No Logo, EZLN y Vía Campesina: el “nuevo anarquismo”, listo para boicotear a la OMC Una de las paradojas de la cumbre de la OMC en Cancún, México, es la prolija “organización y presencia” de los grupos anarquistas, cuyo referente más famoso es el lingüista Noam Chomsky.
A quienes acusan a los anarquistas de “favorecer el caos en tiempos de terrorismo global”, les está faltando una parte de la historia. El hecho concreto es que, entre los diferentes grupos antiglobalización, los anarquistas parecen haber tomado la punta, al menos en número de adeptos, sobre todo entre los jóvenes desencantados de la clase media intelectual de Europa y los Estados Unidos. Pero quienes se identifican con el “no gobierno” no sólo son muchos, sino que se han posicionado como los grupos más organizados y, a través de sus estrategias de comunicación, son quienes más posibilidades de éxito tienen de boicotear la Quinta reunión ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que se celebrará en Cancún, México. Los grupos anarquistas quieren “despegarse” de la pura revuelta y escándalo (los emblemas de la anti cumbre de Seattle, EE.UU., que se realizó en 1999 y marcó el bautismo de fuego de los “globalifóbicos”) y vincularse a las ideas y al debate intelectual a fin de posicionarse como favoritos entre los grupos “antiglob”. En los últimos años, los anarquistas han atraído la atención mundial por su rol de participantes clave en las protestas, en ocasiones violentas, realizadas durante las reuniones de los líderes de los países más poderosos del planeta, como el Grupo de los Siete o la OMC. Sin embargo, hasta hoy, nunca habían expuesto una logística tan organizada, básicamente, a través de sus sitios de Internet. Sin duda, el momento expansivo que atraviesa el anarquismo en numerosos países del mundo ayuda a que su discurso se fortalezca y sus ideas se revelen con mayor potencia. Sea que se lo entienda como el sistema político que rechaza el poder estatal y sostiene que la convivencia entre los seres humanos está determinada por la voluntad y la razón de cada uno; o que se lo defina como el imperio del desorden y la confusión por ausencia o flaqueza de la autoridad publica, los grupos anarquistas que se preparan para boicotear la cumbre encarnan un nuevo modelo de anarquismo. No es que apuesten a reinventar las ideas sino que parecen decididos a actuar en forma orgánica a la hora de potenciar su presencia pública. La profesionalización que demuestran sus sitios de Internet reflejan sus estándares de calidad informativa y soporte intelectual. La comunicación digital les brinda un espacio eficaz para comunicarse a bajo costo con un gran numero de personas. El caso por antonomasia es la pagina del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (www.ezln.org), que consigna, como una especie de memoria electrónica, los momentos más paradigmáticos del zapatismo, desde su desembarco en la Sierra Lacandona, en 1994, hasta la llegada del subcomandante Marcos a México D.F, pasando por un reportaje de Gabriel García Márquez al máximo líder zapatista.
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El lingüista norteamericano Noam Chomsky, probablemente el anarquista norteamericano más famoso, argumenta que el remozado interés en estas ideas proviene del “descontento de la gente, que siente no tener la menor influencia sobre decisiones que le conciernen”. A los 73 años, Chomsky, profesor de lingüística en el Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT) describe a los anarquistas como “demócratas radicales que cuestionan la legitimidad de las estructuras jerárquicas. Su sitio de Internet (www.galeon.hispavista.com/bvchomsky) ofrece los argumentos del movimiento antiguerra, escritos por él mismo, además de una biblioteca virtual con más de cuarenta de sus trabajos sobre diferentes temas y disciplinas. ¿Chomsky no se cansa de su papel de agorero? “Todo lo contrario: la mayoría de la gente no está contenta con la forma en que funcionan las cosas. Yo no estoy arruinando su fiesta... Estoy arruinando la fiesta de los poderosos y de los privilegiados. Y eso es maravilloso”. El profesor de filosofía de la Universidad de Georgetown, EE.UU., Mark Lance, explica: “En 1999, las manifestaciones emblemáticas realizadas durante la cumbre de la OMC en Seattle (que tuvo que ser suspendida por la violencia desplegada por los manifestantes, en su mayoría, anarquista) fueron, básicamente, una gran oportunidad para darse a conocer. Y, ciertamente, desde entonces, el anarquismo se ha vuelto mucho más visible''. El camino de los anarquistas hacia una desempeño público más organizado se consolidó en el encuentro "Larzac 2003" (www.larzac2003.org), considerado como el evento antiglobalización más importante del último verano europeo, en el que se sentaron las bases organizativas de las protestas contra la cumbre de la OMC. Allí se discutieron las estrategias y acciones de "lucha" y el líder francés “antiglob”, José Bové (http://bove.jose.free.fr ) arengó a los activistas a “boicotear la próxima reunión ministerial de la OMC, a la que consideramos ‘no democrática’". Al respecto, Lance, el profesor de Georgetown, dijo: “El anarquismo tiene más difusión hoy que en los años 30, y su alcance sobrepasa, incluso, el renacimiento que experimentó durante el movimiento antinuclear de los 70”. Vía campesina (www.virtualsask.com/via) es un movimiento de organizaciones de campesinos y agricultores de todo el mundo y su nodo cibernético es la página de la organización irlandesa Struggle (www.struggle.ws), que agrupa artículos y links a otras páginas movimientistas. En la Argentina, y con el visto bueno de varios grupos piqueteros apareció la revista “En la calle” (www.enlacalle.cjb.net), que se definió como “una publicación argentina sobre el anarquismo organizado”. A nivel internacional, una de las organizaciones que más trabaja por el anarquismo es No Logo (www.nologo.org), cuyo líder, la intelectual canadiense Naomi Klein, saltó a la fama de la mano de su best seller, el homónimo No logo, hoy literatura de referencia para los militantes de ONG’s y grupos antiglobalización. Klein investiga y trabaja sobre los diferentes movimientos sociales que se producen en el mundo, incluido nuestro país. "Antes, los temas que nos preocupaban eran la discriminación racial, la identidad étnica, el género y la sexualidad. Ahora, esos temas se han ampliado: se agregaron el poder de las grandes empresas, los derechos de los trabajadores y el análisis desarrollado de los procesos de la economía mundial", escribió Klein en el sitio de Internet www.lavaca.org . Klein vivió durante seis meses en Buenos Aires, en un departamento ubicado frente al Parque Lezama, junto a su
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marido cineasta, quien, secundado por un equipo local, registró el violento desalojo de la fábrica Brukman, la resistencia de Zanón, la militancia piquetera, las reuniones de las asambleas y las historias que había detrás de ellas. Es decir, doscientas horas de rodaje que dicen mucho sobre nosotros. Habrá que verlas.
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