Capitulo7

  • December 2019
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  • Words: 945
  • Pages: 7
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CANCION: Bir Demet Yasemen ARTISTA: Zeki Müren

Huidas las mongas, fuimos atando cabos. No habíamos tratado con mogas, sino con un par de magnates profesionales que, haciéndose pasar por siervas del Señor, nos había pretendido apoderase del plano del tesoro, de nuestro tesoro. Cuando comprobamos que el autobús en el que viajamos también era robado, quedamos estupefactos. A la mañana siguiente, nosotros los chicos nos pusimos un pañuelo en la cabeza para pasar por muchachas y todos, habíamos ensayado lo mas agradable de nuestras sonrisas y con Mari Mar al volante, llegamos a la frontera turca. Estábamos muertos de miedo, porque, si descubrieran que el

autobús era robado, darían con nuestros huesos en la cárcel. Y las cárceles repetía Ekaitz, son todas malas pero a las turcas… Mari Mar freno el autobús. Facilito al guardia de fronteras de un montón de pasaportes con los papeles del autobús debajo. Acompañó el paquete con una aplicación sonrisa y, dicharachera como siempre, añadió: -¡A ver cómo nos dejas pasar! ¡Guapetón! Aquel tipo no tenia idea de castellano, pero supo leer la sonrisa de la conducta y la matricula italiana del autobús. Besó el paquete de pasaportes y papeles y, sin mirarlo, lo devolvió acompañada de las siguientes palabras: -¡Avati, señorinas! ¡Bellisima comme la mia mama! Pasamos la primera curva detuvimos el autobús. Nosotros tras habernos estado a punto de sufrir una taquicardia, reíamos, brincábamos y nos abrazamos de emoción. Tomo entonces el volante Elena. Pusimos marcha el motor y gritamos: -¡Yupiii! ¡A Estambul! Estambul es una maravillosa ciudad situada a la orillas del Estrecho del Bósforo que da paso al Mar Negro. Se eleva en un saliente de tierra, un cabo que domina el estrecho. Cuenta con una ciudad antigua, separada de la moderna por un brazo del mar que se domina el Cuerno de Oro y el resto se sitúa al otro lado del Bósforo en la parte que es Asia. En esa preciosa ciudad habitan varios millones de habitantes. Noemí rápidamente se enrolló con un turco de ojos claros y poblados bigotes que nos condujo a un céntrico albergue de mochileros de mochileros que estaba situada entre unas ruinas romanas y la Mezquita Azul. Durante varios días recorrimos la ciudad de cabo a rabo. En autobús, metros, tranvía, barco, visitamos palacios, mezquitas, torres y el cuerno de Oro. Hasta se zabullimos en el Mar Negro.

Un día en el desayuno una neozelandesa que andaba calidísima por mí, nos recomendó acudir a un baño turco próximo al hotel. Una vuelta por Santa Sofía, una visita más a la Mezquita Azul y, cuando el calor empezó a dejar sentir, decidimos ir al baño turco.

Fue una delicia. Disfrutamos del calor, de las montañas de espumas de los aromas orientales, de los masajes y de la caricia de las aguas fresca, cálida o tibia... Nos tumbamos como príncipes y princesas turcas en aquella enorme redonda y caliente mesa de mármol, mientras contemplamos las rendas ventanas de colores de la cúpula que nos envolvía, decidimos que no íbamos a volver en una temporada y que, además de encontrar el tesoro, habíamos de prologar todo lo que pudiéramos un viaje tan delicioso.

Salimos radiantes y dispuestos a saborear un bocadillo de pescado en el muelle de Eminonu, desde donde parten los barcos hacia Asia. Luego el sofocante calor nos llevo a buscar sobra, primero en el Bazar de las Especias y luego en el Gran Bazar.

El dueño de una deslumbrante joyería exhibía un anillo que iba a viajar a la Exposición de Joyas de Moscú. Nieves no le quitaba ojo, pero no atrevía a pedírselo. Itziar, descarada y sin cortarse un pelo, solicito el anillo para su amiga. -Por favor, ¿Podria dejar un momento el anillo a mi amiga? El joyero no estaba dispuesto a acceder a la solicitud de Itziar y respondió con una pregunta. -¿Tiene usted idea del valor de esta joya señorita?- inquirió Itziar se encendió y, saco el tono autoritario que suele utilizar, ordinario con otra pregunta. -¡Tío bueno, trae para acá ese arrito por un momento o te levanto el bigotazo y te como ese morete delante de todo el mundo! Aún dudo el joyero, pero un guiño de Itziar le hizo decidirse a colocar el anillo en el dedo de Nieve. Esta musitó unas palabras de una luz azul de espectacular potencia iluminó el Gran Bazar. Un prologado ¡Ohhhhh! Lleno las bóvedas del Bazar e hizo que el publico turco, abriendo desmesuradamente sus ojos, nos amontonamos en torno de la joyería.

FORMAS DE VIDA:

RETRATOS:

COMIDAS

RECETA: KEBAB Ingredientes: 750 gr de pierna de cordero. 6 cebollas grandes. 1 diente de ajo. 2 dl de nata agria. 2 dl de aceite. 1 hoja de laurel. 10 gr de pimienta en grano. 2 limones. Perejil. Sal. - Dificultad: Difícil. - Preparación:

1.- Pelar 5 de las cebollas y el diente de ajo, y molerlos hasta formar una pasta. 2.- Colocar esta pasta en una cazuela de barro y mezclarlo con la nata agria. Añadir el laurel deshecho con la mano, y los granos de pimienta, previamente molidos. 3.- Lavar, secar y cortar la carne en trocitos de unos 3 cms, y ponerlos en el adobo. Han de reposar durante unas 3 horas, bien tapados en la cazuela. 4.- Ensartar la carne en pinchos y ponerlos en la parrilla del horno con la función de gratinar encendida. Déjala ahí unos 5 minutos, dándoles vueltas de vez en cuando hasta que estén doraditos. 5.- Exprime los 2 limones. 6.- Pela la cebolla restante, rállala y échale unas gotas de limón y una pizca de sal. Vierte entonces el aceite y bátelo todo hasta que parezca mayonesa.

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