“CRISTO NOS HACE REALMENTE LIBRES” Según Lucas 4,16-21, Jesús se presenta en la sinagoga de Nazaret, como Mesías liberador, ungido por el Espíritu y “enviado para evangelizar a los pobres, proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, enviar en libertad libertad a los oprimidos” (v. 18). Termina diciendo: “esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy” (v. 21). Esta misión liberadora la ofrece a todos aquellos que creen en Él: “Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Jn 8,31). Pero ¿cuál es esa verdad liberadora? No es una verdad como la entendían los griegos o nosotros mismos hoy, o sea, una idea, un pensamiento que se corresponde con la realidad, una ideología filosófica, religiosa o política. Esa verdad es la Revelación de Dios, es una persona, aquella que dijo: “Yo soy el camino y la verdad y la vida” (Jn 14,6). Esa persona es el Hijo, por eso: “Si el Hijo os da la libertad, seréis realmente libres” (Jn 8,36). Pero, ¿libres de qué? Libres de la esclavitud más radical: el pecado (Jn 8,34) y fundamentalmente el de la incredulidad homicida (cf. Jn 8,37-45). A esa libertad se llega por la fe, por la adhesión total a la persona de Jesucristo que nos hace realmente libres, para que vivamos plenamente en la libertad, como nos dice san Pablo: “Para esa libertad nos liberó Cristo, así que ¡manteneos firmes, y no os dejéis sujetar nuevamente al yugo de la esclavitud!” (Gal 5,1). “Porque, hermanos, habéis sido llamados a la libertad; sólo que no toméis de esa libertad pretexto para la carne; antes al contrario, servíos por amor los unos a los otros. Pues toda la ley alcanza su plenitud en este solo precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Gal 5,13-14). Contra esta libertad nada pueden los muros, los barrotes, las cadenas, la intimidación ni el miedo. Libertad que no es hacer lo que nos da la gana, sino vivir, según el Espíritu, o sea, amando a los demás. Para proclamar esta libertad nos envía hoy Jesucristo. ¡Feliz Pascua de Resurrección!
Enrique Ruiz SMA