PP/NT/032
NOTAS TÉCNICAS
INSTITUTO DE NUTRICIÓN DE CENTRO AMÉRICA Y PANAMÁ
PROGRAMAS DE SALUD PÚBLICA DE FORTIFICACIÓN DE ALIMENTOS EN CENTROAMÉRICA Licda. Mónica Guamuch I.
Introducción
Una población sin salud no puede alcanzar el desarrollo, y parte integral de la salud, es contar con una buena nutrición a través del consumo de alimentos adecuados que provean los nutrientes necesarios para el organismo humano. Desde hace varias décadas se conoce que las deficiencias nutricionales afectan a varias poblaciones en el mundo, y Centroamérica no ha sido la excepción. Con el propósito de eliminar estos problemas nutricionales, se desarrolló lo que se conoce como fortificación o enriquecimiento de alimentos, que según la definición del Codex alimentarius (Principios generales para la adición de nutrientes esenciales a los alimentos -CAC/GL 09-1987) es “la adición de uno o más nutrientes esenciales a un alimento con el propósito de prevenir o corregir una deficiencia demostrado de uno o más nutrientes en la población o grupo específico de población”. La fortificación de alimentos es una de las estrategias que se manejan para la prevención y control de las deficiencias de vitaminas y minerales. Las otras dos son la suplementación dirigida a los grupos a riesgo y diversificación de la dieta. La fortificación de alimentos es la estrategia de mejor costo-efectividad, y a diferencia de la diversificación de la dieta, no afecta los hábitos alimentarios de la población; además que tiene una amplia cobertura, sin necesidad de coordinar la logística de distribución y verificar la ingestión del suplemento vitamínico o mineral, como la suplementación. Varios países desarrollados han implementado la fortificación de alimentos para controlar las deficiencias de nutrientes en sus poblaciones 1. Entre los países en desarrollo, Centroamérica ha sido pionera al tomar medidas en este campo. En los años 1965-1967, se
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Francia y Estados unidos agregan yodo a la sal desde hace más de un siglo; desde los años 30, los países escandinavos agregan vitaminas A y D a los productos lácteos. Estados Unidos agrega hierro y vitaminas del complejo B a la harina de trigo desde los años 1940. Suiza fortifica la sal con flúor para prevenir las caries dentales desde 1955 y más recientemente, Estados Unidos agrega ácido fólico a la harina de trigo desde 1998.
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realizó una encuesta de nutrición en Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá, cuyos resultados mostraron que las principales deficiencias de micronutrientes (sustancias que se necesitan en cantidades pequeñas) que padecía Centro América eran: yodo, vitamina A, hierro, riboflavina y ácido fólico. Posteriormente se ha demostrado que Centro América también necesita de una fuente dietética de flúor.
II.
Fortificación de azúcar con vitamina A
A partir que en 1967 se encontró la alta prevalencia de deficiencia de vitamina A, el INCAP desarrolló la fortificación de azúcar con vitamina A (como palmitato de retinol) para mejorar el suministro de esta vitamina por medio de la dieta. Se escogió el azúcar debido a que es ampliamente consumida por toda la población, incluyendo los grupos de alto riesgo; el volumen de consumo entre individuos tiene poca variación; el azúcar es producido por plantas centralizadas que pueden controlarse y el sistema de mercadeo y distribución permite el monitoreo de la entrega del producto fortificado al consumidor. Actualmente, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica cuentan con programas de fortificación de azúcar con vitamina A. Aunque se conoce que la vitamina A es susceptible al calor y humedad, estudios realizados han demostrado que después de 12 meses de almacenamiento, el azúcar aún contiene niveles de vitamina A adecuados, proporcionando más de 50% de la ingesta diaria recomendada a la dieta, considerando que el consumo per cápita/día de la región es alrededor de 70 g. Por otro lado, se ha comprobado que alimentos preparados que utilizan azúcar como ingrediente, contienen 1 de 3
vitamina A, tales como dulces, panificación y repostería y jaleas.
productos
de
Combinando la fortificación de azúcar con los programas de suplementación a niños menores de dos años, la prevalencia de deficiencia de vitamina A ha disminuido considerablemente desde los años 60. Debido al éxito observado en Centroamérica, la estrategia de fortificación de azúcar ha sido adoptada por Zambia, y se está planificando su introducción en otros países de África y Asia para controlar la deficiencia de vitamina A. III. Fortificación de harina vitaminas B y ácido fólico
de
trigo
con
hierro,
Los programas de fortificación de harina de trigo se reactivaron en los años 90 en Centroamérica. Aunque la cobertura del programa de fortificación de harina de trigo es buena, la anemia continúa manifestándose en niños menores de dos años de edad y mujeres en edad fértil. La carencia de hierro es de las más difíciles de controlar y se necesita de la aplicación de varias estrategias a la vez para disminuirla. Asumiendo que la harina representa 65% de los ingredientes del pan; que el consumo diario de harina es de 50 g/día; que la absorción del hierro (de fumarato ferroso) es de 5%, que ésta tiene un contenido mínimo de 45 mg/kg de hierro; y considerando las pérdidas de vitaminas durante la preparación del pan, la harina de trigo es una buena fuente para hierro, tiamina, riboflavina, niacina, y excelente fuente de ácido fólico para los países del norte de Centroamérica. En los países del sur, Costa Rica y Panamá, donde se consume más harina de trigo, el aporte de este alimento es mayor. La fortificación de harina de trigo se realiza en muchos países del mundo y la fuente de hierro comúnmente usada es el tipo electrolítico, el cual es pobremente absorbido por el organismo humano. Con el propósito de mejorar el impacto de la fortificación de harina de trigo con hierro, Centroamérica tomó la decisión de utilizar una mejor fuente de hierro, cambiándola a fumarato ferroso, ya que tiene una mejor absorción que el anteriormente usado. Uno de los logros de este programa es la armonización de los niveles de hierro y vitaminas para El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. La deficiencia de hierro es difícil de resolver, principalmente por la baja absorción de este nutriente en dietas basadas predominantemente en el consumo de cereales y vegetales, como es el caso de Centroamérica. Por lo tanto, adicionalmente a la fortificación de harina de trigo y de maíz nixtamalizado, debe promoverse la fortificación de otros alimentos consumidos por la población, tales como las pastas alimenticias.
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IV. Fortificación de sal con yodo y flúor Con base en la prevalencia de bocio encontrada en los años 1950, Guatemala inició la yodación de sal en 1956. Para el año 1967, en Guatemala había disminuido la prevalencia de bocio del 38% al 5% (límite epidemiológico para afirmar que la eficiencia de yodo ha sido superada). Este ejemplo fue adoptado por el resto de países centroamericanos, introduciendo la fortificación de la sal con yodo. En Centroamérica no existe ningún alimento fuente de yodo que no sea la sal yodada. Para el año 2002, los resultados de yodo en sal en el nivel de hogares en los diferentes países muestran que la sal de Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá tiene niveles adecuados de yodo para llenar los requerimientos nutricionales de la población. El Salvador aún debe mejorar la cobertura del programa de yodización, ya que en el año 2002, solamente 62% de las muestras en el ámbito del hogar tenían niveles adecuados de yodo. A pesar que en el pasado Guatemala logró tener un programa exitoso, la falta de capacidad de control por parte del Estado, sumado al gran número de productores que fortifican, ha provocado que el programa decaiga, al punto que más de la mitad de la población recibe sal sin yodo o con niveles no adecuados. Para resolver este problema se requiere de una decisión política clara para fortalecer las acciones de control del Estado, además de la exigencia de los consumidores de recibir sal bien yodada. En 1987, Costa Rica fue el país pionero en la fluorización de la sal, programa que implementó debido a la alta prevalencia de caries en niños escolares en ese país. Para el año 2000, Costa Rica disminuyó el índice de caries de 9 a 3, contando con un programa exitoso de fluorización de la sal. V. Conclusiones v Los programas de fortificación de alimentos constituyen un valioso aporte a la nutrición de los centroamericanos. El aporte de micronutrientes de los alimentos fortificados a la dieta contribuyen en forma importante a llenar los niveles de ingesta diaria recomendada de los mismos. v La sal yodada es la única fuente de yodo para los centroamericanos. v Los programas de fortificación de alimentos mencionados en este documento son un 2 de 3
proyecto de nación, siendo responsabilidad del gobierno, los productores y los consumidores, velar porque permanezcan, y que su calidad y cobertura mejoren en beneficio de la salud de la población centroamericana. octubre, 2003
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