Apreciados profesores Estimados compañeros y amigos
Valga esta ocasión para dirigir unas palabras en la víspera de la ceremonia de la graduación de la preparatoria. Esta es una buena razón para celebrar, es tiempo de hacerlo y lo estamos haciendo. En este momento hay varios sentimientos que cada uno de nosotros experimentamos por lo que hemos hecho: satisfacción, alegría, orgullo, etc. Porque lo alcanzado, sin duda alguna, representa una meta conquistada. Nada fue fácil, se requirió de nosotros esfuerzo y dedicación. Vemos que nos ha tocado vivir en una época difícil, de crisis en todos los sentidos. En estas circunstancias abrirse paso en la vida se hace más difícil, pero a pesar de este clima adverso, todavía hay oportunidades. De cada uno de nosotros dependerá si recorremos en ese horizonte que nos desafía para seguirnos preparando, lo cual exigirá de nosotros mayor disciplina y esmero. Al final, podremos decir que lo hemos logrado. Hemos dado un paso más, pero todavía hay muchos que dar. Los insto para que nos propongamos metas claras, que no escatimemos esfuerzo alguno para alcanzarlas. Nuestras vidas se entrecruzaron durante tres años en la escuela, nos conocimos, reconocimos y aún desconocimos. Cada quien va a tomar un rumbo. Aprovechemos lo que hemos aprendido de nuestros maestros y maestras con quienes estaremos siempre agradecidos. Seguramente sus enseñanzas rendirán buenos frutos. Estimados compañeros y amigos miremos de frente y avancemos apoyado en los principios que hemos aprendido, creyendo en nosotros, en que podemos ser mejores. Digamos siempre como Pablo todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Muchas gracias