El Pato

  • December 2019
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VenEconomía

Vol. 26 No. 4

– Enero de 2009

Economía y Finanzas

El Pato No hace falta ser detective ni experto financiero para identificar las instituciones financieras que podrían declararse insolventes, o algo peor, con el paso del tiempo. Como reza el dicho: si parece un pato, camina como un pato y grazna como un pato ¡es un pato!

El mundo, y en particular el mundo financiero están absolutamente de cabeza luego de los escándalos económicos de los últimos tiempos. Colapso de instituciones históricas, estafas de magnitudes no vistas y engaños por doquier. Parece que todos los días hay alguna noticia nueva. Por supuesto que ha tenido resonancia entre las “cabezas parlantes” del mundo. Las peticiones por una regulación más estricta son constantes. Es entendible. A nadie le gusta ver a gente “inocente” sufrir por la culpa de algún financista inescrupuloso. Pero, también hay que ser realista. Estos engaños y timos son tan viejos como la humanidad misma, desde que Ug le vendió a Og la piedra “mágica” que hacía fuego. No importa cuánto esfuerzo se haga por controlar o supervisar todo, siempre habrá un hueco por donde se escabullirán los timadores. “Hecha la ley, hecha la trampa”, dice el refrán. Los timos seguirán sin importar las trabas regulatorias que se les pongan. Cambiarán, mutarán como las bacterias patológicas frente al ataque de los antibióticos. También hay que estar consciente que si uno está suficiente tiempo en este planeta, va a caer o ser afectado por uno de estos escándalos. Uno va a caer, tarde o temprano. Puede ser por confiado, ingenuo, agalludo, descuidado o codicioso. O simplemente por tonto. Pero va a caer. Todos hemos caído alguna vez. Si no fue víctima de una estafa monetaria, ¿quién no ha sido engañado por un “amigo”, familiar, o pareja? Es la naturaleza humana. La desfachatez tiende a ser más fuerte que la incredulidad o el escepticismo. Cuando uno piensa “no puede llegar a tanto”, pues sí pudo...y más. ¿Cómo protegerse? ¿Cómo hacer para no ser víctima del próximo DMG, La Vuelta, Gumi o Banco Latino? Lo primero es que hay que darse cuenta que seguro no está ni el infierno. Todo tiene

un riesgo y en las finanzas más. El sello de la CNV, la SEC, el FDIC, el auditor, la “palabra” del amigo o socio tiene un valor sólo relativo. Nada es seguro. Madoff engañó a la SEC, Enron a la firma “Arthur Anderson” y más recientemente la empresa india Saytam a la poderosa PriceWaterhouseCoopers. Todo es relativo. Todo puede ser mentira. Pero tampoco hay vida sin riesgos a menos que uno quiera vivir como un ermitaño. El objetivo entonces es tratar de correr los riesgos que uno piensa que pueda controlar y hacer lo mejor para controlarlos. En los negocios (y porqué no… ¡en el amor también!), él que no apuesta no gana y nunca gana quien no juega. Otra cosa que pocos se explican es porqué no se descubren las trampas. La verdad es que la mayoría se descubren solos, o cuando las circunstancias obligan. Madoff hubiese seguido para siempre si no se hubiese visto enfrentado a redenciones de sus fondos con los cuales no podía hacer frente. Las pirámides se acaban cuando se acaban los tontos. No es solamente porque los participantes están contentos mientras están cobrando, es que las estafas bien hechas son difíciles de detectar y aun más difíciles de denunciar sin ayuda de “adentro”. Estar “casi seguro” a veces no es suficiente. ¿Como denunciar a alguien o algo cuando estás “casi seguro”? Es preferible no meterse en eso y el que sospecha lo calla o lo mantiene en secreto. Francamente ¿qué tiene que ganar el denunciador? Generalmente se aleja del negocio sospechoso y deja la cosa así. Con las instituciones financieras es doblemente delicado. Una “sospecha” puede ser considerada un “rumor desestabilizador” y, en ciertas ocasiones (aunque menos de lo que se cree), un rumor infundado puede convertirse en profecía autocumplida. Todavía nos acordamos cuando un extracto de un informe hecho por su servidor acerca del Banco Mercantil fue sacado de contexto y estampado en

la primera plana de un periódico, dando lugar a una mini-corrida sobre la institución. El Banco obviamente sobrevivió (estaba solvente… cosa que también afirmaba el informe), pero nos sentimos mal por esto. El análisis fue correcto y la cita fue textual, pero fue manipulado por un tercero. Volviendo a ¿cómo protegerse? El mejor antídoto es el sentido común o lo que se llama “la teoría del pato”. La teoría del pato dice muy sencillamente: Si hace “cuac” como un pato, si camina como pato, si tiene pico de pato… ¡es un PATO! Me imagino que la única forma de estar 99.99% seguro que es un pato es extrayéndole el ADN y analizándolo (y aún así hay margen de error). Yo respeto a Heisenberg, no hay seguridad absoluta. ¿Cuáles son las señas del pato financiero? Son muchas y variadas, pero aquí algunas:

1. Es demasiado bueno (para ser verdad) Recuerdo que el “GUMI” (pirámide financiera en el estado Bolívar en los años 90) pagaba intereses del 20% mensual. DMG (Colombia) le ofrecía recargar 100% sus tarjetas prepagadas a los seis meses y gratis. Madoff no ofrecía, pero producía retornos superiores a los del mercado… sin la volatilidad (riesgo) que debería acompañarlo. El Banco Latino ofrecía intereses muy superiores al resto de los bancos… etc. Generalmente hay algo atractivo… si no nadie se metería. La cosa es que sea demasiado atractivo. Los esquemas más exitosos, como el de Madoff, están en el límite de lo creíble lo que les permite mantenerse por mucho tiempo.

2. Puede hacer lo que nadie más puede hacer Las finanzas son más sencillas de lo que la gente del medio quiere hacer creer (nos tenemos que dar importancia). La mayoría de las cosas se pueden explicar con aritmética sencilla. Cuando los números o las explicaciones son complejas… ¡cuidado! ¿Que hacía “GUMI” para pagar intereses del 20% mensual? Y la respuesta (a baja voz) era que estaban financiando el narcotráfico. Mentira. Y francamente ¿por qué los narcotraficantes iban a financiarse a esas tasas de usura? Generalmente al revés, los narcotraficantes tienen dinero que necesitan colocar (y lavar). Por supuesto, era mentira… GUMI era una sencilla pirámide. Enron se dedicaba a negocios “exóticos” e innovadores. Incluso llegó a tener un mercado de “ancho de banda”. Los balances eran casi imposibles de descifrar. Y con razón. Más recientemente, el financista Madoff en su fondo de cobertura registraba ganancias mensuales muy consistentes y mayores que el mercado en general. No era tanto de extrañar, hay gente muy buena en las inversiones. Pero eran demasiado consistentes y demasiado grandes. Todo el mundo se daba un traspiés de vez en cuando. Pero Madoff no. Mucha gente creía que operaba con información privilegiada… ¡y por eso mismo invertían con él!

3. Hay poca gente (o una sola persona) controlando todo Se sospecha que Madoff operaba solo o con un grupo reducido de colaboradores. Su auditor era un firma personal que operaba en una oficinita en Nueva York. Su fondo de inversiones con miles de millones en activos (supuestamente) operaba en un piso “secreto” donde trabajaban apenas 19 personas. En el escándalo de Barings (1995), el trader Nick Leeson tenía como hacer las operaciones y controlar el registro de los mismos. Perdió $1.000 millones de dólares antes que alguien se diera cuenta. Similar el caso de Jerome Kurviel que perdió €5.000 millones en el Societé General en 2008. El punto es que las mentiras y los secretos sólo se mantienen bien cuando pocas personas lo saben.

4. Pocos incentivos en destapar la olla Madoff era filántropo y fue director de NASD (regulador del mercado de valores en EE.UU.). Sus clientes eran de la lista de los “ricos y famosos”. Sus detractores y quienes sospechaban de sus actividades eran considerados “envidiosos”. ¿Quién le ponía el cascabel al gato? ¿La SEC? ¿En base a qué? Madoff enviaba toda la información que le era legalmente requerida. Y firmada por su auditor. La SEC (igual que la CNV venezolana) no hace auditorias rutinariamente, simplemente se asegura de alguien las haga. Enron era una empresa con 22.000 empleados, todos bien ocupados. Pero registraban activos en empresas “offshore” que no valían lo que decían (entre otras fechorías) y era un “castillo de naipes”. ¿Quién iba a poner a riesgo su trabajo y futuro, buscando descubrir y denunciando la verdad?

El Caso Les agradezco mucho su atención hasta este momento a este intento de explicación. Por ser pacientes, les voy a recompensar con algo: un caso que tiene la posibilidad de ser un ave acuático, aún no clasificado. O mejor dicho… “un pato, vivo y coleando”. Un amigo recientemente me contactó para preguntarme sobre un banco offshore donde tenía depositado unos ahorros (no mucho en el gran esquema de las cosas… pero para él sí). Le dije que le echaría un vistazo al “animal” a ver que tal. Afortunadamente en Internet había información sobre las operaciones y el balance del banco. Se trata de un banco que opera en una pequeña isla del caribe, habitada por menos de 100.000 personas. O sea, una población del tamaño de Altagracia del Orituco.

¿Qué ofrecía este banco? Ofrecía (ofrece) tasas muy atractivas en los certificados de depósito. Hasta recientemente 7,5% a un año (en dólares). Compara eso con 4%-5% de los bancos americanos en el mejor caso, y tasas recientes que no llegan al 3%. Y me cuenta que siempre había sido así. VenEconomía Mensual / Enero de 2009

Economía y Finanzas La estrategia ha sido exitosa para el banco, por lo menos desde el punto de vista de captaciones. Los depósitos han subido de $624 millones en 1999 hasta más de $8.400 millones para finales de 2008. Un crecimiento interanual que promedia 34%. Esto sí es inusual. Es más, un crecimiento muy rápido en los depósitos es una “bandera roja” para los bancos. Es difícil colocar tantos depósitos eficientemente. Y, por supuesto, indica que hay algo “demasiado atractivo”. Me pareció ver una pluma.

¿Cómo opera el banco? ¿Qué hace con el dinero? Este banco funciona con un modelo bastante particular. Básicamente capta fondos de “inversionistas” en todo el mundo en depósitos principalmente a plazos. Pero no da préstamos (técnicamente uno puede pedir prestado con el colateral del propio depósito a plazo, pero eso es todo). No presta servicios (así que no cobra por ellos). El banco en si, sólo tiene 75 empleados (en la isla). Pero para captar fondos tiene una red de “asesores” independientes a nivel global a los cuales les paga un porcentaje (alto… 1,5% anual de lo que captan). Para ganar dinero invierte en los mercados de capitales. Bonos, Acciones, Fondos Alternativos, Metales Preciosos. Esas cosas interesantes que suben y bajan y ganan mucho algunas veces, poco otras y a veces (no pocas) pierden también. Si me dicen “muchos bancos hacen eso”… pues no es cierto. Los llamados “bancos de inversión” (de los cuales quedan pocos por cierto), tienen muchos otros negocios que generan comisiones, como las operaciones de mercados de capitales, corretaje, administración de inversiones y finanzas corporativas. Tienen también divisiones que operan en los mercados, pero los negocios que generan comisiones relativamente estables, les sirve para compensar los vaivenes de las inversiones en valores. Por otra parte, los bancos comerciales si colocan dinero en “inversiones” como parte de su estrategia. Pero éstas son operaciones de arbitraje en la mayoría de los casos. Por ejemplo, si puede captar fondos al 2% del público para comprar títulos del gobierno al 4% con un plazo similar, es una estrategia de muy poco riesgo y que los bancos ejecutan con mucho gusto. Pero no se dedican a eso. Generalmente los bancos pagan poco, cobran caro y aún así les cuesta ganar dinero en la intermediación. La utilidad la hacen con los cargos por servicios. Volviendo al banco en cuestión, según sus estados financieros, para el cierre de 2007, las inversiones estaban 42% en acciones, 20% en renta fija, 25% en fondos alternativos y 13% en metales preciosos. Para este banco, ésta es una distribución “típica” si se quiere y ha fluctuado en los últimos años desde un mínimo de 27% en acciones (2004) hasta 60% a finales de 2006. Nada extraño, ¿verdad? VenEconomía Mensual / Enero de 2009

RETORNO DE LA CARTERA Año

Cartera General

Acciones

Fondos "Hedge"

Metales Indice S&P Preciosas

2003

14,4%

N/A

N/A

N/A

2004

11,5%

8,2%

16,9%

12,3%

26,4% 9,0%

2005

10,3%

8,8%

21,6%

9,3%

3,0% 12,8%

2006

11,0%

11,7%

25,1%

14,9%

2007

11,4%

8,2%

25,0%

15,0%

3,8%

2008E

6,0%

N/A

N/A

N/A

-38,4%

¿Qué tal esto? El rendimiento de la cartera en los últimos años: 2003: 14,4%, 2004: 11,5%, 2005: 10,3%, 2006: 11,0%, 2007: 11,4%. ¿Están viendo un patrón? Muy consistente, ¿verdad? En acciones exclusivamente, éstos fueron los retornos: 2004: 8,2%, 2005: 8.8%, 2006: 11,7%, 2007: 8,2%. Nada del otro mundo, ¿verdad? Consideren los retornos del S&P 500 sobre el mismo período: 2004: 9%, 2005: 3%, 2006: 12,8%, 2007: 3,8% (y después hablamos de 2008). Ni hablar de lo que reportan haber ganado en “alternativos” y “metales preciosos” (22% y12% anual promedio respectivamente). Aunque parecería “normal” para el que no está en el medio, estos rendimientos son francamente muy, pero muy, buenos. Estos últimos años han sido tremendamente difíciles para las inversiones en la mayoría de estas categorías. En los 80 y 90 retornos de estos niveles serían normales. Desde 2000, rayan en el límite de lo creíble. Me encantaría saber en que acciones, bonos, fondos y metales están invertidos para lograr estos retornos. Lamentablemente eso NO lo detallan. Pudiera argumentarse que a lo mejor la cartera de acciones no son acciones públicas, sino empresas privadas. Hay algo de eso en el “grupo” empresarial asociado al banco, pero no está claro estarían en esta cartera. En todo caso, esa cartera de acciones de empresas “privadas” incluye acciones de empresas de resorts, tres películas, un fabricante de palos de golf, una cancha de golf, una casa de subastas y un restaurante en Memphis. Son empresas pequeñas que no podrían representar un monto importante en la cartera y francamente por la naturaleza de ellos, parecerían más bien “juguetes” de un millonario, que inversiones. Pero volviendo al caso que nos concierne. Aún si todo lo que afirma y publica esta institución es 100% cierto, el depositante de este banco en efecto le está “prestado” dinero para que el banco “juegue” a la bolsa y los mercados (el banco tiene $16 en depósitos por cada dólar de patrimonio). Nada más eso debería ser motivo de preocupación. Pero además, y afortunadamente, el banco ha logrado resultados muy por encima de la media en todas sus inversiones, consistentemente. O sea, han hecho algo que muy pocos han podido hacer.

Me pareció que oí un CUAC… clarito. Sigamos.

¿Quién maneja y controla este animal? Como se mencionó arriba, el banco tiene 75 empleados en la isla. Pero son pocos lo que lo operan. Hay un comité de inversiones, pero no se menciona quienes lo integran. Hace unos años había un gerente de inversiones, ahora la posición parece estar vacante. Hay un miembro de la junta, un octogenario ganadero y dueño de concesionaria de autos usados, que tiene el título de “inversiones”, así que se presume que asiste en esa función. La directiva es la misma desde hace muchos años. No se menciona alguna tecnología especial de manejo de inversiones que haya permitido los retornos obtenidos. Bueno, a menos que considere que “largo plazo, directamente gerenciado y globalmente diversificado” es una estrategia específica. Una cartera de inversiones de $8.000 millones no es sencilla de manejar, por lo menos no eficientemente (los traders de Societé General y Barings lo saben bien). Más cuando hay entradas y salidas constantes de fondos por parte de los depositantes. Sin otra información tenemos que suponer que los gerentes son unos seres extraordinarios. ¿Y los accionistas? Pues hay uno sólo. Funge como presidente de la Junta Directiva y aparentemente no tiene funciones gerenciales en el banco. ¿Auditores? Pues sí, los estados financieros del banco son auditados. El auditor es una firma de la isla. El principal es un señor de 72 años, que tiene muchos años auditando el banco (más de diez). PriceWaterhouse y KPMG tienen oficinas en la isla, y es una sana política de control interno cambiar de auditor cada cierto tiempo, pero el banco prefiere seguir con su auditor de confianza. Las autoridades bancarias que regulan al banco son los de la isla. La misma isla con población de Altagracia de Orituco. El banco no recibe depósitos institucionales ni de otros bancos. No es que eso sea necesariamente malo, pero se supondría que estas instituciones harían el trabajo de estudiar al banco antes de hacer negocios con él. Estoy viendo caminar este animal y se ladea de una forma extraña, como una especie de ave acuática.

¿Por qué nadie más ha visto esto? No hay interés en hacer esta denuncia. Los depositantes son los primeros interesados en que no pase nada. ¿Alguien alguna vez lee esos estados financieros que le presentan en las oficinas bancarias? ¿Y quien se detiene a sacar cuentas? Las autoridades de la isla, son los últimos interesados en molestar al banco. Si se va ¿quién va a construir las escuelitas y mantener jardines y carreteras? El banco cumple una importante labor social en la isla. Los depositantes son personas naturales de todo el mundo, pero probablemente no lo suficientes para interesar a un ente

de supervisión bancaria en otro país. Es más, escapa de la jurisdicción de estos entes. Y el accionista es una persona poderosa. Un “multimillonario” de la lista de Forbes. Cualquier denuncia sin soporte se expone a consecuencias legales a quien lo formule. Yo me imagino que la naturaleza de este animal es un “secreto a voces”. A muchos les parece raro, pero nadie quiere decir nada. ¡Epa! … el animal tiene las patas palmeadas.

¡Es un pato! (presumo) Casi se me olvidaba. El nombre del banco, por supuesto. Es el Stanford International Bank (SIB), localizada en la paradisíaca Isla de Antigua en el Caribe oriental. El banco no tiene nada que ver con Stanford University, prestigiosa casa de estudios de EE.UU. Su dueño es Sir Allen Stanford, multimillonario tejano aficionado al cricket. Se da el lujo de organizar partidas de cricket en la isla con premios de hasta $20 millones para los jugadores. El título de “sir” por cierto, no fue entregado por la Reina Isabel II, sino por las autoridades de la Isla de Antigua. Recientemente, la revista “World Finance” lo nombró “Hombre del Año” para 2008. Es sin duda, una persona extraordinaria. Aprovecho también para poner unas cosas al día. Para aquéllos que no estén al tanto, 2008 ha sido catastrófico para la mayoría de las inversiones tradicionales. El S&P perdió 38% de su valor. Hubo pocas inversiones que se salvaron de la debacle. Bonos corporativos, metales preciosos y monedas, todo estuvo bastante mal. El Stanford International Bank reconoció en una nota a sus depositantes que al 28 de noviembre de 2008 le había ido mal. Pero “poquito” mal. Reconocen una pérdida en el banco de unos $110 millones hasta esa fecha (una cuarta parte del patrimonio). Sacando las cuentas, eso no quiere decir que la cartera de inversiones del banco perdió dinero (como casi todo el mundo), sino que ganó menos que su punto de equilibrio. Como el banco invierte con dinero prestado de sus depositantes y tiene que pagarle intereses a depositantes y comisionistas, debe ganar un 8-9% como mínimo en la cartera de inversiones para quedar al ras. Están reconociendo que en 2008, año de la gran catástrofe para las inversiones, no habrán llegado sino a 5%6% de ganancia en las inversiones. Un acto de gran humildad. También afirman que no tenían posiciones en los fondos Madoff. ¡Que gran alivio! Además, para mejorar la posición financiera del banco, afirman haberle inyectado $541 millones en capital nuevo, presumimos del bolsillo de Sir Allen. Esto para la seguridad de los más de 30.000 clientes que afirma tener. Claro está, en el informe auditado de 2007 sostenía que tenía más de 50.000 clientes. Si es más de 50.000 también es más de 30.000, ¿verdad? ¿O será que perdieron algunos clientes? VenEconomía Mensual / Enero de 2009

Economía y Finanzas Aquí otra nota directo del Internet. Se trata de Health Systems Solutions (HSSO) una empresa pequeña ($8 millones de capitalización) de tecnología de salud, en la cual SIB reporta una posición de 20%. En octubre de 2008, HSSO ofreció comprar a otra empresa del ramo: Emageon (EMAG) por $62 millones. Emageon aceptó y el negocio iba a cerrar en diciembre luego que los accionistas de EMAG la aprobaran. El SIB iba a proveer los fondos para el negocio (nos imaginamos que comprando acciones, ya que por definición no dan préstamos). Pues SIB no envió el dinero cuando fue requerido y EMAG puso una queja ante una Corte Federal. Las dos empresas (HSSO y EMAG) luego reafirmaron su intención de fusión y acordaron (el 29 diciembre) extender la fecha de cierre (pago) al 11 de febrero. Debido a la falta inicial de SIB en entregar el dinero, se le requirió de HSSO que entregara una garantía adicional y que enfrente mayores penalidades en el caso de no cumplir nuevamente. La falta de SIB para entregar esos fondos nos deja perplejos. De acuerdo con sus estados financieros, el banco es muy líqui-

VenEconomía Mensual / Enero de 2009

do. Aún considerando que los balances de 2007 están un poco viejos, para esa fecha tenían $627 millones en efectivo y de la cartera de $7 mil millones, 90% se clasificaba con vencimiento menor a un mes. Esos niveles de liquidez son una constante en los estados financieros de SIB a lo largo de los años, de manera que debemos presumir que el negocio va a cerrar tal como está estipulado. Estaremos al tanto. Como conclusión: Cuídense. Cuídense mucho de los animales que parecen patos, pero que dicen que son otra cosa. Porque si bien pudieran ser otra cosa, es muy probable que sean patos. Aclaratoria: el grupo Stanford opera un banco comercial en Venezuela. No he analizado ese banco y desconozco cual es su relación con el Stanford International Bank. Por favor, no me acusen de desestabilizar el “sistema financiero”. Alex Dalmady ([email protected]) El autor es un analista financiero.

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