Cecilia Kenning

Cecilia Kenning

APAC: Promoviendo el orgullo histórico y la

consciencia cultural Todo inspira en el público del Festival Internacional de Música “Misiones de Chiquitos” la gente, la música, las iglesias, los pueblos, tenemos la sensación de estar en un sueño. Y, sin embargo, presenciamos un sueño hecho realidad que ha cobrado vida gracias al arduo trabajo de un grupo de personas dedicadas a la gestión cultural en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra y la Chiquitanía. Cecilia Kenning, Presidenta de la Asociación Pro Arte y Cultura (APAC) y Directora del Fondo Editorial de la misma es una de las personas que hicieron posible que en este momento se esté preparando la celebración del séptimo Festival de Música de Chiquitos.

iniciamos al año siguiente el Festival de Teatro. Para el año 98 ya hicimos el segundo festival de Música, y formamos APAC, éramos 4 personas y empezamos esta gestión que se formó con 30 socios fundadores. A partir de allí no hemos parado, cada año tenemos un festival.” Es así que se desarrolló una tradición que logra varios objetivos: despertar la conciencia de la población general, cultivando el orgullo de su legado histórico, y colocar el Oriente Boliviano en el mapa cultural de Bolivia, difundiendo esta valiosa herencia cultural entre público nacional e internacional. Los beneficios que traen los Festivales de Música Barroca y de Teatro a los espectadores son importantes, ya que éstos

...se puede decir sin exageración que los festivales cambiaron. radicalmente el panorama cultural de Santa Cruz, y así benefician a toda la población de este departamento en proceso de rápido desarrollo. Una muestra de esto son los datos de asistencia en el último Festival de Teatro, que contó con 70.000 personas de público, una convocatoria que apenas haya tenido cualquier otro evento cultural en Santa Cruz. Como cuenta Cecilia, junto a un grupo de colegas empezaron las gestiones con la idea de promocionar la música barroca de Chiquitos. Confiesa que antes de trabajar con esta idea, hasta ella misma desconocía la joya del patrimonio cultural de los pueblos de la Chiquitanía. Se acuerda, sonriendo, del primer festival que se llevó a cabo en el año 1996: “Todo era tan precario...fue bella esta experiencia del primer festival”. Estábamos contentos con el resultado, e

disfrutan desarrollando la sensibilidad frente a las celebraciones culturales. Y, sin embargo, para Cecilia, las personas más importantes en su agenda personal y en la de APAC son los jóvenes músicos, los chicos de los pueblos de la Chiquitanía. Ellos son, y deben ser, según ella, los principales beneficiados de las gestiones de la organización. Aunque los festivales son los que hacen realmente visible la labor de APAC, “los festivales no son tan importantes como la formación de nuestros jóvenes

artistas, porque son ellos que van a continuar con esta labor.” Aparte de este principal grupo beneficiado, se puede decir sin exageración que los festivales cambiaron radicalmente el panorama cultural de Santa Cruz, y así benefician a toda la población de este departamento en proceso de rápido desarrollo. Una muestra de esto son los datos de asistencia en el último Festival de Teatro, que contó con 70.000 personas de público, una convocatoria que apenas haya tenido cualquier otro evento cultural en Santa Cruz. Con entusiasmo cuenta Cecilia como el asesoramiento de AVINA le ayudó en su trabajo. Dice haber aprendido mucho a través de los talleres de AVINA sobre gestión administrativa. Gracias a las mejoras en la administración, APAC ha sido depositario de la confianza de las organizaciones internacionales como el BID y la misma AVINA, las cuales solicitaron que APAC administrara fondos donados para organizaciones como la Orquesta Juvenil y el SICOR (Sistema de Coros y Orquestas). Otro aspecto importante para ella es que AVINA en sus proyectos motivara a la coordinación de políticas públicas, es decir, cómo promover la cooperación con autoridades departamentales y nacionales. Al principio fue muy duro, dice Cecilia, porque las autoridades cambian constantemente y una vez que sensibilizas a un alcalde, él se va y tienes que empezar todo desde cero. Pero a estas alturas está dando fruto el esfuerzo sostenido: los festivales ya cuentan con apoyo de varios municipios como el de Santa Cruz de la Sierra y otros de las provincias cruceñas, 1

por más chiquitos que sean, del Gobierno Departamental del Beni y del municipio de Trinidad. Las autoridades se dieron cuenta de que las poblaciones podían beneficiarse del turismo que atraen los festivales. Las autoridades ediles, los hoteles y hasta los artesanos y los taxistas de los pueblos de la Chiquitanía contribuyen con aportes económicos, demostrando que los festivales les traen beneficios tanto culturales como económicos. Según estos datos, la sostenibilidad de este proyecto pasa por el desarrollo del turismo cultural, y por eso es tan importante, por una parte, promover este aspecto, y por otra parte, contar con el apoyo de las poblaciones locales que van a ser los primeros beneficiados del desarrollo del circuito turístico. A nivel personal, Cecilia confiesa que aprecia muchísimo los contactos que estableció a través de AVINA porque conoció a otras organizaciones y personas que comparten su filosofía de trabajo y su compromiso con la sociedad. Así fue, por ejemplo, la oportunidad de participar en la Red de Arte y Transformación Social, compartiendo la experiencia con colegas de cinco diferentes países de Latinoamérica, todos comprometidos con transformar la realidad de la gente, sobre todo aquellos que viven al margen de las oportunidades, a través de las artes. Conocer a esta gente, dice Cecilia, “nos hace sentir menos solos. Muchas veces en este tipo de actividades uno siente que es un pez fuera del agua [...] y cuando uno conoce a la gente que tiene el mismo sueño, siente que no está tan solo.” La experiencia de Cecilia en APAC muestra la importancia de seguir su sueño, y que los sueños sí se pueden hacer realidad, pero con mucho trabajo. Su gran sueño ha sido la creación del Fondo Editorial que AVINA le ayudó a crear. En este momento, el Fondo es uno de los pilares de APAC, y no solamente en el sentido de que ya está generando ingresos económicos, sino en la proyección que le da a la organización.

El Fondo Editorial es donde queda constancia de lo que pasa en los festivales al hacerse el registro sonoro y escrito. Se rescata el patrimonio cultural a través de la publicación de las partituras recopiladas en los archivos de Chiquitos y de Moxos. En palabras de Cecilia, “nos sentimos obligados a transcribir esta música y hacerla conocer. Son 11.000 páginas de partituras que se han encontrado conservadas en las manos de los indígenas de la Chiquitanía y de Moxos.” Mirando hacia el futuro, Cecilia cuenta sobre su otro sueño: una sede para APAC con una amplia plataforma social, y que permita desarrollar actividades de manera más permanente. “Yo estaría más tranquila en el sentido de que sabría que el APAC puede proyectarse hacia el futuro con mejores posibilidades de supervivencia. El hecho de que no tenemos una sede puede significar que en algún momento esta institución puede desaparecer y eso sería una lástima por toda la inversión humana que hemos hecho...Sería como si te muere un hijo, sería con mucho dolor dejar de existir, y justo cuando estás logrando los resultados que habías soñado.” Ese temor, lejos de paralizar las actividades de Cecilia y sus colegas del APAC, los inspira al trabajo más arduo y sostenido. La convocatoria para el Séptimo Festival de la Música Barroca ya está expuesta en el sitio web de APAC. Mientras, en abril de 2007, el público vivirá otra vez la magia del teatro. Esta vez, extendiendo también el arte escénico a una veintena de pueblos del Departamento de Santa Cruz a la vez que investigan y publican documentos desde el Fondo Editorial de APAC recuperando el legado del pasado y contribuyendo a la creación del público presente y futuro que pondrá el Oriente boliviano en el mapa global desde una perspectiva cultural y artística.

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