Es dadivoso o miserable? ¿Agradecido o envidia a los demás? ¿El dinero es una bendición o una maldición? ¿Es sabio o descuidado con lo que tiene? ¿Está de acuerdo contigo en cómo debe gastarse el dinero, o tu matrimonio presenta problemas financieros?Nada pone más presión en un matrimonio que la responsabilidad financiera, falta de dinero o grandes deudas. Solo cuando reconocemos que todo lo que tenemos proviene de Dios y busquemos hacerlo Señor en todo, es que podemos evitar los problemas que el dinero, o la falta del mismo, nos trae. Aunque mi esposo siempre nos ha dado buena vida, la naturaleza de su negocio es abundancia o escasez de acuerdo a cuándo entra el dinero y cuánto. Un año hubo una recesión en el negocio de la música y todo el mundo lo sintió. Incluso las compañías que eran dueñas de la nuestra retuvieron pagos debido a su falta de efectivo. Fue un momento aterrador, pero hubiera sido mucho peor si no hubiésemos tenido la fe en el Señor y dedicado nuestras finanzas a Él. Nuestra confianza vino en saber que habíamos obedecido a Dios en diezmar de nuestro dinero a la iglesia. “Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto, dice el Señor Todopoderoso, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde” (Malaquías 3:10). Nosotros también habíamos sido fieles en dar a los pobres y aquellos en necesidad. “Dichoso el que piensa en el débil; el Señor lo librará en el día de la desgracia. El Señor lo protegerá y lo mantendrá con vida; lo hará dichoso en la tierra y no lo entregará al capricho de sus adversarios” (Salmo 41:1,2). Nosotros también sabíamos que la Biblia promete que aquellos “...que buscan al Señor nada les falta” (Salmo 34:10). Por supuesto, nosotros estábamos buscando del Señor y creímos que al buscar de Dios como nuestro proveedor y vivir en obediencia a sus caminos, Él nos proveería y tendríamos todo lo que necesitáramos. Él lo hizo y nosotros lo hacemos. Muchos problemas de dinero se pueden resolver al poner todas las finanzas bajo la cubierta de Dios y hacer lo que Él dice que debemos hacer con el mismo. Esto significa, dar cuando Él dice que demos. Cuando tú lo haces, Dios promete librarte, protegerte, bendecirte, sanarte, y mantenerte con vida. Cuando no lo haces, vas a experimentar la misma desolación que experimentan los pobres. “Quien cierra sus oídos al clamor del pobre, llorará también sin que nadie le responda” (Proverbios 21:13). El no dar, corta tus habilidades para disfrutar lo que tienes y te lleva a toda una vida de dificultades. Puedo asegurarte que hay personas pudientes que no dan. Pero si revisaras de cerca sus vidas, descubrirías que están perdiéndose muchas de las bendiciones del Señor. Las bendiciones de buena salud, protección, amor, paz, y satisfacción de continuo les evaden, y no saben el por qué. Ellos tienen riquezas pero pierden la habilidad de disfrutarla, todo porque no saben que la clave para la vida es conocer al Señor y vivir a su manera. Esto significa dar tiempo, energía, amor, talento y finanzas de acuerdo a sus instrucciones.
Ora para que tu esposo entienda esta clave para la vida y comprenda la voluntad de Dios para sus finanzas, y se convierta en una persona dadivosa que está contenta con vivir de acuerdo a sus medios y no está siempre luchando por tener más. No estoy diciendo que nunca debe tratar de aumentar sus ganancias, todo lo contrario. El hombre se merece ganar lo que valga su trabajo y su esposa debe orar para que así sea. No debiera aceptarse como estilo de vida el trabajo agotador y monótono que lleva a una pobreza extrema que trae amargura, angustia, enfermedades y envidia. De todas formas ora para que el depósito de bendiciones se derrame sobre él, pero ora para que todo ello proceda de la mano de Dios. “La bendición del Señor trae riquezas, y nada se gana con preocuparse” (Proverbios 10:22). Puede que no sea posible el usar las oraciones para evitar todo problema financiero, porque Dios en ocasiones usa las finanzas para llamar nuestra atención y enseñarnos cosas. Pero tus oraciones con seguridad ayudarán a proteger a tu esposo de luchas y pérdidas innecesarias. El deseo de Dios es bendecir a aquellos que tienen corazones obedientes, agradecidos y dadivosos, cuyo verdadero tesoro está en el Señor. “Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mateo 6:21). Dios desea que tu esposo encuentre su tesoro en Él, no en sus finanzas. Oración Señor, te entrego nuestras finanzas. Te ruego que estés en control de ellas y que las uses para tus propósitos. Que ambos seamos buenos administradores de todo lo que tú nos has dado, y que estemos completamente de acuerdo en cómo debe gastarse. Oro para que aprendamos a vivir libres de la opresión de las deudas. Donde no hemos sido sabios, trae restauración y danos dirección. Muéstrame cómo puedo ayudar a aumentar nuestras finanzas y no a disminuirlas neciamente. Ayúdanos a recordar que todo lo que tenemos te pertenece, y a ser agradecidos por ello. Tomado con permiso del libro: El poder de la esposa que ora Autor: Stormie Omartian Editorial: UNILIT