Sigue empujando! Por Marcos Witt “Pero una mujer que desde hacia doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenia, y nada había aprovechado, antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto” - Marcos 5:25-27. La única solución a todas nuestras necesidades se encuentra en Jesús. En esta oportunidad no le voy a hablar de medicina, ni de filosofía, ni de psicología, le voy a hablar de Jesús. El es el Rey de Reyes, el Único que puede sanarlo, el Único que puede hacer milagros, el Hijo de Dios, el Victorioso de todas las naciones, el que está sentado a la diestra de Dios Padre el día de hoy intercediendo por usted. Qué bueno que usted, al igual que esta mujer, oyó hablar de Jesús alguna vez en su vida. Dice la Biblia que esta mujer “oyó hablar de Jesús”. Quién sabe quien se lo había platicado, pero la fama de Jesús estaba corriendo por todos lados. Es importante que usted también esté platicando lo que Dios ha hecho en su vida. ¿Qué ha hecho Dios por usted? Piense por un momento en todo lo que Dios ha hecho por usted, nunca le ha faltado nada, El ha suplido todas sus necesidades. Hable de todas estas cosas, de lo bueno que es Dios, póngalo en sus labios. Jesús es la respuesta que este mundo está necesitando. Esta mujer había oído hablar de Jesús y “vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente el borde de su manto seré salva” (Marcos 5:28). Ella no pedía gran cosa, ella no necesitaba gran cosa, no requería de más nada que tocar el borde de su manto. “Y enseguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en su cuerpo que estaba sana de aquel azote. Luego Jesús, conociendo en si mismo el poder que había salido de El, volviéndose a la multitud, preguntó: ¿quién ha tocado mis vestidos? Sus discípulos le dijeron: ves que la multitud te aprieta, y todavía preguntas: ¿quién me ha tocado? Pero El miraba alrededor para ver quien había hecho esto. Entonces la mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella había sido hecho, vino y se postró delante de El, y le dijo toda la verdad. Y el le dijo: Hija, TU FE te ha hecho salva” (Marcos 5:29-34a). Es SU FE lo que mueve la mano de Dios, es SU FE la que Dios honra cuando usted se acerca a El creyendo que El lo puede sanar. “Tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote” (Marcos 5:34). Esta mujer había llegado a su punto de desesperación; llevaba 12 años enferma, todos sus recursos se habían agotado, su dinero se había terminado, cada vez le iba peor. Sin embargo, alguien le platicó de Jesús y ella determinó: ‘tengo que hacer algo, voy a empujar’. El Señor quiere que usted siga empujando. A esta mujer alguien le platicó que Jesús podía ser la respuesta a su necesidad y ella supo, investigó y se acercó. Dios hará lo que usted no puede hacer, pero usted tiene que hacer lo que El no puede hacer. Esta mujer se movilizó al lugar y de la misma manera usted necesita movilizarse y tomar pasos de fe, tomar acción, creer que Dios lo va a sanar. Esta mujer se levantó con todo y enfermedad y no permitió que la multitud fuera para ella un obstáculo. De alguna manera ella empujó y empujó hasta que llegó. Yo me puedo imaginar que hubo gente que la vio y se molestó. Quizás muchos dijeron, “¿y esta señora quién se cree? ¿Qué le pasa a esta mujer? ¡Si nosotros llegamos primero!
¡Que haga fila!” Pero ella no se preocupó por los que se molestaron ni por los que la criticaron. Ella tenía una necesidad. Cuando usted tiene una necesidad, no debe importarle quien se moleste con usted, ni quien lo critique. Tenemos que pedirle a Dios que nos dé una santa desesperación de tal manera que busquemos el rostro del Señor y que hagamos lo que tengamos que hacer hasta obtener la respuesta que necesitamos. Hay gente que no mas empieza a ver que usted está empezando a salir adelante, tratan de bajarlo. Usted muchas veces se ha tenido que enfrentar con un gigante que está entre la multitud tratando de detenerlo; el gigante se llama ‘temor’ quien le dice: “usted va a morir, sus días se van a acabar, no hay remedio para usted”. Pero la Biblia dice que el diablo es como león rugiente y un león rugiente ya ni siquiera tiene dientes y no es ni siquiera el que ataca la presa; son las leonas las que están esperando la presa del otro lado para atacarla. Así que si usted escucha que le están diciendo que se va a morir, corra hacia ese ruido y mire a ese temor en la cara y dígale, “temor, la Biblia dice, en el nombre de Jesús, que yo ‘viviré, no moriré’. La Biblia dice que Cristo murió por mi y que tengo vida en Cristo Jesús”. Mire el temor en la cara y dígale, ‘temor, si no te quitas, te voy a quitar y te voy a dejar en mi polvo”. No se deje detener por el temor, ni por la angustia. ¡Siga empujando! Siga creyendo que el Señor lo va a sanar, que su matrimonio va a ser restaurado, que TODOS sus hijos van a servir al Señor, que su marido va a vencer ese problema del alcoholismo, siga creyendo, siga empujando. Que no lo detenga a usted ese espíritu de desesperación, de frustración, de mentira, ni de cansancio. La palabra de Dios dice, “los que ESPERAN en el Señor tendrán nuevas fuerzas”. ¡Espere usted en el Señor y Dios le va a dar a usted nuevas fuerzas! ¡No se canse! Dice la palabra que “los que esperan en el Señor volarán como águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán”. Aprenda usted a esperar en Dios y El le dará la fuerza que usted necesita para poder ver su milagro. ¡Siga empujando! No fue el toque de Jesús lo que le dio el milagro a esa mujer, fue el toque de esa mujer, lo que le dio su milagro. Dios quiere darle a usted una clase de fe a tal punto de que no requiera que nadie ore con usted, que nadie le ponga las manos, que nadie lo unja con aceite – aunque todo eso es buenísimo, lo hacemos todos los domingos y todos los días. Esa mujer no necesitó que Jesús ni siquiera le dirigiera la mirada, mucho menos la palabra y fue sana. El borde del manto de Jesús se pasea por su lugar. ¡Toque su manto! ¡Empiece a recibir su respuesta! ...¡Todo es posible si puede creer
Diga no a la piratería! Los piratas modernos son aquellos que les gusta tomar algo original y hacer una copia. Toman algo bien hecho y lo hacen menos bien hecho. Lo copian. Y hay mucha piratería de todo tipo alrededor del mundo entero. Pregúntenmelo a mí. Soy uno de los cantantes más pirateados en toda América Latina. El segundo mandamiento dice “no te hagas ningún ídolo, ni figura de lo que hay arriba en el cielo, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en el mar debajo de la tierra. No te inclines delante de ellos ni les rindas culto”. En otras palabras Dios esta diciendo, “di no a la piratería”. Lo que pasa es que el hombre tiene una naturaleza de ver para creer. O sea, se nos hace mas fácil ver a un dios y creer en él que tener fe en un Dios invisible, porque lo que no puedo ver es algo que no puedo controlar, pero lo que puedo ver es algo que puedo manipular, controlar, y mover de un lado para el otro. Y en la naturaleza del hombre tenemos la necesidad de querer controlar, manipular y mover las cosas. Nuestra tendencia como humanos es tratar de reducir las cosas a un tamaño que nosotros podemos entender, racionalizar o manipular pero ¿Quien puede razonar a Dios? ¿Quien puede explicar a Dios?” ¡Nadie! No tenemos el intelecto, ni las palabras para poder explicar a un Dios inexplicable, enorme, que llena el universo, que creó los cielos, el mar, los animales y a cada uno de nosotros, ¡un Dios que ha hecho tantas cosas! Nada de lo que podamos hacer con nuestras manos va a poder explicar bien la totalidad de Dios. Si usted y yo pudiésemos explicar a Dios seriamos entonces más inteligentes que Dios. Dios lo que está diciendo es: ¡evítense la molestia! No hay forma de representarme a mí en algo hecho por manos de hombres. No hay manera. Soy demasiado grande y complejo. No busques lo pirateado cuando tienes lo original. En el Salmo 115 el Señor dice que hay gente que han hecho algunas cosas como dioses, y han hecho imágenes o estatuas. Y el Señor dice, “tienen manos pero no pueden tocar, tienen ojos pero no pueden ver, tienen boca pero no pueden hablar, tienen oídos pero no pueden oír”. Simplemente son dioses muertos pero el versículo 8 dice, “semejantes son a ellos los que los adoran”. Quiere decir que los que adoran esos dioses son gente muerta, igual como los dioses que hicieron. Le recuerdo también que usted y yo nos llegamos a parecer a aquello que adoramos. Cuando nosotros le ponemos una atención tan fuerte a alguien o a algo, al rato empezamos a admirarlo tanto que queremos parecernos a esto y por eso Dios dice “no, no no, yo no quiero que te parezcas a nadie, quiero que te parezcas a mi. ¡No quiero que dobles tu rodilla ante nadie, quiero que tú tengas una relación conmigo y nada más!”
Hebreos 1 dice que, ¡Jesús es el resplandor glorioso de Dios! Así que si usted empieza a fijarse en Jesús, al rato usted se va a parecer a El, usted va a hablar, caminar y sanar enfermos igual que El, ¡Así que no ande viendo otras cosas! Y si usted dice, “¿como puedo ver a Dios? Porque no lo hallo, ¡no se donde esta! ¡No lo puedo tocar! Lo único que usted necesita hacer es estudiar acerca de Jesucristo. El le dijo un día a uno de sus discípulos, “¡Felipe, el que me ha visto a mi, ha visto a Dios!” En Isaías 40 Dios dice, “¿a que pues haréis semejante a Dios o que imagen le compondréis? Luego dice, “levanta en alto tus ojos y mira quien creó todas estas cosas… ¿No has sabido que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece ni se fatiga con cansancio y su entendimiento no hay quien lo alcance”. Dice, “no hay quien alcance su entendimiento”. “Evítense la molestia – dice Dios. ¿Quien me puede entender? ¿Quien me puede hacer con taladro, con obras hechas por hombre?” No hay copias fidedignas de Dios. No hay forma de copiarlo. ¡El es único! Además, ¿cree usted que Dios se impresionará con nuestras obras de artesanía cuando El es el Dios que creó el universo? ¡Claro que no! Y por eso Dios dice, “¡evítese la molestia!” No haga imágenes, ni semejanzas, no te dobles la rodilla. Dobla tu rodilla ante el Dios todopoderoso, el Dios de los cielos y la tierra, del mar y del universo. ¡El es el único digno de ser alabado! El Apóstol Juan dice: “hijitos, cuídense de los dioses falsos”. Y Juan no necesariamente se está refiriendo a estatuas, imágenes, iconos o algo hecho por hombre sino que se refiere a cualquier cosa que nos distraiga de adorar al Dios verdadero. Por ejemplo, hay gente que se inclina ante el dios del orgullo. Hay algunos que adoran las camionetas y los automóviles. Hay hombres que adoran sus mujeres o sus novias y hay mujeres que se adoran a si mismas. Hay gente que inclusive su cristianismo lo convierten en un diosito Hay algunos que hacen un dios de su miseria. “¡Soy tan miserable, soy tan pobre! ¡No tengo nada!” Y ahí están adorando al dios de la miseria: “oh, miseria. Cuanto te necesito porque si no fuera por ti no podría yo llorar, no podría ser victima! Dios esta diciendo en el mandamiento número dos: “¡pasen tiempo conmigo, no pasen tiempo con esas copias pirateadas teniéndome a mí, el Dios original, el Dios Poderoso!” ¡Hay un solo Dios que merece la gloria! ¡Hay uno solo que merece la honra!