EL TEATRO PRECEDENTES Fundándose en un pasaje de Cicerón, la tradición filológica señala como fecha natalicia del teatro romano el año 240 a.C., con la representación, en los Ludi Romani, de una tragedia traducida del griego por Livio Andrónico. Los "Cantos Fesceninos". Su nombre parece provenir de Fescennium, ciudad etrusca, y están ligados a las fiestas campesinas con que se celebraba la recogida de las cosechas. Consistían en diálogos en verso, de contenido satírico y licencioso, improvisados, entre dos campesinos, que aguzaban su ingenio para lanzarse pullas e injurias mutuas. La "Farsa Atelana". Su nombre deriva probablemente de Atella, ciudad entre Capua y Nápoles. Consiste en representaciones igualmente improvisadas y rudimentarias, pero ya con una cierta línea argumental, en las que los actores llevaban máscaras y los personajes eran siempre los mismos, cuatro o cinco: Pappus, el vejete enamorado y bobalicón; Macus, el zafío glotón; Buccus, el fanfarrón, el bocazas; Dosennus, el jorobado malicioso; y tal vez Manducus, el masticador. La Satura. Cuenta Tito Livio que vinieron a Roma unos ludiones (actores) etruscos y que éstos hicieron evolucionar los fesceninos, añadiendo al diálogo música y danza; a este conjunto se le llamó satura. Es el estadio inmediatamente anterior a la fabula o representación dramática propiamente dicha, que surge cuando a la satura se le añade ya un "argumento".
EL TEATRO EN LA ÉPOCA ARCAICA. Clasificación de las obras dramáticas. Las obras dramáticas latinas se clasifican en tragedia y comedia. La tragedia suela presentar como protagonistas a dioses o héroes; su tono es solemne y su lenguaje elevado. La comedia se ocupa del hombre de la calle; y su lenguaje es desenfadado y a menudo grosero. Tanto la tragedia como la comedia surgen en Roma con traducciones o adaptaciones de obras griegas y, por tanto, con asunto, lugar de acción y personajes griegos. La tragedia griega traducida o adaptada se denomina entre los latinos fabula graecanica; y la comedia griega, fabula palliata. Más tarde, surgen las obras con asunto, lugar de acción y personajes romanos, alternando con las anteriores, no sustituyéndolas. A la tragedia romana se la llama fabula praetexta; y a la comedia romana fabula togata.
PLAUTO Corrían por Roma, bajo su nombre, ciento treinta comedias. El erudito Varrón las sometió a un cuidadoso análisis y llegó a la conclusión de que sólo veintiuna eran de Plauto. Los autores griegos imitados no son los de la época clásica, sino los de la llamada Comedia Nueva, sobre todo Menandro, Dífilo y Filemón. Por los recientes descubrimientos de fragmentos de Menandro, se deduce que la actitud de Plauto frente a los modelos griegos era la de una "imitación creadora". El mundo de las comedias de Plauto es el de los hombres de la calle. Sus personajes más frecuentes son: el esclavo, el viejo, el joven enamorado, la prostituta, el parásito, el alcahuete, el cocinero, el soldado... La trama consiste, con frecuencia, en un joven enamorado de una esclava y sin dinero para comprarla; acude con frecuencia a un esclavo suyo y este, con su astucia, sus amaños y trapecerías, consigue el dinero, a menudo engañando al propio padre del joven o al alcahuete dueño de la muchacha. Siempre hay un "final feliz" y muchas veces la esclava no es tal, sino una persona libre, que fue robada de niña a sus padres por los piratas y estos la reconocen por alguna señal en el cuerpo o alguna prenda o juguete que conserva de su niñez. Las obras van precedidas con frecuencia de un prólogo, en el que un personaje, que a veces no interviene en la comedia y hasta puede ser un dios, "cuenta el argumento" y pide la benevolencia y los aplausos del público para la obra que va a representarse. Veamos la trama de algunas de las comedias: Amphitruo (Anfitrión). Júpiter enamorado de Alcmena, esposa de Anfitrión, toma la apariencia de este, mientras que Mercurio que le acompaña, adopta los rasgos de Sosia, esclavo de Anfitrión. Vive Júpiter con Alcmena hasta que inesperadamente vuelven de la guerra los verdaderos Anfitrión y Sosia, lo que da lugar a regocijantes escenas de confusión y malentendidos. Por fin, Júpiter aclara las cosas. Aulularia (Comedia de la olla).Un viejo avaro, Euclión, encuentra una olla con un tesoro; sigue viviendo pobremente y lleno de inquietud, pensando que se la pueden robar, como así sucede, pese a sus precauciones. Por fin, la recupera gracias a un joven enamorado de su hija y se la entrega como dote a la pareja. Menaechmi (Los gemelos). Dos mellizos, Menecmo I y Menecmo II, de los cuales uno se perdió cuando pequeño, vive casado en una ciudad; llega allí su hermano y esto provoca equívocos de gran comicidad. Miles gloriosus (El soldado fanfarrón). Pirgopolinices, militar fanfarrón y enamoradizo, se ve burlado y apaleado por la trampa que le tiende el astuto esclavo de un joven enamorado de una muchacha que pertenecía al militar; la muchacha se va con su joven amante. Pseudolus (El trapalón). Un joven está enamorado de una bella esclava de un alcahuete; este la vende a un militar y espera que vengan a recogerla. Pseudolo, esclavo del joven enamorado, se hace pasar por el mensajero del militar y se lleva a la muchacha para su joven amo.
Los esclavos son los protagonistas de las comedias plautinas, donde se burla y engaña a las clases acomodadas; esto debía resultar atractivo para las clases sociales más desheredadas, que eran las que acudían en masa a las representaciones y se veían reivindicadas en la escena. Pero es preciso tener en cuenta que a Plauto no le interesaba gran cosa transmitir ningún mensaje social ni moral. Lo suyo era colocar a los personajes en situaciones que provocaran la carcajada del espectador. Su lenguaje era riquísimo y expresivo, comenzando ya por los mismos nombres de los personajes, adaptados al carácter y al papel del que lo lleva. TERENCIO No tenemos noticias de que escribiera más de seis comedias que conservamos, y cuyos argumentos expondremos brevemente: Andrea (La andriana). Un joven de buena familia está enamorado de una muchacha pobre y sin familia, procedente de Andros; su padre quiere casarlo con la hija de un rico vecino; al final resulta que la muchacha sin familia es también hija de ese rico vecino, que había sido raptada en su niñez. Hecyra (La suegra). Una recién casada, cuyo marido está ausente, se va a casa de su madre; su suegro y su marido creen que lo ha hecho por no poder aguantar a su suegra; esta, que es bondadosa y sin culpa, está dispuesta a dejar su casa para que puedan vivir tranquilos su hijo y su nuera; al final todo se aclara. Eunuchus (El eunuco). Un joven se hace pasar por eunuco para introducirse en la casa de su amada, una joven esclava de un militar. Luego se descubre que la esclava es de familia noble y libre; los jóvenes se casan. Heautontimoroumenos (El atormentador de sí mismo). Un padre se castiga a sí mismo con duros trabajos en el campo por haber provocado, con su severidad e incomprensión, la huida de su hijo, enamorado de una muchacha pobre y sin dote: vuelve el hijo y ambos se reconcilian, resultando además que la muchacha es hija de un rico vecino y amigo. Phormio (Formión). Dos jóvenes primos, en ausencia de sus padres, se enamoran respectivamente de una pobre huérfana y de una esclava citarista. El parásito Formión logra con sus artimañas que el primero se case con la huérfana y el segundo consiga dinero para comprar a la citarista. Adelphoe (Los hermanos). Un padre con dos hijos cede uno de ellos en adopción a un hermano soltero y sin hijos. Éste lo educa con gran liberalidad, en contraste con la severidad que su hermano usa para educar al hijo con el que se ha quedado. Se demuestra que el método basado en la dureza y el rigor es un fracaso, mientras que el método liberal es bueno. Las comedias de Terencio van precedidas de una didascalia, que contiene datos sobre el autor y el título original griego, los juegos en que se estrenó...; y de una períoca, consistente en 12 versos en los que se cuenta el argumento. Ni las didascalias ni las períocas son de Terencio, sino muy posteriores. De Terencio son los prólogos, que, a diferencia de los de Plauto, no narra el argumento, sino que el autor se defiende en ellos de las acusaciones de sus enemigos: plagio de los dramaturgos latinos anteriores; contaminatio, haber hecho de dos o más obras griegas una sola; y no paternidad de sus obras, que las habrían escrito sus amigos del circulo de Escipión.
Terencio está más helenizado que Plauto e imbuido de la corriente humanista y moral del citado círculo de Escipión, intentó educar al público romano con obras de elevado tono ético; y el público le volvió la espalda. Los personajes de Terencio son los mismos que los de Plauto, ya que sus obras son adaptaciones de obras griegas, y de los mismos autores, principalmente de Menandro. Pero en Terencio no hay ruptura de la rígida y jerárquica pirámide social: los de abajo, siguen guardando el "debido" respeto de los de arriba; los esclavos no son desvergonzados, los padres se sacrifican por sus hijos y éstos los respetan y los quieren. A Plauto sólo le interesa provocar la carcajada; en Terencio es esencial al mensaje educativo y moral. La pintura de caracteres, la profundidad psicológica, inexistente en Plauto, resplandece en Terencio. Su lengua es elegante y pura, pero sus personajes hablan todos como Terencio, lo cual es un defecto; en Plauto cada personaje habla de acuerdo con su condición social y cultural. EL TEATRO EN LA ÉPOCA IMPERIAL: SÉNECA Existe un “corpus” de diez tragedias, integrado por nueve fabulae coturnatae más una praetexta, atribuidas a Séneca el Filósofo (5-65 d. de C.). De ese conjunto de obras, ocho son con toda seguridad de Séneca: Hercules furens, Troaedes, Phoenissae, Medea, Phaedra, Oedipus, Agamemnon, Thyestes; una, Hercules Oaeteus, es de atribución dudosa y la praetexta, titulada Octavia, no puede ser de ninguna manera suya. Se ha considerado que estas tragedias fueron escritas en su primera época, con anterioridad a la redacción de sus tratados filosóficos. En cuanto a la relación de las tragedias senequianas con sus originales griegos, hay que decir que Séneca sigue la práctica habitual en el teatro latino y mezcla distintas obras griegas en una misma tragedia. Utiliza en mayor medida como modelo las obras de Eurípides que la de los dos trágicos anteriores. Aunque sigue las versiones tradicionales de los mitos, difiere notablemente en su tratamiento escénico; Séneca demuestra un gusto especial por los detalles truculentos, por la desmesura en la expresión de los sentimientos y pasiones que lo alejan de la tragedia clásica griega; sus personajes, cuyo análisis psicológico es riquísimo, tienen un código de valores morales radicalmente distinto al de los personajes de Eurípides. Su estilo es marcadamente retórico, caracterizado por la precisión y el laconismo que se expresa frecuentemente por medio de aforismos y sentencias. Las tragedias de Séneca no tuvieron gran influencia en su época, pero, en cambio, ejercieron un profundo influjo a partir del siglo XV en el teatro italiano e inglés.
Los manuscritos de las obras de Séneca recogen también una tragedia praetexta, titulada Octavia. Es la única obra de su género que se nos ha conservado, pudiéndose afirmar hoy con toda certeza que no es de Séneca. Utiliza como argumento la desdichada vida de Octavia, hija de Claudio y Mesalina, obligada a casarse con Nerón y asesinada después en el exilio.