Ernst Fuchs

  • June 2020
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COMUNIDAD TEOLÓGICA EVANGÉLICA DE CHILE

ERNST FUCHS Hermenéutica como doctrina del lenguaje de la fe

NOMBRE: PATRICIO MOYA MUÑOZ ASIGNATURA: SEMINARIO DE HERMENÉUTICA NIVEL: LICENCIATURA PROFESOR: JAIME ALARCÓN

FECHA: 08 DE OCTUBRE DE 2009 ERNST FUCHS

I. Introducción En el presente trabajo desarrollaré brevemente la hermenéutica de Ernst Fuchs, teólogo alemán del siglo XX. Inicialmente presentaré una biografía y sus principales obras. Luego trataré el tema del problema hermenéutico planteado por él en 1954 y posteriormente explicaré su visión sobre el lenguaje en la hermenéutica y la teología, y una también breve mirada a su perspectiva sobre Le Fe y El Jesús Histórico, temas que constituyen su propuesta hermenéutica principal. Finalmente daré un vistazo a algunas críticas que se han hecho a sus propuestas hermenéuticas.

II. Biografía y principales obras Ernst Fuchs (1903-1983). Teólogo protestante alemán. Nació el 11 de Junio de 1903 en Heilbronn, Alemania; y murió el 15 de Enero de 1983 en la misma ciudad. Estudió derecho, filosofía y Teología en la Universidad de Tübingen. Se graduó de Teología en Marburg en 1931. Fue alumno de Adolf Schlatter en Tübingen y discípulo de Rudolf Bultmann. Comenzó su carrera como profesor, lo que se vio alterado por el régimen nazista. Fue profesor de Nuevo Testamento en Tübingen y Marburg. Desarrollo un trabajo pastoral hasta 1947, luego retomó la enseñanza y no se detuvo sino hasta 1970. Aprende de Bultmann que la hermenéutica crítica-histórica es esencial para la teología. Pero se diferencia de Bultmann, que hace hincapié en la grandeza de Dios, y vuelve su atención a la persona histórica de Jesús, dando énfasis al origen del hombre en la Palabra. Junto con Gerard Ebeling dio un giro a la hermenéutica de la teología contemporánea. Es fuertemente influenciado por la filosofía de Heidegger sobre el lenguaje. A través de estos autores la teología deja de ser el "discurso sobre Dios" para convertirse en el "discurso de 2

Dios a través del lenguaje humano sobre Dios". Fuchs insiste en el papel de la escucha, porque el creyente más que interpretar la palabra debe ser interpretado por la Palabra de Dios. El lenguaje, para Fuchs, no tiene una función solo informativa, sino provocativa e interpelante, conduciendo siempre a una decisión.

Sus obras principales son: •

La libertad de la fe (1949)



La hermenéutica (1954), en Tübingen



La resurrección de Cristo de entre los muertos (1972)

De sus cursos de Hermenéutica en Marburg publicó una colección de artículos en tres volúmenes: •

Sobre el problema hermenéutico en Teología (1960)



Sobre la cuestión del Jesús histórico (1960)



Fe y experiencia (1965), donde retoma y profundiza el problema hermenéutico.

Casi al final de su docencia en Marburg, publica La Hermenéutica de Marburg (1968), como continuación de La Hermnéutica, escrita en 1954 en Tübingen.

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III. El Problema Hermenéutico Para Fuchs, el tema de la Teología es la revelación de Dios. Esta llega a nosotros, en el Nuevo Testamento, como texto escrito. Este debe ser traducido, interpretado y comprendido para poder ser comunicado y anunciado. De aquí surge la necesidad de la hermenéutica. El curso de hermenéutica que Fuchs dicta en Tübingen lo comienza diciendo que «el problema hermenéutico hace su aparición en el esfuerzo concreto de traducción de los textos», lo que refleja claramente lo explicado antes. Este problema hermenéutico lo podemos desarrollar a través de dos principios fundamentales: a.) Principio Hermenéutico: Fuchs argumenta su propuesta planteando lo que llamaría el «principio hermenéutico». Lo primero que debemos procurar al acercarnos al texto es comprender; ejercicio nada fácil, según Fuchs. Para poder lograrlo necesitamos un «estímulo», que ponga en marcha el proceso que nos lleva a comprender; una «situación hermenéutica». Es ejemplo más conocido que utiliza Fuchs, es el ejemplo del gato y el topo: Quien quiera saber realmente cómo es un gato, debe ponerle enfrente a un topo. Entonces verá al gato tal como es. Aquí el topo es el estímulo que permite al gato revelarse tal como es. Diríamos entonces que el topo hace reaccionar al gato. Si lo aplicamos al ser humano, entonces Fuchs plantea como estímulo la libertad. Si queremos saber cómo es en realidad el ser humano, hay que dejarlo libre. En esta situación hermenéutica, la libertad, el ser humano se manifiesta tal como es. Llegamos entonces al principio hermenéutico de la «verdad» del ser humano. Si lo aplicamos al texto, el principio hermenéutico es entonces la correcta pregunta hecha al texto para que este diga lo que realmente contiene. Mediante la correcta pregunta, llegamos a comprender al texto. Y en este comprender nace el lenguaje que da nombre a la verdad. Especificando ahora el texto, Fuchs dirige la pregunta hacia el Nuevo Testamento, ¿Cuál puede ser el principio hermenéutico que pone en marcha el proceso de comprender el Nuevo Testamento?

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Para acercarse al Nuevo Testamento, Fuchs propone la búsqueda de un principio hermenéutico neutral, que no presuponga la fe, para poder realizar un estudio científico de este, pero que tampoco la excluya, ya que los textos del Nuevo Testamento apelan a esta. El principio hermenéutico, la correcta pregunta, para acercarnos al Nuevo Testamento es, para Fuchs, la pregunta por nosotros mismos. Esta es la pregunta que plantea el problema de la existencia del ser humano y que al mismo tiempo pregunta por el fundamento de esta existencia. Esta pregunta debe ser práctica, debe mover al ser humano en una búsqueda de la verdad de la propia existencia. Dice Fuchs que «el Nuevo Testamento interpela al hombre como hombre en camino». Si esta pregunta no mueve al ser humano, entonces este no captará el correcto sentido del Nuevo Testamento. b.) El Círculo hermenéutico: luego de la «correcta pregunta» viene la escucha, donde el/la intérprete y el texto forman un «círculo hermenéutico». En esta escucha el/la intérprete debe dejarse guiar por el texto e ir hacia donde el texto quiere llevarlo. En este círculo hermenéutico, el/la intérprete interroga al texto y al mismo tiempo se deja interrogar por él. Pero esto solo es posible si el/la intérprete es movido por la correcta pregunta; el fundamento de su existencia. Durante el proceso de interpretación del Nuevo Testamento esta pregunta, que inicialmente es neutral, adopta un sentido teológico. En palabras de Fuchs, «la pregunta sobre nosotros mismos permanece, pero ahora se aclara como la pregunta con la que Dios nos pregunta si nos fiamos de la indicación que él nos ofrece son ese texto». En este proceso de interpretación también tiene su propia función la desmitificación, reflejo de su escuela bultmanniana. Esta desmitificación saca del camino una imagen obsoleta del mundo, para conducirnos a una correcta comprensión del texto. En este aspecto Fuchs mantiene el esquema de Bultmann, precomprensión existencial, desmitificación, e interpretación existencial, pero con matices propios de su teoría hermenéutica. Lo nuevo en este esquema es la importancia que Fuchs le da al lenguaje en el proceso hermenéutico. 5

IV. El Lenguaje según Fuchs Para Fuchs el lenguaje cumple una función más allá de la meramente informativa. El lenguaje auténtico es provocativo, conduce a una decisión. En este aspecto Fuchs es influenciado por el segundo Heidegger, para quien la palabra surge de la experiencia del ser y lleva a una experiencia análoga. Para Fuchs, así como para Ebeling, la palabra surge de la experiencia de un evento y debe conducir al mismo evento para que sea auténtica. Por esta razón es que Fuchs utiliza la expresión «acontecimiento del lenguaje». El acontecimiento necesita del lenguaje para subsistir. El lenguaje le da vida al evento por tanto el lenguaje es la hermenéutica del evento. Al respecto Fuchs plantea dos tesis: a.) El ser es la condición del lenguaje: si no existiese el ser no habría lenguaje, porque no habría nada significativo que decir. Sin el ser el lenguaje no tendría fundamento, sería absurdo. b.) El lenguaje justifica al Ser: Si el ser es el fundamento del lenguaje, entonces el ser es anterior al lenguaje. Pero sin el lenguaje el ser sería mudo. Por lo tanto el lenguaje también es anterior a su fundamento, como la luz es anterior al sol. Solo a través del lenguaje podemos acceder al ser. Para Fuchs no puede haber realidad sin el lenguaje. El silencio absoluto es la ausencia de la realidad. La realidad solo puede existir en la verdad del lenguaje. Por eso el lenguaje libera la realidad. Lo real es lo decible. La existencia es lingüística. Para Fuchs el ser humano se revela más en el lenguaje que en la acción, ya que en el lenguaje el ser humano ser expresa directamente, dice su propio ser. Por tanto estos acontecimientos del lenguaje otorgan un permiso, ofrecen libertad, justifican al ser. Esta liberación del ser a través del lenguaje pone en movimiento nuestros pensamientos y nuestra vida. Esto es posible si el lenguaje no es solo un simple medio de información, ni siquiera científica, sino cuando este acontecimiento del lenguaje es un «acontecimiento lingüístico del amor». Fuchs ejemplifica esto con el lenguaje que se desarrolla en el ámbito de la familia. Es en este ámbito familiar donde se habla porque se comprende no para hacer comprender a los demás.

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V. El lenguaje en la Teología En el marco hermenéutico es Dios quien toma la palabra. Esta palabra es acontecimiento que otorga el permiso para acceder a la gracia, a la libertad, al amor. Y a Dios solo podemos responder en la fe, y la fe es respuesta a la palabra. La fe viene del lenguaje, tiende al lenguaje y se sustancia en el lenguaje. La mayor expresión de la palabra de Dios es Jesús. Dios ha hablado en Jesús. En Jesús podemos ver lo que Dios ha dicho y ha hecho. Pero el énfasis está principalmente en lo que ha dicho, porque son sus palabras las que explican su comportamiento. De la importancia que Fuchs da a Jesús hablaremos más adelante. El anuncio de Jesús debe ser visto en su totalidad como un acontecimiento lingüístico. A quien lo comprende se le otorga el permiso de caminar por el camino de Dios y de comprometerse con el amor. Debemos proseguir nuestra vida revestidos de las palabras de Jesús. El acontecimiento pascual es también un acontecimiento lingüístico. Las apariciones del resucitado llevan al acto de la predicación, que había comenzado con Jesús; por otro lado el contenido de la predicación ha sido determinado y aclarado por la cruz de Cristo. Para Fuchs el cristianismo primitivo debe ser comprendido también como un fenómeno lingüístico: en él nace el Nuevo Testamento, y con él nace un nuevo lenguaje, donde se expresa una nueva comprensión de le existencia. Este nuevo lenguaje es el lenguaje de la vida que es desafiada por la muerte. Y para Fuchs es fundamental este lenguaje que es desafiado por la muerte. Frente a este desafío se debe oponer a la muerte un postulado, el postulado de la fe. Y en este desafío es el amor el que vence. El amor exige que frente al desafío de la muerte yo crea que es él el que vence. Esto no es posible sin Dios, pero se puede pensar con Dios. El Nuevo Testamento entonces, hay que interpretarlo para comprenderlo, pero a la vez nos interpreta y nos hace comprender. Para Fuchs, el Nuevo Testamento es en sí mismo un manual de hermenéutica, ya que nos enseña el lenguaje de la fe y nos incita a usar también nosotros ese lenguaje para acceder a la familiaridad con Dios. El texto del Nuevo Testamento nos hace aprender un nuevo lenguaje, el

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lenguaje de la fe, el lenguaje del amor, y de este modo nos enseña a resolver el problema hermenéutico de nuestra vida cotidiana; cómo comprometernos, que hacer, cómo descubrir la verdad de nuestra existencia que es desafiada por la muerte.

VI. La Fe Como parte de la llamada Nueva Hermenéutica Fuchs tiene, al igual que Bultmann, una idea distinta de lo que es la fe. Para esta Nueva Hermenéutica, y para Fuchs, la fe no es una virtud como otras, sino que es la esencia y substancia de la vida cristiana, la que debe encontrar su realidad. Esta realidad está compuesta por Dios y el mundo. Esta fe es el reconocimiento de Dios como creador, abandonando la ansiedad por el futuro, y permaneciendo abiertos al futuro de Dios. Esta fe según la Nueva Hermenéutica, no puede tener ningún elemento racional, es creer contra toda esperanza. Nuestra fe reproduce la fe de Cristo. Creer en Cristo es entonces imitar su fe y reproducirla en nuestra vida. Esta Nueva Hermenéutica está en desacuerdo con la Historia de la Salvación, ya que la fe es vivir el presente a la luz del futuro de Dios. Y volvemos a la propuesta inicial; la clave de la fe no es el acontecimiento histórico, sino el lenguaje que responde a este acontecimiento; que nace de él. Decía anteriormente que la fe es respuesta a la palabra y para Fuchs, hablando en el ámbito de la teología, «la hermenéutica es la teoría (o doctrina) del lenguaje de la fe».

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V. El Jesús Histórico Para Bultmann Jesús es de interés particular, lo demostró en su texto Jesús que escribió en 1926. Pero el interés de Bultmann en Jesús es historiográfico y existencial, no es teológico, ya que lo importante es el kerygma, que no es el anuncio de Jesús, sino el anuncio pascual del cristianismo primitivo. En este punto Fuchs se aleja de quien fuera en cierto modo su maestro. Para él, el Jesús histórico es de gran importancia, ya que pretende recuperar la palabra de Jesús y su lenguaje como palabra y lenguaje de Dios, de ahí la relevancia teológica del Jesús histórico. Jesús, en su lenguaje, no trataba de dar información sobre el futuro de la historia o sobre el fin del mundo. Su entrega a la humanidad es una palabra que se convierte en modelo de fe para el/la creyente. Para Fuchs, entender el lenguaje de Jesús significa conocer y reconocer en la vida cotidiana el tiempo de la intimidad entre Dios y el ser humano y de los seres humanos entre sí. El lenguaje es un eco de la fe de Jesús hasta su muerte. De esta forma, Jesús se convierte en un modelo de fe, pero también en un modelo para el ser humano. Es un modelo de la personalidad que se adquiere cuando se renuncia a la autosuficiencia para abrirse al futuro de Dios. Dios llega a ser el límite de nuestro ego, que entrega el control y abandona toda filosofía de la historia. Jesús hizo actual para nosotros a Dios en su lenguaje..

VI. Críticas a.) Una de las principales críticas que se le han hecho a la hermenéutica de Fuchs es la importancia extrema que da al Nuevo Testamento, en perjuicio del Antiguo Testamento. Para algunos esto es sugerir que el/la intérprete puede escoger aquellos textos que estén más en consonancia con su preferencia teológica o filosófica, en vez de acercarse a los textos en su conjunto.

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b.) La crítica anterior nos lleva a lo siguiente. Si el/la intérprete tiene la libertad de escoger aquellos textos que se adecuen más a su experiencia de vida, esto puede llevar claramente al subjetivismo, lo que entraría en clara contradicción con su propuesta principal; dejar que el texto le hable al intérprete y mantenga su soberanía sobre este. Obviamente estas son algunas de las críticas serias que se le han hecho a la hermenéutica de Fuchs. Hay otras más, pero hechas desde una teología un tanto fundamentalista o extremista, donde esta casi completamente ausente la ciencia bíblica..

VII. Conclusión Para muchos la hermenéutica de Fuchs, y la Nueva Hermenéutica en general, son casi una negación de la fe y la consideran prácticamente una ideología positivista. En parte puede que lo sea, pero no debemos desconocer que esta hermenéutica ha sido un gran aporte a la teología. Ha significado un cambio radical al enfrentarse al texto, en un sentido muy favorable, provocando un cambio en toda la teología. Esto, además, gracias a las influencia de hombres como Bultmann y Heidegger. Estos influyeron grandemente en la hermenéutica de Fuchs, que fue quien masificó el término hermenéutica. Los tres pensadores antes mencionados (Bultmann, Heidegger y Fuchs) influyeron también en el pensamiento de quien tendría gran consonancia en su teología con la de Fuchs: Gerhard Ebeling.

VIII. Bibliografía 1. Gibellini, Rosino. 1998, La Teología del Siglo XX, traducción de Rufino Velasco, España, Sal Terrae, páginas 63-77. 2. Caballero, José M. 1994, Hermenéutica y Biblia, Navarra, Verbo Divino, páginas 28-35. 3. Robinson, James M. y Cobb, John B. New Frontiers in Theology, vol. II, The New Hermeneutics, páginas 78-145. 10

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