El Anti Edipo.docx

Universidad Santo Tomás Lic. Filosofía y letras Filosofía Actual Elkin Riveros Salcedo El Anti-Edipo: capitalismo y esquizofrenia. Capítulo primero. Las maquinas deseantes

En el presente escrito me dispongo a dar cuenta del primer capítulo del Anti-Edipo, el cual se divide en seis secciones, las cuales, están referidas a: la producción deseante, el cuerpo sin órganos, el sujeto y el goce, la psiquiatría materialista, las máquinas, y el todo y las partes respectivamente. Antes de comenzar formalmente, habrá que decir que el lenguaje del libro presenta un estilo más literario y hasta poético; lleno de citas literarias –con personajes, tanto ficticios como reales –que cumplirán la función de imágenes conceptuales para el desarrollo de las prácticas políticas, las cuales pretenden explicar. Sin más, demos inicio. 1 Lo primero que podemos evidenciar, es la referencia al ello (el inconsciente) que se sitúa como procesos internos que se pueden reunir bajo el concepto de procesos mentales y que se desarrollan como desplazamiento de energía psíquica al interior del aparato. No obstante, hay que tener en cuenta que el inconsciente acá no será visto como representación, sino como producción deseante. Seguido esto, se da cuenta del modelo del neurótico y del esquizofrénico, por un lado, tenemos al presidente Schreber, en el cual, a pesar de su neurosis y psicosis alucinatoria1 ello funciona, además del neurótico, habrá que tener presente; por otro lado –y de preferencia –tenemos a Lenz, el esquizofrénico, que en su paseo por el bosque no distingue la naturaleza, de sí mismo y en ese presentimiento de beatitud desea “ser máquina clorofílica, de fotosíntesis, o por lo menos deslizar el cuerpo como una pieza en tales maquinas” (Deleuze-Guattari, 2010, pág. 12). De esta manera todo es máquina; además el cambio de modelo sugiere que la crítica es interna al psicoanálisis, está anclada a su propia realización. También se ve la relación con el exterior, a lo que la indistinción hombrenaturaleza deja ya en entredicho a lo que se van a referir más adelante con la psiquiatría materialista, a saber: “yo y no-yo, exterior e interior ya no quieren decir nada” (DeleuzeGuattari, 2010, pág. 12) Ahora, en cuanto a la naturaleza entendida como proceso de producción, se nos dice que “en cierto nivel” la naturaleza se distingue de la industria, pues, si bien se oponen mantienen una relación. Entonces, esta relación distintiva: hombre-naturaleza (producción), industrianaturaleza (distribución), y sociedad-naturaleza (consumo) condiciona las esferas relativamente autónomas. No obstante, esta distinción presupone lo que Marx ya identifica como la falsa conciencia que el ser capitalista tiene de sí, pues no hay en realidad esferas o circuitos independientes. La producción es consumo y registro en sí misma. “el consumo y el registro determinan de un modo directo la producción, pero la determinan en el seno

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de ahí que digan que tiene “los rayos del cielo en el culo” (Deleuze-Guattari, 2010) 1

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mismo de la producción” (Deleuze-Guattari, 2010, pág. 13). Esto es, el primer sentido de proceso: llevar el registro y el consumo a la producción misma. Ya no hay distinción alguna, la relación hombre-naturaleza sólo se identifica como producción o industria, es decir, en el ámbito universal del hombre, su ser genérico. Por ello que la industria se vea en su identidad primordial con la naturaleza como producción del hombre y por el hombre, donde este es el ser encargado de las máquinas, el que llega a la vida profunda de todas las formas o de todos los géneros (…) no cesa de empalmar máquinas sobre máquinas (…). He aquí entonces el segundo sentido de proceso: hombre y naturaleza no son distintos. Son una misma realidad esencial del producto y del productor. Este sentido de proceso lleva a que las categorías ideales se desborden. Comienza a verse los efectos de la sobre-estructuración, se forma un bucle que nos remite una y otra vez al deseo en tanto que principio inmanente, axioma. Ahora bien, Deleuze y Guattari, nos dicen que: “por ello la producción deseante es la categoría efectiva de una psiquiatría materialista que enuncia y trata al esquizo como Homo Natura” (Deleuze-Guattari, 2010, pág. 14). Empero, la producción deseante, como productora de la realidad material y no solo de la realidad psíquica, está condicionada por lo que constituye el tercer sentido de proceso, el cual no es, ni su finalidad, ni su continuación hasta el infinito; esto es –al parecer –un paso más de la sobre-estructuración, de ahí que sea hacer del proceso mismo, finalidad. Sentado esto, si es verdad que el proceso debe tender a su realización, no debe tornarse como amontonamiento. El deseo efectúa acoplamientos continuamente, es flujo y corte, es regla binaria, síntesis conectiva es lo mismo que síntesis productiva y también producto-producir, es decir, el producto contenido en el producir. Producción de producción; esto no es más que la sobreestructuración referida ya anteriormente. La “cosa” que es máquina y a la vez productoproducir trasmuta en algo distinguible apenas por su quehacer, se vuelve imposible la distinción entre el producir y su producto. Al formar la identidad producto-producir se forma un tercer término en la combinación binaria, pero este deterioro no supondrá la disolución de la máquina y su entrega a la nada. Por el contrario, esta disfuncionalidad es normal para el funcionamiento de la máquina. 2 Dicho tercero, que trastoca el régimen binario, es lo que se denomina el cuerpo sin órganos (CsO). Lo primero que nos dicen, es que entre el CsO y las máquinas deseantes se alza un conflicto fingido. A saber, cuando se concreta la síntesis conectiva, el régimen binario da como residuo al CsO, el cual, a la máquina y sus objetos parciales los detiene, aunque sólo momentáneamente, ya que luego, este será reintegrado a la producción. El CsO es lo indiferenciado, resultado de la sobre-estructuración, no es palabra, sino ruido sórdido. Para nuestros autores, esto será la llamada represión primaria, pero no en el sentido 2

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Freudiano, pues no es contracatexis, no es choque de energías psíquicas a las cuales se les niega lo consciente. Esta represión primaria viene a ser lo que se concibe como máquina paranoica (de repulsión) y luego de esta, se sigue una máquina milagrosa (de atracción), pues, en principio la efracción o ruptura, se da sobre el CsO, por parte de las maquinas deseantes, luego, este las percibe como un aparato de persecución, las atrapa y se las apropia. “es el resultado de la relación de las máquinas deseantes con el CsO, en tanto que este ya no puede soportarlas” (Deleuze-Guattari, 2010, pág. 18). En este punto, para lograr ver las fuerzas posteriores del CsO, es decir, de cómo se detiene la máquina, sólo para reiniciar de nuevo

Conviene tener presente que el CsO hace reformular dicotomía entre las pulsiones de vida y muerte. Por tanto hay que retomar “más allá del principio de placer” (Freud, 1984) para entrever porqué para Deleuze y Guattari está todo mal con el “instinto de muerte”. El cuerpo sin órganos es producido y sin embargo, es producido como improductividad, sin movimiento, como muerte cargada en la vida. “instinto de muerte, éste es su nombre , y la muerte no carece de modelo” (Deleuze-Guattari, 2010, pág. 17), negando la visión de Freud, para quien no hay ni experiencia ni modelo con la muerte. Los autores del Anti-Edipo, por otro lado, afirman que sí “pues el deseo también desea esto, es decir, la muerte, ya que el cuerpo lleno de la muerte es su motor inmóvil, del mismo modo como desea la vida, ya que los órganos de la vida son la working machine” (Deleuze-Guattari, 2010, pág. 17), esto da paso a un esquema provisional, este es: máquinas-órganos = vida / CsO = muerte. No obstante, la muerte no es el momento de catatonia esquizofrénica, por el contrario, el catatónico es aquel que hace de su cuerpo un CsO, un cuerpo descodificado y esto hace que los flujos y los cortes de la máquina no puedan funcionar.

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la idea de estructura si las tienen las máquinas, pero quizá el hombre no las tenga y aquí podríamos referirnos a la esquizofrenia, como tal vez la posibilidad para salir de la opresión actual del capitalismo, pues desde cierta perspectiva, la esquizofrenia no es un mal en sí mismo, en cambio lo que si lo sería es la fragmentación descontrolada, es decir, la ausencia del yo, del ser, del aquí y ahora, del tiempo, del espacio –lo realmente nocivo –que es causa de la sobre-estructuración del mundo, el problema de las sociedades actuales, lo que genera que las personas no sean seres humanos, sino máquinas, dado que tienen objetivos, estructuras, intercambio de fluidos y alimentos, como nos dice Deleuze y Guattari al inicio del texto: “ello funciona en todas partes, bien sin parar , bien discontinuo. Ello respira, ello se calienta, ello come. Ello caga, ello besa” (Deleuze-Guattari, 2010, pág. 11). Lo que dice es que si hay un proceso por el cual la gente vive, pero no indica que eso sea en sí mismo vida, pues la maquina puede que realice todo este tipo de funciones, pero eso no indica que esté viva en el sentido trascendental de la palabra. En la vida cotidiana se puede evidenciar con la idea de deseo y de gusto; la podemos encontrar desde Freud, donde para éste es representación como en su “mundo como teatro”, pero precisamente Deleuze y Guattari lo que dirán es que: “Aquí nada es representativo. Todo es vida y vivido: la emoción vivida de los senos no se parece a los senos, no los representa del mismo modo como una zona predestinada en el huevo, no se parece al órgano que de allí va a surgir” (Deleuze-Guattari, 2010). Pues la psique y el deseo para Deleuze y Guattari no expresa nada, sino que produce. ¿Qué es el deseo? la definición de deseo, desde Platón hasta Freud ha sido entendida en términos de adquisición, surge como un mecanismo para obtener, satisfacer una necesidad. Pero Deleuze y Guattari ponen esta definición bajo cuestionamiento, y dirán que en vez de 4

Commented [S2A1]: Esto es la confrontación implícita del sujeto con el devenir en el que se encuentra inscrito y en el cual a la vez es proceso del mismo. El devenir como La máquina universal

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ser algo negativo (algo que falta), será algo positivo y tiene que ver sólo con producción, a saber: “el deseo no carece de nada, no carece de objeto. Es más bien el sujeto quien carece de deseo, o el deseo quien carece de sujeto fijo (…) El deseo y su objeto forman una unidad: la máquina, en tanto que máquina de máquina. El deseo es máquina” (Deleuze-Guattari, 2010, págs. 33-34).

Así Deleuze y Guattari rechazan la noción de deseo como carencia del objeto real o producción de fantasmas. ¿Qué es la esquizofrenia? Antes que nada, habrá que explicar cómo es que aparece este término y en qué contexto, o por lo menos qué función cumple. Entonces lo primero que se puede evidenciar es el sentido de proceso, que en sí mismo resulta un sinsentido, pues vemos que es: “llevar el proceso a la producción misma convertirlo en las producciones de un mismo proceso ” (Deleuze-Guattari, 2010, pág. 14) de esto lo que resulta es que la distinción entre hombre naturaleza se difumine; ya no existe distinción alguna, sino que son vistos como producción o industria indistintamente; ahora se ve al hombre en una coexistencia o mejor dicho, en un engranaje con la naturaleza, como plétora de cosas que no cesa de empalmar maquinas sobre maquinas: “maquina-órgano es una maquina energía, un árbol en su cuerpo, un seno en la boca, el sol en el culo: eterno encargado de las maquinas del universo” (Deleuze-Guattari, 2010, pág. 14). Deleuze y Guattari nos indican que este es el segundo sentido de proceso. Como se evidencia resulta en un principio inmanente repercutido por el deseo producido por un ciclo que se forma por la producción como proceso. El proceso toma el lugar del fin. Tenemos entonces que las maquinas son de régimen asociativo y como un enjambre, una maquina fuente va acoplada a otra que a su vez es fuente de otra. -------------Esto se explica con lo que se denomina: síntesis pasivas (síntesis productiva, síntesis disyuntiva del registro y síntesis conjuntiva del consumo). La síntesis productiva o conectiva es la que se encarga de la producción de producción, es catexis2, a nivel psíquico es la pasión libidinal, además habrá que explicar que esta síntesis productiva solo conecta objetos parciales, no conecta madres e hijos, tan solo bocas y senos; la síntesis disyuntiva de registro se produce en el momento que la producción se detiene, se da el registro de una conexión cuando se corta el flujo y queda el registro placentero (catexis). Esta es la antiproducción. En un principio, tenemos la repetición de lo mismo, lo cual, constituye una forma neurótica de placer fijado en el pasado. Ahora, la repetición de lo diferente toma placer en la variación y la novedad. Esto es la negación de la conexión neurótica fijada que repite algo instintivamente. Al interrumpir las conexiones de esta síntesis corresponde una superficie Inversión de una energía mental en algo. Es la conexión entre el deseo y el objeto.

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Commented [S2A2]: Lo mismo y lo otro como encuentro con el ser: Octavio paz. Separación y unión constante con nuestro ser originario. El ser atravesado por el devenir, en continua trasmutación

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que registra la posibilidad de conexiones, a saber: “el cuerpo sin órganos aparece aquí como una superficie de inscripción en la que se proyecta la actividad de las máquinas deseantes de tal manera que dicha producción parece tener en él su origen” (Jose, 2008, pág. 57) entonces lo que se puede observar es que la primera síntesis organiza el cuerpo, ahora la segunda síntesis rompe con esta organización, esta síntesis de registro, de desconexión es muy importante para el organismo, pues lo libera de alguna fijación en una condición instintiva básica, para formas nuevas y distintas conexiones, además de que este cuerpo sin órganos, como en un espacio fásico3, representa todas las diferentes posibilidades de conducta de un sistema. Ahora bien, como dice el texto: “ocurre que sobre la superficie de inscripción se anota algo que pertenece al orden de un sujeto” (Deleuze-Guattari, 2010, pág. 24) éste sujeto surge de las posibilidades que se inscriben en el cuerpo sin órganos, se alimenta de su energía, no obstante ¿qué sujeto es el que surge a partir de estas posibilidades? primero hay que aclarar que el sujeto es producido como un efecto posterior al deseo, seleccionando entre las posibilidades de conexión y desconexión. Éste sujeto vendría a ser la síntesis conjuntiva.4 Anterior al sujeto hay todo un proceso de producción y anti-producción. La sintaxis de la primera síntesis es:” y… y… y”; de la segunda síntesis: “o… o… o”; y la de la tercera síntesis: “luego es…” o producción de consumo, lo que nos da a entender que una vez que surge el sujeto se reconoce como producto de este proceso. A diferencia de la concepción freudiana del inconsciente como un teatro antiguo. Deleuze y Guattari dirán que no se puede hacer reduccionismo tal. No se puede reducir conflictos como el de mayo del 68, a un problema edípico, de adultos reviviendo dramas y dinámicas familiares de su infancia. Lo freudiano sería entonces como una bomba de vapor, donde el fuego es la vida, la bomba es la psique y además tiene una válvula, si no tuviera esta válvula la bomba se deformaría por la presión y esto sería la neurosis; hay una carga erótica que tiene que expresarse. De esto se sigue los tres tipos de máquina social, de los que hablan Deleuze y Guattari: la máquina salvaje, la máquina bárbara o despótica y la máquina capitalista. La máquina salvaje está fundada sobre la tierra, sobre el cuerpo de la tierra. Es territorial. Sobre el cuerpo de la tierra inscribe sus insignias, que son las de la alianza y la filiación. Lo decisivo son las relaciones de parentesco, lo que no quiere decir que lo económico sea marginal. El parentesco domina las relaciones primitivas pero por razones económicas. La máquina bárbara coincide 3

Espacio fásico: (el espacio de fases) es una variedad diferenciable de dimensión par, tal que las coordenadas de cada punto representan tanto las posiciones generalizadas como sus momentos conjugados correspondientes. Es decir, cada punto del espacio fásico representa un estado del sistema físico. 4 El neurótico y el perverso no son así de forma consciente –como este sujeto que surge –no son los agentes, sino los resultados de esas conexiones y desconexiones y por ello habla de objetos parciales o a nivel molecular en vez de molar.

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Commented [S2A3]: O.P- el sujeto como deseo de ser

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con lo que Marx denominó el modo de producción asiático. Aparece el Estado, ya completo y en su forma general que fundamentalmente no cambiará ni siquiera hasta el socialismo oriental (ruso-chino); El estado es la máquina despótica y recubre los viejos territorios fundados sobre el cuerpo de la tierra. El estado organiza un sistema de producción que unifica el anterior sistema territorial. Decodifica sus antiguos códigos y los recodifica en el lenguaje del despotismo estatal. Para Deleuze el gran corte de la historia está en la aparición de la máquina estatal. La sociedad no se funda en el don, se funda en la deuda. Lo propio de la máquina capitalista es hacer la deuda infinita. El capitalismo no puede proporcionar un único código que abarque todo el campo social; al contrario, es decodificador. Pero en lugar de un código instaura una axiomática abstracta de cantidades monetarias. La axiomática se caracteriza por la fecundidad de sus axiomas de base. La axiomática capitalista se distingue porque puede agregar siempre nuevos axiomas. ¿Qué es la familia nuclear? La familia nuclear es para Deleuze un fenómeno que aparece específicamente en el capitalismo. En el capitalismo hay una división radical entre lo que se denomina la producción deseante y la producción social, bajo el capitalismo se presenta la cuestión de la acumulación de riqueza que se privatiza en la economía y la reproducción de la subjetividad de los individuos se privatiza en la familia nuclear. ¿Cuáles son los resultados o efectos negativos de esta separación radical? El capitalismo y la dinámica familiar comparten una característica estructural, bajo el capitalismo –como Marx nos dice – el capital separa al trabajador de los medios de producción. Luego se reúnen de forma no orgánica, sino perversa bajo el capitalismo, en la venta del poder de trabajo al dueño de los medios de producción. Bajo esa condición –para Deleuze y Guattari –el trabajador tiene que mantener postergando la satisfacción. En la familia nuclear pasa algo similar, con respecto a la dinámica del Edipo: el padre separa al hijo de la madre, y prohíbe esa relación hasta su madurez. A saber: “padre, madre e hijo se convierte así en simulacro de las imágenes del capital, el señor capital, la señora tierra y su hijo el trabajador.” (Blanco, 2009) La razón por la que la familia nuclear es una institución capitalista para ellos, es que proporciona el instrumento para la sumisión y el ascetismo, es decir, la producción de sujetos capitalistas dóciles. Ahora, su problema global, es que el psicoanálisis permite la dinámica de castración, sumisión, obediencia, postergación de la gratificación del deseo etc. ¿Qué es el socius? Básicamente este es el cuerpo sin órganos, que es término general, ahora dependiendo del fenómeno a considerar, su sustrato es distinto. A lo que se refiere es a que las organizaciones actuales tienen su condición de posibilidad en el cuerpo sin órganos correspondiente, para lo que él llama en el contexto social un socius. Quedará por decir entonces que, la integración del socius como parte del proceso de la máquina se da por la tensión entre producción deseante de fantasma y producción social de 7

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la realidad. Aunque entre estas dos solo se establezcan lasos de proyección e introyección, su única diferencia es de régimen, pues mientras la fantasmagórica proyecta su empresa en el deseo en sí mismo, la producción social de la realidad proyecta el deseo en el objeto, lo cual hace más notable su diferencia, ya que mientras la primera se presenta con la libido, el falo, el ano y el triángulo familiar, la segunda está fundada en el oro, el capital y el dinero. En si las maquinas técnicas no funcionan más que en su propio desgaste, con la condición de no estar dañadas, transmitiendo el valor de su producto al desgaste generado, por otro lado la maquina deseante solo funciona estropeada o dañada, al desear es como todo inicia, vienen las necesidades, el deseo viene constante, sin reivindicarse. Hay una realidad, lazos de la maquina analítica, del deseo y de la producción, un inconsciente maquinico de lo real, en su producción, la maquina social ejerce una represión general sobre las maquinas deseantes, pues estas se encuentran siempre ahí, funcionando solo detrás de un muro o entre bastidores, puesto que este es el que el fantasma originario les da a estas, es su lugar, cuando todo se inclina hacia la escena edípica. Tal y como dice el texto, Edipo se apropia de la producción deseante como si de él fuera que proviniesen todas las fuerzas productivas del deseo, en la maquina territorial o despótica la reproducción social económica nunca es independiente de la reproducción humana, van en conjunto, en su forma social, y lo que conforman. El capital toma las relaciones de alianza y filiación, se da una privatización de la familia sobre la cual deja de dar su forma social a la reproducción económica, pero esta situación de la familia fuera del campo social puede resultar también en su mayor posibilidad social, dado que es en esta condición bajo la que el campo social podría aplicarse a la familia, las personas individuales son personas sociales en su libre opinión, en primer lugar. Edipo según se deduce es una operación muy simple, con facilidad formalizable, esto claro implicando la historia universal. La esquizofrenia como tal en todo aspecto en el que se ve involucrada era sino el límite de toda sociedad, logrando poner a la producción deseante al límite de toda producción social. Se da un llamado de atención contra la atracción ejercida por el poder, favoreciendo el pensamiento o el deseo, haciéndolo incrementarse y liberarse de la condición negativa, muestra como los regímenes capitalistas se distinguen de su propia organización. Edipo vendría representando la carencia mencionada, de un vacío, este es método y finalidad en sí mismo. El capitalismo no es más que una maquina también reguladora de flujos, necesita y requiere de flujos descodificados y desterritorializados para lograr su funcionalidad, para ser autoridad, siendo un opresor y explotador, pero en tal caso la familia toma un lugar, en las 8

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regiones burguesas, es un lugar de retención y resonancia de las determinaciones sociales, Edipo, para todos los enunciados capitalistas, uno y otro, el corte de proyección, como la castración, un capitalismo constante, inmanente.

Referencias Blanco, S. O. (2009). Biopolitica, espacio y estadistica . Ciencia Politica n·7, 24. Deleuze-Guattari. (2010). El anti-edipo: capitalismo y esquizofrenia. España: ediciones Paidos. Jose, M. F. (2008). Hacia una era post-mediatica . ediciones cultura/montesinos.

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