El Valle De Los Huesos

  • November 2019
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EL VALLE DE LOS HUESOS: Por el Pastor Jose R. Hernández.

Hermanos estamos viviendo en unos tiempos bastante difíciles. En estos tiempos se están viendo cosas que no solo son alarmantes sino también peligrosas.

Con cada día que pasa el mundo se convierte más a la maldad y más se rebela en contra de Dios. Estoy seguro que todos aquí estamos de acuerdo cuando digo que este mundo necesita mucho de Dios. Estoy seguro que todos estamos de acuerdo que el cuerpo de Cristo necesita un avivamiento. Necesitamos que el Espíritu Santo se derrame sobre la iglesia para que podamos obtener un cambio. Pero un cambio en este mundo no es una cosa que podremos obtener fácilmente. No es algo que podremos obtener fácilmente porque existen muchas personas que se encuentran completamente muertos en el espíritu. Esto es la verdad de todo aquel que vive en el mundo, pero desdichadamente, también se aplica a un gran numero de personas en el cuerpo de Cristo. En el día de hoy quiero que examinemos una pequeña parte de las escrituras que describe con mucho detalle la condición en la cual se encuentra este mundo, y una descripción de muchos que habitan en el cuerpo de Cristo. Busquemos ahora en la Palabra de Dios. Ezequiel 37:1-10 - La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos. 2 Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera. 3 Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes. 4 Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová. 5 Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis. 6 Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová. 7 Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. 8 Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu. 9 Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. 10 Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo. Quiero que examinemos bien de cerca la descripción que Ezequiel utiliza aquí. Cuando se habla de un hueso, lo primero que nos viene a la mente es algo que ha muerto. Pero aquí Ezequiel no solamente dice que había huesos, sino que los describe como “secos en gran manera.” Pensemos en esto por unos minutos, pensemos en el significado que esto tiene en nuestras vidas. Todo lo que tenemos que hacer es mirar a nuestro alrededor y nos daremos cuenta que el mundo esta completamente lleno de huesos secos. Todo lo que tenemos que hacer es mirar a nuestro alrededor y descubriremos que día a día todos aquí caminamos y atravesamos por este valle lleno de huesos secos. Esto es la verdad acerca de todo aquel que vive en el mundo. Esto es la verdad de todos aquellos que aun no conocen la verdad. Esto es la verdad de todos aquellos que se encuentran perdidos en un mundo de sufrimientos, en un mundo de esclavitud al pecado, en un mundo lleno de maldad. Pero desdichadamente, también es la verdad acerca de muchos que componen el cuerpo de Cristo. La pregunta que nos debemos hacer es ¿por qué esta sucediendo esto en el cuerpo de Cristo? La mayor razón por la cual podemos encontrar a personas muertas en el espíritu en el cuerpo de Cristo es porque no están escuchando la Palabra de Dios. No han tomado el tiempo de tratar de conocerle íntimamente, no han tomado el tiempo de escuchar Sus advertencias y consejos. Este

fue el caso en el tiempo de Ezequiel; aquí encontramos una descripción de como se encontraba este pueblo, de como se encontraba el pueblo de Dios en ese entonces. Ellos se habían rebelado en contra de Dios, ellos habían dejado atrás todas las cosas que Moisés le había enseñado, se habían olvidado de todo lo que Dios había hecho por ellos. Les digo que no existe mucha diferencia entre este pueblo y muchos de nosotros hoy en día. En muchas ocasiones nosotros somos de muy mala memoria, en muchas ocasiones se nos olvida lo que Dios ha hecho por nosotros. Se nos olvida que solo Él nos pudo dar la paz que hoy tenemos, que solo Él pudo calmar esas tormentas en nuestras vidas que nos azotaban de un lado al otro. Que solo Él nos pudo liberar del yugo del enemigo. Que solo él nos pudo liberar de la esclavitud al pecado. ¿Que sucede cuando nos olvidamos de estas cosas? Lo mismo que encontramos aquí. Lo que sucede es que nuestra relación con Dios comienza a sufrir, y morimos. Si nos ponemos a hacer un recuento de todas las personas que conocemos, creo que todos podremos ver que por causa de la mala memoria existen numerosas personas que se han alejado de los caminos de Dios. Estoy seguro que si nos ponemos a meditar en esto, todos aquí conocemos por lo menos a una persona que se ha alejado de Dios. Estoy seguro que todos aquí conocemos por lo menos a una persona que por una razón u otra se encuentra completamente muerta, se encuentra como uno de esos huesos secos en el valle. Pero Dios tiene un mensaje muy poderoso para todos nosotros que hemos hecho un compromiso con Él. En estos versículos encontramos cinco puntos clave que Él quiere que nosotros conozcamos y hagamos. Primero. La Palabra nos dice: “La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos.” Lo primero que vemos que Dios quiere que hagamos es que seamos obedientes. Dios quiere que nos dejemos guiar. Dios aquí guió a Ezequiel hasta ese valle, un valle que no debe haber sido nada bonito. Imaginémoslo, un valle completamente lleno de huesos humanos, huesos secos regados por todas partes. Estoy seguro que todos aquí diríamos que no puede haber sido nada bonito, pero Ezequiel se dejo guiar. Ezequiel no dudo, el no se negó, él obedeció y se dejo guiar. Dios quiere lo mismo de nosotros hoy en día. Dios quiere que seamos obedientes a Su Palabra, Dios quiere que nos dejemos guiar. El problema esta en que muchos de nosotros no se lo permitimos. No permitimos ser guiados por el Espíritu Santo que ahora mora en nosotros. No nos sometemos a Su voluntad. En muchas ocasiones a causa del orgullo, a causa de nuestro carácter y a causa de los celos no prestamos atención al mensaje que Dios nos envía. No permitimos que nuestro Señor nos tome de la mano y nos guié hacia donde él quiere que estemos porque nos encontramos en algún tipo de rebeldía. En el caso de Ezequiel Jehová le guió asta este valle lleno de huesos, algo que aparentaba ser desagradable, pero lo hizo con un propósito. Aunque a nosotros en algunas ocasiones no alcancemos ver el propósito de Dios, aunque en algunas ocasiones no podremos entender él por que, tenemos que mantenernos obedientes. Tenemos que dejarnos ser guiados por Dios en todo momento. Dios es quien nos guía hacia donde tenemos que ir, nos guía hacia donde debemos estar, pero no es el hecho solo de ser guiados sino que Él quiere que hagamos algo una vez que lleguemos. Esto me conduce al segundo punto. Segundo. La Palabra nos dice: “Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por cierto secos en gran manera.” ¿Qué nos esta diciendo Ezequiel aquí? Prestemos mucha atención porque esto es de suma importancia. Fíjense bien que aquí él no esta diciendo que él vio este valle de lejos, él no esta diciendo que estuvo a una distancia de los huesos, él nos dice que tuvo que pasar cerca de todo en derredor. En otras palabras, Dios le había guiado hacia donde el tenia que estar, pero ahora quería que Ezequiel observara cuidadosamente donde se encontraba. Hermanos, Dios hace lo mismo con nosotros. Cuando nosotros hacemos un compromiso genuino con Dios, Él nos guía. Como dije al comienzo estoy seguro que muchos de nosotros conocemos a personas que se han alejado de Dios.

Personas que se encuentran en ese valle completamente muertos. La pregunta que nos debemos hacer es: ¿por qué le conocemos? ¿Por qué Dios nos ha guiado hacia ellos? Les puedo decir que no fue por coincidencia, no es para que las ignoremos. Dios ha permitido que conozcamos a estas personas y nos a guiado hacia ellos con un propósito en mente. Dios nos pide que tal como Ezequiel nos acerquemos a esos huesos secos, que les observemos bien de cerca. Dios nos pide que miremos a nuestro alrededor en busca de todos aquellos que se han alejado de Él. Dios quiere utilizarnos para rescatar a todas esas personas que se encuentran ahora mismo en las garras del enemigo. A todas esas personas que no tienen, ni nunca tendrán, la más mínima esperanza de encontrar la paz, el amor, la misericordia, el perdón y la salvación que Jesús nos ofrece. Esto me conduce al tercer punto. Tercero. La Palabra de Dios nos dice: “Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes.” ¿Qué estaba sucedió aquí? Lo más evidente aquí es que Dios estaba probando la fe de Ezequiel. Dios probo su fe y Ezequiel no dudo, no titubeó. Esto aquí es algo muy importante en nuestra vidas Cristianas. En el caso de Ezequiel él estaba en un lugar donde la situación no aparentaba nada buena. En realidad podemos decir que el estar en un valle lleno de huesos no es nada positivo, él solo podía ver lo que ya había muerto, lo que ya en su mente no tenia solución. Pero no obstante lo que él estaba viendo, su fe no fallo. Hermanos la fe es la parte más importante en nuestro vivir Cristiano. Estamos llamados a tener fe, estamos llamados a confiar completamente en Dios. Puede ser que en nuestros ojos las cosas aparenten no tener una solución, puede ser que las cosas no aparenten ser muy bonitas, pero nuestra fe no nos puede fallar. Tenemos que siempre recordar que para Dios nada es imposible. Nuestra fe no puede flaquear en ningún momento porque si nos falla la fe, pues entonces no tenemos nada. Recordemos que fue a través de la fe de una persona que Dios permitió que el mensaje de salvación llegara a nuestros oídos, y penetrara en nuestros corazones. Esto me conduce al cuarto punto. Cuarto. Dios quiere prediquemos Su Palabra. La Palabra de Dios nos dice: “Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos, oíd palabra de Jehová.” Dios le dijo a Ezequiel que le hablara a esos huesos, no como se habla normalmente, sino que le hablara con la autoridad que Dios le estaba dando. Dios nos dice a nosotros lo mismo en el día de hoy. Dios quiere que llevemos el mensaje de Salvación a todas las personas en este mundo. Dios quiere que prediquemos Su palabra con la autoridad que Él nos ha dado. Hermanos como el pueblo de Dios que somos es nuestra responsabilidad de acercarnos a esos hermanos y hermanas que han caído. A esas personas que se han alejado por causa de las cosas de este mundo. A las personas que todavía no conocen la verdad. Estamos llamados a llevar la Palabra de Dios, a llevar el mensaje de Salvación, estamos llamados ha acercarnos a esos huesos y llevarles palabra de Jehová. ¿Qué sucederá cuando hagamos esto? Esto me conduce al quinto punto. Quinto. Algo grandioso sucederá: “Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con su hueso. 8 Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu. 9 Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. 10 Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.” Cuando predicamos la Palabra de Dios con la autoridad que Él nos ha dado, sucederá tal como podemos encontrar aquí. Sucederá de esta manera porque la Palabra de Dios es viva, la Palabra de Dios es vida. La Palabra de Dios es la única arma que puede ser utilizada para pelear en esta guerra que nos encontramos. No existe otra cosa que podamos usar, no existe nada mas que pueda combatir eficazmente las fuerzas del enemigo. Solo con la Palabra de Dios podemos vencer, solo con la Palabra de Dios podemos obtener la victoria sobre toda situación. No sé

cuantos aquí han visto esto en acción, pero les digo que es algo fabuloso. Cuando vemos la Palabra de Dios en acción vemos un cambio completo en las cosas. La Palabra de Dios es capaz de sanar, restaurar, perdonar y amar. La palabra de Dios en acción no puede ser detenida por nada ni nadie. Cuando vemos la Palabra de Dios en acción vemos a hermanos y hermanas dispuestos a hacer lo que sea necesario por Dios. Cuando vemos la Palabra de Dios en acción vemos: “un ejército grande en extremo.” Para concluir. Si queremos obtener la victoria aun cuando las cosas no aparenten ser buenas. Si queremos obtener la victoria cuando las cosas no puedan aparentar peor, entonces sigamos el ejemplo de Ezequiel. Tenemos que estar dispuestos a ser guiados, tenemos que mirar hacia nuestro alrededor buscando la voluntad de Dios, nuestra fe no nos puede fallar, y tenemos que hablar la Palabra de Dios con la autoridad que Él nos ha dado. Nunca nos descorazonemos, nunca té apartes de Él, no le permitamos al enemigo que nos mate espiritualmente y tire nuestros huesos en el valle del olvido. Seamos valientes y victoriosos. Ezequiel nos dijo: “La mano de Jehová vino sobre mí.” Ezequiel no pudo hacer nada por el mismo, sino por el poder de Dios. Jesús nos dice a nosotros en el día de hoy: “Si me amáis, guardad mis mandamientos; Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: Al Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce: mas vosotros le conocéis; porque está con vosotros, y será en vosotros.” (Juan 14:15-17). Nunca dudemos de Él, descendamos a ese valle, prediquemos la Palabra de Dios y Él levantara a Su ejercito.

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