EL GIGANTE Para: María Camila
Erase una vez en el bosque de los volcanes, un ser extraordinariamente pequeño que fue encontrado por Luzie, una pequeña ardilla soñadora que rondaba todas las tardes por el bosque, buscando aventuras, explorando y deseando conocer las maravillas del mundo. Soñaba con viajar por todo el mundo y conocer las maravillas de Dios, de las cuales le había hablado una sabia y vieja lechuza que decía haber dado la vuelta al mundo en 80 días y le había contado a Luzie acerca de la inmensidad del mar, de belleza de la nieve y de la diversidad de animales y flores en cada región que había conocido en su extenso recorrido. Aquella miniatura apenas podía moverse. - ¡Ha caído del cielo! ¿será que así son los ángeles? – Dijo Luzie a su hermano Frank que en ese momento se encontraba debajo de su casita del árbol y llamaba a Luzie con plena urgencia pues tenía miedo de la lluvia y de los poderosos truenos que caían en ese instante. ¡Apresúrate Luzie, ya deja de jugar y ven a casa! – gritaba con mucho miedo el valiente Frank mientras que Luzie no sabía que hacer con el ser tan extraño que había caído del cielo hasta que tomó una decisión: ¡Te llevaré a casa amiguito… Te llamarás Sky! Pasaron 2 años y el pequeño Sky ya no era tan pequeño. Había crecido a un ritmo impresionante hasta el punto de llegar a medir 10 metros de altura. Se había vuelto gooooooordo y barrigón. Su comida favorita eran las nueces y nunca se separaba de Luzie, quien lo había protegido de aquel duro y fuerte invierno en el bosque. Luzie se montaba en su hombro y juntos viajaban todas las mañanas al salir el sol buscando comida y explorando el bosque sin alejarse mucho de su casa del árbol hasta que un día Luzie se acordó de las famosas y mágicas historias de la sabia y vieja lechuza y se propuso en su corazón emprender la aventura jamás contada ni realizada por una diminuta ardilla: Darle la vuelta al mundo. Todos los animales de aquel bosque de los volcanes asistieron a la despedida de aquellos tres seres valientes que se habían decidido a conocer el mundo. Sí tres, pues el valiente Frank tenía miedo de quedarse solo en la casita del árbol por lo que a última hora decidió acompañar a Luzie y a Sky… muchos lloraban y le entregaban cartas de aliento y esperanza deseando que regresaran pronto. El genial inventor, el Orangután Dex les regaló algo parecido a una cámara de video con la cual podrían dar a conocer a todos los peligros y los asombrosos misterios de esa gran travesía; al llegar el momento de la partida todos los animales cantaron juntos la canción del bosque: ¡En lo más alto, en lo más bajo… En lo más cerca y lo más lejos… Siempre tendrás… con quien contar, siempre estarás cerca de alguien a quien amar, con quien jugar, a quien contarle lo que quieres decir y compartir: Será un delfin?, será un león? O Será un lobo feroz?, será un gorrión? Una jirafa? o Un tierno y bello elefante? Siempre tendrás a quien amar, siempre estarás cerca de alguien con quien jugar y disfrutar, siempre tendrás a alguien que está cerca de ti…
Si estás triste o eres feliz… igual siempre estaremos aquí… para apoyarte, para animarte… juntos tenemos miles de brazos, te brindaremos nuestros abrazos, ¡aquí estaremos! Siempre contigo, siempre seremos buenos amigos, siempre contigo, siempre seremos los mejores amigos… ya llegamos sí, aquí estamos: Las ardillas, los perezosos, los gigantes y los osos, los tigres con sus dientes y las más bellas serpientes… todos llegamos, siií, aquí estamos: las gaviotas con sus alas, los venados y los koalas, los cocodrilos muy felices y junto a ellos las lombrices, todos llegamos, siií, aquí estamos… Siempre estaremos en tu corazón.
Muchos lloraban de alegría por sus valientes compañeros que se alistaban para emprender la aventura más fantástica que ninguna ardilla había logrado. Luzie en su discurso de despedida no pudo casi ni hablar, sus lágrimas y su emoción no la dejaban. Estaba feliz, muy feliz porque veía como empezaba a hacerse realidad su sueño, ese sueño que había deseado con todo su corazón, ese sueño que había empezado con las historias de aquella vieja y sabia lechuza, ese sueño que ella alimentaba con cada aventura en el bosque, cerca a su casa del árbol, ese sueño que no tenía nada que ver con aquella diminuta criatura que “había caído del cielo”, ese sueño empezaba a realizarse… ¿cómo no iba a estar feliz? Es cierto que aún no ha llegado de ese largo y maravilloso viaje, ya la extrañamos, ya extrañamos al valiente Frank y al generoso Gigante, pero en nuestros corazones sabemos que pronto vendrán y aún guardamos la imagen de su partida, guardamos el video de nuestra canción juntos el día de la despedida, guardamos sus lágrimas y su alegría en ese ingenioso aparato que se inventó el genial Dex. Todos esperamos su regreso y los recordamos en cada atardecer, cuando llega la hora de cantar nuestra bella y memorable canción.
Escrito por: Eduardo Escamilla Pérez Bogotá D.C, 1º de Marzo de 2009