Esclusivo Mundo De Las Plantas Epifitas

  • July 2020
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EL “EXCLUSIVO” MUNDO DE LAS EPÍFITAS Andrea C. Penagos, Fredy Palacino R. Docentes de Ciencias Naturales y Educación Ambiental. Cundinamarca, Colombia. [email protected]; [email protected]

Figura 1. Hábitat epifítico. Ilustración original de Daniel Penagos A.

Introducción Si se fija con detenimiento cuando va atravesando un sendero en un bosque (especialmente si es de niebla), podrá evidenciar la presencia de “plantas que viven sobre otras plantas”. Por lo regular, las personas consideran que éstas son “ramas del árbol” que están viendo; en otros casos se piensa que estas plantas “chupan” los jugos de la planta sobre la que se encuentran. Sin embargo, casi nunca se llega a imaginar qué prácticamente cada uno de estos organismos puede funcionar como un ecosistema. Si usted había pensado algo parecido ó por el contrario, ni siquiera había percibido su existencia, a continuación podrá aclarar algunas de sus dudas si sigue la siguiente descripción acerca de las plantas epífitas. Plantas Epífitas Son aquellas que crecen sobre (epi) otras plantas (fito), e incluso objetos (rocas, cuerdas, recipientes, tejas, etc.) a los que se enraízan como mecanismo de soporte, por esta razón, no se sujetan al suelo y tampoco son parásitas. La posibilidad de crecer arriba de otras plantas les ofrece una mayor disponibilidad de luz solar, disminuyendo su competencia por este recurso, sin embargo, esto acarrea desventajas a la hora de competir por otros requerimientos como agua y nutrientes. Crecen en las selvas y bosques de montaña tropicales y subtropicales, donde se presentan elevados valores de humedad relativa. Las áreas más ricas en epífitas son los bosques de montaña (1500 - 2500 msnm), donde los árboles proveen hábitat con variadas condiciones meso y microclimáticas1. A pesar de la gran cantidad de estudios que se han realizado teniendo como base este grupo de vegetales, los índices de diversidad para las epífitas en el planeta, aún no son claros. Y así como ocurre en otros grupos taxonómicos, es probable que aún no se conozca la más mínima parte del total de especies epífitas que habitan los biomas de La Tierra. Hábitat epifítico: cómo obtener agua y nutrientes. Las mayores dificultades que enfrentan las plantas epífitas se relacionan con la falta de agua y nutrientes, esto se debe en gran parte a que no se desarrollan sobre un suelo como tal. La cantidad de agua disponible está dada por la humedad atmosférica (humedad relativa), que a su vez depende de la dirección e intensidad de los vientos y de la cantidad de precipitación pluvial (humedad líquida) en la zona. 1

Mesoclima: influencia de las condiciones meterológicas sobre una zona que puede cubrir hasta 100 metros cuadrados. Microclima: influencia de las condiciones meterológicas sobre una zona de pocos centímetros cuadrados.

Para afrontar con éxito el “problema” del agua, muchas epífitas tienen adaptaciones similares a las que poseen las plantas en el desierto, lo que les permite absorber de forma rápida y eficiente una gran cantidad de agua que se retiene durante un tiempo considerable, para impedir su pérdida y salirle al paso a las épocas de escasez. Entre dichas adaptaciones se encuentra por ejemplo, que muchas epífitas poseen una capa cerosa en su superficie externa, lo que les ayuda a retener agua. Los musgos y líquenes epífitos se encogen y dejan de crecer cuando escasea el agua, al presentarse las lluvias, son capaces de absorber rápidamente el líquido para continuar su crecimiento. En otros casos, la presencia de “pequeñas bolsas ó sacos” favorece el almacenamiento de agua en su interior para cubrir las épocas de deficiencia. Muchas de las epífitas vasculares tienen una forma de metabolismo llamada CAM (Crassulean Acid Metabolism), el cual posibilita la absorción de CO2 (dióxido de carbono) durante la noche (principalmente), cuando las temperaturas son más bajas. Esta característica permite que las epífitas mantengan cerrados sus estomas durante el día, para reducir la pérdida de agua por evapotranspiración. Otros organismos poseen determinadas áreas “carnosas” que sirven para acumular el líquido. Algunas bromelias forman entre sus hojas una especie de recipiente (embudo ó tanque) donde el agua junto con el detritus se acumulan durante algún tiempo, para su posterior absorción. Las Bromeliáceas por lo general poseen también una estructura foliar de células muertas o indumento, el cual retiene el agua de escorrentía de las hojas. En la mayoría de las orquídeas existe un dispositivo similar en las raíces, el cual recibe el nombre de velamen. El rocío, la humedad del aire y la lluvia que corre por las ramas y troncos de los árboles, son consideradas como las mejores fuentes de agua para estas plantas. Las epífitas existen en condiciones pobres de nutrientes debido a que su ubicación sobre las otras plantas, cubre distancias que van desde unos pocos centímetros del suelo, hasta varios metros de altura, lo cual impide que se favorezcan en un alto porcentaje con la materia orgánica que cae de aquellas plantas más altas. Aunque una parte de su “dieta” está relacionada con el detritus que se deposita en las ramas de los árboles (a lo que algunos estudiosos han denominado “suelo aéreo”), la obtención de la mayor parte de los nutrientes, está ligada directamente con la posibilidad de obtener agua lluvia, pues es en ella, en donde su “sustento” viene disuelto. Otro mecanismo al que recurren estas plantas es conocido como “consumo redundante” el cual consiste en absorber más nutrientes de los que se necesitan, con el fin de obtener reservas para tiempos de escasez. Casi todas las orquídeas tienen un hongo asociado a sus raíces (micorriza). Este hongo provee a la raíz de algunas sustancias nutrientes que se obtienen de la materia orgánica acumulada sobre las ramas de los árboles. La epífita le devuelve el “favor” al hongo, suministrándole azúcares y otras sustancias que éste necesita para vivir.

Es así, que las adaptaciones de cada especie epífita, no solamente son importantes para obtener agua, sino que también son fundamentales para conseguir los nutrientes. A pesar de lo anterior, el desarrollo de esta clase de plantas es exitoso, debido a que son una forma de existencia basada en la “máxima economía”, que “lucha” por la obtención de agua y nutrientes como Nitrógeno (N), Potasio (K) y Fósforo (P), los cuales por lo regular se encuentran en bajas concentraciones. Es una vida tan única y diferente, que en muchas de las especies no son sus hojas sino sus raíces verdes y aéreas, las que realizan el proceso de fotosíntesis. Comunidades epífitas e interacciones en el ambiente Producción y dispersión de semillas Las epífitas a menudo tienen flores muy coloridas (llamativas) y bellas para atraer a sus polinizadores, entre ellos insectos, murciélagos y colibríes. Muchas de las orquídeas que son epífitas, guardan relaciones muy específicas con su polinizador(es); para lo cual tienen una estructura y aroma determinados que tienen como tarea, atraer específicamente ciertos insectos como abejas y/o moscas. Las orquídeas producen miles de semillas pequeñas y finas, las cuales son transportadas por el viento a considerables distancias. La propagación asexual se da por la formación de rizomas y/o raíces adventicias (extensiones del tallo), estructuras que permiten a una sola planta, colonizar la totalidad de un árbol. Por otra parte, durante las tormentas y en especial cuando hay fuertes vientos, se pueden desprender fragmentos de la planta que por lo regular son llevados por el viento ó por algunas aves que las utilizan para hacer sus nidos, una vez en estos lugares, los fragmentos pueden desarrollarse y establecerse definitivamente allí. Características de los hospederos Por lo general, las epífitas crecen en conjunto, agrupándose en comunidades numerosas de individuos y especies que se interrelacionan, compiten por luz, espacio y nutrientes. Este proceso competitivo es bueno porque ayuda en gran parte a modificar el ambiente, para hacerlo más accesible y permitir la colonización de nuevas especies (de los diferentes reinos), debido a que las plantas epífitas contribuyen en la acumulación de humus y a mantener un microclima húmedo constante (como en el bosque de niebla). Por esta razón, estas plantas son consideradas organismos indicadores (bioindicadores) de la existencia de altos índices de biodiversidad en los sitios donde se encuentran. Una de las relaciones más estrechas que tienen las epífitas en sus ambientes, es sin duda, la que guardan con las plantas que las hospedan (forofitos). En este sentido, es lógico pensar que algunas epífitas generalistas, no tengan problema en conseguir varios hospederos, aunque actualmente se habla mucho acerca de la existencia de relaciones específicas que ciertas especies epífitas guardan con sus “anfitriones”.

Zotz & Andrade (2002) defienden esta posibilidad de especificidad, lo mismo que otros autores como por ejemplo Benzing (1990), quien propone que si se tiene un área geográfica con limites definidos, dentro de ella es posible encontrar determinadas epífitas con marcados “gustos” por grupos de árboles específicos, los cuales satisfacen plenamente sus requerimientos y determinan su presencia en los ambientes. Según Engwald et al. (2000), uno de los factores que más influye en la relación epífita – árbol hospedero (forofito), está vinculado a la edad del árbol, es decir, entre más viejo el hospedero, existe mayor posibilidad de que las comunidades epifíticas sean más numerosas y estables. Esto es posible gracias a que un largo y contínuo proceso de convivencia, ha generado eventos de adaptabilidad tanto para huésped como para hospedero. Así mismo, si los árboles de una misma región geográfica son heterogéneos en su arquitectura, posibilitan la existencia de diversas especies tanto animales como vegetales, donde la variedad de nichos, da pie a una elevada diversidad de epífitas (Oldeman, 1983). Entre los aspectos más relevantes en el diseño de un árbol, se encuentra el ángulo de inclinación de sus ramas. Esta es una característica que incide de forma directa en la disponibilidad de agua de escorrentía y acumulación de materia orgánica y detritus para las epífitas (Rudolph et al., 1998 y Callaway et al., 2002). Debido a esto, es coherente afirmar que la inclinación también está relacionada con altos índices de riqueza y diversidad de epífitas para las zonas donde exista más almacenamiento de estos recursos. Además de su grado de inclinación, las ramas presentan otra característica importante, como lo es su diámetro, el cual determina el tamaño y volumen de las plantas huésped que pueden habitar allí. Según Schmidt et al. (2001), lo anterior está relacionado con las estrategias ecofisiológicas (como las que se nombraron anteriormente) que “manejan” las epífitas para vivir en los ambientes y la resistencia de las ramas para soportar su peso. Otra condición importante para que las epífitas prosperen en un hospedero, tiene que ver con la textura de la corteza en éste, característica que según Gullison & Nissan (1999) ayuda ó no a establecer una condición de porosidad adecuada para la retención del sustrato, el agua y los nutrientes. Así mismo, proporciona un espacio adecuado o inadecuado para el enraízamiento de la epífita. Aquellos árboles que tienen cortezas con grandes, marcadas y profundas fisuras posibilitan la llegada, instalación, germinación y desarrollo de las semillas epífitas (Steege & Cornelissen, 1989), mientras que en otros casos donde los árboles tienen cortezas lisas, estas se caen con facilidad e impiden la proliferación de las epífitas. La corteza también puede ser un medio difícil, en donde se presentan altos índices de desecamiento, ocasionados por los vientos que producen la evapotranspiración y el consecuente empobrecimiento en la cantidad de nutrientes disponibles (que también pueden ser arrastrados por el agua lluvia que escurre por las cortezas). La corteza es resguardo para un sinnúmero de insectos que se alimentan de estas plantas, y es considerada una zona de constante insolación, ocurrida como

consecuencia de que las hojas de los árboles se caen y permiten el paso de cantidades excesivas de luz solar (Gullison & Nissan 1999). Las epífitas como recurso Por otro lado, las epífitas guardan fuertes relaciones con varias especies de insectos y reptiles (pequeñas ranas y lagartijas), debido a que algunos las utilizan como alimento, mientras que otros se sirven de ellas para habitarlas. Así mismo, son parte fundamental en la dieta de grandes animales como el úrsido oso de anteojos Tremarctos ornatus, el cual trepa en los árboles para hacerse a algunas bromeliáceas de las que se alimenta comiendo su parte más jugosa y dulce. Es muy probable también, que el ser humano dé múltiples usos (ecológico, anímico, científico, etc.) a estos organismos. Sin embargo, las utilidades que prestan son aún desconocidas en su gran parte, debido a la ausencia de investigación en este campo. El estudio de las epífitas Afortunadamente la información que existe acerca de la forma de vida de estos organismos es buena, sin embargo, aún es insuficiente para comprender completamente su comportamiento y estructura. Es por ello, que los investigadores siguen en su labor para profundizar en torno a estas formas de vida. Como ejemplo, están los estudios realizados en la zona tropical por Hernández, 2001; Nieder, Engwald, Klawun, & Barthlott, 2000; Rivas, Warner, & Bermúdez, 1998 y muchos otros, entre los que también cuenta Higuera, quién ha encontrado lo que sucede con algunas de las características en estas plantas, como por ejemplo las diferencias que existen en su distribución vertical, su composición florística y su abundancia y riqueza en árboles de dosel pertenecientes a una misma especie. Los hallazgos muestran que la ubicación del árbol en el bosque influye sobre varios aspectos importantes para las epífitas, como son las condiciones microclimáticas, las zonas de exposición al viento, las distancias a los recursos que puedan ser considerados como alimento y a los organismos y demás factores que actúan como sus dispersores, entre otros. A pesar de las múltiples investigaciones, es mucho lo que se desconoce acerca de éste y otros habitats en el planeta. Así mismo, es lamentable que estas comunidades se vean afectadas por los problemas ambientales que constantemente alteran los ambientes, como la deforestación, la contaminación, el calentamiento global y el desmedido crecimiento de la población humana. Estas situaciones han conducido a que cada día sea más preocupante la fragmentación de los ambientes y la consecuente destrucción de los hábitats, donde desafortunadamente se afectan estos ecosistemas, perturbando su funcionalidad y existencia. Es urgente entonces, que las investigaciones realizadas se enfoquen hacia registros y acciones que informen a las personas acerca de lo importante y extraordinario de las comunidades y ecosistemas que estas plantas ayudan a formar y mantener.

Teniendo en cuenta que estas labores deben convencer la condición antropocentrista del ser humano, es necesario que los planteamientos propuestos, miren de fondo las posibles problemáticas que afectan y afectarían a la humanidad en caso de que estos organismos desaparezcan parcial ó totalmente del planeta. A partir de ahí, se deben generar estrategias en las que las personas puedan aportar de manera efectiva y conciente en pro de la preservación, protección y conservación de estos maravillosos organismos y sus relaciones. Literatura citada Benzing, D.H. 1990. Vascular epiphytes: General biology and related biota [Epífitas vasculares: biología general y biota relacionada] Cambridge University Press, New York. 354 pp. Callaway R., Reinhart, K. Moore, G. Moore, D. & Pennings, S. 2002. Epiphytes host traits: mechanisms for species-specific interactions [Características del hospedero de epifitas: mecanismos para las interacciones específicas entre especies] Oecologia. Published online: 29 may 2002. Engwald, S., Neuerburg, S. & Barthlott, W. 2000. Epiphytes in rain forest of Venezue la- diversity and dynamics of biocenosis [Epífitas en bosque húmedo de Venezuela – diversidad y dinámicas de biocenosis –] in Breckle, S., Schweizer, B. & Arndt, U. (Eds): Results of worldwide ecological studies. Proceedings of the 1 st symposium by the A.FW. Schimper-Foundation-from H. and E. WalterHoheneim, Ktober 1998-Stuttgart- Hohenheim, Verlag Günter Heimbach: 425434. Gullison R. & Nissan, S. 1999. Evaluación de la factibilidad del modelado de los impactos del manejo forestal sobre la biodiversidad en la concesión Taruma. Documento técnico. USAID, Gobierno de Bolivia y Chemonics Internacional. Santacruz, Bolivia. Hérnandez, J. 2001. Ocupación de los portadores por epífitas vasculares en un bosque húmedo tropical del alto Orinoco, Edo, Amazonas, Venezuela. Acta Científica Venezolana, 52: 292 – 303. Higuera, D. Epífitas y árboles hospederos: relación entre especies o restricción de recursos. Jardines sobre los grandes árboles. [Citado 25 Abril de 2006] en: http:// waste.ideal.es/epifitas.htm. Nieder, J., Engwald, S., Klawun, M. & Barthlott, W. 2000. Spatial Distribution of Vascular Epiphytes (including Hemiepiphytes) in a Lowland Amazonian Rain Forest (Surumoni Crane Plot) of Southern Venezuela. Biotrópica, Septiembre (32), 385 - 396. Oldeman, R. 1983. Tropical rain forest, architecture, silvigenesis and diversity [Bos que húmedo tropical, arquitectura, silvigénesis y diversidad]. En: Sutton, L., Whitmore, T. & Chadwick, A. C. 1983. Tropical rain forest: ecology and management. Blackwell Scientific Publications. Rivas, M., Warner, J. & Bermúdez, M. 1998. Presencia de micorrizas en orquídeas

de un jardín botánico neotropical. Revista de Biología Tropical, Junio (46), No. 2. Rudolph, D., Rauer, G., Nieder, J. & Barthlott, W. 1998. Distributional patters of epi phytes in the canopy and phorophyte characteristics in a western Andean rain forest in Ecuador [Modelos de distribución de epífitas en el dosel y características del forófito en un bosque lluvioso de Ecuador, occidente andino] Selbyana 19(1):27-33. Schmidt, G., Stuntz, S. & Zotz, G. 2001. Plant size: an ignored parameter in epiphyte ecophysiology? [Tamaño de la planta: un parámetro ignorado en la ecofisiología epífita] Plant Ecology 153: 65-72. Ter Steege & Cornelissen, 1989. Distribution and ecology of vascular epiphytes in lowland rain forest of Guyana [Distribución y ecología de epífitas vasculares en bosques lluviosos de tierras bajas en Guyana]. Biotropica 21(4): 331-339. Zotz, G. & Andrade, J.L. 2002. La ecología y la fisiología de las epifitas y las hemiepí fitas. Capítulo 12: 271-296. En: Guariguata, M. & Catan, G. (Eds.) Ecología y conservación de bosques neotropicales. Editorial Libro Universitario Regional, CostaRica.

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