Un hombre muy rico estaba en el campo descansando, cuando vio que unos malhechores se acercaban dispuestos a matarlo, para robarle el dinero. Él se escondió en el agujero de un árbol. Mientras se acercaban, rogó a DIOS que pusiera un tabique en el árbol para que no pudieran entrar.
A su lado había una pequeña arañita que empezó a hacer una “tela” en el agujero del árbol. Él hombre rogaba a DIOS, insistentemente, que lo que quería era un tabique, no una tela de araña...
Cuando los ladrones se acercaron al árbol, viendo la “telaraña” se dijeron: “Aquí seguro que no está, se ve que nadie ha pasado por aquí en mucho tiempo...”
Muchas veces le pedimos a DIOS “Nuestra Solución” y no necesariamente ésta es siempre la más apropiada para nosotros... DIOS nos da lo que es MEJOR para nosotros, aunque no lo comprendamos en ese momento.
“Y nosotros hemos de responder confiados: «El Señor es mi socorro, no temeré. ¿Qué pueden hacerme los hombres?».” Hebreos 13, 6.