ECONOMÍA-BRASIL: Deuda externa en extinción aparente Por Mario Osava RÍO DE JANEIRO, feb (IPS) - Con un sorprendente aumento del superávit comercial, Brasil pudo reducir su deuda externa a la menor suma de los últimos 10 años, alimentando proyecciones optimistas de los expertos, que consideran superado el problema que atascó a la economía de este país desde 1980. La deuda terminó el año pasado en cerca de 165.000 millones de dólares. El último dato divulgado por el Banco Central era de 181.402 millones de dólares a fines de octubre, pero en diciembre Brasilia pagó 15.440 millones al Fondo Monetario Internacional (FMI), extinguiendo un préstamo que vencería en 2007. Como las reservas cambiarias ascendieron a 53.799 millones de dólares en diciembre, la deuda externa neta es hoy ligeramente inferior a lo que el país exporta en un año, una situación bastante cómoda en comparación con 2002, cuando equivalía a más de tres años de ventas al exterior. México anunció que acabó con su deuda externa en la práctica, ya que su total actualmente es inferior a las reservas cambiarias, de cerca de 69.000 millones de dólares.. Brasil podría alcanzar igual situación en 2010 si mantiene la tendencia actual de su economía, sostuvo Luiz Carlos Mendonça de Barros, ex ministro de las Comunicaciones y designado asesor económico del gobernador del meridional estado de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, un fuerte postulante a la presidencia en las futuras elecciones. Pero es falsa la impresión de que se superó por completo la vulnerabilidad externa brasileña. Cualquier crisis financiera internacional podría causar una fuga de capitales, como ocurrió varias veces en el pasado, y forzaría al país a endeudarse más, dijeron a IPS activistas de Jubileu Sur, red de movimientos y organizaciones sociales que rechazan el pago de la deuda, el libre comercio y la militarización mundial. Por otra parte, los activistas advierten efectivos nocivos en el campo social. El pago de intereses y amortizaciones de la deuda sumaron el equivalente a más de 9.000 millones de dólares el año pasado y al total de las inversiones del gobierno en educación y reforma agraria, señaló Rodrigo Ávila, miembro de Jubileu y economista del Sindicato de Auditores Fiscales (Unafisco) de la Receita Federal (administración de impuestos y de aduanas). La reducción de la deuda externa se logra aumentando los costos económicos y el sacrificio de la población, dijo por su parte Sandra Quintela, integrante de la coordinación nacional y continental de Jubileu y economista del independiente Instituto de Políticas Alternativas para el Cono Sur. El pago anticipado al FMI, por ejemplo, se hizo con emisiones de títulos de la deuda pública en reales (moneda local) que remuneran los inversionistas con altas tasas de interés, actualmente en 17,25 por ciento al año, pero cuyo promedio en 2005 fue de 19,05 por ciento. El préstamo del FMI era muchísimo más barato. El gobierno hizo un pésimo negocio cambiándolo por deuda más cara antes de su vencimiento, sostuvo el economista Affonso Celso Pastore, ex presidente del Banco Central. El costo financiero de la deuda con el organismo multilateral era de sólo cuatro por ciento al año, tres veces más bajo que el de la deuda interna, en términos reales, según la presidenta de Unafisco, Maria Lucia Fatorelli. Jubileu Sur reclama una auditoria de la deuda externa de los países en desarrollo. En los últimos 20 años, América Latina pagó nueve veces el valor de su deuda, pero ésta no sólo no se extinguió, sino que su total se duplicó en ese período, indicó Quintela.
Argentina también adelantó el año pasado el pago de 9.810 millones de dólares al FMI. Tanto el presidente argentino Néstor Kirchner como su par brasileño Luiz Inácio Lula da Silva destacaron que sus países así habían recuperado la independencia en materia económica. En realidad, el pago anticipado de Argentina fue el resultado de la fuerte presión del FMI ante la necesidad de Estados Unidos de financiar sus gastos militares en el marco de la "guerra mundial contra el terrorismo", que consumen unos 2.000 millones de dólares por día, sostuvo Quintela. De todas formas, la decisión del gobierno de Kirchner contribuyó a forjar la idea de que la deuda externa podría ser un problema del pasado en América Latina. Pero no todos están de acuerdo. "La posición cambiaria brasileña mejoró mucho, pero la deuda no acabó y sigue siendo un problema", dijo a IPS el economista Carlos Tadheu de Freitas, ex director del Banco Central. Las reservas brasileñas todavía son insuficientes para ofrecer seguridad y pueden "desaparecer en minutos", alertó. La reducción de la deuda externa, lograda gracias a un elevado superávit comercial en varios años, es una tendencia "entre los países exportadores de productos básicos", cuyos precios subieron últimamente, observó Freitas. En Brasil, los productos agrícolas y el hierro responden por la casi totalidad del saldo a favor en la balanza comercial, que, junto a los altos intereses, mantiene al real cada día más sobrevaluado. El temor entre los economistas ahora es la "enfermedad holandesa", en referencia al problema de la sobrevaluación cambiaria sufrida por Holanda hace cuatro décadas debido al gran superávit impulsado por las exportaciones de gas. Esa situación conduce a la pérdida de competitividad de la industria y consecuente desindustrialización del país. (FIN/2006) Envíe sus comentarios
Brasil Deuda externa Brasil > Economía Deuda externa: $230,3 miles de millones (30 June 2007)
Año Deuda externa Posición Cambio Porcentual Fecha de la Infor 2003 $222.400.000.000
2
2004 $214.900.000.000
6
-3,37 %
2005 $219.800.000.000
9
2,28 %
2
2006 $188.000.000.000
22
-14,47 %
2
2007 $176.500.000.000
27
-6,12 %
30 November 2
2008 $230.300.000.000 25 30,48 % 30 Jun Definición: Esta variable da el total de la deuda pública y privada contraída residentes reembolsable en divisas, bienes o servicios. Estas cifras se calcul tipo de cambio corriente, es decir sin tomar en cuenta la paridad del poder adquisitivo (PPA).
Fuente: CIA World Factbook - A menos que sea indicado, toda la información esta página es correcta hasta el 16 de mayo del 2008 Ver También •
Gráfico de Deuda externa por año
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Deuda externa - Mapa Comparativo
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Nota: Balances fin de año 31 de diciembre. Fuente: Banco Central do Brasil.
Brasil - Deuda externa (miles de millones US$)
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Año Deuda externa (miles de millones US$) 2000 200 2001 232 2002 251 2003 222.4 2004 214.9 2005 219.8 2006 188 2007 176.5 2008 230.3
Definición de Deuda externa: Esta variable da el total de la deuda pública y privada contraída con no residentes reembolsable en divisas, bienes o servicios. Estas cifras se calculan al tipo de cambio corriente, es decir sin tomar en cuenta la paridad del poder adquisitivo (PPA).
Brasil cancela su deuda con el FMI
Un gobierno de izquierda saliendo por derecha Paola Visca
Los mercados financieros internacionales están alborotados por la noticia: Brasil decidió ponerle fin a la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Un orgulloso ministro de hacienda, Antonio Palocci y su equipo económico, junto a un orgulloso presidente Lula, dieron a conocer la noticia. Un anuncio de este tipo, proviniendo de Brasil, y desde un gobierno de izquierda, hubiera despertado la preocupación de la comunidad financiera internacional, ya que se perdería un poderoso instrumento de control en una de las más importantes economías del mundo.
Sin embargo, nada de eso ha sucedido. En realidad el anuncio fue visto con muy buenos ojos por la comunidad financiera internacional, que felicitan al gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva. Es que Brasil sale del FMI cumpliendo no sólo las metas impuestas por ese organismo, sino otras metas, todavía más rigurosas y restrictivas, generadas por su propio equipo económico. Es un gobierno de izquierda que sale del Fondo por la derecha, y con un apretón de manos desde Wall Street. En una actitud que podría tildarse de opuesta a la que tuvo Argentina, aquí no existió el default, ni hubo discursos de denuncia pública. Brasil anunció nada menos que saldará dos años antes del plazo su deuda total con el FMI, que asciende a US$ 15.500 millones. Este hecho que a primera vista se muestra como sorpresivo en realidad responde casi naturalmente a una política económica que siempre apuntó a generar superávit fiscal. Esos ahorros permiten iniciar un camino de desvinculación del FMI, pero también han representado a lo largo de estos años durísimos recortes a los programas sociales y ambientales. Es inevitable comparar cómo los dos grandes de América del Sur desarrollaron sus respectivas modalidades de encarar la deuda externa. Argentina optó por el camino riesgoso, de confrontación y exposición a la crítica y cese del financiamiento internacional (más afín con lo que se podía esperar de una política de izquierda) cuando, cuatro años atrás se declaró en default (con los acreedores privados, pero continuó pagándole al FMI). Mientras que Brasil, haciendo uso de su tradicional “diplomacia lusitana” opta por la estrategia inversa: no solo pagarle al FMI, sino que hacerlo dos años antes de su vencimiento. La política fiscal restrictiva llevada adelante por Brasil en los últimos años posibilitó la decisión de adelantar el pago de la deuda, lo que es alabado tanto por especialistas internacionales como por el propio presidente del FMI, el español Rodrigo Rato. Sin embargo, no hay que olvidar los costos que este esfuerzo (que podría considerarse excesivo) representó y representa para el país, al debilitar el financiamiento de las políticas sociales. Un superávit fiscal elevado, incluso por encima de la meta pautada por el Fondo, implicó además que el mercado interno prácticamente se estancara y el crecimiento del país estuviera basado casi exclusivamente en el impulso exportador. A su vez, el gobierno ha tenido que sostener altas de interés para controlar la inflación, y varios sectores productivos se han visto perjudicados por no lograr acceder al crédito, en tanto es muy caro. Hay que reconocer, sin embargo, que las finanzas de Brasilia no podrían estar mejor, o al menos, son las mejores de los últimos tiempos. Las reservas alcanzan los US$ 67.000 millones y el superávit comercial no ha dejado de crecer en los años pasados estimándose para este año en 44 mil millones de dólares. Bajo este contexto el equipo económico tomó la decisión de utilizar parte de las reservas y saldar la deuda, lo que se concretará antes de fin de año.
Brasil mantiene actualmente una deuda en títulos de USD 400.000 millones y una deuda externa pública de USD 60.000 millones (La Nación, Argentina, 14 de diciembre de 2005). Ya en marzo de este año se había anunciado la decisión de no renovar el acuerdo con el Fondo, y en ese sentido durante el resto del año se hizo lo necesario para poder cumplir con ese objetivo. La historia reciente de relacionamiento con el FMI se remonta a 1998, cuando el país recibió un paquete de ayuda de US$ 41.500 millones, al que se sumó en agosto de 2002 otra operación de socorro de US$ 30.000 millones, cuando Brasil no había retomado aún las altas tasas de crecimiento que mostraría después. Dada la buena conducta mantenida por el gobierno, a la fecha “solamente” restan por pagar al organismo multilateral US$ 15.500 millones. Si bien la medida tomada por el gobierno permitirá ahorrar 900 millones de dólares por concepto de intereses, interesa el camino que de ahora en más va a transitar el gobierno en materia fiscal. Se supone que seguirá una conducta que le permita mantener el equilibrio y no sobrepasarse en los gastos, situación que obligaría a recurrir nuevamente a los préstamos de los organismos de crédito. Pero, también es verdad que la excusa de alcanzar un determinado superávit fiscal para hacer frente a los pagos del Fondo ya no podrá ser utilizada para no llevar adelante las medidas que son reclamadas por distintos grupos sociales. Brasil se desvincula del Fondo con el beneplácito del mundo financiero, donde la imagen del país frente a los inversores externos y las calificadoras de riesgo puede permitir incluso que alcance el grado de inversión. Sin embargo, la desvinculación no es completa, ya que desde ahora se anuncia que misiones del FMI arribarán a Brasilia en marzo del año próximo para monitorear la salud de las finanzas brasileñas, claro que supuestamente en calidad de revisión de rutina tal como se aplica a cualquier socio del organismo. Se mantiene un desafío básico: la política económica debe orientarse a los problemas sociales y ambientales de Brasil, a través de la promoción del desarrollo y no sólo el crecimiento exportador. Por lo tanto, uno se pregunta si el gobierno de Brasil podrá, desde la derecha, regresar a la izquierda.