EL PATITO FEO
Doña Pata miraba impaciente su
nido. ¡Llegó el esperado día!
Los huevos se abrieron y
de ellos salieron lindos patitos,
menos de uno. De él
salió un patito distinto, de
plumas más oscuras. -¡Qué feo!-
gritaron todos incluso su mamá.
Al día siguiente conocieron a
los demás animales de la
granja. Todos se rieron del
pobre patito. Empezaron a llamarle
Patito Feo. Él no hacía
más que pensar: soy tan
feo que todos me rechazan.
Era tan infeliz que una
noche se fue de la
granja. Caminó y caminó hasta
llegar a un lago. Allí
nadaban dos patos, pero no
le quisieron. Encontró una casa
donde vivían una anciana, un
perro y una gallina. Le
dejaron vivir con ellos hasta
que terminase el invierno. Ellos
tampoco le dieron cariño. En
cuanto empezó la primavera, se
fue. Llegó a un estanque
donde nadaban tres preciosos cisnes.
Ellos no le rechazaron, ni
le dijeron feo. Pronto lo
comprendió: se miró en el
agua y… ¡era como ellos!
Sí, amigos, aquel patito tan
feo era un bello cisne.