Escribo para ti, no para los académicos No que no entiendas esa otra poesía, la poesía de los que dan premios, de los alabastros asirios y nenúfares marmóreos, de estos mismos tan pensantes académicos y de los fantoches metafóricos; no se trata de que prefiera la tierra baldía a la carreta roja, que te escriba sólo para decirte que abril fue el mes más cruel porque me comí los duraznos que estaban en el refri. Nada de eso, si no escribo para ellos no es que no me interese disertar sobre el lenguaje de la poesía y lo que ésta tendría qué decir y cómo. No les escribo a ellos y te escribo, chava, por una razón mucho más simple: es tu sonrisa la que necesito y busco provocar con mis nugae, no la de ellos. Ése es el único premio al que aspiro: tu sonrisa y tu compañía. Y ése es el único premio que quiero, ya ves que el Nobel se lo dan hasta a Obama. J. E. G. 12/10/09