El Asesinato De Joan Alsina

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4 / REPORTAJE

El Hispano, Noviembre de 2005

El asesinato de Joan Alsina Por José-Christian Páez A finales de octubre de 2005, el mayor (R) de Ejército, Donato López Almarza, fue condenado a cinco años de presidio como único autor del homicidio de Joan Alsina. Ignasi Pujades, su biógrafo, señaló que en 1973 no se sabía qué era lo que realmente había pasado: «La primera versión que hicieron correr es que se trataba de un militante marxista y que tuvieron que aplicar la ley de autodefensa porque él estaba disparando. Esclarecer la verdad sobre la muerte de Joan Alsina fue un proceso muy largo. » El 14 de agosto de 1990, Miquel Jordà llegó hasta un fundo en Rengo (distante unos 130 kilómetros al sur de Santiago) para hablar con Nelson

no tengo nada que esconder... Mátame de frente, porque quiero verte y quiero darte el perdón.” Fue muy rápido [...]. Yo le disparé la ráfaga y cayó “al tiro”. Quería dispararle con la pistola, pero lo hice con la metralleta, para que fuera más rápido. El impacto fue tan fuerte que prácticamente volteó su cuerpo y así cayó solo al Mapocho. Yo tuve que darle un empujoncito nomás para que se cayera. Algunos caían en el piso del puente y había que levantarlos y echarlos al río. Eran las diez de la noche, y de este fusilamiento no me voy a olvidar nunca jamás. » Miquel Jordà le pregunta que si era tantos los que se fusilaban, ¿cómo es que se acordaba con tanto detalle de la muerte de Alsina? Y él contestó: «En aquellos días había ajusticiamientos todos

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1. y 2. Joan Alsina reunido con trabajadores portuarios. 3. Viajando a Chile. 4. El pueblo lo recuerda

Bañados, un hombre de treinta y cinco años, trabajador de una empresa. Jordá le mostró la primera edición de la biografía de Joan Alsina “Xile al cor” escrita por Ignasi Pujades, también fotografías. Aquel antiguo conscripto, se detuvo en la imagen del puente Bulnes. Casi no hablaba, pero con un lápiz marcó una y otra vez una cruz en la baranda del puente: «Aquí fue... Aquí mismo fue donde yo maté a Juan Alsina. Lo maté yo solo.» Entonces, tenía dieciocho años. Este es un fragmento del testimonio grabado por Jordà aquella tarde: «Salimos del [Internadio Nacional] Barros Arana en el jeep. Mi capitán conducía y yo iba atrás con Juan. Juan iba esposado y muy pensativo, no dijo ni una palabra durante el trayecto, ni me dio ningún trabajo cuidarlo. Él sabía que lo íbamos a matar, porque en el Barros Arana se lo habíamos comunicado. Al llegar al puente Bulnes, mi capitán frenó el jeep y yo, como lo hacía con cada uno de los que fusilaba, me bajé, saqué a Juan del furgón y fui a vendarle los ojos, y recuerdo muy bien que Juan me dijo: “Por favor, no me pongas la venda y mátame de frente, que

los días... A veces caían cinco, a veces diez y más... De los que llegaban al Barros Arana no se escapaba ninguno, y por supuesto que yo no me acuerdo de todos, pero de Juan Alsina no me he podido olvidar... Algunos lloraban y gritaban que no los matara... pero Juan no. Juan iba tranquilo y sosegado y nunca he podido olvidar eso. » El 15 de marzo de 1998, Televisión de Catalunya emitió el programa “Procés a Pinochet”. En él, una mujer de ochenta años, la madre de Joan Alsina declaró su perdón a Bañados: “Ell volia perdonar el qui l’havia mort, perquè el qui l’havia mort no tenia la culpa, perquè li feien matar, pobret.” Por otra parte, el ex-conscripto afirmó que quienes disparaban eran “todos más o menos de una misma edad, diecisiete, dieciocho años [...], el resto eran clase y oficiales” y dirigiéndose a la familia señaló: “Bueno, lo lamento, y que me perdonen nomás, que uno era un manda’o na’ más.” Nelson Bañados, que durante el juicio declaró haber asesinado a Joan Alsina, y a cientos de personas, no se perdonó a sí mismo y el 31 de mayo de 1999 se suicidó.

Joan Alsina i Hurtós

“Ya no hay profetas entre nosotros. Sólo el becerro de oro” Joan Alsina i Hurtós nació en Castelló d’Empúries el 28 de abril de 1942. Se ordenó sacerdote en 1965 y en 1968 viajó a Chile. Ya en su época de seminarista se interesó por el trabajo en la pastoral obrera, sensibilidad que lo acercó a los obreros portuarios del puerto de San Antonio, con los cuales trabajó desde que llegó a Chile. Cinco años después, al trasladarse al Hospital San Juan de Dios, en Santiago, escribe a los amigos de los cuales se aleja: «Primero que todo, tengo que agradecer. Agradecer todo aquello que aprendí de todos ustedes. En la Zona di mis primeros pasos en Chile. Agradezco a todos aquellos que pacientemente fueron ayudándome a comprender la idiosincracia de nuestra gente, y de nuestra Iglesia, con todas sus grandezas y limitaciones. Agradezco a todos la posibilidad de haber convivido y trabajado juntos, desde posiciones y mentalidades distintas, empeñados en la búsqueda honesta de una Iglesia más pura y más servidora. » Termina su carta exponiendo su filosofía vital: «Que nunca nos sintamos satisfechos, que tengamos la audacia de buscar siempre nuevos caminos. Aunque eso no es siempre cómodo ni fácil, ni bien visto. Que sepamos aceptar el riesgo de equivocarnos, de no encontrar; en definitiva, la experiencia del desierto. Nuestra misión aquí no es gozar del Reino, sino construirlo, y acompañar a los demás en su búsqueda... » Un día antes de morir, el 18 de septiembre de 1973, Joan Alsina escribe sus últimas palabras. Un largo texto, críptico en muchas de sus partes, entre las cuales señala: «Ya no hay profetas entre nosotros. Sólo el becerro de oro. No queda nada desde hace días. Y, como no podemos razonar, masticamos. Y echamos de menos el pan seco, partido entre carcajada y carcajada.» Más adelante se pregunta y hasta presiente su muerte: «¿Quién está detrás del ‘fono’? ¿Quién llama a la puerta a esta hora? No es saber lo que haré, sino qué me harán. Y lo más doloroso: ¿Por qué? Eso es la inseguridad y la consciencia de la inseguridad es el miedo. Ahora entiendo a Raimon cuando habla de la lucha contra el miedo. » En esos momentos difíciles, Alsina mantiene la lucidez del que tiene paz en su corazón y cierra su escritura de la siguiente manera: «-Adiós. Él nos acompaña siempre, donde quiera que estemos.» PREMIO JOAN ALSINA El proximo 14 de noviembre se entregará el Premio Joan Alsina al ex-juez Juan Guzmán Tapia. El acto se desarrollará en el salón de actos del Ayuntamiento de Barcelona. Concedido por ASOPXI (Associació Suport a les Organitzacions Populars Xilenes) y el Ayuntamiento de Barcelona, ya lo han recibido Fabiola Letelier, Joan Garcés, Hugo Gutiérrez y Adolfo Millabur.

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