieran operado la radio muerto Estevez. En tanto, en el mismo libro, en la p. 290, Antonio Rodríguez Villar, sin ser muy preciso respecto de la muerte de Fabricio Carrascul, acerca su relato a la versión oficial del Ejército, toda vez que su narración se apoya en las declaraciones de los familiares y amigos de Fabricio. Todos ellos sostienen que el soldado murió después de Estevez y del Cabo Oviedo intentando comunicarse con P. Argentino.

místico. Porque uno se puede jugar en el combate y si te toca morir, te toca, pero la convicción con la que él asumió su muerte, lo hacía diferente. Los soldados veían eso y les quedó la marca del tipo que estaba preparado para todo”. (SPERANZA Graciela; CITTADINI, Fernando, Partes de Guerra, Bs As, Grupo Editorial Norma, 1997, pp. 136) Le fue otorgada la condecoración: "LA NACIÓN ARGENTINA AL HEROICO VALOR EN COMBATE", por: "Dirigir un contraataque durante la noche, en una zona ocupada por fuerzas enemigas superiores, para permitir el repliegue de efectivos propios comprometidos. Pese a resultar herido seriamente, continuar en la acción, ocupar el objetivo asignado y mantenerlo en situación desventajosa, rechazando sucesivos ataques, oportunidad en la cual ofrenda su vida". Fue un excelente amigo y compañero. Rindió su existencia como un Cruzado, con fe en la causa justa que defendía y en la certeza de que su vida no le pertenecía.

APENDICE DOCUMENTAL.

I-

DOCUMENTO

TRANSCRIPTO

DEL

DIARIO

EL

TERRITORIO. JUEVES 12 DE AGOSTO DE 1982. ESCRITO POR EL PROFESOR JUSTO ALI-BROUCHEUD, PADRINO DE ROBERTO ESTEVEZ.

“Evocación de un soldado”. “Todo hombre debe amar a su patria y procurar su mayor bien. Por consiguiente de be cuando la vea invadida por los enemigos, defenderla con todas sus fuerzas, aunque sea a costa de su vida” (Tratado de las Obligaciones del Hombre). PATRIOTISMO ARGENTINO. La Guerra de las Malvinas avivó en el pueblo argentino la virtud del patriotismo con una unanimidad que no se conocía desde las grandes gestas emancipadoras, por ello afirmamos en su momento que el acto recuperatorio argentino tenía la trascendencia de una segunda independencia nacional.

Seguramente deberá transcurrir el tiempo para tener la verdadera perspectiva de la dimensión de la grandeza de esta epopeya argentina. No será la opinión mezquina, interesada, ni malintencionada, ni aún aquella que de buena fe busca por razonamientos más o menos válidos explicar la inoportunidad del hecho o de las carencias de que adoleció, lo que ha de quitar el valor de esta lucha argentina por su soberanía. Esto es lo trascendente, lo que debemos rescatar de esta batalla por las Malvinas; esto es lo que se puede exaltar en estos momentos de duro pesar y de duro pasar; en que el temple de un pueblo se debe probar para obtener, por la experiencia vivida de un cruento contraste, la fortaleza y la preparación para la victoria. La Guerra de las Malvinas nos ha dejado testimonios que nos muestran por sobre la hojarasca de la publicidad de los mercaderes de adentro como de afuera, el sentido profundo del patriotismo argentino. LA LECCION DE UN TESTIMONIO. Un joven oficial de nuestro Ejército nos dejó una lección póstuma sobre el significado del patriotismo y la ofrenda de la vida por la Patria; el Teniente 1 Roberto Néstor Estévez, hijo de esta tierra misionera, en la que transcurrieran su niñez y su adolescencia. El día 27 de marzo, en la sede de su Regimiento, el 25 de Infantería, de Colonia Sarmiento, en la provincia de Chubut, a pocas horas de partir para el frente de las Malvinas, sin duda recogido en el silencio de su habitación, dejó trazado de su pluma estos párrafos que siguen, cuya lectura despiertan la emoción y aviva el sentimiento patrio. Es una carta premonitoria de su destino que dirige a su padre, don Roberto Estévez antes de partir y que deja para ser entregado si no alcanzaba a regresar: “Cuando recibas esta carta yo, ya estaré rindiendo mis acciones a Dios Nuestro Señor. El, que sabe lo que hace, así lo ha dispuesto: que muera en el cumplimiento de la misión. Pero fijate vos ¡qué misión! ¿No es cierto? ¿Te acordas cuando era chico y hacía planes, diseñaba vehículos y armas, todo destinado a recuperar las Islas Malvinas y restaurar en ellas Nuestra Soberanía? Dios, que es un Padre Generoso, ha querido que éste, tu hijo,

totalmente carente de méritos, viva esta experiencia única y deje su vida en ofrenda a Nuestra Patria. Lo único que a todos quiero pedirles es, 1º) Que restauren una sincera unidad en la familia bajo la Cruz de Cristo; 2º) Que me recuerden con alegría y no que mi evocación sea la apertura a la tristeza, y muy importante, 3º) Que recen por mí. Su amor de hijo lo deja expresado en el párrafo: Papá, hay cosas que, en un día cualquiera, no se dicen entre hombres pero que hoy debo decírtelas: Gracias por tenerte como modelo de bien nacido, gracias por creer en el honor; gracias por tener tu apellido, gracias por ser católico, argentino e hijo de sangre española, gracias por ser soldado, gracias a Dios por ser como soy y que es el fruto de ese hogar donde vos sos el pilar. Hasta el reencuentro, sí Dios lo permite”.

Brilla en esta sentida carta la virtud y la humildad y el vivo amor a Dios, a la Patria y al Hogar, síntesis magnífica de los valores de los hombres, como los cuales, como el Teniente 1 Estevez no dudaron como posible en ofrendar la vida. La enseñanza que nos deja la vida y la muerta de este joven oficial, como la de otros argentinos que ofrendaron la vida bajo la Cruz del Sur, debe ser para cada uno de nosotros el momento de asumir, unidos el amor a la Patria, por la que ellos entregaron sus vidas (…)”

II-

COMBATE DEL CERRO DARWIN Mayor de Infantería ERNESTO ORLANDO PELUFFO.

1.

Desarrollo

El 28 de mayo de 1982 a las 0800 horas, mi sección se encontraba ocupando una posición defensiva en las alturas Norte del CERRO DARWIN; durante toda la noche anterior habíamos recibido fuego de artillería sobre la posición y observado el combate por el fuego que libraba la compañía “A” del RI 12, al Norte de la embocadura del ISTMO DE DARWIN que conducía hacia la salida, y posteriormente A GOOSE GREEN, el asentamiento isleño más importante de la zona. Así amanecimos ese día, sin dormir, agotados por la tensión de los fuegos de artillería que a Dios gracias no nos habían ocasionado bajas y con la incertidumbre de no saber qué nos aguardaría; era un día gris y la llovizna nos mojaba constantemente. De pronto, una fracción desplegada apareció a nuestras espaldas, se trataba de la sección BOTE (1RA Sección de la Compañía C del RI 25), del Teniente ESTEVEZ constituida por los soldados Aspirantes a Oficiales de Reserva (AOR) y por entonces agregada a la Fuerza de Tareas (FT) MERCEDES (RI 12), la que venía realizando un contraataque desde retaguardia, para apoyar a las tropas que mantenían el contacto con el enemigo. Inmediatamente tomé contacto con la sección BOTE e informé a su Jefe acerca de la situación que vivíamos, por lo que luego, el aludido Teniente dispuso reforzar nuestra posición con sus hombres, quedando de hecho a cargo de la posición por ser el más antiguo. En dicha circunstancia le materialicé en el terreno, sobre el flanco derecho de las posiciones, una altura no ocupada por las propias tropas, ordenándome el Teniente que la ocupara con una ametralladora, para evitar que desde allí se envolviera la posición. De pronto, el Sarg 1ro JUMILLA se aproxima y nos informa que en el frente de las secciones se divisaban tropas desplazándose en actitud ofensiva, por lo que de inmediato ordeno que dos hombres se adelanten para observar si dichos efectivos pertenecían al enemigo o a las

propias fuerzas que se replegaban, tarea que les fuera encomendada al Cabo MIÑO con el Soldado RUBEN GOMEZ. Todo era muy confuso, pues en esos momentos también recibíamos fuego de mortero sobre la posición, arrastrándose los integrantes de la sección hasta sus pozos de zorro. El combate cercano había empezado y nuestras ametralladoras hacían fuego sobre los efectivos ingleses que buscaban refugio en una barranca próxima a la playa, desde donde continuaban batiéndonos con fuego de morteros. En esas circunstancias la sección supo que el Cabo MIÑO y el Soldado GOMEZ, al aproximarse, habían sido muertos por el enemigo, y yo no logré ocupar la altura del flanco este de la posición, a consecuencia de lo cual y dado la diversidad de fuegos que recibíamos, los paracaidistas británicos empezaron a envolvernos desde esa dirección. Inicialmente los ingleses intentaron un ataque frontal pero fueron rechazados, en parte merced a la intervención del Cabo Primero RÍOS que conducía dos ametralladoras, el que luego de combatir toda la noche se había replegado a las posiciones de la sección permaneciendo en dicho lugar. Este heroico suboficial instantes después, fue batido por un misil que le ocasionó la muerte cuando se encontraba realizando fuego con una de las ametralladoras. El combate se hacía cada vez más intenso, el Teniente ESTEVEZ fue herido reiteradamente en un brazo y en una pierna, sin que por ello dejara de conducir su sección. Murió como consecuencia de un tiro que hizo impacto en su rostro mientras operaba un equipo de radio por el cual transmitía a la artillería las ubicación de las posiciones enemigas para que las batiesen. Al morir el Teniente ESTEVEZ, se hizo cargo de la radio el Cabo CASTRO, quien también perdió la vida por un impacto de bala, operando entonces la radio el Soldado CARRASCUL, quien imitando a sus jefes, moría en la acción, no sin antes transmitir la posición del enemigo y la situación que vivía su sección. A pocos metros de allí, fui herido primero en una pierna por una granada de mortero que estalló cerca de mi posición antes de que pudiera refugiarme en mi pozo de zorro, por suerte la herida no me limitó para continuar combatiendo. Conduje el combate de la sección, alenté a mi gente con mi grito característico de correntino, “EL SAPUCAY”, ya que también eran correntinos la mayoría de mis soldados. En oportunidad de ser herido un soldado apuntador de un fusil ametrallador, luego de buscarle refugio, me hice cargo del arma y abrí fuego en dirección al ataque enemigo. Los ingleses ya estaban próximos, la Sección combatía en las distancias cortas, entre los cien y cincuenta metros, ellos avanzaban cubiertos por cortinas de humo y protegidos por los intensos fuegos de artillería y de morteros sobre nuestra posición. Su avance era jalonado con fumígenos de colores, para no ser batidos por el fuego de su propia artillería, yo no dejaba de disparar con el fusil ametrallador. De pronto una bala impactó en mi cabeza y caí desplomado en el fondo del pozo, el proyectil había perforado mi casco quedando fuera de combate debido a una herida en el rostro. Fue el Soldado PONCE, que desde su posición me auxilió, me vendó y me alentó para continuar conduciendo

El combate entonces transcurría sin mengua, los integrantes de la Sección desde cada pozo luchaba contra su enemigo. En una oportunidad, un soldado que se había puesto mi casco, al salir a tirar desde la posición, recibió un impacto sin consecuencias, ya que el tiro rebotó, suceso que provocó un asombro general. En otra ocasión, un soldado que operaba un lanzacohetes antitanque y antipersonal, al salir de la posición para disparar, fue alcanzado por un impacto que perforó su tubo anterior inutilizándolo. El combate era muy violento, los ingleses se preparaban para asaltar la posición habiendo conquistado algunos pozos del flanco derecho. Los hombres de la sección, que ocupaban esos pozos, habían sido reducidos y sacados de la posición, por lo que era imposible hacer fuego sobre los ingleses que estaban entre ellos. En esa circunstancia, restando ya escasísima munición para continuar el combate y sin posibilidades de recibir refuerzos, decidí ordenar la rendición, ya que no había posibilidades de éxito. Resistir el asalto significaba un derramamiento inútil de sangre, con el consecuente aumento de pérdida de vidas. El combate estaba perdido. Un soldado sacó un fusil fuera del pozo con una servilleta blanca atada en su extremo como bandera de rendición, cumpliendo así lo ordenado por el Jefe de Sección. Al principio este hecho no fue debidamente interpretado y se le disparó, dando los impactos en el arma. Ordené entonces que se insistiera y el enemigo detuvo el fuego. De esta manera pudimos salir de las posiciones y fuimos tomados prisioneros. Al revisarnos los ingleses nos hicieron un “cacheo” violento, pues habíamos luchado duramente y los ánimos estaban muy alterados. Luego fuimos llevados a un lugar de reunión de prisioneros de guerra próximo a las posiciones de la sección pero como la propia artillería empezaba a batirlos, tuvieron que llevarnos a una pendiente en desenfilada, que reunía condiciones de seguridad. Estuvimos todo el 28 de mayo a la intemperie y también durante la noche. Los ingleses no pudieron hacer mucho por los heridos. Los combates continuaban en GOOSE GREEN. No obstante, algunos soldados ingleses, mostrando un gesto humanitario, entregaban su único paquete de vendas en favor de los heridos argentinos. El 29 de mayo, después de la caída de GOOSE GREEN, fuimos separados. Los ilesos fueron llevados a retaguardia, y los heridos transportados en helicóptero al hospital de campaña inglés de SAN CARLOS, donde fuimos atendidos. Así terminó el combate del CERRO DARWIN. 2. Conclusiones a. El 28 de mayo de 1982, en las alturas del cerro Darwin, se desarrolló uno de los combates más cruentos de la Guerra de MALVINAS. Fue el primero y el único de los combates diurnos de magnitud superior a una compañía de infantería. De allí en más, los ingleses sólo atacaron de noche, dado el costo en vidas y materiales que les ocasionara.

b. El segundo Batallón de Paracaidistas del Reino Unido de Gran Bretaña se enfrentó en el cerro Darwin con una sección de los servicios del RI 12 “GENERAL ARENALES”, reforzada con armas automáticas y con la Sección BOTE del RI 25. c. El resultado del combate fue adverso para las tropas argentinas. Luego de más de tres horas de lucha, los ingleses tomaron la posición, y las pocas resistencias argentinas que aún se sostenían debieron rendirse. El saldo fue de doce muertos y más de veinte heridos, sobre un total de aproximadamente setenta hombres. d. Los ingleses perdieron en esta acción doce hombres, mientras que versiones, luego confirmadas, indicaban que durante el ataque también había muerto el Jefe del Batallón, Teniente Coronel H. JONES. e. En el combate del CERRO DARWIN ofrendaron sus vidas en cumplimiento del sagrado deber militar de defender nuestra Soberanía Territorial, los siguientes soldados: 1. Teniente 2. Cabo Primero 3. Cabo 4. Cabo 5. AOR 6. AOR 7. AOR 8. S/C 62 9. S/C 62 10. S/C 62 11. S/C 63 12. S/C 63

ROBERTO ESTEVEZ JOSE LUIS RÍOS MARIO CASTRO LUIS MIÑO FABRICIO CARRASCUL ARNALDO ZABALA HORACIO GUIRAUDO GABINO RUIZ DIAZ IRENEO MENDOZA ALBERTO MOSCHEN IRENEO MACIEL RUBEN HORACIO GOMEZ

RI 25 RI 12 RI 25 RI 12 RI 25 RI 25 RI 25 RI 12 RI 12 RI 12 RI 12 RI 12

III-

Yo vi morir a nuestro querido Teniente Estévez Por el ex soldado conscripto Sergio Daniel Rodríguez

El dramático relato de uno de los soldados que combatió en Darwin a las órdenes de ese inolvidable oficial que fue jefe de la Sección Bote del Regimiento de Infantería 25. Pertenezco a la clase 63 e ingresé en febrero de 1982 en el Regimiento de Infantería 25, que tiene asiento en la localidad de Sarmiento, provincia del Chubut. A poco de haber llegado, los que teníamos estudios fuimos separados del resto de los soldados conscriptos. Yo estaba cursando la carrera de analista de sistemas en el primer año; me ubicaron en la sección de aspirantes. El Teniente Roberto Néstor Estévez, quien posteriormente dejaría un recuerdo imborrable en todos nosotros, fue el que nos seleccionó personalmente uno a uno. Comenzó una instrucción, que no vacilo en calificar de dura y severa, hasta el 24 de marzo a cargo de Estévez, que pertenecía el grupo de Comandos, y su segundo jefe de sección, el Cabo

Primero

Faustino

Olmos,

también

de

esa

misma

especialidad.

La instrucción era diurna y nocturna con todo tipo de armamentos, teorica–práctica, y estaba destinada solamente a este grupo seleccionado, que yo, gracias a Dios, tuve la suerte de integrar. Debo añadir que esta instrucción fue altamente valiosa a la hora del combate y Estévez, un jefe calificado que no sólo se preocupaba por nuestro estado físico sino también por nuestra espiritualidad, no cesaba de darnos ánimo y valor con sus propios gestos personales. Les cuento un ejemplo: Allá, en el sur, hay unos pastos ásperos y filosos

llamados coirones y durante nuestros habituales “cuerpo a tierra” y posteriores deslizamientos, tratábamos de evitarlos. Al darse cuenta de esto, Estévez hizo él mismo el ejercicio, sin importarle las lastimaduras que tales matas le ocasionaron, y luego nos dijo: “Si están en pleno combate, no van a tener tiempo de bordearlos, la guerra es así”. Este tipo de ejemplos estaban muy a tono con su naturaleza de persona de una alta moral, ética y honor. Y sólo tenía 24 años. Nosotros, los AOR (Aspirantes a Oficiales de Reserva) en la mitad de la noche, más de una a

correr

sorpresivamente

pantaloncitos

cortos

y

bajo

vez fina

ballenera

fuimos levantados y nos lluvia

o

(remera

hacían salir

nevizca, sólo vestidos con de

manga

corta).

Y como decía Nietzsche, lo que no te mata te fortifica. Ese fue nuestro caso. Del inicial grupo escogido, cuarenta y cinco, quedamos cuarenta. Y esos cuarenta fuimos a Malvinas. Aquel inolvidable 2 de abril nos tocó desembarcar al mediodía y nos sentíamos muy orgullosos en razón de pertenecer al único elemento del Ejército que participó de la operación de neto corte aeronaval en aquel momento. A bordo del Almirante Irizar fuimos partícipes de una tocante ceremonia que nos concernía de un modo muy especial. Como no habíamos tenido tiempo de jurar la bandera se organizó para nosotros una jura de nuestra enseña nacional, que tuvo el carácter de provisoria y levantó nuestro orgullo hacia las nubes. Y ahí nos enteramos de que íbamos a Malvinas. Puedo afirmar que, entre lágrimas

y

abrazos,

ahí

mismo

se

terminó

de

consolidar

nuestro

grupo.

Estuvimos brevemente en Puerto Argentino y luego, a bordo del barco Isla de los Estados fuimos enviados a Darwin con el objetivo de tomarlo. Nuestro grupo de AOR era parte de la Compañía C, formada por tres secciones, Gato, Bote (la de Estévez) y Romeo, a cargo de Gómez Centurión. Entre el 4 y 5 de abril nos asentamos en Darwin y comenzamos nuestras tareas de limpieza, minado y excavación de “pozos de zorro” y puestos de ametralladora. Nuestro jefe directo era Estévez y el jefe de la compañía, el Teniente Primero Daniel Esteban. Yo era tirador de MAG (ametralladora pesada) y fui elegido para eso debido a mi buena puntería en aquellos ejercicios anteriores en Chubut. Disponíamos de 2 MAG, 2 lanzacohetes y fusiles FAP y FAL. Nuestra base de operaciones era una escuela kelper construida íntegramente de madera, que constaba de dos pisos; ahí estaba ubicada la compañía C. Recuerdo que, faltando algo de raciones, algunos oficiales y suboficiales se fueron a cazar avutardas y durante tres días esos pajarracos fueron parte distinguida de

nuestro menú. Disponíamos de un buen equipo de abrigo, muchas medias de recambio y

guantes

que

nos

protegían

manos

y

pies

del

frío.

El 1º de mayo, a las 8 de la mañana, los Harrier ingleses atacaron a los Pucará estacionados en el aeropuerto de Darwin. Nosotros estábamos ubicados a unos 500 metros del aeropuerto y vimos perfectamente todo. Darwin es un caserío, una especie de pequeña bahía, todo bastante plano geográficamente hablando. Luego del ataque abandonamos la escuela y nos instalamos en nuestros “pozos de zorro”. De ahí en más, el agua y el frío fueron nuestros íntimos compañeros. Recuerdo que rezábamos al levantarnos y al acostarnos. En los respiros que nos daban los desayunos hablábamos de nuestras respectivas familias y el hecho histórico y singular que estábamos protagonizando. Todas esas cosas no hacían más que reforzar la alta moral que, inculcada por la labor encomiable de Estévez, existía en el grupo. Debo añadir que el día 24 de abril hicimos nuestro juramento oficial a la bandera en suelo malvinense, privilegio que, creo, nadie lo tuvo. La compañía se dividió. Rumbo a San Carlos marcharon Esteban y los suyos al caserío de Darwin, Gómez Centurión con su gente y nosotros quedamos en nuestros “pozos de zorro” a cargo de Estévez. Y permanecimos en aquel sitio hasta el 27 de mayo, momento en que el Teniente Coronel Piaggi le ordenó a Estévez que debíamos marchar hacia la primera línea de combate, debido a que los ingleses, que habían desembarcado en San Carlos el 1º de mayo, avanzaban hacia Darwin y ya se habían producido enfrentamientos con efectivos del Regimiento de Infantería 12. Según nos testimonió el capellán militar padre Mora, al recibir la orden, Estévez se puso contento. “Era lo que estaba esperando”, dijo. A las 2 de la madrugada del 28 de mayo llegamos a Boca House (Casa Boca), sitio cercano al cementerio de Darwin que ya era zona de combate. Al hacerlo, nos cruzamos con gente del Regimiento 12, a cargo del Subteniente Peluffo, que venía de combatir. Estévez nos hizo desplegar en abanico y quedamos distribuidos allí. Luego, a la derecha del abanico, entró en contacto con el enemigo y nosotros, que aún no estábamos en las posiciones que debíamos ocupar, según las órdenes recibidas, nos unimos con los del 12 para permitirles un respiro pues, mientras ellos se replegaron, nosotros contraatacamos. Al hacerlo, chocamos con la compañía A del batallón de paracaidistas ingleses, que tenía unos ciento cincuenta efectivos y estaban muy bien armados. Se peleó muy duro, sin dar ni pedir cuartel, en un combate que desde las 5 de la mañana se prolongó hasta casi las 10. Fueron casi cinco horas de auténtica estadía en el

infierno. Nosotros efectuamos tres repliegues y sucesivos contraataques. Ellos tenían apoyos de las fragatas que estaban en San Carlos y de artillería, combinada con los Blowpipe (misiles antiaéreos) que barrían el terreno. La disparidad de fuerzas era abrumadora a favor del enemigo. Al hablar de lo que fue ese combate, recuerdo las balas trazantes que iluminaban la oscuridad, los morterazos, los gritos de dolor y de furia con que unos a otros nos animábamos. Debido a la elevada preparación física espiritual con que contábamos, durante el combate estábamos calmos, tranquilos. La angustia previa al choque con el enemigo nos había tenido nerviosos, pero ahora, en plena lucha, las cosas se revelaban tan simples como terribles. Y en la sencillez del “matar o morir” todo estaba resumido. Yo estaba a cargo de una de las dos MAG que teníamos y Zabala, otro soldado conscripto, era mi cargador de municiones. Desde nuestro puesto disparaba a todo lo que veía o creía ver frente a mí. De pronto, un proyectil de mortero cayó muy cerca de nosotros. El pobre Zabala recibió de lleno las esquirlas y murió en el acto. Yo recibí impactos de esquirlas

en el

atontado

por

perineal la

izquierdo. Recuerdo onda

explosiva,

que le

antes de perder la lucidez, pedí

a

Dios

que

no me dejara morir allí. Realmente no sé cuánto tiempo estuve inconsciente o atontado. Luego, sin soltar mi MAG, me arrastré hasta un pozo cercano mientras sentía la tibieza de la sangre en mi piel y no sabía qué tan herido estaba. Me zambullí en el pozo y encontré que allí había soldados del 12. Ese pozo era como tener una butaca para contemplar el infierno. El Cabo Castro había intentado llegar también al pozo donde yo estaba cuando un proyectil de fósforo lo alcanzó y lo envolvió, convirtiéndolo en una antorcha humana. Oíamos sus gritos desgarradores. El pobre decía: “¡Rodríguez, máteme!”- gritaba mientras se quemaba vivo. A Romero, otro soldado que estaba allí, le gritó lo mismo, pero

nadie se atrevió a dispararle y terminar con su agonía. Un rato después no

escuchamos

más

su

voz;

que

Dios

lo

tenga

en

la

gloria.

Y llego en mi relato a lo que considero el instante supremo del combate, desde mi situación personal por supuesto. No hay que olvidar que en medio de ese caos del combate muchos estaban sufriendo experiencias únicas e indelebles. La que les narro a continuación fue la mía: El Teniente Estévez estaba recorriendo las posiciones, gritando órdenes a derecha e izquierda, todo esto, repito, bajo el terrible fuego enemigo. Al salir del pozo contiguo al

mío recibió dos balazos en el brazo y pierna izquierda, respectivamente. Tambaleándose, llegó al pozo donde yo me encontraba. Este valeroso oficial, sin preocuparse de sus propias heridas, me preguntó por las mías, pues yo estaba ensangrentado. Le contesté que podía arreglármelas. Estévez tomó un FAL y comenzó a disparar; luego, por radio estuvo dando nuevas órdenes. Mi MAG la tomó otro soldado del 12 y abrió fuego contra el enemigo. Ese soldado recibió un balazo en la cabeza, obra de francotiradores –los que mayores bajas causaron en nuestra dotación– y cayó muerto. Éramos cinco en el pozo en ese momento. Comenzamos a soportar fuego directo de morteros y las cercanas explosiones de los proyectiles que caían nos arrojaban lluvia de tierra sobre nuestras cabezas. Estévez, lo repito, sin importarle sus heridas, tomó el casco del soldado muerto del 12 y me lo colocó en la cabeza para protegerme, ya que nosotros usábamos boinas verdes y eso no

protege

nada

ante

una

bala

o

una

esquirla.

En ese momento recibió un nuevo balazo en el pómulo derecho y se desplomó pesadamente a mi lado. Tratamos de auxiliarlo y le oímos decir algo, que nadie entendió, y luego expiro. Como estaba cargado de granadas, cualquier proyectil podía impactarlas y volarnos a todos, se las quitamos y sacamos el cuerpo fuera del pozo. Luego, afuera, su cuerpo de héroe recibió numerosos balazos más, quedó casi irreconocible y la prueba de esto es que luego del combate lo reconocieron por la manera especial que tenía, como lo hacen los comandos, de atarse los cordones de los borceguíes. Tomé la radio y después de algunos intentos logré comunicarme con el Teniente Coronel Piaggi y le informé que Bote (nombre clave de Estévez) estaba muerto. Le pedí instrucciones. “Esperen y aguanten hasta que lleguen los Pucará de apoyo”- me contestó. Los Pucará nunca llegaron. Entretanto, los ingleses habían logrado tomar las alturas y desde allí su fuego nos estaba acribillando. El Subteniente Peluffo, para evitar un inútil derramamiento de sangre, ya que habíamos agotado todas nuestras municiones, alzó la bandera blanca y todo terminó para nosotros. Recuerdo que en nuestras posiciones los muchachos se pusieron a fumar o comer chocolates y caramelos, embargados de una total tranquilidad y satisfacción por haberse batido como bravos. Al tomarnos, nos registraron como prisioneros y los ingleses descubrieron que teníamos ocultos cuchillos y “ahorcadores” (tanzas usadas para estrangular) y algunos recuerdos de tropas británicas que habíamos conseguido después de desembarcar. Eso, más que nada, los hizo entrar en furia y nos golpearon. A mí, que estaba herido en el suelo, tendido sobre un

chapón, me propinaron un puntapié. La noche del 28 nos efectuaron los primeros auxilios. El Soldado Giraudo, que fue herido cumpliendo funciones de estafeta bajo el fuego enemigo, falleció esa noche. Sé que todos mis compañeros caídos, con el Teniente Estévez a la cabeza, deben estar ahora en el paraíso brutal de los valientes. Y

vaya

mi

ellos.

recuerdo

sincero

y

emocionado

para

todos

Prosigo con mi relato. A la mañana siguiente – era el 29 de mayo– nos llevaron a un hospital de campaña en San Carlos y allí me efectuaron dos operaciones, una colostomía (ano contra natura) y una operación de búsqueda en el interior de mi cuerpo, tratando de localizar fragmentos de proyectil. Posteriormente, cirujanos argentinos me hicieron otras cuatro operaciones. Estando internado, un compañero me relató que Gómez Centurión y un grupo de prisioneros intentaron fugarse para regresar a nuestras líneas, pero no pudieron lograrlo. Luego fui trasladado al buque hospital Uganda y ahí un capellán inglés, que hablaba un perfecto castellano, me dijo: “La guerra se terminó para vos”. Antes de que me trasladaran al Bahía Paraíso, el 5 y 6 de junio debí soportar, como todos mis compañeros, el interrogatorio de la inteligencia inglesa. El hecho de tener prisioneros “boinas verdes” en San Carlos y Darwin y la enconada resistencia que les opusimos les hacía no creer que cincuenta efectivos con sólo dos MAG, dos lanzacohetes y fusiles, hubieran podido detener a toda una compañía de tropas altamente especializadas, obligándolas a replegarse tres veces durante aquellas cinco horas infernales. Así fue, ciertamente, el combate de Goose Green o Pradera del Ganso. Algunos pocos soldados del 8 y del 12 y nuestra sección AOR dio material al jefe del comando inglés, Brigadier Mayor Julian Thompson, que en su libro No pic-nic describió la dureza de esta batalla que retrasó considerablemente los planes ingleses de tomar Darwin. También supe que en otra acción durante el 29, el Teniente Coronel Jones, Jefe del Batallón de paracaidistas ingleses, murió en un choque con las fuerzas

de

El regreso

la

sección

Romeo,

a

cargo

del

Subteniente

Gómez

Centurión.

El 7 de junio desembarqué en Puerto Belgrano y permanecí internado en el hospital naval por

seis

meses,

afrontando,

como

ya

dije,

cuatro

operaciones

más.

Aquel maravilloso grupo formado por el Teniente Estévez aún perdura. Entre agosto y octubre de cada año solemos reunirnos en comidas de camaradería donde abundan los recuerdos,

las

emociones

y

por

qué

no

alguna

que

otra

lágrima

furtiva.

A pesar de todas las penurias sufridas, he logrado rescatar lo positivo que hubo y que fue mucho. Quien tiene a la muerte cara a cara no deja, después de esos momentos, de mirar la vida de otra forma, la jerarquiza y trata de darle el más valioso y noble de los sentidos, el del amor a la familia, el trabajo, el estudio, la responsabilidad y el respeto. El haber tenido el privilegio de estar junto a hombres de la talla del Teniente Estévez, que se convirtió en un modelo a seguir en mi vida, es algo que me ha marcado a fuego y que jamás olvidaré. Malvinas fue un punto de inflexión en nuestra historia. Nada será igual después de eso. Ojalá todos los argentinos nos encolumnemos tras el objetivo de recuperarlas, esta vez siguiendo los caminos de la diplomacia, el respeto mutuo y la paz. En lo personal, me he propuesto rastrear, investigar, profundizar para rescatar del olvido a esos héroes y sus ejemplos, cosa que noto está faltando en la actual sociedad argentina. Los conceptos de patria, probidad, honor, moral, ética, sustentados con la propia vida, estrella polar de los que cayeron en el Atlántico Sur, no deben caer jamás en saco roto. A las nuevas generaciones debemos hacerles conocer quiénes fuimos los que padecimos y luchamos y que ahora tenemos una edad de alrededor de cuarenta años; nosotros comenzamos a ser los nuevos dirigentes de este ciclo. Dios quiera que sepamos volcar nuestras

experiencias

para

construir

una

Argentina

mejor.

Deseo volver a Malvinas, detenerme ante la tumba del Teniente Estévez y las de mis compañeros caídos. Quiero volver a cierta ruta natural donde junto al Padre Mora emplazamos la imagen de la Virgen, ante la que teníamos misa por las mañanas. Quiero volver a rezar allí por el alma de los vivos y los muertos y agradecerle por haberme preservado. Y pedirle fuerza y conciencia para que mi vida no sea inútil sino provechosa para

quienes

me

rodean,

mi

comunidad

Después de todo, ese es el mensaje que nos legó el Teniente Estévez.

y

mi

familia.

IV-

Libro Histórico de la Compañía A. Circunstancias en que fallece personal de la Compañía Hechos ocurridos antes y durante el combate librado en Darwin por la Sección “AOR”

27-5-82 El Jefe de la Sección Bote de la Ca “C” Tte Estévez había recibido la orden del escalón Superior y a su vez comunicaba a los Jefes de Escalones la posible movilización a 1ra línea para reforzar a la Ca “A” del RI 12. Aproximadamente a las 21 hs. dio comienzo el cañoneo aislado por parte de ambos bandos. La seguridad se desarrollaba normalmente el 50 %. 28-5-82. 01:00 hs: Se intensificó el cañoneo y el fuego de las armas automáticas (se observaba el trayecto de las municiones trazantes y las bengalas que iluminaban el campo de combate) lo que hacía suponer que las avanzadas de combate y la 1ra Línea habían tomado contacto con el enemigo. Dichas acciones se prolongaron durante toda la noche. Siendo aproximadamente las 05:00 hs. el Jefe de Sección Tte Estévez recibió la orden del Comando Superior de reforzar con su Sección las primeras Líneas. 05:15 hs: El AOR Ledesma del Escalón Río que se desempeñaba como centinela en la costa cuyo frente daba a la zona de combate, vio aproximarse a dos soldados que lo hacían por la playa (los mismos pertenecían a la Ca “A” del RI 12) argumentando haber recibido orden de repliegue, no portando estos sus respectivos armamentos. 05:20 hs: El Jefe de Sec. reúne a los Jefes de Escalones para impartirles la orden de: Reunirse en el Puesto Comando con todos los integrantes de los respectivos escalones portando toda la munición y el armamento para reforzar 1ra Línea. 06:00 hs: La Sec. inicia la marcha en una columna

hacia 1ra Línea. Quedando como seguridad en el Puesto Comando un Jefe de Escalón y 5 soldados (3 AOR y 2 integrantes de la Sec. Romeo). La Sec. marchaba integrada por: 1 Oficial; 4 Suboficiales; 26 AOR; 4 soldados (Sec. Romeo). Cabe destacar que la Sec. tenía como Fuerza agregada el Gpo. Apoyo (1 Mag, 1 lanzacohetes de la Sec. Romeo) compuesta por 1 Suboficial: Cabo Ávila y 4 soldados. En el trayecto el Jefe de Sec. tomó contacto con un oficial del RI 12 al cual le requirió información sobre la situación y este a su vez facilita 2 guías para conducirlo hacia 1ra Línea. 07:15 hs: La Sec. desplegada en cadena llega a la altura donde se encontraba una Sec. de la Ca. Servicios del RI 12. El Tte Estévez toma contacto con el Jefe de la Sec. de la Ca. Servicio requiriendo información más detallada sobre el Enemigo y propia tropa para que de tal forma él pueda desplegar y ubicar su Sec. en las alturas para contrarrestar el avance enemigo. 07:20 hs: El Tte Estévez reúne a los Jefes de Escalones para impartirles órdenes sobre el despliegue y ubicación de la Sec. Fue en ese momento cuando se divisa el avance de tropa sobre la playa (aproximadamente a 400 mts.) Ante la duda el Tte pregunta al oficial del RI 12 sobre el avance de dicha tropa: - ¿Ese personal que viene avanzando es propia tropa o enemigo? Creo que es la Ca “A” que se viene replegando.

- Dudo que esa columna sea propia tropa,

es demasiada gente. ¿Mandó a tomar contacto con ese personal? - Sí, mandé 2 hombres. En ese preciso instante comenzaron los disparos seguido por un intenso fuego de armas automáticas por parte de ambos bandos, sorprendiendo a la Sec. fuera de las posiciones. Durante el transcurso del combate: a) La Sec. por el intenso fuego de armas automáticas que recibía se vio en la necesidad de arrastrarse hasta las posiciones que ocupaba la Sec. del RI 12 para tomar cubierta, de esa manera refugiarse del fuego y contrarrestar con mayor eficacia el avance enemigo. El frente era muy reducido por lo cual se encontraban de 4 a 6 hombres por posición. b) El enemigo apoyado por fuego de artillería, morteros y armas automáticas efectuaban un ataque envolvente. c) El combate se desarrolló a lo largo de 3 hs. causándole al enemigo numerosas bajas. 1- TENIENTE ESTEVEZ ROBERTO El Tte en el momento del combate, en medio del fuego enemigo, se desplaza a la carrera hacia la posición del cabo Zárate para comunicarse por la radio de este con el Cabo 1º

Olmos, una vez terminada la comunicación regresa nuevamente a la posición de una MAG (en ese trayecto fue herido en el brazo izquierdo) logrando llegar a la posición arrastrándose, desde esa posición imparte órdenes a los apuntadores de MAG y Lanzacohetes, luego tomó su radio comunicándose con el puesto comando para que alargaran el fuego de artillería que estaba cayendo sobre propia tropa. Fue en ese momento cuando al incorporarse tratando de observar para dirigir el fuego de artillería recibió un impacto en el ojo derecho el cual le produjo la muerte instantánea. Aumentan el volumen de fuego de los cañones ya que los ingleses con su artillería nos van a pasar por encima. 2- CABO CASTRO Se encontraba reunido con el jefe de Sec. para recibir órdenes, juntamente con los Jefes de los demás escalones. Fue en ese momento en que comenzó el combate recibiendo intenso fuego la Sec. corrió bajo el fuego enemigo para ubicarse en el centro de su escalón e impartirles las órdenes adecuadas a la situación imperante en esos momentos. Fue en ese preciso instante que cae mortalmente herido a escasos metros de su escalón, recibiendo un disparo en el estómago y heridas en el resto del cuerpo y por causas no determinadas comenzó a salirle humo de la espalda quemándose la chaquetilla por esta razón y en su agonía pedía a un AOR que estaba próximo que lo matara. Aproximadamente al cabo de 1 hora se produjo el deceso final. 3- AOR CARRASCULL FABRICIO En el momento que comenzó el combate se arrastraba buscando una cubierta para poder contrarrestar con su arma el fuego enemigo. En ese trayecto fue herido mortalmente. Sus compañeros recuerdan sus últimas palabras “¡Me dieron!” 4- AOR ZABALA ARNALDO En el momento de iniciarse el combate trataba de llegar a una posición arrastrándose y en ese lapso, es abatido por el intenso fuego enemigo, recibiendo un disparo en pleno rostro.

5- AOR GIRAUDO HORACIO En el momento de iniciarse el combate se arrastró hasta detrás de una posición cubriéndose del fuego por el parapeto de la misma no pudiendo entrar a esta por la cantidad de personal que la ocupaba, fue en ese lugar, que estando cuerpo a tierra, recibió un disparo en la columna. - “Estoy herido, no me puedo mover”. Luego de una larga agonía murió mientras estábamos prisioneros. El Jefe de la Sec. de la Ca. Ser. del RI 12 dio la orden de rendirse por las siguientes causas: 1) Las bajas y los heridos que tenían ambas Sec, lo cual produjo una disminución notable del volumen de fuego. 2) La falta de munición. 3) Falta de apoyo y refuerzo. 4) La superioridad numérica del enemigo. 5) Estar totalmente rodeados lo cual impedía la acción de repliegue u otra maniobra.

V-

COMPAÑÍA C, REGIMIENTO INF. 25

Pelotón Comando Compañía C "SANTIAGO" TENIENTE 1º

INFANTERIA

ESTEBAN CARLOS DANIEL

RI MEC 25

11303566

CABO

INFANTERIA

CANO ANTONIO BIENVENIDO

RI MEC 25

14160034

SOLD

AIME NORBERTO RENE

RI MEC 25

16484435

SOLD

BRICCHI RAUL FELIX

RI MEC 25

16188968

1º Sección "BOTE" TENIENTE

INFANTERIA

ESTEVEZ ROBERTO NESTOR

RI MEC 25

13031545

CABO 1º

INFANTERIA

OLMOS OSVALDO FAUSTINO

RI MEC 25

13674609

CABO

INFANTERIA

CASTRO MARIO RODOLFO

RI MEC 25

16520328

CABO

INFANTERIA

ROSALES RENE ARNALDO

RI MEC 25

14226574

CABO

INFANTERIA

ZARATE ROBERTO JORGE

RI MEC 25

14730393

SOLD

ABERASTEGUE MARCELO GASPAR

RI MEC 25

16313244

SOLD

ALAMO DOMINGO VICTOR

RI MEC 25

13650438

SOLD

AMBROGGIO DANIEL ALEJANDRO

RI MEC 25

16329150

SOLD

ARMITANO JORGE ALBERTO

RI MEC 25

14520474

SOLD

BRACAMONTE JOSE LUIS

RI MEC 25

16499217

SOLD

BRARDA CARLOS ALBERTO

RI MEC 25

16104326

SOLD

BRION CARLOS RUBEN

RI MEC 25

14130807

SOLD

CARRASCULL FABRICIO EDGAR

RI MEC 25

16848072

SOLD

FRATARI ROBERTO RICARDO

RI MEC 25

16274607

SOLD

GIRAUDO HORACIO LORENZO

RI MEC 25

16093370

SOLD

GRAZIANI CARLOS

RI MEC 25

14928531

SOLD

HERRMAN EDUARDO OMAR

RI MEC 25

16052995

SOLD

HUIRCAPAN NELSON GUILLERMO

RI MEC 25

16318753

SOLD

LANGER ERIK WALTER

RI MEC 25

14511725

SOLD

LEDESMA JORGE OSCAR

RI MEC 25

16255049

SOLD

LOPEZ FABIAN ESIO

RI MEC 25

14881159

SOLD

MARCONI ADRIAN ITALO

RI MEC 25

16070924

SOLD

MAYNA RUBEN ALBERTO

RI MEC 25

16201547

SOLD

MORANO DIEGO LEONARDO

RI MEC 25

14926398

SOLD

ORELLANA ARMANDO RAUL

RI MEC 25

14586400

SOLD

PECCHIO OSVALDO JUAN

RI MEC 25

16255403

SOLD

QUIROGA ITALO RUBEN

RI MEC 25

16070743

SOLD

RODRIGUEZ SERGIO DANIEL

RI MEC 25

16445992

SOLD

ROMERO SERGIO FABIAN

RI MEC 25

16654854

SOLD

ROSSI ADRIAN RAMON

RI MEC 25

16289516

SOLD

RUFINO ORLANDO JAVIER

RI MEC 25

16194885

SOLD

SACHETTO ADRIAN OSCAR

RI MEC 25

16180434

SOLD

TESTONI JORGE OSVALDO

RI MEC 25

16210931

SOLD

ZABALA ARNOLDO ENRIQUE

RI MEC 25

16238632

SOLD

ZABALA SERGIO EDGARDO

RI MEC 25

16530276

2º Sección "ROMEO" SUBTENIENTE

INFANTERIA

GOMEZ CENTURION JUAN JOSE

RI MEC 25

12522145

SARG

INFANTERIA

GARCIA SERGIO ISMAEL

RI MEC 25

11979264

CABO

INFANTERIA

AVILA MIGUEL ANGEL

RI MEC 25

14373917

CABO

INFANTERIA

MARTIN EMILIO GABRIEL

RI MEC 25

16448962

CABO

INFANTERIA

OVIEDO HECTOR RUBEN

RI MEC 25

16347012

CABO

INFANTERIA

PACHECO JORGE ALBERTO

RI MEC 25

16332781

SOLD

AFRANCHINO CARLOS ABEL

RI MEC 25

16274721

SOLD

AGUERREBENGOA JOSE LUIS

RI MEC 25

16255035

SOLD

AGUILERA JOSE HORACIO

RI MEC 25

16503667

SOLD

ALFONSO HUGO GUILLERMO

RI MEC 25

16115388

SOLD

ALLENDE JOSE LUIS

RI MEC 25

16499213

SOLD

ALVAREZ ELIO DANTE

RI MEC 25

14910733

SOLD

AMAYA NESTOR EDGAR

RI MEC 25

16282189

SOLD

ARCE SANTOS

RI MEC 25

16338124

SOLD

ARGUELLO ROBERTO BLAS

RI MEC 25

16529883

SOLD

AUSTIN RICARDO ANDRES

RI MEC 25

16511854

SOLD

AVILA EDUARDO ANTONIO

RI MEC 25

16289216

SOLD

BARTOLUCCI SERGIO OSCAR

RI MEC 25

16716874

SOLD

BELLIDO JOSE LUIS

RI MEC 25

16481541

SOLD

BERDINI MIGUEL ANGEL

RI MEC 25

16239207

SOLD

BERTELLO EDGARDO RAMON

RI MEC 25

16515516

SOLD

BESSONE MARCOS DANIEL

RI MEC 25

16329840

SOLD

BOVO OSVALDO FELIPE

RI MEC 25

16328853

SOLD

BRACAMONTE VICTOR EDUARDO

RI MEC 25

16311965

SOLD

BRAVO JOSE RICARDO

RI MEC 25

16432692

SOLD

BUFARINI WALTER HUGO

RI MEC 25

16289244

SOLD

BUSTOS MARCELO OSCAR

RI MEC 25

16330465

SOLD

CABRERA HECTOR ANDRES

RI MEC 25

16239060

SOLD

CABRERA RAMON ANGEL

RI MEC 25

16431958

SOLD

CAMPILLAY JOSE LUIS

RI MEC 25

16363943

SOLD

CANYASO MIGUEL ANGEL

RI MEC 25

16363909

SOLD

CAROBBIO ANSELMO JOSE

RI MEC 25

16529931

SOLD

CEBALLOS JOSE LUIS

RI MEC 25

16201856

SOLD

CULASSO ENRIQUE ANTONIO

RI MEC 25

16428416

SOLD

ESPARZA JOSE DANIEL

RI MEC 25

16654737

SOLD

ORTEGA JOSE HONORIO

RI MEC 25

16284550

RI MEC 25

13928545

3º Sección "GATO" SUBTENIENTE

INFANTERIA

REYES ROBERTO OSCAR

SARGENTO

INFANTERIA

COLQUE MARTIN RENE

RI MEC 25

11943300

CABO 1º

INFANTERIA

MAIDANA LUIS OSCAR

RI MEC 25

11718289

CABO 1º

INFANTERIA

PEREZ LUIS RODOLFO

RI MEC 25

12517855

CABO

INFANTERIA

GODOY HUGO OMAR

RI MEC 25

14702926

CABO

INFANTERIA

SALAS RUBEN DARIO

RI MEC 25

14438534

SOLD

ALARCON JOSE LUIS

RI MEC 25

16484150

SOLD

ALMONACID JOSE ANTONIO LUIS

RI MEC 25

16001946

SOLD

AMARANTE VICTOR HUGO

RI MEC 25

16361910

SOLD

BAUDRACCO SERGIO LORENZO

RI MEC 25

16155999

SOLD

BERGERO FERNANDO ROQUE

RI MEC 25

16151129

SOLD

BERTONE VISTOR HUGO

RI MEC 25

16457177

SOLD

CABRAL WALTER LUIS

RI MEC 25

16274212

SOLD

CARLETTI VICTOR HUGO

RI MEC 25

16093393

SOLD

CEPEDA HECTOR DANIEL

RI MEC 25

16151006

SOLD

CLOT CESAR ROBERTO

RI MEC 25

16151217

SOLD

COSARO JUAN ALBERTO

RI MEC 25

16424124

SOLD

DIAZ SERGIO RUBEN

RI MEC 25

14624610

SOLD

ESCUDERO OSCAR GUMBERTO

RI MEC 25

16656220

SOLD

FAZZI SERGIO GERARDO

RI MEC 25

16141600

SOLD

FRAIRE RAUL EDUARDO

RI MEC 25

16403921

SOLD

GAUNA RITO MIGUEL ANGEL

RI MEC 25

16524772

SOLD

MASSEI GABRIEL OSVALDO

RI MEC 25

16515433

SOLD

MOYANO CARLOS ALBERTO

RI MEC 25

16414997

SOLD

MURUA EDUARDO ROQUE

RI MEC 25

16338224

SOLD

NOEL DANIEL GUSTAVO

RI MEC 25

16530303

SOLD

OPORTO RENE VICTOR

RI MEC 25

16692830

SOLD

PESARESI DIEGO ENRIQUE

RI MEC 25

13726997

SOLD

RIVAS SEGUNDO PORFIRIO

RI MEC 25

16001557

SOLD

RODRIGUEZ CARLOS ALBERTO

RI MEC 25

16653244

SOLD

RODRIGUEZ VICTOR HUGO

RI MEC 25

16274350

SOLD

SQUIZZATO JUAN CARLOS

RI MEC 25

16653217

SOLD

VARGAS JOSE DANIEL

RI MEC 25

16363182

SOLD

VELAZQUEZ SERGIO ANGEL

RI MEC 25

16432296

SOLD

VELEZ DANIEL ALBERTO

RI MEC 25

16542055

SOLD

VELEZ FERNANDO FAUSTO

RI MEC 25

16486002

VI-

LISTADO DE LOS COMPATRIOTAS CAIDOS EN MALVINAS.

FUERZA AÉREA ARGENTINA

1-Vicecomodoro DE LA COLINA Rodolfo Manuel 2- Vicecomodoro MEISNER Hugo César 3- Mayor FALCONIER Juan José Ramón 4- Capitán CASADO Fernando Juan 5- Capitán DEL VALLE PALAVER Hugo Angel 6- Capitán GARCIA Jorge Osvaldo 7- Capitán GARCIA CUERVA Gustavo Argentino 8- Capitán KRAUSE Carlos Eduardo 9- Capitán LOTUFO Marcelo Pedro 10- Capitán MARTEL Rubén Héctor 11- 1er. Teniente ARDILES José Leónidas 12- 1er. Teniente BOLZAN Danilo José 13- 1er. Teniente BUSTOS Manuel Oscar 14- 1er. Teniente CASTAGNARI Luis Darío José

15- 1er. Teniente CASTILLO Omar Jesús 16- 1er. Teniente GAVAZZI Fausto 17- 1er. Teniente GONZALEZ Mario Hipólito 18- 1er. Teniente GUADAGNINI Luciano 19- 1er. Teniente MANZOTTI Daniel Fernando 20- 1er. Teniente VÁZQUEZ José Daniel 21- Teniente ARRARAS Juan José 22- Teniente BEAN Pedro Ignacio 23- Teniente BERNHARDT Juan Domingo 24- Teniente BONO Jorge Alberto 25- Teniente CASCO Jorge Eduardo 26- Teniente CASTILLO Carlos Julio 27- Teniente DE IBANEZ Eduardo Jorge R. 28- Teniente FARIAS Jorge Ricardo 29- Teniente GIMENEZ Miguel Angel 30- Teniente IBARLUCEA Jorge Rubén 31- Teniente JUKIC Daniel Antonio 32- Teniente LOPEZ Néstor Edgardo 33- Teniente NIVOLI Maño Víctor 34- Teniente VOLPONI Héctor Ricardo 35- Alférez VALKO Maño Luis 36- Alferez VÁZQUEZ Alfredo Jorge A.

37- Sub Principal LASTRA Julio Jesús 38- Sub Ayudante ALBELOS Manuel Alberto 39- Sub Ayudante LUNA Francisco Tomás 40- Sub Auxiliar MARIZZA Guido Antonio 41- Cabo Principal CANTEZANO Carlos Domingo 42- Cabo Principal CARDONE Miguel Angel 43- Cabo Principal DUARTE Mario 44- Cabo Principal RODRIGUEZ Juan Antonio 45- Cabo Primero BRASICH Andrés Luis 46- Cabo Primero CARRIZO Miguel Angel 47- Cabo Primero MALDONADO José Alberto 48- Cabo Primero MONTAÑO Agustín Hugo 49- Cabo Primero PERALTA José Luis 50- Cabo VARAS Héctor Hugo 51- S/C 62 AGUIRRE Héctor Walter 52- S/C 62 BORDON Héctor Ramón 53- S/C 62 GARCIA Guillermo Uvaldo 54- S/C 62 LUNA Mario Ramón 55- S/C 62 SEVILLA Luis Guillermo

PREFECTURA NAVAL ARGENTINA

1- Marinero JORGE EDUARDO LOPEZ 2- Cabo Segundo JULIO OMAR BENITEZ

ARMADA ARGENTINA5

1- CIMA 2- SIMQ

GUANCA Patricio Alfredo ARTUSO Félix Oscar

Crucero ARA "General Belgrano" 3- CP SS ACEVEDO IGNACIO ALFREDO 4- GU TC AGUIRRE JUAN JOSE 5- CS CI AHUMADA HUGO DARDO 6- MI CS AHUMADA JULIO CESAR 7- CO CS ALEMAN HUMBERTO CESAR 8- CS CI ALFARO MIGUEL ALBERTO 9- CO CS ALMIRON WALTER NORBERTO 10- SS SI ALVAREZ CESAR ERNESTO

5

Referencias: AG Cantineros Civiles, MI Marinero Primero, CI Cabo Primero, SI Suboficial Primero, CO Conscripto, SM Suboficial Mayor, CP Cabo Principal, SP Suboficial Principal, CS Cabo Segundo, SS Suboficial Segundo, GU Guardiamarina, TC Teniente de Corbeta.

11- CP SS ALVAREZ OSCAR MANUEL 12- CO CS ALVAREZ RUBEN HORACIO 13- MI CS AMARILLA HIPOLITO JORGE D. 14- CO CS AMESGARAY ALBERTO EDGARDO 15- SS SI ANDRADA MANUEL ANTONIO 16- CP SS ANDRADA NORBERTO 17- CP SS ARCE ANGEL ANTONIO 18- AG AG AVILA HERIBERTO 19- AG AG AVILA LEOPOLDO 20- MI CS AZAR DOMINGO MIGUEL 21- CS CI BAEZ ROBERTO ANTONIO 22- CP SS BAIUD JORGE CARLOS 23- CP SS BALMACEDA ARGENTINO ANTONIO 24- CP SS BARRIONUEVO JUAN EDELMIRO 25- SS SI BARRIONUEVO ROBUSTIANO A. 26- SM SM BARRIOS RAMON 27- CP SS BEDINI JUAN DOMINGO 28- CS CI BEHRENDT EDUARDO GUSTAVO 29- CS CI BENITEZ JUAN ROGELIO 30- CP SS BENITEZ PANTALEON 31- CS CI BOLLO JUAN CARLOS 32- CP SS BORDON ANTONIO MARIO 33- CP SS BORDON MIGUEL ANGEL

34- CO CS BORDOY ROBERTO ALDO 35- CP SS BOUTRON RUBEN ISIDORO 36- CS CI BRIZUELA LUIS OSVALDO 37- CP SS BROUCHOUD DELIS HECTOR 38- CO CS CABALLERO HECTOR RICARDO 39- CO CS CABALLERO ROBERTO MARCELINO 40- CP SS CACERES LUIS MARTIN 41- CP SS CACEREZ FRANCISCO 42- CP SS CAMPOS BERNARDINO ISIDORO 43- CO CS CARDOZO JOSE DANIEL 44- CI CP CARDOZO JULIO ANTONIO 45- CO CS CASALI HECTOR ANIBAL 46- CP SS CASSANO JULIO ERNESTO 47- CS CI CASTILLO OSVALDO ROQUE 48- CS CI CASTRO NESTOR DANIEL 49- CP SS CASTRO PEDRO ANTONIO 50- CO CS CATICHA RUBEN DARIO 51- CS CI CHAILE JOSE FRANCISCO 52- CO CS CHAILE OMAR ANDRES 53- CI CP CICOTTI JORGE ENRIQUE 54- SS SI CISNEROS OMAR SANTIAGO 55- CO CS COLOMBO OSCAR ALDO 56- CS CI CONDORI NIEVE CLAUDIO

57- SS SI CORDOBA JUAN CARLOS 58- CO CS CORDOBA NESTOR DAVID 59- CP SS CORONEL ABEL EUGENIO 60- CP SS CORREA HECTOR BASILIO 61- CS CI CORVALAN NESTOR DANIEL 62- MI CS CUELLO JULIO CESAR 63- CI CP CUEVA CARLOS A.DEL ROSARIO 64- MI CS DE CHIARA ORLANDO 65- SS SI DE ROSA RUBEN NORBERTO 66- CO CS DIAZ ANTONIO MARIA 67- CO CS DIAZ LUIS ROBERTO 68- CO CS DIEZ GOMEZ HECTOR HUGO 69- CS CI DORGAMBIDE FERNANDO 70- CO CS DUKS JORGE CARLOS 71- CP SS ESCOBAR ORLANDO ADRIAN 72- CO CS ESCOBAR RENE ANTONIO 73- CI CP ESCUDERO JUAN MIGUEL 74- CS CI ESTUREL DANIEL OSVALDO 75- CO CS FABIAN RAMON VICENTE 76- CO CS FAJARDO SIXTO JAVIER 77- CO CS FARFAN RAUL ARISTOBULO 78- MI CS FATTORI GABRIEL GUSTAVO 79- SS SI FAUR JOSE DANTE

80- CP SS FERNANDEZ FRANCISCO VELINDO 81- CS CI FERNANDEZ HUGO RAMON 82- SS SI FERNANDEZ MANUEL DOMINGO 83- SS SI FERREYRA GERARDO RAMON 84- CO CS FIGUEROA CARLOS IGNACIO 85- SS SI FLEITA MATIAS 86- CS CI FLORES LUIS ROLANDO 87- SS SI FLORES MARIO ENRIQUE 88- CS CI FLORICE RAUL OMAR 89- CO CS FRANCISQUEZ NESTOR LUJAN 90- CS CI FREGOTE OSVALDO LUIS 91- CS CI FREITES CESAR JULIO 92- CS CI FROLA MARIO ESTEBAN 93- CP SS FUENTES JULIO CESAR 94- CS CI FUNEZ MARIO ALBERTO 95- CO CS GAGLIANONE MARCELO CLAUDIO 96- CP SS GALEANO JOSE MARIO 97- CP SS GALLARDO RICARDO GABRIEL 98- CO CS GALLIANO HUGO ALBERTO 99- CI CP GALLO FELIPE SANTIAGO 100- SI SP GALLO LUIS ANTONIO RAMON 101- CS CI GALVAN JUAN ROLANDO 102- CO CS GALVARNE OSVALDO ANIBAL

103- CO CS GALVEZ FRANCISCO ALFREDO 104- CO CS GAONA JOSE ANTONIO 105- CI CP GARCIA ANTONIO FERNANDO 106- CS CI GARCIA JOSE LUIS 107- CS CI GARCIA OMAR LUIS 108- CO CS GATICA HUGO RAMON 109- CO CS GAZAL ENRIQUE OMAR 110- CO CS GEMMA CARLOS LEONARDO 111- MI CS GIANOTTI LUIS ARMANDO 112- CO CS GIARETTI CLAUDIO MARCELO 113- CO CS GIORGI HUMBERTO OMAR 114- CS CI GODOY RUBEN OSCAR 115- SS SI GOMEZ ALBERTO EDMUNDO 116- CO CS GOMEZ ALCIDES ROMUALDO 117- CS CI GOMEZ JOSE EDGARDO 118-CS CI GOMEZ JOSE LUIS 119- SS SI GOMEZ JUAN ALBERTO 120- CS CI GOMEZ JUAN JOSE 121- CP SS GOMEZ MIGUEL ANGEL 122- CS CI GONZALEZ ALFREDO ALEJANDRO 123- CI CP GONZALEZ ANTONIO RAUL 124- CO CS GONZALEZ CARLOS ANGEL 125- CI CP GONZALEZ EVARISTO

126- SS SI GONZALEZ IGNACIO ELOY 127- SS SI GONZALEZ JUAN CARLOS 128- SS SI GONZALEZ MARIO LUIS 129- CO CS GONZALEZ MIGUEL ANTONIO 130- CP SS GORORDO RAUL OMAR 131- CS CI GOROSITO HECTOR OMAR 132- CS CI GOROSITO NESTOR CESAR 133- CS CI GOROSITO OMAR HILARIO 134- CO CS GRANADO JOSE CARLOS 135- CO CS GRANIC CLAUDIO 136- CS CI GREGORI JUAN LUIS 137- CS CI GRIMOLDI CLAUDIO ARIEL 138- CO CS GROSSO CLAUDIO NORBERTO 139- CP SS GUERRERO MARCELINO 140- CP SS GUIZZO NORBERTO DELFIN 141- CO CS GUTIERREZ RAMON 142- CO CS HEREDIA HUGO ALBERTO 143- SS SI HEREDIA JOSE LUIS 144- CO CS HORSZCZARUK PEDRO RICARDO S. 145- CO CS IBAÑEZ LUIS ALBERTO 146- CO CS ILLANES ORLANDO ANTONIO 147- CS CI INSAURRALDE MARIO DE JESUS 148- CI CP INTERLICHIA JORGE ALBERTO

149- CS CI ISELLI SERGIO LUIS 150- CI CP JIRA ISAAC FLAVIO 151- MI CS JUAREZ ANGEL RICARDO 152- CO CS JURIO ALFREDO 153- CI CP LACROIX TULIO ESTEBAN 154- CO CS LAGOS DANIEL ENRIQUE 155- CO CS LAGUNA TEODORO 156- MI CS LAMAS MARCOS ANTONIO 157- CO CS LAPORTE OSMAR LORENZO 158- CP SS LAZIAR ANTONIO HILARIO 159- CI CP LEGUIZAMO RAUL ALBERTO 160- CO CS LENA JUAN CARLOS 161- CI CP LENCINA JUAN CARLOS 162- SS SI LEZCANO ARCELIO ESTEBAN 163- SS SI LLANOS HUGO ANGEL LEON 164- SS SI LOBO ROBERTO SEGUNDO 165- CO CS LOBOS JULIO CESAR 166- SS SI LOPEZ CRISTOBAL CASTULO 167- CS CI LOREIRO RUBEN ALBERTO 168- CS CI LUCERO JOSE ESTEBAN 169- CS CI LUGO FERNANDO ESTEBAN 170- CO CS MACIEL ENRIQUE ALEJANDRO 171- CS CI MACIEL MARTIN OMAR AUGUSTO

172- CO CS MADRID OMAR ALFREDO 173- CS CI MAGLIOTTI SERGIO DANIEL 174- SS SI MAMANI JUSTO EUSTAQUIO 175- MI CS MARAGLIANO SAVERIO JOSE 176- CO CS MARCHISIO GERARDO MARCELO 177- CS CI MARTINEZ OSVALDO FRANCISCO 178- CO CS MARTINO ALBERTO 179- CO CS MASIN FELIX TARCISIO 180- CO CS MECCA ADOLFO EDUARDO 181- SS SI MEDINA CARLOS HUGO 182- CO CS MEDINA MANUEL ALBERTO 183- CS CI MELIAN ANSELMO NICOMEDES 184- MI CS MENDEZ JOSE ALBERTO 185- CO CS MENDIETA HECTOR EDUARDO 186- CO CS MENDIETA JORGE LORENZO 187- CS CI MENDOZA JULIO MARTIN 188- CO CS MERAVIGLIA RICARDO OMAR 189- CI CP MEZA MIGUEL ANGEL 190- CP SS MIGUEL EDUARDO ELIAS 191- CS CI MIRANDA GERARDO NICOLAS 192- CO CS MIRETTI GUSTAVO OSVALDO 193- CO CS MOLINA ADOLFO ERNESTO 194- CP SS MOLINA JERONIMO YBAR

195- CO CS MONTEGROSSO OSCAR ALFREDO 196- CS CI MONZON JULIO CESAR 197- CS CI MORANDO NESTOR ALBERTO 198- CO CS MORENO EDGARDO RUBEN 199- CI CP MORENO EDUARDO WALDO 200- CS CI MORENO RAMON ALDO 201- CP SS MORETTO HUGO JOSE 202- CP SS MOTTA OSCAR ALFREDO 203- CS CI MOYANO SERGIO DANIEL 204- CO CS MULLER RENE OMAR 205- MI CS MUÑOZ JUAN CARLOS 206- CP SS NAVARRO IBANOR 207- MI CS NIEVA VICTOR ANTONIO 208- SS SI NUÑEZ TOMAS ANGEL 209- CO CS NUÑEZ VICTOR RAUL 210- SS SI OBREGON PABLO 211- CO CS OCAMPO JULIAN HECTOR 212- SS SI OJEDA ANTONIO JAVIER 213- SS SI OLARIAGA ROBERTO NICOLAS 214- SS SI ORELLANA JOSE DEL CARMEN 215- CI CP ORELLANO JOSE ALBERTO 216- SS SI ORTIZ PABLO ARMANDO 217- CP SS ORTIZ RESTITUTO

218- CP SS OVIEDO CESAR AUGUSTO 219- CO CS PALLARES VICTOR DANIEL 220- CS CI PARDOU JORGE DELFINO 221- MI CS PAREDES ROQUE ANTONIO 222- MI CS PASINATO JORGE OSCAR 223- SS SI PAZ MIGUEL ROBERTO 224- CO CS PAZ RICARDO ARMANDO 225- CO CS PERALTA JORGE CARLOS 226- CO CS PERALTA JOSE LUIS 227- CS CI PERDOMO MARCELO FABIAN 228- CP SS PEREYRA ENRIQUE OMAR 229- SS SI PEREYRA RAMON GREGORIO OVIDIO 230- SS SI PEREYRA RAMON OSVALDO 231- MI CS PEREZ ROBERTO EULALIO 232- MI CS PEÑA JUAN EFRAIN 233- CO CS PIEDRABUENA EDUARDO JOSE LUIS 234- CO CS PINEDA RICARDO LIONEL 235- CS CI PINTOS FABIAN 236- CO CS PRAMPARO EDGARDO ROBERTO 237- CI CP PUCHETA JOSE ERNESTO. 238- CS CI QUILAHUEQUE ISAIAS 239- CP SS QUINTANA ROQUE RAMON 240- CS CI QUIPILDOR OSCAR ALBERTO

241- CS CI RAGNI HECTOR OSVALDO 242- CI CP RAMIREZ JOSE LUIS 243- CS CI RAMIREZ RICARDO 244- CO CS RAMOS ELEUTERIO HILARIO 245- CO CS REARTES RICARDO ALFREDO 246- MI CS REGUERA JUAN CARLOS 247- CO CS RICARTE MARTIN MAURICIO 248- MI CS RIOS HECTOR RUBEN 249- SS SI RIVAS ABRAHAM RAFAEL 250- SS SI RODRIGUEZ JOSE HUMBERTO 251- CS CI RODRIGUEZ RUBEN ORLANDO 252- CO CS ROJAS RUBEN HORACIO 253- CS CI ROLLHEISER CARLOS ENRIQUE 254- CO CS ROMANO AROLDO RUBEN 255- CI CP ROMERO DANIEL ALBERTO 256- CS CI ROMERO FRANCISCO 257- CI CP ROMERO JOSE ALBERTO 258- CO CS ROMERO MARCELO OSCAR 259- CS CI ROMERO ROBERTO TEODORO 260- CO CS RUBIO REINALDO OMAR 261- MI CS RUIZ JORGE DENNYS 262- CS CI RUIZ RICARDO HORACIO 263- CO CS SAJAMA ANTENOR

264- CS CI SALAS CASTRO JORGE LUIS 265- CI CP SANABRIA SATURNINO 266- MI CS SANCHEZ JUAN SIMON 267- CO CS SANCHO ROBERTO ENRIQUE 268- CS CI SARMIENTO ANIBAL CESAR 269- CO CS SEITUN GUSTAVO DANIEL 270- CI CP SENDROS JORGE ALBERTO 271- GU TC SEVILLA GERARDO ESTEBAN 272- CO CS SILVA EDUARDO TOMAS 273- CO CS SIRI FABIAN EDGARDO 274- CS CI SORIA ROQUE LUIS 275- CO CS SORIANO MIGUEL ANGEL 276- CO CS SOSA FABIAN ENRIQUE 277- CS CI SOSA FRANCISCO OSVALDO 278- CS CI SOSA JORGE ROBERTO 279- CO CS SOSA JOSE LUIS 280- CS CI SOSA MIGUEL ANGEL ANTONIO 281- CO CS SOTELO SORIANO 282- SS SI SUELDO ATILIO INDALECIO 283- MI CS TASIUK MIGUEL ANGEL 284- CS CI TELLO JULIO CESAR 285- CO CS TEVEZ GUILLERMO OMAR 286- CS CI TIBALDO RENE ANGEL

287- MI CS TOLEDO GABRIEL LORENZO 288- GU TC TORLASCHI EMILIO CARLOS 289- CO CS TORRES JORGE RUBEN 290- CI CP TORRES PEDRO ANGEL 291- CP SS TORRES RICARDO ALBERTO 292- CS CI TORTOSA CLAUDIO OMAR 293- CS CI TULIS JOSE ALBERTO 294- CO CS UZQUEDA ROBERTO ANTONIO 295- CP SS VALDEZ CARLOS ALBERTO 296- CP SS VANEGA CARLOS HUMBERTO 297- CS CI VARGAS GARCIA HECTOR ALEJANDRO 298- MI CS VARGAS OMAR 299- CO CS VASSALLO ANGEL OMAR 300- CS CI VAZQUEZ JULIO OSCAR 301- MI CS VELAZQUEZ MIGUEL MARCELO 302- SS SI VELEZ JORGE LUIS 303- CI CP VENDRAMIN PEDRO ANTONIO 304- CP SS VENTANCU MARTIN REY 305- CP SS VERA DARIO ELEODORO 306- CO CS VERA OMAR ELVIO 307- CS CI VERGARA ALEJANDRO ANTONIO 308- CS CI VERON ARMANDO ROSA 309- MI CS VERON JUAN ALBERTO

310- CP SS VILA CARLOS DANIEL 311- MI CS VILCA CONDORI MARIO 312- CO CS VILLA JOSE ORLANDO 313- CS CI VILLALBA OSCAR ANTONIO 314- MI CS VILLEGAS JOSE AGUSTIN 315- CP SS VILLORDO MARIO OSCAR 316- CI CP VIVIER NESTOR EDGAR 317- CS CI YACANTE JORGE ANTONIO 318- CO CS ZABALA MARIO JOSE 319- CO CS ZALAZAR RAMON ELIAS 320- CO CS ZANGANI JUAN CARLOS 321- CI CP ZAPATA CESAR ALBERTO 322- CI CP ZARATE SERGIO RUBEN 323- CO CS ZARZOSO FERNANDO FABIAN 324- CO CS ZOLORZANO RAMON AGUSTIN 325- CO CS ZURBRIGGEN ELIAS LUIS

ARA "Alferez Sobral"

326- CCCBNACD

GOMEZ ROCA Sergio Raúl

327- GUCBNACD

OLIVIERI Claudio

328- CPCO

ALANCAY Mario Rolando

329- CSCO

DEL MONTE Ernesto

330- CSCO

MEDINA Sergio Rubén

331- CSCO

TONINA Elbio Daniel

332- MICO

DUFRECHOU Héctor A.

333- S/C 62

D’ERRICO Roberto

Buque transporte "Isla de los Estados"

334- CC (RE)

PANIGADI Tulio Néstor

335- TC (RE)

BOTARO José Esteban

336- CPCO

TORRES Rubén

337- CIEN

CRUZ Orlando

338- CSCO

MESLER Oscar José

Primera Escuadrilla Aeronaval de Ataque

339- TFCBNACD

BENITEZ Carlos Alberto

340- TCCBNACD

MIGUEL Daniel Enrique

Tercera Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque

341- CCCBNACD

ZUBIZARRETA Carlos María

342- TFCBNACD

MÁRQUEZ Marcelo Gustavo

Batallón de Infantería de Marina Nº 1 343- CCCBIMCD

GIACHINO Pedro Edgardo

344- S/C 62

ALMONACID Mario

345- S/C 62

AGUILA Jorge Néstor

Batallón de Infantería de Marina Nº 5

346- SSIM

CASTILLO Julio Saturnino

347- SSIM

JUÁREZ Víctor H.

348- S/C 62

AGUIRRE Félix Ernesto

349- S/C 62

CAVIGLIOLI Hugo Daniel

350- S/C 62

CERLES Héctor Abel

351- S/C 62

DABALO Juan Carlos

352- S/C 62

FERREYRA Diego

353- S/C 62

GALARZA José Luis

354- S/C 62

GONZÁLEZ Juan Carlos

355- S/C 62

IÑIGUEZ Godofredo Omar

356- S/C 62

LEYES Roberto

357- S/C 62

MONZON Eleodoro

358- S/C 62

PATRONE Aldo Osmar

359- S/C 62

RAM1REZ Ricardo A.

360- S/C 62

RAVA Juan Francisco

361- S/C 62

ROBLEDO Sergio Ariel

Batallón Comando

362- S/C 62

FERNANDEZ Luis Roberto

363- S/C 62

GIUSEPETI Sergio

364- S/C 62

INCHAUSPE Jorge R.

365- S/C 62

MACIEL Jorge Alfredo

366- S/C 62

MEZA Ramón Antonio

367- S/C 62

ROLLA Héctor Miguel

368- S/C 62

SCAGLIONE Claudio N.

Batallón Antiareo

369- S/C 62

PORTILLO Rito Florencio

370- S/C 62

ROMERO Raúl Ricardo

Batallón de Artillería de Campaña Nº 1

371- S/C 62

FALCON Justo Silverio

372- S/C 62

MANSILLA Oscar E.

Base Islas Malvinas

373- MIMA

TURANO Juan Ramón

Companía de Ingenieros Anfibios

374- S/C 62

DIAZ Vicente Antonio

375- S/C 62

ORDONEZ Ramón Edmundo

Fuerza de Apoyo Anfibio (SPAC) CSIM

SISTERNA Jorge Luis

S/C 62

OLAVARRIA Víctor Oscar

MARINA MERCANTE

1- Agente Civil

AVILA Heriberto

2- Agente Civil

AVILA Leopoldo Marcelo

3- Contramaestre

RUPP Omar Alberto

4- Jefe de Máquinas

AGUIRRE Miguel

5- Primer Maquinista

CUEVAS Alejandro Omar

6-

Segundo Oficial

POLITIS Jorge Nicolás

7-

Cabo de Mar

8-

Marinero

9- Mecánico

BOLLERO Jorge Alfredo CAYO Antonio Máximo

HUDEPOHL Enrique Joaquín

10- Contramaestre 11-

Marinero

IBÁÑEZ Benito Horacio

LIMA Antonio Manuel

12- Primer Cocinero

LUZARDO Rafael

13- Primer Electricista 1415-

Primer Cabo Marinero

16- Mayordomo

MENDIETA Pedro A.

MIN Omar Héctor

OLIVEIRA Manuel SANDOVAL Néstor Omar

GENDARMERÍA NACIONAL

1- Esc Seg "ATUCHA" 1er Alferez SÁNCHEZ Julio Ricardo 2- Esc Ser Apoyo GN Subalféez NASIF Guillermo 3- Jef Región I Sarg Ay ACOSTA Ramón Gumersindo 4- Esc 34 "BARILOCHE" Cabo 1º VERON Marciano 5- Esc 42 "CALAFATE" Cabo 1º GUERRERO Víctor Samuel 6- Rae 36 "ESQUEL" Cabo PEREYRA Carlos Misael 7- Esc 31"LAS LAJAS" Gendarme TREPPO Juan Carlos

EJÉRCITO ARGENTINO

1- S/C 63

BASTIDA Claudio Alfredo

2- Capitán (Ing) 3- Tte 1º

ESPINOSA Ernesto Emilio

4- Sarg 1º (I)

BLAS Oscar Humberto

5- Sarg 1º (Ing) 6- Sarg 1º

MARQUEZ Rubén Eduardo

SBERT Mateo Domingo

CISNERO Mario Antonio

7- Tte (A)

DACHARY Alejandro

8- Sarg 1' (A) 9- S/C 62 10-

BLANCO René Pascual

BELLINZONA Diego Martín

S/C 62

DIARTE Oscar Daniel

11- S/C 62

LLAMAS Jorge Alberto

12- S/C 63

GURRIERI Ricardo Mario

13- S/C 61

UGALDE Daniel Alberto

14- Capitán

BUSCHIAZZO Juan Carlos

15- Capitán

FIORITO Roberto Mario

16- Tte (I)

FASSIO Marcos Antonio

17- Sarg 1° (Mec Av)

CAMPOS Pedro Andrés

18- Sarg 1° (Mec Av)

DIMOTTA Raúl Horacio

19- Sarg (Mec Av) 20- Cap (A)

BARROS Néstor Daniel

NOVOA Marcelo Sergio

21- Sarg Ay (MecOp) 22- Tte (Ing)

BENZO Víctor Jesús

AUVIEUX Julio César

23- Cabo EC BUSTO Roberto Adrián 24- S/C 62 ROMERO Claudio Alejandro 25- S/C 63 PLANES Marcelo Gustavo 26- S/C 62

27- S/C 59

CANTERO Aldo Rubén

MOSTO Carlos Gustavo

28- S/C 62

RODRIGUEZ Mario Gustavo

29- S/C 62

GOMEZ Sergio Oscar

30- S/C 60 REYES LOBOS José 31- S/C 61 CAO Julio Rubén 32- S/C 62 FOLCH Andrés Aníbal 33- S/C 62 SEGURA Julio César 34- S/C 62 SORIA Jorge Oscar 35- Sarg Ay (I) AGUILAR Eusebio Antonio 36- Suboficial Principal I (Coc) OCHOA Edgar Néstor 37- S/C 62 AZCARATE Sergio Omar 38- S/C 62 BALDIVARES Horacio Adolfo 39- S/C 62 BECERRA Walter Ignacio 40- S/C 62 BORDON Luis Jorge 41- S/C 62 ECHAVE Horacio José 42- S/C 62 GUANES Héctor Antonio 43- S/C 62 HORISBERGER Juan Domingo 44- S/C 62 LUNA Ricardo José 45- S/C 62 RODRIGU7EZ Juan Domingo 46- Teniente I BALDINI Juan Domingo 47- Sargento I RIOS Darío Rolando 48- Cabo EC OROZCO Pedro Alberto 49S/C 54 GATTONI Alfredo 50- S/C 61 PEREYRA Dante Luis Segundo 51- S/C 62 ARAUJO Elbio Eduardo 52- S/C 62 ARRASCAETA Miguel Angel 53S/C 62 BENITEZ Angel 54- S/C 62 BRITO Omar Aníbal 55- S/C 62 CARBALLIDO Sergio Alberto 56- S/C 62 DEL HIERRO José Luis 57S/C 62 DIAZ Luis Alberto 58- S/C 62 FALCON Miguel Angel 59- S/C 62 FERREYRA Aldo Omar 60- S/C 62 GONZALEZ Miguel Angel 61- S/C 62 GONZALEZ Néstor Miguel 62- S/C 62 GRAMISCI Donato Manuel 63- S/C 62 GRANADO Guillermo Ernesto 64- S/C 62 HERRERA Ricardo Horacio 65- S/C 62 HORNOS Carlos Alberto 66- S/C 62 JUAREZ Manuel Alberto 67- S/C 62 MAIDANA Julio Héctor

68- S/C 62 69- S/C 62

MASSAD Marcelo Daniel PACHOLCZUK Rolando Máximo

70S/C 62 PASCUAL Miguel Angel 71- S/C 62 PETRUCELLI Albérto Daniel 72- S/C 62 QUINTANA Ramón Omar 73- S/C 62 ROCHA Isaac Erasmo 74- S/C 62 RODRIGUEZ José Luis 75- S/C 62 RODRIGUEZ Macedonio 76- S/C 62 RODRIGUEZ Víctor 77- S/C 62 ROMERO Julio 78- S/C 62 RONCONI Enrique Horacio 79- S/C 62 VARGAS Alejandro Pedro 80- S/C 62 VOJKOVIC Pedro Horacio 81- S/C 62 ZELARRAYAN Manuel Alberto 82- Sarg 1º (C) RON Jorge Alberto 83- Sarg (C) CABRERA Adolfo Luis 84- Cabo EC (Cond Mot) CHAVEZ Alberto Fernando 85S/C 62 GABRIELLI Fabián Mario 86- S/C 62 GARCIA CAÑETE Mario Aquilino 87S/C 62 TORRES Omar Enrique

88- S/C 62 CURIMA José Domingo 89- S/C 62 SINCHICAY Sergio César 90- S/C 62 INDINO Ignacio María 91- Sarg 1º (Mec Mot) LARROSA Pedro Florentino 92- Sarg (Mec Mot) PEREYRA Alejandro Raúl 93- S/C 62 HERRERA Omar Jesús 94- S/C 62 95- S/C 62 96- S/C 62

DESZA Sergio Raúl OJEDA Guillermo Raúl SERRADORI Juan Raúl

97- Tte (I) MARTELLA Luis Carlos 98- Subt (I) SILVA Oscar Augusto 99- Cabo Ec (I) GOMEZ Mario (Ec Subof) 100- Cabo Ec (I) GONZALEZ Osmar Luis (Ec Subof) 101Cabo (Res) GONZALEZ Hipólito 102- Cabo (Res) VERDUN Roberto 103- S/C 62 AGUILERA Luis Orlando 104- S/C 62 ALMARAZ Bernardino Benito 105- S/C 62 AYALA Juan Alejandro 106- S/C 62 CASCO Carlos Epifanio

107- S/C 62 GOMEZ Eduardo aaaaaaaaaaaa 108- S/C 62 GOMEZ Martiniano 109- S/C 62 GREGORIO Alfredo 110- S/C 62 LEDESMA Roberto Juan Luis 111- S/C 62 MENDEZ Luis José 112- S/C 62 PAEZ Celso 113- S/C 62 PALAVECINO Ramón Orlando 114- S/C 62 VALLEJOS Adolfo Víctor 115- S/C 63 ACUÑA Juan José 116- S/C 63 AYLAN Orlando 117- S/C 63 RODRIGUEZ Andrés Daniel 118- S/C 63 ROMERO José Luciano 119- S/C 59 ALEGRE Raúl 120- S/C 62 AGUIRRE Alberto Marcelino 121- S/C 62 CABALLERO Ramón Salvador 122- S/C 62 FERNANDEZ Remigio Antonio 123- S/C 62 MACIEL Geronimo 124- S/C 62 QUINTANA Juan 125- S/C 62 SÁNCHEZ Mario 126- Cabo 1º (I) RIOS José Luis 127- Cabo (I) GOMEZ Raúl Adrián 128- Cabo 1ro I MARCIAL Edmundo Federico 129Cabo EC (Cond Mot) MIÑO Luis 130- S/C 62 ALEGRE Celso 131- S/C 62 AVALOS Ofelio Víctor 132- S/C 62 DIAZ Carlos Agustín 133- S/C 62 DWORAK Vladimiro 134- S/C 62 ENCINA José Alberto 135- S/C 62 FERNANDEZ Carmelo 136- S/C 62 FERRAU José Ramón 137- S/C 62 FRIAS Carlos Alberto 138- S/C 62 GARCIA Ramón 139- S/C 62 LUQUE Daniel Omar 140- S/C 62 MACIEL Irineo Osvaldo 141- S/C 62 MENDOZA Irineo 142- S/C 62 MONZON Juan Carlos 143- S/C 62 MOSCHEN Alberto José 144- S/C 62 PEGORARO Néstor Oscar Avelino 145- S/C 62 RAMIREZ Rubén Norberto 146- S/C 62 PERALTA Juan Anselmo 147- S/C 62 ROMERO Julio 148- S/C 62 RUIZ DIAZ Gabino 149- S/C 62 SÁNCHEZ Roque Evaristo 150- S/C 63 AVALOS Omar Alberto 151- S/C 63 BARRIOS Rafael 152- S/C 63 BLANCO Ramón Cirilo

153- S/C 63 GOMEZ Rubén Horacio 154- S/C 63 LUGO Fernando Jesús 155- S/C 63 NUÑEZ Guillermo 156- S/C 63 OSYGUSS Carlos Omar 157- S/C 63 PEREZ Vicente Ramón 158- S/C 63 RIQUELME Segundino Antonio 159- S/C 63 RODRIGUEZ Victor 160- S/C 63 SEGOVIA Higinio 161- Tte (A) RAMOS Alberto Rolando 162- Cabo 10(A) QUISPE Angel Fidel 163- Sarg (I) MONTELLANO Héctor Ricardo 164- S/C 62 PAVON Alberto Genaro 165- Cabo EC (int)

LABALTA Oscar Eduardo (ESPAC)

166- S/C 62 PIZARRO Néstor Osvaldo 167- S/C 63 ROMERO Jorge Eduardo 168- S/C 63 VALLEJO Eduardo Antonio 169- Cabo EC (Cond Mot) WAUDRIK Juan 170- S/C 61 SOSA Eduardo 171- S/C 62 ANTIECO Simón Oscar 172- S/C 63 LUDUEÑA Jorge Daniel 173- S/C 63 NOSIKOSKI Sergio Fabián 174- Tte (I) ESTEVEZ Roberto Néstor 175- Sarg (I) GARCIA Sergio Ismael 176- Cabo (I) AVILA Miguel Angel 177- Cabo (I) CASTRO Mario Rodolfo 178- Cabo (I) OVIEDO Héctor Rubén 179- S/C 63 ALLENDÉ José Luis 180- S/C 63 AUSTIN Ricardo Andrés 181- S/C 63 CABRERA Ramón Angel 182- S/C 63 CARRASCUL Fabricio Edgar 183- S/C 63 GIRAUDO Horacio Lorenzo 184- S/C 63 ORTEGA José Honorio 185- S/C 63 ZABALA Arnaldo Enrique 187- General de Brigada I AREVALO Clodoveo Miguel Ángel 188- Tte 1º (I) SOSA Roberto Remi 189- Sarg Ay (1) SANAGUA Alberto Antonio 190- S/C 61 CINI Marcelo Gustavo 191- S/C 63 MARCIAL Jesús Artemio 192- S/C 63 MILLAPI Oscar Calixto

193- S/C 63 PALAVECINO Daniel Alberto 194- S/C 63 SIEYRA Fernando Luis 186- Subt EC (C)

ABRAHAM Juan Omar (CMN)

VII-

APENDICE FOTOGRAFICO

Estevez y su familia. Roberto es el que esta acariando el perro.

Estevez y el soldado Huircapán.

Estevez en Malvinas con uno de sus soldados “especiales” de la Compañía C del Regimiento 25.

Estevez con parte de su Regimiento”Especial” 25.

Roberto Estévez en formación, honrando nuestra bandera.

Teniente Roberto Estevez (RI MEC 25) Medalla "La Nación Argentina al heroico valor en combate".

Tumba del Teniente Estevez en el viejo cementerio de Darwin (actualmente enteramente refaccionado por la Comisión de Familiares de los Caídos en la Guerra de Malvinas).

Bibliografía:

- RUIZ MORENO, Isidoro, Comandos en acción, Buenos Aires, Emecé, 1992. - MANSILLA, Alberto, Argentina tiene héroes, Buenos Aires, Editorial Nueva Hispanidad, 2003. - COSTA, Eduardo José, Guerra bajo la cruz del sur, Buenos Aires, Hyspamerica, 1988. - KASANZEW, Nicolás, Malvinas a sangre y fuego, Buenos Aires, Siete Días, 1982. - CARDOSO, O; KIRSCHBAUM, R; VAN DER KOOY, E; Malvinas la trama secreta, Buenos Aires, Sudamericana, 1983. - EDDY, Paul; LINKLATER, Magnus; Una cara de la moneda, Buenos Aires, Hyspamerica, 1983. - PIAGGI, Italo, Ganso Verde- Goose Green, Buenos Aires, Planeta, 1989. - TUROLO, Carlos, Así lucharon, Buenos Aires, Sudamericana, 1985. - CIRCULO MILITAR, Relatos de soldados, Círcilo Militar, Buenos Aires, 1983. - SPERANZA Graciela; CITTADINI, Fernando, Partes de Guerra, Buenos Aires, Grupo Editorial Norma, Buenos Aires, 1997. - TEVES, Orlando, “Pradera del ganso (Goose Green) - Una batalla de la Guerra de Malvinas", Buenos Aires, Edición del Autor, 2007.

Revista: (Diario El País, Puerto Stanley - 17/07/1982 )

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