Entre Misioneros . . . Boletín N 95, mayo 28 de 2009
Bruselas, Mayo 2009
Saludo de manera cordial en el Nombre de Jesús al Honorable Consistorio de Ancianos, al hermano Vicente Arango, director de misiones extranjeras y a toda la amada iglesia en Colombia. Es muy grato para mí poder dirigirme a usted en un momento tan especial para nosotros como familia misionera y para la Iglesia del Señor en Bélgica. El pasado 9 de mayo cumplimos dos años de labores en el campo misionero en el Reino de Bélgica; dos años cargados de muchas más experiencias de las que hayamos podido vivir en el pasado en un lapso de tiempo similar. Y como es natural no podemos dejar pasar esta oportunidad para compartir con nuestra retaguardia las impresiones que hemos ido recogiendo a través de las experiencias vividas. Cada año que pase en cualquier faceta de la vida trae consigo momentos de reflexión, de balances, de evaluación; y nosotros no somos ajenos a este tipo de ejercicio. Sean cuales hayan sido las experiencias vividas; buenas, malas, duras, tristes, fuertes, agradables o satisfactorias, en cada una de ellas la conclusión siempre ha sido y será la misma: DIOS HA SIDO FIEL. ÉL ha estado por encima de todo y su amor y su gracia ha sobrepasado todos los obstáculos personales y propios del campo misionero. Entendemos y aceptamos que cada situación hace parte de este oficio y del proceso de Dios para fundir nuestra identidad y darnos una nueva. Una más acorde al trabajo y al reto que tenemos delante: reflejarle su rostro en este país. Actualmente estamos haciendo cinco reuniones por semana. Dos en Bruselas y tres en Amberes. El número de bautizados es de 10 personas. Tenemos un bonito grupo de almas que se reúnen cada semana para escuchar la Palabra de Dios con
el deseo de conocerle más. Un grupo muy multicultural por cierto, pues hay colombianos, venezolanos, peruanos, ecuatorianos, belgas, portugueses, una paraguaya y una rumana, y un dominicano.
Por el momento hay dos personas que están tomando clases bautismales; Fernando, un portugués, y Damaris, una mujer peruana. Esperamos próximamente verles bajar a las aguas bautismales. Con el paso de los días la Iglesia del Señor en Bélgica se ha ido fortaleciendo y estructurando. Hemos formado un programa de ayuno y de evangelismo. Cada mes realizamos una actividad grande para recaudar fondos para cubrir las necesidades económicas de la iglesia, aparte de las pequeñas actividades semanales. Seguimos perfeccionando el francés y cada vez. En nuestros servicios en Bruselas hemos comenzado a cantar en español y francés. Por el momento estamos ejercitándonos ocasionalmente en hacer toda la reunión en los dos lenguas; aunque nuestro propósito antes de finalizar el año es hacer de tiempo completo los cultos francés- español. Con relación a Amberes, cantamos en españolneerlandés. Aquí la situación es un poco más complicada pues sólo la hermana Narcisa y los niños dominan la lengua, refiriéndonos al grupo de la iglesia; pues el grupo de visitas que se congrega
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habla el idioma. Recuerden que dos personas que vienen ocasionalmente a los cultos en Amberes son neerlandofones; Philippe y Joke, aunque gracias a Dios Joke habla español y Philippe habla francés. Es así como logramos compartir con ellos, aunque las reuniones se hagan traducidas al neerlandés cuando ellos vienen a los cultos.
En cuanto a la familia misionera, habitamos en Bruselas que es una ciudad donde predomina el francés. Hasta el momento nuestras energías han estado dirigidas en aprender y mejorar el francés para posteriormente con el neerlandés. Nos resta agradecer al honorable Consistorio de Ancianos y a todos nuestros hermanos de la retaguardia en todo el mundo por ayudarnos a sostener nuestros brazos en alto para Cristo sea conocido en esta nación.
Giovanni, Amada, Nicole y Giovanni Andrés Misioneros Bélgica