Érase una vez, la ciudad de New York. En esta ciudad hay un Zoo muy grande, lleno de animales: Osos, leopardos, linces, elefantes, jirafas, etc... Una noche oscura, se oyeron unos pasos dentro del Zoo. Todos los animales se asustaron y comentaron: -
¿Quien será? – dijo el oso a la jirafa.
-
No sé, pero yo tengo miedo – contestó la jirafa.
- No os preocupéis, que yo os defiendo – dijo el lince.
Pasado un rato, vieron que una sombra se movía entre los árboles y todos muy asustados, menos el lince, se escondieron en sus casas. -
¡Salid todos de vuestras casas, es solo un cuervo que viene buscando comida! – les grito el lince.
A la noche siguiente, volvió a pasar lo mismo y los animales esta vez no se asustaron porque creían que era el cuervo. - Ya viene otra vez ese pesado – dijo el oso. -
Seguro que sí – contestó el elefante.
- Pues yo me voy a dormir a mi casa – dijo el lince. Pero esta vez no era el cuervo, si no unos ladrones de animales que venían a robarles. Por la mañana, al despertarse, el lince miró a las jaulas de los monos, y dijo: -
Qué raro que todas las mañanas me despiertan con sus juegos y hoy están dormidos.
El lince pensó que era extraño que ningún animal se hubiera despertado. Al cabo de un rato, comentó: - ¡Tengo que llamar a la policía, porque no hay nadie en las jaulas.
Una hora más tarde, oyó las sirenas de la policía en la entrada del Zoo, y vio a dos policías con dos perros.
Cuando se acercaron a su jaula, los perros policía le preguntaron: -
¿Tú sabes lo que ha pasado aquí?
El lince contestó.
-
Anoche, yo me fui a dormir porque tenía sueño de la noche anterior, ya que había venido un cuervo y no habíamos dormido en toda la noche.
Uno de los perros policías dijo: - Pues no tenemos ninguna pista, ya que no hay huellas en la tierra y no olfateamos nada. De repente, al lince se le ocurrió una idea. -
Esperad un poco, la noche anterior el cuervo vino a comer pero la verdad es que se fue sin comer nada. ¡Es sospechoso, no!
Los perros policías conocían a ese cuervo y fueron a buscarle; al cabo de un rato volvieron con todos los animales. Todos ellos le dieron las gracias al lince, por ser tan inteligente y haber resuelto el problema. La policía le dio una medalla al lince y le nombraron lince policía, y todos los animales dormían todas las noches tranquilos porque ya había un policía en el Zoo.
LUCÍA GÓMEZ VÁZQUEZ