Deportes
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- Words: 379
- Pages: 2
Viernes 05 de junio del 2009
Federer camina hacia su Grand Slam
Mientras fueron cayendo favoritos como Novak Djokovic, Rafa Nadal y Andy Murray, Roger Federer avanzó por Roland Garros sin demasiado brillo. Caminó casi siempre con renglones torcidos. Dudó contra Acasuso, sufrió ante Mathieu, remontó dos sets frente a Haas. Ayer lo esperaba en la pista central el ídolo local, Gael Monfils, parisino de 22 años, promesa convertida en realidad, la pantera del tenis francés, que ansía un fenómeno que le devuelva un pedacito de la gloria perdida. Y en un partido delicado, con el público en contra, deseoso de saludar a un sucesor para Yannick Noah, el último francés que triunfó en Roland Garros, solventó el desafío con autoridad. El suizo ya está a dos partidos de completar el Grand Slam: la semifinal contra Del Potro y una hipotética final con el ganador del Soderling-Fernando González. Añadiría el triunfo en la tierra de París, que se le resistió en las últimas finales frente a Nadal, a sus cinco títulos de Wimbledon, tres de Australia y otros cinco del US Open. Un primer set vibrante «Sé que ahora soy el gran favorito para la victoria. Sentía la presión antes de este partido porque sabía que sería muy difícil», admitió Federer tras pasar a semifinales. Monfils ofreció lo mejor de su repertorio en un primer set vibrante. Se mueve bien, ataca, tiene variedad de recursos. Pero le faltó continuidad. Mientras la cabeza no lo abandonó, estuvo a la altura del acontecimiento, casi siempre jugando dentro de la pista, volcado en no correr al ritmo del suizo. Llegó al tie-break y tuvo una bola de set con 6-5. Entonces, Federer sirvió bien, salió del apuro y voló hacia semifinales. Porque el francés se borró en el segundo set y pidió la asistencia del fisioterapeuta al inicio del tercero. Se dolía de nuevo del tendón rotuliano que lo tuvo de baja las últimas semanas.
Tras los cuidados, Monfils volvió bravo. Pero Federer ya gobernaba el encuentro sin problemas. Apenas pasó apuros con su servicio y terminó cerrando el partido en tres sets. Paradójicamente, el marcador dice que fue su compromiso más sencillo. «Tiene un estilo y un carácter diferente, y es bueno para el circuito», comentó Federer sobre el ídolo francés.
Federer camina hacia su Grand Slam
Mientras fueron cayendo favoritos como Novak Djokovic, Rafa Nadal y Andy Murray, Roger Federer avanzó por Roland Garros sin demasiado brillo. Caminó casi siempre con renglones torcidos. Dudó contra Acasuso, sufrió ante Mathieu, remontó dos sets frente a Haas. Ayer lo esperaba en la pista central el ídolo local, Gael Monfils, parisino de 22 años, promesa convertida en realidad, la pantera del tenis francés, que ansía un fenómeno que le devuelva un pedacito de la gloria perdida. Y en un partido delicado, con el público en contra, deseoso de saludar a un sucesor para Yannick Noah, el último francés que triunfó en Roland Garros, solventó el desafío con autoridad. El suizo ya está a dos partidos de completar el Grand Slam: la semifinal contra Del Potro y una hipotética final con el ganador del Soderling-Fernando González. Añadiría el triunfo en la tierra de París, que se le resistió en las últimas finales frente a Nadal, a sus cinco títulos de Wimbledon, tres de Australia y otros cinco del US Open. Un primer set vibrante «Sé que ahora soy el gran favorito para la victoria. Sentía la presión antes de este partido porque sabía que sería muy difícil», admitió Federer tras pasar a semifinales. Monfils ofreció lo mejor de su repertorio en un primer set vibrante. Se mueve bien, ataca, tiene variedad de recursos. Pero le faltó continuidad. Mientras la cabeza no lo abandonó, estuvo a la altura del acontecimiento, casi siempre jugando dentro de la pista, volcado en no correr al ritmo del suizo. Llegó al tie-break y tuvo una bola de set con 6-5. Entonces, Federer sirvió bien, salió del apuro y voló hacia semifinales. Porque el francés se borró en el segundo set y pidió la asistencia del fisioterapeuta al inicio del tercero. Se dolía de nuevo del tendón rotuliano que lo tuvo de baja las últimas semanas.
Tras los cuidados, Monfils volvió bravo. Pero Federer ya gobernaba el encuentro sin problemas. Apenas pasó apuros con su servicio y terminó cerrando el partido en tres sets. Paradójicamente, el marcador dice que fue su compromiso más sencillo. «Tiene un estilo y un carácter diferente, y es bueno para el circuito», comentó Federer sobre el ídolo francés.
