El Secreto De Mon

El secreto de Mon De no haberlo escuchado, nadie lo hubiera Creído, un hombre como ese, honrado y trabajador, Era verdad que gustaba de los tragos pero Se le tenía como hombre ejemplar. Pero no es fácil Partir de este mundo con un remordimiento de Conciencia escuchando en la penumbra de la Noche esa voz confiada, y en los ruidos nocturnos Los gritos desesperados pidiendo compasión. Cada vez que una luciérnaga pasaba cerca de su entorno su piel se ponía de gallina. Desde aquel día su aspecto físico había cambiado y el en ocasiones se le reía con la vista perdida o el rostro cabizbajo. Lo que había echo aquella noche vivía en su mente, acabando con su vida, por lo que temió, involucrarse demasiado con sus amigos no fuera que pasado de tragos divulgara su delito. Se encontraba en una cama postrado, consumiéndose lentamente por su enfermedad y sentía pánico a la oscuridad, cada vez que intentaba cerrar los ojos observaba la figura de aquel hombre esbelto de buena apariencia que lo observaba con tristeza. Sabia que su mal no tenia cura y que la vida le estaba devolviendo el favor que meses atrás había echo el día lluvioso al desconocido. Llegaban a su memoria los acontecimientos que contribuían junto con su enfermedad a ponerle fin a su vida. Aquella tarde a mon también se les había echo tarde para regresar a su casa, el cielo se había empañado con un manto que paso de gris a negro parecía que esa tarde se iban a descondensar todas las nubes de espacio.

El desconocido sintió temor al observar el tiempo atmosférico y estar en un lugar desconocido. Mon caminaba apresurado antes que se sintieran las primeras ventiscas de la lluvia. Fue en ese instante que el desconocido dijo-eh señor disculpe, ¿es usted de este lugar? -si señor, contestó Mon -puede hacerme el favor de decirme donde hay un lugar que pueda yo pasar la noche. -claro señor, ¿es usted de lejos? -si, contestó el des conocido, soy de San Francisco de Macorís, mi auto sufrió una enorme avería y tuve que dejarlo en manos de los mecánicos. Por su aspecto se notaba que era un hombre de negocios, vestía un traje elegante y portaba un maletín de mano de alta calidad. a mon lo inquietó ver una figura de esa índole en aquel lugar y a esa hora de la noche en esa parada tan solitaria por lo que pronunció. -los hoteles quedan un poco retirado y observe usted el tiempo, si quiere les ofrezco mi casa para que pase esta noche y mañana continua su camino. -el chofer que me dejo aquí tenia razón las personas de este lugar son muy humanitaria. En el trayecto el hombre empezó a dudar al ver aquel lugar solitario, donde solo se escuchaba el ruido de la lluvia y los fuertes rugidos de las olas embravecidas por el tiempo. Mientras mon era tentado una mil veces por aquel maletín negro que sostenía el desconocido con fuerza evitando que la lluvia le hiciera daño.

-debe ser dinero lo que este trae ahí pensaba curioso, esta oportunidad no aparece todos los días, aunque es mucho mas fuerte que yo, no podré hacerle frente. Nicolás observo la actitud de mon por lo que pregunto-¿le sucede algo amigo? –no, respondió nervioso, solo tengo una necesidad y no quisiera dejarlo solo acérquese un poco y dicha estas palabras se interno en el bosque fingido lo que había dicho, pero su interior le gritaba ahora mon, ahora o nunca. Ya la noche descuido tomo un trozo de madera y dio un fuerte golpe en la cabeza a aquel sujeto que en esos instantes mantenía su mente distante de su cuerpo. La lluvia había dejado de caer y las luciérnagas hacían su aparición brindando pequeños reflejos de su luz encantadora. La sangre que vertía la enorme herida cubría su rostro empañando su vista de pronto clamo-¡no me hagas daño que no traigo nada de valor!-no quería hacerlo pero eres mucho mas rigoroso que yo y me iba ser imposible despojarte de tu dinero.-estas equivocado no traigo dinero, contesto y se dispuso abrir el maletín. en ese instante mon arremetió nueva vez imaginando que sacaba su revolver y el individuo cayo de rodilla emitiendo un inmenso quejido que se mezclo con bramido del del ma. Con el maletín cemi-abierto decidió abandonar aquel lugar donde la sangre que vertía el cuerpo inmóvil se mezclaba con la suculenta lluvia que corría aun en la tierra.

Ese día el sol se nublo bastante la lluvia se derretia en abundancia y el aunque el lecho de muerte revivia aquel día y decia-ese ruido de las olas, de la mar me estan matando no lo soporto me vuelve loco es como…si escuchara eso-eso que dice la madre. -