EL LIBRO MALDITO Yo tengo en mi carro una estampita de Jesucristo. Nunca he pensado que traigo con migo a sus enemigos. Hay un joven que se dio cuenta y lo dice en esta poesía. Seguro ella se preguntaría... ¿Y quienes son sus enemigos? ¿Mi tendencia placentera cuando predico Las proezas de los que el existir una ley me olvido? ¿Esa ley que a mi favor y de los míos solo tengo por instinto? Piensa tanto entre libros que no le dan respiro. Y no piensa nada.. por que cuando inspira el ser del abismo. Tal vez espera una prisión entre barrotes de oro. Una trampa de los dioses es como un nuevo libro maldito. Algo que no ven los ojos es…. que toda la vida aunque miserable tiene algo de importante. Ver hasta cuanto la existencia aguante. Alguien toma en cuenta cada instante, Fuera de el… es obligación pensar lo impensable ¿Como que si somos de la creación la obra mas grande? ¿Que nos pertenece?, fuimos desde antes? ¿Nada trae consigo una consecuencia?…. En mí recorrido e visto tanta maldad sin compasión, que muchos creen que son, y solo parecemos. Los hilos cósmicos que tensan a caballos sementales del supuesto progreso. Todos quieren ser ejemplares, movidos por las olas del miedo. ¿A dónde van?
Su despertar del sueño será como un filo en su yugular… con un clásico ¡Dios mió mas nunca!...... otra vez de nuevo. Los libros sagrados encubren a asesinos con una tiniebla entre la tierra y el cielo.