En el monte Calvario estaba una cruz, Emblema de afrenta y dolor, Mas yo amo a Jesús pues murió en dicha cruz Por salvar al más vil pecador.
¡Oh, yo siempre amaré a mi Jesús! Gloria y triunfo su sangre será, Y en el día final, en su luz, Mi corona Jesús me dará.
En la cruz de Jesús, do su sangre vertió, Hermosura contemplo sin par, Pues en ella triunfante la muerte venció, Y mi ser pudo santificar.
Yo seré siempre fiel a la voz de Jesús, Sus desprecios con Él sufriré, Y algún día feliz con los santos en luz, Para siempre su gloria veré.