Cabeza

  • October 2019
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CABEZA La inspección de la cabeza permite apreciar su conformación general, ya que puede ser normal o estar alterada como consecuencias de traumatismos o bien de tumores invasores como del epiteloma basocelular y otros. Normalmente el diámetro longitudinal de la cabeza es algo mayor que el transversal, en una relación aproximada de 5:3. Cuando el diámetro transversal tiende a acercarse al longitudinal, se habla de braquicefalia, cuando el diámetro longitudinal es el que aumenta se habla de dolicefalia. El aumento del tamaño cefálico o macrocefalia, que en niños se puede responder a raquitismo o a hidrocefalia congénita o adquirida, el aumento cefálico corresponde casi siempre a acromegalia. La inspección permite apreciar también las posiciones anormales, las más frecuentes son la tortícolis o lateroflexión de la cabeza, que rara vez se manifiesta por anteroflexión o retroflexión de la cabeza, que puede observarse en meningitis aguda, o en tétanos; mientras que la anteroflexión se observa ocasionalmente a procesos artrósicos de la columna cervical. Además la inspección nos determina el perfil del rostro del paciente. La inspección del cuero cabelludo permite probar la calvicie (hereditaria), o alopecia, que es la caída transitoria del cabello, debido a tiñas, impétigo, sífilis secundaria, lupus eritematoso, peladas nerviosas y secundarias a drogas citotóxicas. La palpación nos permite descubrir la existencia de edema hematomas, o más rara vez de enfisema subcutáneo a nivel del cuero cabelludo; además en lactantes se aprecia las fontanelas y la presencia de craneotabes o ablandamiento de los huesos craneanos. La frente es la zona que queda entre la implantación del cabello y las cejas, es habitualmente más ampliamente en el hombre que en la mujer, cuando esta amplitus es exagerada se habla de frente olímpica relacionada con raquitismoi y con heredosífilis o bien ser constitucional. Las cejas constituyen una agrupación pilosa que pueden dar gran expresividad al semblante, la caída de estos pelos se observa en mixedemas. Los ojos son asiento de una rica semiología. Los párpados , la inspección puede descubrir edema, si éste es bilateral las posibilidades a considerar serán edema renal, y con menro frecuencia, mixedema, anemia hipocroma o triquinosis. La inflamación de los párpados o blefaritis si sigue un curso crónico, especialmente se ve en los viejos, llegando a ocasionar con el tiempo la eversión (ectoprión), o bien su inversión (entropión). La imposibilidad de levantar el párpado inferior, puede deberse a parálisis del III par craneal o blefaoespasmo, si la caída del párpado es sólo parcial y se acompaña de miosis

enoftalmo y anhidroftalmo de ese lado, en cambio, la imposibilidad de ocluir el párpado o lagoftalmo se observa característicamente en la parálisis periférica del VII par craneal y en raros casos de oftalmopatía bassedowiana. La conjuntiva palpebral es un buen sitio para apreciar la palidez que traduce la existencia de una anemia, la conjuntiva bulbar es el mejor sitio para apreciar la ictericia, allí se ubican también las hemorragias subconjuntivales que son relativamente frecuente en niños con tos ferina y también en adultos. El edema de la conjuntiva bulbar se denomina equimosis y puede observarse en lo síndromes nefrósicos intensos, ne la triquinosis y en LES. El aumento del lagrimeo o epífora, se observa en casos de conjuntivitis, cuerpos extraños u obstrucción nde la vía lacrimal. En cambio, su disminución o xeroftalmia es característica del síndrome de Sjogren. El global ocular puede estar normal, protuido (exoftalmo) o hundido (enoftalmo), el enoftalmo bilateral se observa en deshidratación intensa y en la caquexia avanzada; en cambio, la unilateral, forma parte del síndrome de Bernard Horner. Normalmente los globos oculares se mueven armónicamente, manteniendo cierto paralelismo de sus ejes. Cuando uno de ellos se desvía se denomina estrabismo, el que puede ser hacia adentro (estrabismo convergente), hacia fuera (divergente), hacia arriba (sursumvergente) o hacia abajo (deorsumvergente), los que están traduciendo compromiso del VI par, del II par o más rara vez del IV par. El estrabismo puede ser funcional o paralítico; en este último caso el enfermo presenta visión doble o diplopía, debido a que las imágenes no se producen en puntos simétricos de la retina; en cambio, el funcional ha aprendido a prescindir de la imagen más débil y no acusa diplopía. En la parálisis del II par, que es la más frecuente hay ptosis, parálisis de todos los movimientos (con excepción de la desviación hacia afuera) y midriasis por parálisis pupilar. La córnea es normalmente transparente, lo que le permite apreciar la transparencia del cristalino o su opacificación en casos de catarata, con la edad puede un anillo grisáceo en su parte periférica, llamado arco senil, sin mayor significación clínica., las opacidades o leucomas (llamadas vulgarmente nubes)son secuelas la mayoría de las veces antiguas queratitis. Las pupilas normales son redondas e iguales (isocoria), se contraen a la luz y a la visión de cerca, y se dilatan en la oscuridad y con la visión a distancia, cuando son desiguales , se habla de anisocoria, en este caso, se excluyen las malformaciones congénitas como primera posibilidad de sífilis del sistema nervioso. A la ceguera se denomina amaurosis y la distsminución de la visión ambliopía, la ceguera de la mitad del campo visual de algún ojo, se denomina hemianopsia, y la ceguera de una zona bien delimitada de un campo visual, escotoma, el que puede afectar la mácula o porciones más periféricas de la retina.

Puede existir ceguera sólo para ciertos colores: es la discromatopsia, conocida como daltonismo, la disminución de la visión en el crepúsculo y de noche se denomina hemeralopía. Cuando la luz ocasiona una sensación desagradable e incluso dolorosa, se habla de fotofobia, la que se observa en algunas afecciones oculares y también a menudo en afecciones virales. Pasando a la nariz, se establece una gran variedad de formas, dependiendo en gran medida del origen racial, pero se encuentran ciertas deformaciones, como la nariz en silla de montar, se relacionan con heredosífilis; por otro lado la hipertrofia global de la nariz con color afrutillado, se conoce con el nombre de rinofima, se relacionan con etapas avanzadas del acné rosáceo. El color de la nariz puede variar a azulada o violáceo en caso de cianosis y a rubicundez, en caso de lupus eritematoso sistémico o alcoholismo crónico. En caso de ocena o rinitis crónica atrófica, la secreción es espesa, de color verdoso, costroso y muy fétido, es frecuente el sangrado nasal o epistaxis, que si posible excluir una causa traumática, obliga a pensar en diátesis hemorrágicas. Las orejas tienen habitualmente un tamaño normal, pero pueden ser grandes (macronatia) o pequeñas (micronatia), variaciones sin mayor significación semiológica, pero su color como ya vimos ocurre en la nariz, adquiere un tono violáceo en casos de cianosis y un tono pálido en casos de anemia o amarillenta en casos de ictericia. Lo más importante es el hallazgo de tofos de consistencia dura en el h´´elix, se debe sospechar de gota y buscarse intencionalmente la presencia de tofos. El conducto auditivo externo puede dar salida al líquido cefalorraquídeo (con aspecto de sangre aguada), o puede ser supurada en caso de otitis media. La audición puede estar a veces exaltada (hipercusia); pero más frecuente es la disminución de la agudeza auditiva (hipoacusia), que puede llegara sordera (acusia). Respecto a la boca, se ve los labios, es difícil que se escape a la simple inspección un defecto congénito como el labio leporino, que además no le permite silbar al enfermo. Por otra parte el labio pude ser asiento de lesiones de origen semiológico como herpes labial, la queilosis o estomatitis angular, el chancro sifilítico. Para el exmane de la cavidad bucal, es imprescindible una baja lengua y una buena iluminación o linterna. Allí puede descubrirse manchas negruzcas, llamadas melanoplaquias, enantemas que acompañan alas fiebres eruptivas; las manchas de Koplik, como también diversas formas de estomatitis, catarral, aftosa, ulceronecrótica o de Plaut-Vincent. Las encías puede ser asiento de inflamaciones gingivitis, o enfermedad periodontal que puede llevar a una periodontitis con movilidad de dientes y formación de pus.

La lengua normal es húmeda, papilada y rosada ala inspección. Su alteración más común la constituye una pátina blanquecina que se deposita en su superficie y que llamamos saburra, formada por descamación del epitelio lingual y algunas partículas alimenticias. El tamaño guarada con relación a la cavidad bucal, entonces hablamos de macroglosia, la que se observa en acromegalia, cretinismo e idiocia mongólica. La sequedad de la lengua puede observarse en casos de deshidratación, respiran por la boca, urémicos crónicos terminales donde se agrega las resquebrajaduras y fuliginosidades. La atrofia de las papilas (lengua lisa o despabilada), se observa en anemia de Biermer, en deficiencias del complejo B y también en los que usan prótesis dentaria superior de acrílico. La lengua puede ser asiento de aftas que producen ardor y sialorrea (salivación exagerada) y de infecciones por hongos (algorra o muguet), que simulan partículas de sémola sobre la lengua. El trismus o imposibilidad de abrir la boca por espasmo de los masticadores se observa en el absceso peritonsilar. La faringe puede inflamarse (faringitis) por diversos agentes etiológicos, los más frecuentes son los virus que además afectan la nariz y la laringe ocasionando coriza y disfonía. El paladar duro puede adoptar una forma ojival, deformación congénita que acompaña generalmente a otras malformaciones congénitas, especialmente cardiopatías congénitas, el exceso de salivación o sialorrea se observa en las diversas formas de estomatitis. Examen de Agudeza visual La agudeza visual corresponde a lo que en un instrumento óptico (microscopio) se reconoce como poder de resolución, es decir, la capacidad del ojo de discriminar como separados los elementos

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