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ENFOCADOS… Y CONECTADOS SEMANA 1.- MIDE TU TEMPERATURA Escribe al ángel de la iglesia de Laodicea: 14 Esto dice el Amén, el testigo fiel y veraz, el soberano de la creación de 15 Dios: Conozco tus obras; sé que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo otro! 16 Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca. 17 Dices: “Soy rico; me he enriquecido y no me hace falta nada”; pero no te das cuenta de cuán infeliz y miserable, pobre, ciego y desnudo eres tú. 18 Por eso te aconsejo que de mí compres oro refinado por el fuego, para que te hagas rico; ropas blancas para que te vistas y cubras tu vergonzosa desnudez; y colirio para que te lo pongas en los ojos y recobres la vista. 19 Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, sé fervoroso y arrepiéntete. 20 Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo. 21 Al que salga vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.22 El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias». Apocalipsis 3:14-22NVI Se dice que el cuerpo de un perezoso puede seguir funcionando hasta ocho días después de muerto. Se han reportado casos de algunos de estos mamíferos en cautiverio que cuya muerte no se notó, sino al cabo de algunos días. Muchas personas dentro de las iglesias contemporáneas podrían tener un organismo parecido al del perezoso. Estos parecieran tener funciones vitales, pero en realidad están muertos. En lo referente a nuestra relación con el Señor, sólo hay dos posibles posiciones en las que podemos estar: o estamos vivos, o estamos muertos. Un dato estadístico no oficial, pero citado por los organismos del estado, refleja que más de 8.000.000 de venezolanos son cristianos de línea protestante, además de ser ésta la religión de mayor índice de crecimiento en el país. Según estos datos podríamos estar hablando de un número mayor al 25% de la población venezolana, con una traza de crecimiento que supera el 1.3% anual. Ahora bien, la pregunta que cabría aquí es ¿Cuántos, en ese porcentaje de cristianos, viven realmente en comunión con Dios? Es decir, ¿Cuántos están realmente vivos y cuántos muertos? Eso ameritaría una respuesta mucho más reflexiva y personal que porcentual, pero ciertamente necesaria. Para no hacer tan amplio el asunto, podría ser muy oportuna la ocasión para evaluar, íntima e individualmente, nuestra posición como cristianos dentro de ese universo estadístico. Lo que deseamos proponer durante esta primera semana, es una evaluación personal que nos permita ver de manera cierta en qué posición estamos en cuanto a nuestra relación con Dios.

Comenzaremos con una evaluación muy simple: Ubica en el siguiente termómetro, dónde consideras que está tu relación con Dios. Siendo 100 °C (Temperatura de Hervor) una relación muy estrecha y profunda con Dios; y 0 °C (Temperatura de Congelamiento) una relación muy lejana que no lo toma en cuenta para nada. Seamos sinceros al responder, pues nos dará un punto de partida excelente para comenzar a trabajar.

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20 30 40 50 60 70 80 90 100 El Señor Jesucristo hizo a una iglesia del Asia Menor una evaluación muy similar a esta. Vale la pena revisar los resultados que obtuvieron. Análisis del texto El libro de Apocalipsis sigue un breve bosquejo definido en el versículo 19 del capítulo 1: “Escribe pues las cosas que has visto, y las que son, y las que están a punto de suceder después de éstas”. Lo cual tenía como destinatarios las siete iglesias del Asia menor, a quienes se refiere muy particularmente en las siete cartas contenidas en los capítulos 2 y 3. Haciendo un vuelo muy rápido de este bosquejo podríamos decir que: “lo visto”, hace referencia al Cristo glorificado y reinante descrito en el capítulo 1; “lo que es”, se refiere al comportamiento característico de las siete iglesias mencionadas en los capítulos 2 y 3, las cuales representan a todas las iglesias que han existido y existirán desde el pentecostés, hasta el día de la venida de Cristo por su iglesia. Señalan el comportamiento y el ambiente de la iglesia universal a lo largo de su historia y representan el universo distintivo de cada iglesia local. Esto representa el presente hasta el día del rapto. Y finalmente, “lo que sería después de las cosas que son”, hace referencia a todo lo descrito desde el capítulo 4 hasta el 21, lo cual narra los acontecimientos que tendrán lugar durante la gran tribulación, hasta la manifestación eterna del “cielo y tierra nuevos”. Ante esta explicación, podemos ubicar históricamente el pasaje que deseamos desarrollar en la iglesia de Laodicea en tiempos del emperador Domiciano (81 al 96 D. Jc.), mas sin embargo, pudiéramos decir también que el contenido de esta carta, representa a aquellas iglesias que han mantenido y mantienen hoy la misma conducta que se describe allí. Pero si deseáramos ser mucho más específicos, podríamos decir que esta encomienda es un llamado de atención a todos los cristianos que conformamos, individualmente, la iglesia de Cristo. El contenido de la carta a la iglesia de Laodisea, nos motiva a considerar la vida cristiana desde la perspectiva de Cristo. El Señor desea que cada creyente

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ENFOCADOS… Y CONECTADOS desarrolle el propósito por el cual fue creado, pero pensar en el desarrollo de ese propósito personal, pasa por fundamentar nuestra vida en una verdadera intimidad con Dios, lo cual a su vez depende de la formación del hábito santo de la oración. Pero no podremos formar el hábito de orar, si no revisamos sinceramente nuestra condición ante el Señor. Y este debe ser para nosotros, al igual que lo fue para los de Laodicea, el punto de partida. Por esta razón vale la pena identificar en este pasaje de Apocalipsis, algunos principios que nos ayudarán realizar una evaluación profunda e individualizada de nuestra posición como cristianos. Principios del Texto 1. Analizar nuestra posición ante Dios, conscientes que Él nos conoce absolutamente, es un acto de sinceridad necesario para obtener un sano desarrollo cristiano “Conozco tus obras…” El Señor estaba llevando a la iglesia de Laodicea a un punto de decisión. Esta iglesia estaba ubicada en un lugar de altísima actividad comercial, lo cual la hacía económicamente prospera, sus obras de caridad eran muchas y tal vez tenía más obras que mostrar que las otras seis iglesias que la precedieron. Así que, antes que se levantaran mostrando todo cuanto habían logrado hacer, el Señor les advierte: “Yo conozco tus obras…” La idea de esta expresión va más allá de estar enterado, implica una comprensión plena de todo lo que hay tras las obras de los Laodicenses. Tanto conocía el Señor lo que hacían en Laodicea que el término que utiliza para referirse a sus actos sugiere una labor llena de esfuerzo y agotadora. Es decir, no se trata de una iglesia estática, todo lo contrario, se esforzaban en lo que hacían, pero carecían de un elemento fundamental. La motivación que había tras ese arduo trabajo carecía de verdadera relación con Cristo. Tratar de maquillar nuestra verdadera condición ante el Señor con los colores de nuestras buenas obras o con las escusas que traten de justificar nuestra apatía, es poco inteligente, pues Él lo sabe todo. Así que, por más que nuestro cuerpo continúe funcionando a pesar de estar muerto, no podremos engañar al que conoce lo más íntimo de nuestro ser. 2. Una posición ambigua ante el Señor, es de mucho menos valor que una posición adversa …sé que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo otro! 16 Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca. Un viejo refrán dice lo siguiente: “Más vale un enemigo sincero que un amigo falso”. En nuestra relación con Dios el asunto funciona igual. Aquellos que

abiertamente rechazan al Señor, son el objeto de nuestras oraciones y de toda nuestra intención de alcanzarlos con el mensaje del evangelio de Cristo. Ellos, al menos tienen el valor de manifestar su sincera oposición y eso nos mueve a interceder en su favor. El problema de los tibios es que han decidido tomar una posición muy pobre. Desean tener los beneficios de la vida cristiana, pero no asumir los compromisos que ella conlleva. Se han conformado con tener una apariencia de hijo de Dios. El Señor utiliza una ilustración muy clara para los de Laodicea. Se refiere a las fuentes de agua que rodeaban la ciudad. Unas termales que se consideraban medicinales y otras de ríos que por frías eran refrescantes, pero el agua tibia, tal vez en algún punto donde ambas se unían, era usada como vomitivo. Los fríos (aquí casi gélidos), Son aquellos que rechazan abiertamente la fe. Los calientes (aquí casi en ebullición), son aquellos que caminan cada día más cerca de la llama del E.S. Pero los tibios son aquellos que se creen cristianos por sus obras, porque asisten o porque conocen mucho. Éstos, cual perezosos, tienen funciones vitales activas, pero en realidad están muertos. Dios espera de nosotros que nos acerquemos cada día más al calor del Espíritu Santo. Debemos entender la importancia de evaluar y corregir la posición que hoy tenemos ante Dios, pues Él ve un cristianismo de apariencias como un vomitivo. 3. Toda actitud arrogante nos aleja de una relación estrecha con Dios Dices: “Soy rico; me he enriquecido y no me hace falta nada”; pero no te das cuenta de cuán infeliz y miserable, pobre, ciego y desnudo eres tú. El primer parámetro que nos señala nuestra posición ante el Señor es nuestra arrogancia. Un tibio es autosuficiente y cree que no necesita nada ni a nadie. Es incapaz de reconocer sus carencias porque cree no tenerlas. Toda actitud arrogante debe revisar al menos tres aspectos: 1. No está experimentando el gozo del Señor; 2. Mantiene una miseria interna insaciable; 3. Su vergüenza moral no ha sido cubierta. Cuando alguien en el cuerpo de Cristo se da cuenta que sigue sufriendo estos tres problemas, pero sigue tratando de llenarlo con una actitud religiosa, de actos moralmente buenos o con escusas vacías, está dando muestras de autosuficiencia y de tibieza. Si deseamos acercarnos más a la llama, necesitamos tratar con nuestra altivez. 4. Todo creyente debe evaluar su posición ante el Señor a través de los parámetros que Él mismo ha establecido Por eso te aconsejo que de mí compres oro refinado por el fuego, para que te hagas rico; ropas blancas para que te vistas y cubras tu vergonzosa desnudez; y colirio para que te lo pongas en los ojos y recobres la vista.

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ENFOCADOS… Y CONECTADOS Al revisar nuestra relación con Dios, debemos ajustar nuestro enfoque en tres factores: 1. SALVACIÓN; 2. SANTIDAD Y 3. SABIDURÍA. Se espera de un cristiano ferviente que crezca en estas tres áreas, las cuales sugieren un desarrollo sistemático que hace necesario al primero para lograr el que sigue. En el consejo del Señor, debemos comprar “…oro refinado por el fuego, para que te hagas rico…” Lo cual es indicativo de la “fe salvadora” (1Pedro 1:7). Ésta sugiere nuestras convicciones, el fundamento de aquello que hemos creído. El verdadero Cristianismo descansa en lo que Cristo ha hecho para librarnos de la esclavitud del pecado. Si aquello que nos mueve a la iglesia o al servicio a Dios no es nuestra sujeción a Él y nuestra gratitud por lo que ha hecho en nuestro favor, hemos comprado una fe falsa. En la carta que estamos considerando, tanto el frío como el tibio necesitan SALVACIÓN (V. 20), es decir, necesitan comprar la fe verdadera libre de apariencias. Necesitan un encuentro con el Cristo de la Biblia, allí se halla la verdadera riqueza. Continúa el consejo del Señor y ahora manda a comprar: “…ropas blancas para que te vistas y cubras tu vergonzosa desnudez…”. Los Laodicenses eran famosos por su lana negra, pero el Señor les ofrece vestidura blanca la cual es la única que puede cubrir la vergüenza de nuestros pecados. La vestidura blanca representa LA SANTIDAD de los SALVOS. Son el resultado de la salvación. El pecado que definía nuestra conducta, ha sido cubierto por la sangre de Cristo y ahora nuestras obras responden a un propósito mayor. Finalmente el Señor aconseja comprar colirio “…para los ojos y recobremos la vista…”. Otra fortaleza Laodicense era su medicina y su centro para el tratamiento de la vista. Su colirio era famoso, pero aun así, su visión espiritual estaba fallando. La “vista” aquí, es la capacidad de comprender las cosas espirituales, lo cual constituye la verdadera SABIDURÍA. Toda persona no regenerada necesita ser SALVA, para caminar en SANTIDAD y vivir de manera SABIA. SALVACIÓN, SATIDAD Y SABIDURÍA, son los tres parámetros que debemos revisar para evaluar efectivamente nuestra temperatura. 5. Revisar nuestra posición exige una decisión determinada de cambio Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, sé fervoroso y arrepiéntete. 20 Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo. No hacer nada sería absurdo, después de examinar lo que el Señor nos invita a hacer. Como punto culminante, el Señor declara tres cosas categóricas:

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Dios ve con amor a todos. Incluyendo a los tibios. Este amor implica aprecio y amistad. No es el amor sacrificial y absoluto que expresa por sus hijos 2. Dios expone y guía a todos. Una fe aparente será expuesta, pues no dará ningún resultado. Pero esta exposición será siempre acompañada por su orientación a la corrección 3. Dios espera un cambio radical de vida. El arrepentimiento exige al no creyente que cambie su manera de pensar para que cambie su manera de vivir Hay un llamado, un reto y una acción que todos debemos asumir. Desafío Semana 1:  Durante esta semana te invito a fijar una meta para tu temperatura espiritual. Vuelve al termómetro del principio, pero ahora señala la temperatura que te propones alcanzar tras estos 40 días.

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10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 A través de los retos diarios que recibirás, evalúa y trata con aquellos aspectos de tu vida que no te permiten tener una mayor temperatura en tu relación con Dios. RETOS DIARIOS Esta semana tenemos como desafío fijar la temperatura que deseamos alcanzar en nuestra relación con Dios. Pero esto no debe ser un simple deseo, sino una meta acompañada de las estrategias necesarias para lograrlo. Comencemos evaluando nuestra vida y la posición en la que estamos respecto al Señor. Consejos prácticos: 1. Asume como prioritario leer y trabajar en los retos diarios 2. Procura tener a la mano “el Reto”, una Biblia, papel y lápiz 3. Trata de trabajar un reto diario. De lunes a viernes 4. Para establecer frecuencia, ubica una misma hora y un mismo lugar para leer y trabajar con los retos diarios 5. Escoge un lugar donde puedas tener la intimidad necesaria, para asumir los ajustes que el reto diario implique Esta semana es importante, porque marca el inicio ¡Ánimo!

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ENFOCADOS… Y CONECTADOS Reto 1. Evalúa tu Termostato “Dices: “Soy rico; me he enriquecido y no me hace falta nada”; pero no te das cuenta de cuán infeliz y miserable, pobre, ciego y desnudo eres tú. Apocalipsis 3:17 Un viejo refrán dice: “Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”. En realidad, no hay nadie más carente que aquel que presume no carecer de nada. Al medir nuestra temperatura espiritual lo primero que debemos hacer es “descartar la presencia de altivez en nuestro termostato”. A diferencia del termómetro, el termostato regula la temperatura. Si algo lo afecta no sólo tendremos una medición errada, sino que jamás llegaremos a la temperatura deseada. De igual forma, si en nuestra vida hay altivez, no sólo tendremos una medición falsa de nuestra relación con Dios, sino que jamás llegaremos a ese calor que deseamos desarrollar en ella. Recordemos un poco lo visto en la iglesia de Laodicea. Ellos decían que eran ricos y sin ninguna necesidad, pero esta afirmación sólo trataba de ocultar su verdadera pobreza. El altivo nunca reconocerá su necesidad de Dios, porque ha decidido construir una espiritualidad tan falsa como vacía, distante y miserable. Para los Laodicenses sus obras benéficas y su caridad maquillaban un corazón arrogante que procuraba mostrar una conducta cristiana, pero carente del amor de Cristo. Así que, si deseamos una relación con Dios de alta temperatura, debemos comenzar identificando y erradicando todo rastro de altivez que haya en nuestra vida. No pierdas de vista lo siguiente: “(El Señor)…mira de lejos al altivo.”(Salmo 138:6) Sinceremos nuestra relación con Dios. Te reto a lo siguiente: Vuelve a leer Apocalipsis 3:17 y trata de identificar en tu vida lo siguiente: 1. ¿Qué cosas has utilizado para maquillar tu relación con Dios? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ 2. ¿Qué aspectos de tu vida estás dejando fuera del control del Señor? ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ Ora al Señor y renuncia al control que le has dado a toda acción hecha para aparentar una espiritualidad que en realidad no tienes y entrégale el control de aquellas áreas de tu vida que hasta hoy no le has confiado. Decide hoy limpiar tu termostato de toda altivez.

Reto 2. Revisa el Corazón del Termostato Dices: “Soy rico; me he enriquecido y no me hace falta nada”; pero no te das cuenta de cuán infeliz y miserable, pobre, ciego y desnudo eres tú. Apocalipsis 3:17 Antes que salieran las bebidas de larga duración, ocurría con frecuencia que llegábamos a casa y al abrir algún envase de jugo o leche, resultaba dañado. El asunto es que sólo abriendo el envase podemos conocer su verdadera calidad. Lo mismo acurre al examinar nuestra relación con Dios. El verdadero valor de nuestra intimidad con el Señor viene expresado con el contenido interno que esta trae consigo. La iglesia de Laodicea expresaba una fachada maravillosa. Tal vez muchos la llegaron a ver con envidia por la espiritualidad, por el amor y por el trabajo que dejaban ver. El asunto es que para el Señor el empaque poco importa, pues Él mira el corazón. (1Samuel 16:7). Así que, Jesús nos muestra una especie de ~Ecocardiograma Doppler~ espiritual que nos deja ver el corazón de los Laodicenses. En él se observa la carencia de tres elementos vitales en la verdadera espiritualidad. El primero de ellos es el Gozo de la Salvación. La palabra “infeliz”, da la idea de alguien que soporta un terrible peso que no puede quitarse de encima. El cristianismo aparente, sigue soportando la carga del pecado. No conoce el alivio del perdón, no tiene libertad y no ha experimentado nunca el gozo de la salvación. El segundo elemento ausente es la Esperanza de la Salvación. El término “miserable” muestra el cuadro de una persona digna de lástima. Alguien que ha puesto su esperanza en un deseo estéril de donde nunca logrará obtener nada. El asunto es que no existe esperanza en las obras realizadas por nuestra propia cuenta (Juan 15:5). El tercer elemento ausente es la Seguridad de la Salvación. El Señor ahora llama a los de Laodicea “pobres”. El término sugiere la incapacidad de valerse por sí mismo. Aquí la idea es marcar la insuficiencia para alcanzar la salvación a través de la vida religiosa que se lleva. Nunca una religión sin relación con Cristo podrá conducirnos a la salvación. Sigue el ~Eco~ mostrándonos la falta de Compresión de la Salvación. Ahora se les llama “ciegos”, lo que sugiere falta de comprensión. Es como si el Señor les dijera a aquella iglesia llena de arrogancia y altivez por todas las cosas que son capaces de hacer y por toda la opulencia que transpiran: _”Ustedes no han entendido nada. Son tan faltos de entendimiento que aun creen que sus buenas obras los llevarán a ser salvos” (Compare con Efesios 2:8-9). Y finalmente a los Laodicenses le faltaba “El Señor de la Salvación”. El Señor les llama “desnudos”. Una manera muy figurativa de denunciar que el pecado guardado en lo profundo de su corazón estaba expuesto. Tratar de cubrir nuestras faltas a través de lo que

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ENFOCADOS… Y CONECTADOS nosotros mismos hacemos no es más que una inútil arrogancia. Cristo es el único que, a través de su sangre, puede cubrir nuestros pecados, dándonos perdón por las ofensas, libertad del sentido de culpa y dignidad en lugar de vergüenza. Así que, si deseamos establecer una estrecha relación con Dios debemos revisar nuestro corazón profundamente para evaluar si algunos de estos 5 elementos fundamentales de la verdadera espiritualidad están ausentes. Te reto a lo siguiente: Vuelve a leer Apocalipsis 3:17 y reflexiona sobre las siguientes preguntas: 1. ¿Siente que tus faltas siguen causándote dolor y que el cristianismo que has llevado hasta ahora no te da alivio?____________________________________ 2. ¿Sienes que tu vida cristiana no te está llevando a ninguna parte? No tienes un propósito ni celebras una esperanza____________________________________ 3. ¿Es tu vida cristiana, es decir tus hábitos espirituales, suficiente para lograr la libertad en Cristo que has anhelado?___________________________________ 4. Siendo sinceros ¿El fundamento de tu fe es realmente Cristo o has reducido tu vida cristiana a lo que haces o has dejado de hacer nombre de Él? ___________ ____________________________________________________________________ 5. ¿Te puedes definir realmente como un siervo de Cristo a quien le has entregado el control de toda tu vida o eres un seguidor de una cierta y denominada iglesia?__________________________________________________________ Ora al Señor y sincera tu relación con Él. Si al ver las respuestas anteriores notas que Cristo ha estado fuera de tu vida cristiana, entonces pídele perdón y entrégale el control de tu vida a partir de hoy. Reto 3. Afinemos el Termostato. Salvación Por eso te aconsejo que de mí compres oro refinado por el fuego, para que te hagas rico; ropas blancas para que te vistas y cubras tu vergonzosa desnudez; y colirio para que te lo pongas en los ojos y recobres la vista. Apocalipsis 3:18 Desde que la moneda existe se ha tenido que luchar contra los falsificadores. Hay estados en los que éstos han causado desestabilización en la economía del país. Se dice que los primero billetes impresos en los Estados Unidos tenían la frase: “Falsificar es Morir”. La intención era mostrar el terrible daño que trae consigo un billete falso. Este, no sólo estafa a quien lo recibe, sino que hace perder la confianza en el estado, por lo que se asume como un delito federal. En la vida cristiana también se debe luchar contra la falsa “fe”. Desde el inicio de la iglesia se ha debido luchar contra falsificadores que han intentado tergiversar el sistema de convicciones

genuino del verdadero evangelio. Al igual que los billetes falsos, una fe falsa no sólo estafa a quien la sigue, sino que hace mella en la confianza en el evangelio verdadero. El Señor, una vez dejado expuesta la verdadera condición espiritual de la iglesia en Laodicea, ahora les exige revisar la genuinidad de su fe. El asunto es que muchos están tratando de desarrollar una relación íntima con Dios, siguiendo un sistema de convicciones que no los llevará a ninguna parte. Han decidido seguir una fe falsa. El día de ayer vimos lo carente de su resultado. Ahora bien, revisar el fundamento de nuestras convicciones nos permitirá estar seguros estar caminando en la senda correcta. Esta es la idea de la frase: “…compres oro refinado por el fuego, para que te hagas rico…” El oro refinado tiene que ver con la fe genuina, la cual es la única que puede llevarnos a la riqueza de la Salvación. ¿Quiere saber si eres salvo o no? Entonces necesitas garantizar que estás en la verdad, de lo contrario podrías estar sólo siguiendo una religión vacía que no garantiza nada. Los fundamentos de esa “fe” genuina, la cual es mucho más preciosa que el oro (1Pedro 1:7), están perfectamente descritos en 1Corintios 15:1-6. Básicamente la esencia del evangelio descansa en tres premisas: 1. Cristo murió por nuestros pecados; 2. Cristo fue sepultado y resucitó al tercer día y 3. Todo el que cree efectivamente es las dos premisas anteriores es salvo. Si algo debemos revisar en nuestra vida, es el lugar que ocupa este fundamento. Aceptar que somos pecadores y que necesitamos ser rescatados de esta condición, nos acercará a Cristo que al morir por nuestros pecados nos proporciona perdón, libertad y una nueva vida (2 Corintios 5:17). Aceptar que Cristo murió por nuestros pecados lo hace nuestro Salvador, pero aceptar que resucitó, lo hace ocupar el lugar que tenía antes de la fundación del mundo (Filipenses 2:9-11) y esto lo hace nuestro Señor. Finalmente, creer nos lleva a conocer una verdad y decidir depositar nuestra confianza en ella. Es decir, somos pecadores, Cristo es nuestro salvador y Señor, aceptar esta verdad y decidir depositar nuestra confianza en Él como Salvador y Señor nos garantiza la salvación. Los Laodicenses debían examinar este fundamento y reflexionar acerca del lugar que ocupaba en su vida. No sirve si sólo lo conocemos ni si sólo confiamos. El verdadero evangelio debe ser conocido y aceptado de todo corazón. Te reto a lo siguiente: Lee con calma 1 Corintios 15:1-6 y reflexiona sobre las siguientes preguntas:

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ENFOCADOS… Y CONECTADOS 1. ¿Qué implicaciones tiene ara ti que Cristo haya muerto por tus pecados?_______ ____________________________________________________________________ 2. ¿Realmente es Cristo tu Salvador? ¿Le has pedido que cambie tu naturaleza de pecado y le has pedido que te de esa nueva vida que ganó para ti en la cruz?____ 3. ¿Qué implicaciones tiene para ti que Cristo haya resucitado y sea el Señor de toda lo Creado?____________________________________________________ ____________________________________________________________________ 4. Ahora que conoces el fundamento del evangelio ¿Puedes asegurar que es en este fundamento en donde está establecida tu vida cristiana? ¿Has depositado efectivamente, tu confianza en Cristo?__________________________________ Ora al Señor y si no el evangelio que has seguido no es este, entonces cambia de rumbo y pídele al Señor que perdone tus pecados, te haga una nueva persona y recíbele como tu Salvador y Señor a partir de hoy.

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¿De estos tres elementos que el Señor manda a comprar cuál necesitas con mayor urgencia?________ __________________________________________ 2. ¿Puedes asegurar para ti mismo que eres Salvo? ¿Por qué?_________________ ____________________________________________________________________ 3. ¿Puedes asegurar que tienes del Señor ese impulso para hacer su voluntad?____ ____________________________________________________________________ 4. ¿Puedes comprender la voz de Dios para ti a través del estudio regular de la Biblia?___________________________________________________________

Reto 4. Afinemos el Termostato. Santidad y Santidad Por eso te aconsejo que de mí compres oro refinado por el fuego, para que te hagas rico; ropas blancas para que te vistas y cubras tu vergonzosa desnudez; y colirio para que te lo pongas en los ojos y recobres la vista. Apocalipsis 3:18 Cuando compramos algún aparato esperamos que cumpla el propósito por el cual lo hemos adquirido. Así pues, una licuadora, licua; una cocina, cocina; un aire acondicionado, enfría y una calefacción, calienta. Si no lo hace, es porque algo anda mal y debemos revisarlo. Igualmente, la vida cristiana requiere de nosotros que cumplamos el propósito por el cual Cristo pagó ese precio tan alto para rescatarnos. Cumplir el propósito por el cual fuimos creados y rescatados por el Señor es “Santidad” y saber hacerlo es “Sabiduría”. Estas son las dos últimas cualidades que el Señor manda a comprar a los Laodicenses. Las vestiduras blancas, representan la santidad, es decir el impulso de origen que nos da el Señor para cumplir su propósito en nosotros. Sin la Salvación vista ayer, esto es imposible de lograr. Y el colirio es la capacidad Espiritual de poder comprender la Palabra de Dios para obedecer lo que nos ha mandado a hacer. Esto hace que quedarnos sin tomar una decisión en torno a nuestra temperatura espiritual, no sea una opción. Dios nos rescató, nos perdonó y nos ha dado una nueva naturaleza capaz de conocer, comprender y cumplir su voluntad. Entonces se espera de nosotros que lo hagamos. Te reto a lo siguiente: Lee con calma Apocalipsis 3:18 y reflexiona sobre las siguientes preguntas:

Reto 5. Puesta en Marcha Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, sé fervoroso y arrepiéntete. 20 Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo. Apocalipsis 3:19-20 Maimonides, un prestigioso médico judío de la edad media, dijo: “El riesgo de una decisión incorrecta es preferible al terror de la indecisión”. Cuán difícil es asumir decisiones firmes que cambien aquello que tanto apreciamos o aquello a lo que estamos habituados. Simplemente, pareciera la salida más cómoda dejar todo tal cual está, aunque esa postura resulte en daño nuestro. En la carta que el Señor manda a la iglesia de Laodicea, después de evidenciar su verdadera condición interna, les aconseja asumir cambios radicales e inmediatos, los cuales no dejan lugar para la pasividad. Si pudiéramos resumir el sentido de esta última parte del texto en una expresión, tal vez sería: Hay que hacer algo… y hay que hacerlo ya. Veamos tres aspectos claves de la decisión que se espera de cada uno de nosotros que debemos conocer. Primero debemos saber que Dios nos ama tanto que está profundamente interesado en hacernos conocer nuestras fallas y en mostrarnos el camino correcto para corregirlas, dándonos la oportunidad de construir una maravillosa relación con Él. Este es el sentido real de “reprender y disciplinar”. También debemos saber que Dios nos guía con la intención de generar en nosotros una necesidad imperiosa de cambio, pues el “fervor y el arrepentimiento” indican la pasión con la que debemos trabajar en la transformación de nuestra manera de pensar. Y en tercer lugar debemos conocer que la acción inmediata que da inicio a la decisión que Dios espera de

Ora al Señor y establece con Él un compromiso de acercarte más al calor de su presencia. Necesitas vivir en el propósito por el cual fuiste adquirido, para lo cual tu fe genuina, tu tiempo de estudio bíblico y de oración no pueden ser opcionales. Comprométete a calentar al máximo tu relación con Dios a partir de hoy.

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ENFOCADOS… Y CONECTADOS nosotros consiste en dejarle tomar el control de nuestra vida. La idea de “cenaré con él, y él conmigo”, sugiere una relación muy íntima con el Señor, en la que obtendremos la guía necesaria para cambiar nuestra condición. Ante los visto esta semana, no actuar nos llevaría a la más triste de las decisiones. Se espera de nosotros que abramos nuestra puerta. Te reto a lo siguiente: Lee nuevamente Apocalipsis 3:14-22 y considera las siguientes preguntas: 1. En los dos mandatos que el Señor hace a la iglesia de Laodicea (compara y arrepiéntete) ¿Qué implicaciones tienen para ti?__________________________ ____________________________________________________________________ ____________________________________________________________________ 2. Ante la decisión de “comprar y arrepentirse”, con todo lo que ello conlleva ¿Cómo piensas que esto debe afectar tu vida de ahora en adelante?___________ ____________________________________________________________________ Ora al Señor y pídele que te ayude a enfocar tu decisión de servirle con fidelidad y cercanía. Asume los cambios que llevarán tu relación con el Señor a nuevas temperaturas a partir de hoy.

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