Michelangelo Merisi da Caravaggio (Milán, 29 de septiembre de 1571 - Porto Ercole, 18 de julio de 1610), fue un pintor italiano activo en Roma, Nápoles, Malta y Sicilia, entre los años de 1593 y 1610. Es comúnmente considerado como parte de la escuela del barroco, de la que fue el primer gran exponente Incluso durante su misma vida Caravaggio fue considerado enigmático, fascinante, rebelde y peligroso. Arribó a la escena pictórica en Roma hacia 1600, y desde entonces nunca careció de encargos artísticos para patrones poderosos o mecenas, con lo que su fama creció de forma atroz. Una noticia publicada recientemente sobre el pintor, describe el contexto y la forma de vida de sus años laborales en Italia, asimismo relata sus andanzas en Roma. «Después de varios años de trabajo, Caravaggio pasó de una ciudad a otra sirviendo a varios señores importantes. Es una persona trabajadora. pero a la vez orgullosa, terca y siempre dispuesta a participar en una discusión o a enfrascarse en una pelea, por lo que es difícil llevarse bien con él». Floris Claes van Dijk.[1] En 1606 asesinó a un hombre durante una reyerta, por lo que huyó de Roma pues las autoridades habían puesto precio a su cabeza. En 1608 se vio nuevamente envuelto en otra riña, lo que se repitió más tarde en Nápoles hacia 1609, ocasionado posiblemente por un atentado en su contra, realizado por sus enemigos. Tras estos incidentes, su carrera fue decayendo, lo que le ocasionó una depresión que degeneró en su muerte dos años más tarde. Muchas grandes iglesias y palacios fueron construidos en Roma durante las últimas décadas del siglo XVI y las primeras del siglo XVII, por lo que las pinturas fueron imprescindibles para su decoración. La Contrarreforma necesitaba buscar un nuevo arte que expresase de mejor forma la doctrina católica en contraposición al protestantismo. Tomando como base las reglas del manierismo, Caravaggio creó una nueva forma de naturalismo, en la que combinó figuras cerradas con la observación física, dramática y teatral de los objetos, a lo que sumó el aprovechamiento del claroscuro, es decir, el uso de luces y sombras. En su tiempo Caravaggio fue famoso, apreciado, reconocido y además ejerció gran influencia sobre sus contemporáneos. Sin embargo, en los siglos posteriores a su muerte fue desplazado por otros pintores de su época como Diego Velázquez, Artemisia Gentileschi o Rembrandt. Fue hasta el siglo XX, cuando su figura recobró importancia al estudiarse nuevamente el arte barroco italiano. Desde el estudio del barroco, se pudo apreciar nuevamente al manierismo, y con él a Caravaggio. Andre Berne-Joffroy, secretario de Paul Valéry, dijo acerca del artista italiano: «Caravaggio comenzó con su arte algo simple, la pintura moderna».[2]
Tabla de contenidos 1 Biografía 1.1 Primeros años (1571–1592) 1.2 Roma (1592–1600) 1.3 'El más famoso pintor de Roma' (1600–1606) 1.4 Exilio y muerte (1606-1610) 2 Caravaggio como artista 2.1 El nacimiento del Barroco 2.2 Los «Caravaggistas» 2.3 Muerte y renacimiento de su reputación 2.4 Tradición moderna
3 Obras 4 Véase también 5 Referencias 6 Bibliografía utilizada 7 Enlaces externos
Biografía
a La crucifixión de San Pedro', 1601. Capella Cerasi, Santa Maria del Popolo, Roma.
Primeros años (1571–1592) Caravaggio nació en Milán,[3] donde su padre, Fermo Merisi, trabajaba como administrador y arquitecto decorador del Marqués de Caravaggio, ciudad de la que más tarde tomaría el nombre. Su madre Lucia Aratori, provenía de una familia adinerada del mismo lugar. En 1576 la familia se mudó a Caravaggio debido a la peste que azotó Milán. El padre de Caravaggio falleció en 1577. Varios estudios afirman que en esos años nació el ser artista en Caravaggio, debido a la cercanía de su familia con dos poderosas familias de Italia, los Colonna y los Sforza. Estas dos familias se unieron en matrimonio y mantuvieron relaciones con la familia, años más tarde jugarían un importante rol en la carrera de Caravaggio.[4] En 1584 entró a trabajar como aprendiz del pintor lombardo Simone Peterzano, quien fue descrito en el contrato como pupilo de Tiziano. Tras concluir su aprendizaje comenzó a moverse en el circuito MilánCaravaggio, y además existe la posibilidad de una visita a Venecia, donde conoció las obras de Giorgione, (de las que Caravaggio fue acusado de copiarlas) y de Tiziano. Junto con su familia viajó a visitar el patrimonio artístico y cultural de Milán, su ciudad natal, donde tuvo la oportunidad de conocer la obra de Leonardo da Vinci, La última cena. Caravaggio definía al arte de Milán como «simple, y más cerrado que el manierismo alemán y que el naturalismo».[5]
Roma (1592–1600)
Niño con un cesto de frutas, h. 1593. Óleo sobre lienzo, 67 x 53 cm. Galería Borghese, Roma. Hacia mediados de 1592 Caravaggio llegó a Roma, «desnudo y extremadamente necesitado, sin una dirección fija y sin provisiones... además corto de dinero».[6] Pocos meses después comenzó el trabajo exitoso que concluiría hasta dejar Roma. Contactó a Giuseppe Cesari, pintor de cámara de Clemente VIII, «pintor de flores y frutos», [7] quien le ofreció trabajo en su taller de pintura. Caravaggio pintó varios cuadros durante esa época, en los que se incluyen Muchacho cogiendo fruta (su primera pintura conocida), Cesto con frutas y Baco, supuestamente un autorretrato realizado tras una convalecencia luego de su salida del taller de Cesari. Estas tres obras demuestran una particularidad física, —un aspecto de su realismo—, por el cual Caravaggio adquirió renombre: las frutas de la canasta en Cesto de frutas, fueron analizadas por un profesor de horticultura, quien logró descubrir cultivos particulares en el cuadro: «una gran hoja de parra con un gigantesco hongo, que parece tener una lesión similar a la antracnosis».[8] Caravaggio abandonó el taller de Cesari en enero de 1594, decidido a abrirse paso por su propia mano. Su fortuna económica estaba en su punto más bajo, pero fue entonces cuando comenzó a fo9rjar importantes amistades, como el pintor Próspero Orsi, el arquitecto Onorio Longhi, y el joven siciliano Mario Minniti. Orsi, establecido en las altas esferas de la ciudad, le introdujo con los grandes coleccionistas; Longhi, más hostil, le llevó al mundo de los peleas callejeras romanas, mientras que Minniti le sirvió de modelo, y años más tarde fue su ayudante en Sicilia.[9] La buena fortuna es su primera composición con más de una figura, en la que muestra a Mario engañado por una niña gitana. Este tema fue un poco nuevo para la sociedad romana, y además demostró una increíble influencia sobre el arte italiano, pero eso ocurrió en el futuro pues en su época Caravaggio lo vendió por una pequeña suma de liras. Los jugadores de cartas —que muestra otra poco sofisticada forma en que un chico cae en la trampa de los jugadores de cartas— es psicológicamente más compleja que sus anteriores obras y por ello fue considerada como su primera obra maestra. Al igual que La buena fortuna, fue inmensamente popular, y de ella sobreviven alrededor de cincuenta copias. Más importante aún, fue atraída por el patronato del cardenal Francesco Maria Del Monte, uno de los más connotados líderes religioso en Roma. Para el cardenal y su círculo amante del arte, Caravaggio ejecutó un gran número de obras de cámara, como Los músicos, Apolo tocando el laúd, una copia de su Baco y una alegoría realista, Chico mordido por una lagartija, en la que Mario destaca como modelo.[10] La posibilidad de un ambiente homoerótico de esas pinturas ha sido centro de disputas entre los estudiosos de su figura, desde que esta teoría fue planteada a mitad del siglo XX [11]
a Los jugadores de cartas, h. 1594. Óleo sobre lienzo, 107 x 99 cm. Museo de Arte Kimbell, Fort Worth, Texas. El realismo regresó a la segunda fase de Caravaggio en Roma, al retornar a los trabajos religiosos. La
urgencia artística de la Contrarreforma sugirió al pintor ilustrar sus nuevos templos. La primera de estas pinturas fue Magdalena Penitente, en la que muestra a la pecadora bíblica abandonando su vida de cortesana y sentándose a llorar en el piso, mientras sus joyas se encuentran tiradas a su alrededor. «No parece una pintura religiosa del todo, ¿una chica sentándose a llorar en el piso mientras seca su cabello? ¿Dónde queda el sufrimiento, la redención, la promesa de salvación».[12] Esto es entendido a la manera lombarda, no tan histriónicamente como los romanos. Este estilo de pinturas fue repetido en sus siguientes trabajos, también eclesiásticos: San Francisco de Asís en meditación; San Francisco de Asís en éxtasis, Los músicos, Descanso en la huida a Egipto, Martha y María Magdalena y David con la cabeza de Goliat. Al ser presentados públicamente, estos cuadros incrementaron la fama de Caravaggio como pintor, tanto en el pueblo como en sus colegas artistas. Pero esta reputación dependía totalmente de los encargos públicos, que eran necesarios para mantener satisfecha a la Iglesia.
'El más famoso pintor de Roma' (1600–1606)
aaa La vocación de San Mateo. Óleo sobre lienzo, h. 1599-1600. Capilla Contarelli, San Luis de los Franceses, Roma. La pintura muestra un haz de luz entrando por una ventana, que expresa simbólicamente la conversión de Leví en Mateo. Otras alegorías a la redención del cobrador de impuestos son la bisagra de la puerta sostenida por los ángeles, a partir de nubes u otros artefactos. En 1599, presumiblemente bajo la influencia del cardenal Del Monte, Caravaggio fue contratado para decorar la Capilla Contarelli, en la iglesia romana de San Luis de los Franceses. Los dos trabajos hechos para esta comisión fueron: El martirio de San Mateo, y La vocación de San Mateo, entregados en 1600. El tenebrismo se mostró una vez más en estos trabajos, aumentando el claroscuro y un realismo barroco muy emocional. La opinión de sus colegas acerca de estos trabajos fue polarizada, ya que algunos percibieron fallas, de nuevo su insistencia en pintar la vida de una manera realista, la falta de dibujos preparatorios y de bocetos para las obras. Mientras que algunos de los pintores italianos aclamaron a Caravaggio por estas obras, que lo encumbraban, siempre desde su punto de vista, como maestro del arte religioso italiano: «Los pintores romanos de la época fueron sorprendidos grandemente por estas pinturas, principalmente los jóvenes. Éstos se reunieron en un círculo en torno al pintor, aclamándole como el mejor artista de la naturaleza y considerando su obra como un milagro».[13]
a La muerte de la virgen. 1601 - 1606. Óleo sobre lienzo, 396 x 245 cm. Museo del Louvre, París. Caravaggio siguió haciendo durante algún tiempo comisiones religiosas, en las que destacaba la muerte en figuras grotescas de martirios, decapitaciones y asesinatos. Para la mayoría de la gente romana, estas obras aumentaron la popularidad del pintor, mientras que para algunas personas les parecía violento y sin el verdadero sentido de la doctrina católica, por lo que Caravaggio debió rehacer algunas pinturas sin el sentido violento característico de su obra. La esencia del problema consistía en que Caravaggio tenía una forma bastante explícita de representar el dramatismo, visto muchas veces como vulgar.[14] Su primera versión de San Mateo y el ángel, que muestra al santo como un calvo pensador con las piernas sucias y asistido por el ángel, fue contundentemente rechazada y Caravaggio debió pintarla de nuevo, esta vez con el título La inspiración de San Mateo. De forma similar, La conversión de San Pablo tampoco fue aceptada, pero otra versión pictórica del mismo tema bíblico, (La conversión de San Pablo en el camino a Damasco), sí lo fue. La primera mostraba al santo empequeñecido ante el caballo, provocando un intercambio de palabras entre un soldado y Caravaggio: «¿Por qué has puesto al caballo en medio y a San Pablo en el suelo. ¿Es acaso el caballo Dios? ¿Por qué?», a lo que Caravaggio respondió: «No, pero el animal está en el centro de la luz de Dios».[15] Otros trabajos incluyen El entierro de Cristo, la Madonna de Loreto (también conocida como Madonna de los peregrinos), Madonna con el niño y Santa Ana y la Muerte de la virgen. Las últimas dos pinturas atestiguaron, de forma especial, un recibimiento poco cálido entre el pueblo de Roma. La Madonna con el niño y Santa Ana, conocida como Madonna dei palafrenieri fue pintada para un pequeño altar de la Basílica de San Pedro, sólo permaneció en su lugar dos días, y fue retirada. El secretario de un cardenal escribió al respecto: «En esta pintura todo es vulgaridad, sacrilegio y disgusto. Una cosa puedo decir, es un trabajo hecho por un pintor que no pinta bien, con un espíritu oscuro y que ha estado alejado de Dios durante mucho tiempo, y también de cualquier otra cosa buena». La muerte de la virgen, le fue encargada a Caravaggio por un acaudalado jurista, quien pensaba ubicar el cuadro en su capilla personal, mantenida por carmelitas. Éstos rechazaron terminantemente el cuadro en 1606, y el contemporáneo de Caravaggio, Giulio Mancini recuerda que el hecho que motivo tal rechazo fue que el pintor usó a una reconocida prostituta como modelo para la Virgen;[16] Giovanni Baglione, otro contemporáneo, relata que otro punto por el que la obra no obtuvo aceptación fue que la virgen tenía las piernas desnudas.[17] —un problema de decoro en cualquier caso— John Gash, estudiosos de Caravaggio, sugiere que el problema para los carmelitas era que tenían una visión más teológica que estética, y que por ello Caravaggio falló al plasmar de manera errónea la doctrina de la Asunción de María, en específico la idea de que la Madre de Dios no murió en forma ordinaria sino que fue llevada al cielo. El reemplazo para el altar fue hecho por uno de los más conspicuos discípulos de Caravaggio, Carlo Saraceni, en la que mostraba a la Virgen viva y sentada, al igual que Caravaggio, pero en actitud casi moribunda. Nuevamente rechazada, en el trabajo que la sustituyó la Virgen ya se veía siendo llevada al cielo por ángeles. La muerte de la Virgen, fue comprada por el Duque de Mantua por consejo de Rubens, como un obsequio para el monarca Carlos I de Inglaterra. Finalmente entró en la corte francesa en 1671.
a El amor victorioso. 1602 - 1603. óleo sobre lienzo. 156 x 113 cm. Gemäldegalerie, Berlín. Caravaggio muestra a Cupido por encima de todos los poderes terrenales: guerra, música, ciencia, gobierno. Una de las piezas seculares de aquellos años fue El amor victorioso, pintada en 1602 para Vincenzo Giustiniani, miembro del círculo social del cardenal Del Monte. En un diario que data del siglo XVII, el modelo es llamado «Cecco», en italiano, diminutivo de Francesco. Posiblemente se trató de Francesco Boneri, artista italiano activo entre 1610 y 1625, y conocido popularmente como Cecco del Caravaggio.[18] La obra muestra a un Cupido desnudo, cargando un arco y unas flechas, mientras pisotea los símbolos de las artes, las ciencias y el gobierno. El modelo está desvestido, y es difícil aceptar que se trate de uno de sus siervos. El punto culminante que relaciona esta pintura con las religiosas es la intensa ambigüedad con la que el pintor maneja los modelos de diferentes posturas, ya sea sacra o profana.
Exilio y muerte (1606-1610)
a Retrato del gran maestre de la Orden de Malta Alof de Wignacourt 1607–1608 Museo del Louvre, París.
a San Jerónimo escribiendo, Valleta, Malta, 1608.
a La decapitación de San Juan Bautista, Catedral de San Juan, Valleta, Malta. Caravaggio tuvo una vida tumultuosa. Con una gran capacidad de enfrascarse en riñas, muchas de ellas fueron en los mismos lugares e incluso se le llegó a procesar por esto. La noche del 29 de mayo de 1606 asesinó, probablemente por accidente, a un hombre llamado Ranuccio Tomassoni.[19] Anteriormente, sus mecenas le protegieron de posibles acciones judiciales en su contra, motivadas por riñas, pero esta vez fue diferente. Con una orden de aprehensión a sus espaldas y fuera de la ley, Caravaggio huyó a Nápoles. Ahí, bajo la protección de los Colonna, la autoridad romana veía mermado su poder. Pronto se convirtió en la estrella de la pintura napolitana. en esta etapa realizó Siete acciones de misericordia y la Madonna del Rosario, entre otros. Luego de este suceso, Caravaggio permaneció unos meses más en Nápoles y finalmente marchó a Malta, al cuartel de los Caballeros de Malta. Se piensa que su viaje fue patrocinado por Alof de Wignacourt, Gran Maestre de la Orden, y quien colaboró para el indulto al pintor en el caso Tomasonni. De Wignacourt estaba satisfecho con el trabajo del pintor, que le indujo a ser Caballero de Malta. Uno de sus biógrafos, Bellori, señala que Caravaggio estaba contento con su nueva distinción. Además, se le nombró pintor general de la Orden. Los principales trabajos de esta época fueron La degollación de San Juan Bautista (la única pintura de Caravaggio con su firma) y Retrato del gran maestre de la Orden de Malta Alof de Wignacourt, así como retratos de otros caballeros de la Orden. Las circunstancias que rodean al brusco cambio de fortuna del pintor no han sido reveladas del todo, pero se señala que se debió a una riña callejera en la que una casa resultó con serios daños y un caballero fue herido de gravedad.[20] Para diciembre fue expulsado de la Orden por «faltas a la moral y ser un miembro non grato». [21]
a La resurrección de Lázaro (1609), Museo Nacional, Mesina. Luego de su expulsión de Malta, Caravaggio se asentó en Sicilia, con el apoyo de su viejo amigo y discípulo Mario Minniti, quien ahora estaba casado y vivía en Siracusa. Juntos realizaron una gira de trabajo por Siracusa, Mesina y la ciudad capital, Palermo. En esos años, Caravaggio continuó realizando trabajos bien pagados, como La sepultura de Santa Lucía, La resurrección de Lázaro y La adoración de los pastores. Su estilo siguió evolucionando, con la particularidad de que ahora se mostraban en sus cuadros figuras aisladas ante un enorme vacío. «Sus grandes obras sicilianas demuestran sombras aisladas. Al contrario de opacar pobremente a los personajes, la obra sugiere temores y fragilidades del hombre, a la vez que transmite la belleza y sencillez de los humildes, mansos y sencillos, que recibirán por herencia la
tierra».[22] Las críticas contemporáneas han definido al Caravaggio de esa época como hosco e insociable, que dormía armado y estaba inseguro de su suerte. Su vida se vio muchas veces reflejada en su obra, la de ese tiempo es burlona y satírica, especialmente con los pintores locales.[23] Después de nueve meses en Sicilia, Caravaggio regresó a Nápoles. De acuerdo a una de sus más recientes biografías, en Nápoles estaba a salvo del acecho de sus enemigos, bajo la protección de los Colonna. Además, ya había obtenido perdón, gracias al nuevo Papa, el cardenal Camilo Borghese (Pablo V) y pudo regresar a Roma.[24] En Nápoles realizó La negación de San Pedro y El martirio de Santa Úrsula, su última pintura. Nuevamente, el estilo de Caravaggio evolucionaba. En El martirio de Santa Úrsula la santa atraviesa uno de los momentos de mayor intensidad, acción y drama en su martirio, como la flecha disparada por el rey de los hunos, heridas en sus senos. Todo esto diferencia especialmente el cuadro de otros, caracterizados por la inmovilidad de sus modelos. La vividez del cuadro abrió una nueva etapa en la carrera del pintor.
a La negación de San Pedro, h. 1610 Óleo sobre lienzo, 94 x 125 cm. Museo Metropolitano de Arte, Nueva York. En el claroscuro, dos mujeres señalan con sus dedos a Pedro, mientras que un soldado completa el trío. De esta manera, Caravaggio representó simbólicamente las tres negaciones de Pedro hacia Cristo. En Nápoles fue víctima de un intento de asesinato, por personas desconocidas. Primeramente se informó en Roma que «el famoso artista Caravaggio» había muerto, pero más tarde se supo que había salvado la vida, pero tuvo serias heridas que le desfiguraron el rostro. Al recuperarse pintó Salomé sostiene la cabeza de Juan el Bautista, mostrando su propia cabeza en el plato, obra enviada a Wignacourt para conseguir el perdón. En ese mismo tiempo pintó David con la cabeza de Goliat, mostrando al joven David con un aura de tristeza al mirar la cabeza del vencido gigante Goliat, algo repetitivo en la obra caravaggista. Este cuadro le fue enviado al cardenal Scipione Borghese, sobrino del Papa, conocido por su falta de escrúpulos y por sus mecenazgos. Algunos críticos consideran a David con la cabeza de Goliat, como un pago de Caravaggio por la ayuda prestada por Borghese para obtener el perdón papal.[25] En el verano de 1610 tomó un barco rumbo a Roma para poder ser indultado, lo que consiguió gracias a sus influyentes amistades romanas.[26] Los extraños sucesos acontecidos en Roma fueron objeto de muchas suspicacias populares. El 28 de julio un «avviso» (periódico privado de Roma para la corte de Urbino.) anunció que Caravaggio había muerto. Algunos días más tarde otro «avviso» afirmó que el pintor había muerto de fiebre en Porto Ercole. Las confusiones generadas por el segundo aviso fueron tan grandes que nunca se supo a ciencia cierta la verdad, pero el cuerpo no se encontró.[27] Un poeta, amigo íntimo del pintor, dio como fecha de su muerte el 18 de julio, víctima de fiebre en Porto Ercole,[28] cerca de Grosseto, en Toscana.
Caravaggio como artista El nacimiento del Barroco
a El prendimiento de Cristo, 1602. Galería Nacional de Irlanda, Dublín. La aplicación del claroscuro va más allá de las caras y las armaduras, a pesar de la evidente falta de luz. El personaje de la extrema derecha es, evidentemente, un autorretrato. Caravaggio «colocó la oscuridad (sombras) en el claroscuro».[29] El claroscuro llegó a escena mucho antes del arribo de Caravaggio a la pintura, pero fue éste quien le dio la técnica definitiva, oscureciendo las sombras y transformando el objeto en un eje de la luz, cada vez más penetrante. Con este tipo de pintura, los artistas comenzaron a plasmar el físico y la psicología de los personajes de una forma cada vez más real y aguda. Esto le ocasionó varios problemas por su forma de interpretar algunos trabajos religiosos que eran requeridos en comisiones. Caracterizado por su rapidez para ejecutar obras, a base de modelos vivos y guías de puntuación para manejar el pincel, Caravaggio pronto se convirtió en un anatema para los ortodoxos, pues se negaba a idealizar las figuras y tampoco hacía bocetos ni dibujos preparatorios. Pero los modelos son parte esencial de su trabajo, Caravaggio emplea a dos que a la postre serán pintores, pero siempre a la sombra de su maestro. Ellos fueron Mario Minniti y Francesco Boneri. Al primero le usó para sus figuras de carácter secular, el segundo fue su inspiración para realizar obras religiosas, como David con la cabeza de Goliat y varias representaciones de ángeles. Las figuras femeninas aparecen en menor medida, pero con una presencia sorprendente. Ejemplos son Fillide Melandron, Anna Bianchini y Maddalena Antognetti («Lena» y testigo en el famoso «caso alcachofa»),[30] quien muchas veces es nombrada como concubina del pintor. Otras modelos son algunas prostitutas, quienes posaban para figuras de vírgenes o santas, algo muy criticado en Caravaggio.[31] Caravaggio se autorretrató de una manera sutil y poco imperceptible en varias de sus obras. Uno de los más evidentes casos es El entierro de Santa Lucía, donde aparece en el extremo derecho.[32]
a Los discípulos de Emaús, 1601. Óleo sobre tela, 139 x 195 cm. Galería Nacional, Londres. Caravaggio tuvo una notable habilidad para expresar sus sentimientos en el arte sin que hubiese una escena crucial en la obra. En Los discípulos de Emaús, expresa el momento en que Cristo, haciéndose pasar por un viajero, se reúne con sus discípulos para compartir su alegría. El cuadro se centra en los ojos de Jesús, puesto que no perciben sus seguidores la verdad. Al final, se descubre que Él es el Salvador resucitado, con lo que Caravaggio logró su más grande acierto en materia de pintura sacra. La vocación de San Mateo, plasma el momento en que Cristo llama a Leví, cobrador de impuestos, quien hace un gesto similar a «¿quién, yo?». Pero a la vez, sus ojos señalan a Jesús diciendo: «Sí, te seguiré». Con La resurrección de Lázaro, el cuerpo del muerto está aún putrefacto, pero al sentir la mano del Mesías, la vida vuelve a su ser.
Los «Caravaggistas»
a Judith y Holofernes 1598-1599. Galería Nacional de Arte Antigua, Roma. La instalación del conjunto de pinturas referidas a San Mateo en la Capilla Contarelli tuvo un inmediato impacto entre los jóvenes artistas romanos, y el caravaggismo se convirtió en la moda para los incipientes artistas. Entre los primeros «caravaggistas»[33] se encontraban Giovanni Baglione (aunque duró poco) y Orazio Gentileschi. A pesar de la barrera generacional, Gentileschi fue quien mejor se adaptó al estilo de su maestro y logró hacer una carrera artística propia, que le llevó a la corte de Carlos I de Inglaterra. Su hija Artemisia Gentileschi estuvo cerca de Caravaggio y logró crear su propio estilo, pero sin mucha influencia de éste, sino de otros pintores como Annibale Carracci. Finalmente, su realismo triunfó. La estancia de Caravaggio en Nápoles produjo una escuela notable para el caravaggismo napolitano, que incluyó a Battistello Caracciolo y Carlo Sellitto. El caravaggismo tuvo su final durante la terrible plaga de 1656, pero las conexiones con España – al ser Nápoles posesiones española, durante Felipe IV – fue básica para el nacimiento del caravaggismo español. Un grupo de artistas católicos de Utrecht, conocido como «Los caravaggistas de Utrecht», viajaron a Roma a principios del siglo XVII, y fueron profundamente influenciados por la obra de Caravaggio, como describe Bellori. al regreso a su ciudad, esta tendencia no duró mucho, pero durante la década de los 20's renació en la persona de pintores como Hendrick ter Brugghen, Gerrit van Honthorst, Andries Both y Dirck van Baburen. En la siguiente generación, el caravaggismo influyó en varios pintores, como Peter Paul Rubens (quien realizó una copia de El entierro de Cristo), Rembrandt Harmenszoon van Rijn y Diego Velázquez, quien durante su estancia en Italia tuvo la oportunidad de conocer y estudiar sobre el arte de Caravaggio.
Muerte y renacimiento de su reputación
a El entierro de Cristo (1602-1603). Pinacoteca Vaticana. La fama de Caravaggio se fue extinguiendo a su muerte. Pero su influencia en el claroscuro y en la interpretación del realismo psicológico. Sin embargo, logró influenciar a su compañero Orazio Gentileschi,
y a la hija de éste, Artemisia Gentileschi. Décadas más tarde, su obra inspiró a los franceses Georges de La Tour y Simon Vouet, y el español José de Ribera. Sus trabajos, con el tiempo, fueron atribuidos a otros pintores más conocidos o simplemente se pasaban por alto. El barroco, al que Caravaggio contribuyó en demasía, le fue dejando en el olvido poco a poco. Además, al cambiar las modas, uno de los argumentos para denigrar al maestro fue su carencia de una escuela propia (a diferencia de otros pintores como Tiziano o Miguel Ángel), por lo que no podría difundir su arte. Tampoco expuso nunca las características de sus personajes, lo cual sólo se podría deducir de sus pinturas. Todo esto le hizo proclive a ser denostado por sus primeros biógrafos, como Baglione y Giovanni Bellori. En sus cartas, el pintor francés clasicista Poussin, afirmó sobre Caravaggio: «No le conocí bien, pero su obra es detestable».[34] En la década de 1920 el crítico de arte Roberto Longhi llevó el nombre de Caravaggio a las altas esferas del arte europeo y le colocó en el centro de la atención pública con esta frase: «Ribera, Vermeer, La Tour y Rembrandt nunca podrían haber existido sin él. Y el arte de Delacroix, Courbet y Manet habría sido totalmente diferente».[35] El influyente artista Bernard Berenson afirmó que sólo Miguel Ángel había ejercido tanta influencia en el arte italiano como Caravaggio.[36]
Tradición moderna
a La decapitación de San Juan Bautista, 1608. Oratorio de la Catedral de San Juan Valletta. Muchos museos de arte, por ejemplo los de Detroit y Nueva York, contienen salas de exhibición donde se pueden apreciar las características de las obras de Caravaggio, — la noche como factor, iluminación dramática, gente normal usada como modelo, interpretación honesta de la naturaleza —. Además, en tiempos modernos, pintores como el noruego Odd Nerdrum y el húngaro Tibor Csernus emularon a Caravaggio en su afán de ver la naturaleza de otra manera. El artista estadounidense Doug Ohlson ha rendido homenjae a la influencia de Caravaggio en el arte con su propio trabajo. El director de cine Derek Jarman llevó la leyenda del artista al séptimo arte en Caravaggio y el falsificador de arte holandés Han van Meegeren utilizó modelos caravaggistas para sus obras falsas. Sólo alrededor de 50 pinturas de Caravaggio sobreviven. Una de ellas, La vocación de los santos Andrés y Pedro ha sido identificada y restaurada recientemente. Esta´resguardada en Hampton Court, y se le han hecho varias copias. Por lo menos dos pinturas de su autoría se han perdido en los últimos años. Richard Francis Burton ha afirmado que existe una imagen (perdida) del Santo Rosario, en la que se muestran a varios hombres rodeando la sagrada figura. Fue destruida en el bombardeo de Dresden, se situaba en el Museo del Gran Duque de Toscana, era obra de Caravaggio. De este cuadro existen varias fotografías en blanco y negro.