Por: José Sarzi Amade y Leonor Taiano Campoverde La obra teatral Diálogo De Una Escalera tiene como personajes principales dos amigos de infancia: Fernando y Urbano. Estos dos amigos viven desde pequeños en el mismo edificio subiendo y bajando la misma escalera que es el testigo principal de sus vidas. Fernando representa el personaje individualista, él como Urbano proviene de un hogar proletario, no obstante su carácter tiende más al intelecto que a la rudeza de los trabajos mecánicos. Su intelecto y su inteligencia superior lo inducen a ser extremadamente individualista y hasta cierto punto egoísta, ya que piensa que la única manera de progresar es contando consigo mismo y avanzando solo. Fernando desea subir, escalar en la vida, pero sabe que para dejar la sordidez en la que viven tanto el como Urbano es necesario caminar solo: No me creo nada, Sólo quiero subir ¿comprendes? ¡Subir! Y dejar esta sordidez en que vivimos. Urbano, representa al personaje consciente de sus orígenes populares, sabe que desde una situación social como la suya “la unión hace la fuerza”. Para Urbano, Fernando es un desgraciado, un arribista que piensa escalar solo porque a pesar de estar al tanto de su origen bajo, se considera superior a los demás por sus tendencias intelectuales y piensa en su progreso individual despreciando el concepto de masa. Fernando, eres un desgraciado. Y lo peor es que no lo sabes. Los pobres diablos como nosotros nunca lograremos mejorar de vida sin la ayuda mutua, Y eso es el sindicato. ¡Solidaridad! Esa es nuestra palabra. Y sería la tuya si te dieses cuenta que no eres más que un triste hortera. ¡Pero como te crees un marqués! El personaje de Fernando, representa al intelectual inmóvil, al individuo ensimismado en su capacidad intelectual que lo hace sentirse superior a los demás, que no posee capacidades para realizar trabajos mecánicos o para adaptarse a la vida de masa, pero que al mismo tiempo no logra iniciar ningún proyecto en su vida porque le falta el ímpetu que contienen los proletarios. Urbano desprecia la incapacidad de vivir de Fernando o su incapacidad de asumir el estatus social que según él todos los pobres han sido destinados: …No podrías tumbarte a hacer versitos ni a pensar en las musarañas; buscarías trabajos particulares para redondear el presupuesto y te acostarías a las tres de la mañana contento de ahorrar sueño y dinero. Porque tendrías que ahorrar como una urraca …..Y cuando llevases un montón de años haciendo eso, y ensayando negocios y buscando caminos, acabarías por verte solicitando cualquier camino para no morirte de hambre…No tienes tu madera para esa vida. ¿Quién es en realidad el individualista en la obra? Desde el primer acto de la obra nos encontramos con dos personajes totalmente diferentes aunque de origen similar. Fernando como dijimos es una persona independiente, que cree que el único modo de progresar es la autonomía. Urbano en cambio piensa que el sector proletario debe avanzar en conjunto, como una aglomeración de hormigas obreras. Fernando trata de creer en si mismo, de avanzar por si mismo. Urbano se escuda en los demás de su calaña. Urbano cree en una clase baja que sobrevive sin progresar: Ya sé que yo no llegaré muy lejos; y tú tampoco llegarás, Si yo llego, llegaremos todos, Pero lo más fácil es que dentro de diez años sigamos subiendo esta escalera…
El espectador de los intentos de progreso de Fernando y de sobrevivencia de Urbano es la escalera, que dentro del texto representa al mismo tiempo un testigo y la vida misma. La escalera es un objeto personificado que no habla pero que mira, sus escalones más allá de simbolizar el acto de subir y bajar, encarnan tal vez el movimiento del ser humano que sube, baja, elige diferentes caminos que sin embargo a veces no lo conducen a ninguna parte. ¡Sería terrible seguir así! Subiendo y bajando la escalera, una escalera que no conduce a ningún sitio; haciendo trampas en el contador, aborreciendo el trabajo…, perdiendo día tras día… Fernando y Urbano personifican dos tipos de individuos que a modo suyo buscan la manera de perpetuarse en la vida. La escalera es la vida misma, una vida que aunque a veces te da la idea de hacerte hace subir, bajar o permanecer en el mismo lugar en algunas ocasiones representa una ilusión pues no conduce a ninguna parte.