Errores En La Cama

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10en la cama

errores de ellos

¡Basta de quejas, aunque sean silenciosas! Las responsables de lo exitosa o no que resulte la vida sexual es nuestra; en ese sentido, tenemos que partir por informales a ellos qué es lo que no están haciendo bien. ¿No sabrías definirlo? Con esta guía no te quedarán dudas. Por Carla Ingus

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A estas alturas, algo hiperventilados con tanta información dando

vueltas, los hombres viven en una especie de limbo. Por un lado creen que saben mucho más acerca de las mujeres y sus preferencias en lo que a sexualidad se refiere. Están convencidos de que tiene que haber preámbulo, y también tienen incorporados a su disco duro algunos otros aspectos que se han transmitido hasta el cansancio como las claves de nuestro placer. Pero, ¿eso es todo? ¿Existen otros aspectos que ellos (y capaz que nosotras también) desconozcan o bien hayan asimilado de manera errada? Investigamos por ti, y estos fueron los resultados….

1.¡No sólo disfrutamos con la penetración! Hay algunas creencias

típicas que sostienen los varones acerca de los mecanismos del placer femenino, por ejemplo, que ellas gozan fundamentalmente con la penetración, que desean que su pareja se focalice en las zonas erógenas más conocidas (como sus genitales y pezones) y que en definitiva lo importante es el rendimiento genital masculino. Además de ser claras distorsiones culturales que difícilmente conducen a las mujeres al pleno disfrute sexual, se

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genera una importante presión sobre ambos que muchas veces contamina el camino al goce.

2. Ojo con la importancia del orgasmo. Los varones tienden a creer

que lo que busca la mujer en el sexo es alcanzar el orgasmo y que el clímax representa la mayor parte de su goce. Entonces, a veces descuidan otros juegos eróticos e incluso todo lo que hacen es pensando en provocar el orgasmo que su compañera “debe” tener... Obviamente las mujeres percibimos esa intención y muchas veces no resulta algo precisamente erotizante. En síntesis, los varones aprendieron a centrar su propio goce en la búsqueda del orgasmo como objetivo principal, y se equivocan cuando atribuyen ese mismo esquema al pensamiento de la mujer.

3. Menos bruscos, ¡ por favor! Besan con brusquedad y sin sensibi-

lidad. La pasión es una cosa pero comerse la cara de la pareja es otra. En ese mismo sentido, son demasiados brutos al tocar las zonas erógenas. Igual que el cerebro, el clítoris es mucho más complejo que su complemento masculino, el pene.

4. Investigación minuciosa, la clave. Tocan el clítoris como primera opción, despreciando a los alrededores. Ahora, esto en el caso de que el hombre al menos sabe del clítoris y donde está... 5. La otra olvidada zona erógena. En la cama el segundo mayor órgano

sexual de la mujer, sólo por detrás de la mente, es su piel. Meten el pene o dedo en la vagina antes de que la mujer esté preparada. Empujan demasiado fuerte. Deben empezar con suavidad, y la compenetración entre los dos será el ritmo que deben seguir.

6. Imperdonables. Sujetan y/o intentan forzar la cabeza de la mujer mientras ella le haga sexo oral. Eyaculan demasiado pronto. La mujer debe terminar primero o, aún mejor, ambos juntos. 7. ¿Y sin preguntar? Eyaculan sin preguntar. El sexo se hace en pareja; si no, es masturbación. Preocuparse por el placer del otro es fundamental para tener una buena experiencia sexual. 8. No a los obsesivos. En la medida en que las mujeres asumen su

derecho al placer son más activas y se permiten pedir lo que les excita; los varones también aprendieron a darles su lugar y a centrarse menos en su propia respuesta sexual. El sexo es cada vez menos un baile de autistas y cada vez más una danza coordinada y armónica entre dos personas que tienden a funcionar como una unidad. Pero también sabemos de algunos que se preocupan en exceso por el orgasmo de la mujer llegando incluso al límite de la obsesión. Buscan ansiosamente que ellas lleguen a la tan ansiada respuesta, y se sienten mal con ellos mismos o se enojan con la mujer en caso de mucha demora o cuando no alcanza la meta esperada. Es evidente aquí que el orgasmo cumple la función de “confirmar” la habilidad erótica de él y, eventualmente, la atracción y amor que él despierta en su pareja. En definitiva, es una búsqueda egoísta cuyo objetivo final es 95513

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levantar una autoestima evidentemente frágil.

9. No son ni los máximos héroes, ni los peores villanos. El

despliegue de los recursos eróticos masculinos es, sin duda, una pieza importante en nuestro placer, en la medida en que actúe de acuerdo a lo que deseamos y al modelo de su “mapa de amor”. Pero no es el varón el único, ni siquiera el máximo responsable... La mujer necesita conocerse a sí misma, resolver sus creencias y emociones que bloquean su respuesta erótica, comunicarle eficazmente a su pareja lo que le gusta y sentirse libre en el momento del encuentro. Sin una buena predisposición de la mujer, ni siquiera el amante más creativo tiene mucho por hacer.

10. El condimento del orgasmo. De acuerdo a lo que ellos creen, el orgasmo es el símbolo por excelencia del placer de las mujeres. Sin embargo, no es del todo cierto: una cantidad significativa de mujeres alcanzan el orgasmo regularmente, pero dicen no disfrutar del sexo ya que otros condimentos fundamentales no están presentes en la escena sexual; también hay muchas mujeres que en algunos encuentros no logran el orgasmo, no obstante disfrutan con intensidad, y finalmente, otro grupo de mujeres gozan con el orgasmo, pero lo consideran la “frutilla del postre” en la medida en que aprendieron a pasarlo muy bien con cada estímulo erótico en los diferentes momentos de la relación sexual. Fuentes: Ezequiel López Peralta (www.ezequiellopezperalta.com) y Lauren Purcell, sexóloga clínica, coordinadora del Diplomado de Salud Sexual de la Universidad Diego Portales.

Una tarea para nosotras…

Lauren Purcell, desde su óptica de mujer y sexóloga, nos explica que hay tareas pendientes de nuestra parte. Porque nos quedamos calladas y casi nunca les decimos sus errores a los hombres. “Quizás no decimos nada porque no queremos que él se sienta mal, o tal vez a nosotras nos da vergüenza abrirnos un poco y hablar de nuestros gustos sexuales y lo que deseamos a la hora de tener sexo”. Las mujeres afectadas por un hombre “decepcionante” deben comprender que es un tema común, y que la solución puede obtenerse de una conversación sobre sus gustos sexuales con sus parejas. Si la vergüenza es más fuerte, quizás podrías dejar este artículo a su vista para que él aprenda solo. “Y si hay un hombre leyendo esto, por favor, no te creas nunca el rey de la cama; siempre habrá cosas nuevas que aprender y conseguirás mucho más de la experiencia sexual si eres gentil, atento y buscas tu propio placer sin olvidarte del goce de tu pareja”.

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