LA MASTURBACIÓN CONCEPCIÓN RELIGIOSA Y RESPUESTA DESDE LA TEOLOGÍA, Y LAS DIVERSAS CIENCIAS; PARA NUESTRAS IGLESIAS EVANGELICAS EN EL SALVADOR.
RESUMEN. PALABRAS CLAVES: ABSTRACT. KEYWORDS. INTRODUCCIÓN. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN.
I.
LA MASTURBACIÓN; ANTECEDENTES CONCEPCIÓN SECULAR Y RELIGIOSA.
HISTORICOS
SU
A. ANTECEDENTES HISTORICOS RELACIONADOS A LA CULTURA. Se ha dicho que la palabra masturbación provendría del vocablo latino manus stuprare, algo así como “cometer estupro contra uno mismo utilizando las manos”. La palabra onanismo que, como se sabe, es otra manera de nominarla, deriva de Onán, personaje bíblico que, a la muerte de su hermano, le fue ordenado por mandato divino copular con la viuda. Para no embarazarla, eyaculó fuera de la vagina de su cuñada, tras lo cual, “por la pérdida de simiente y la desobediencia de la ley de Levirato”, fue castigado por Yahvé1. Podrá observarse que, en realidad, más que un acto masturbatorio fue el primer caso consignado de coitus interruptus. Por lo tanto, ambas palabras: masturbación y onanismo llevan implícita una connotación negativa. El origen de la palabra procede del latín más: órgano sexual masculino, y turbatio: excitación, y según otros de manu y strupatio: seducción por la mano. Excitación manual del sexo. Inicialmente se la llamó en la Biblia onanismo, en referencia a Onán (Génesis, 38,1). La masturbación es un fenómeno asociado a la pornografía, aunque puede ir separado de ella. Su uso aparece por
primera vez, con este nombre, en el año 40 a. C., utilizado por Marcial, poeta hispano-romano nacido en Aragón (Rojas, 2004, p.206).
Históricamente la masturbación ha sido un tema tabú y controversial. A pesar de los conocimientos científicos actuales, aún existe desinformación, confusión y contradicción, no sólo en la población general, sino también en el ambiente de la iglesia cristiana evangélica. Desde las primeras civilizaciones existe información frente al tema que, desde distintas perspectivas y visiones, ha generado una serie de cuestionamientos; Es así como en el año 388 a.C., Aristófanes, decía que la masturbación “era una práctica indigna de los hombres, exceptuando los niños, los esclavos y las mujeres”. En la Biblia no aparece una prohibición expresa de su práctica, pero sí en forma implícita como en el caso de la transgresión de Onán, ya que todo acto sexual no destinado a la procreación era castigado. En sociedades2 como la egipcia y la grecorromana existía, al menos entre las clases dominantes, un alto grado de liberalidad sexual. Hay referencias a cultos fálicos y a masturbaciones en grupos en las fiestas. Entre las civilizaciones precolombinas es difícil encontrar datos fehacientes sobre el tema, pero por ciertas producciones artístico-ornamentales y por las costumbres de algunos grupos indígenas de la actualidad, que guardan similitud con sus antecesores en la zona, puede inferirse que la masturbación era tolerada. B. DESARROLLO HISTORICO. B.1. DESDE LOS GRIEGOS HASTA LA ERA DE LAS TINIEBLAS. En la Antigua Grecia, parece que los griegos consideraban la masturbación pública algo inadecuado pero no un delito. Se dice de Diógenes el Cínico (412323 a. de C.), un filósofo que vivía en un tonel y sentía un gran desdén por las normas sociales, que practicaba la masturbación en público y que había manifestado, mientras le reprendían, que ojalá pudiera saciar el hambre de un modo tan sencillo, frotando sus tripas. Esta escena en nuestros parques y plazas actuales no se zanjaría con una amonestación, sino que provocaría un escándalo, una serie de insultos y, quizás, hasta una denuncia y un billete directo a una evaluación psiquiátrica. A pesar de todo lo anterior, los corintios erigieron en honor de Diógenes una columna de mármol por su sabiduría. En el siglo XII, el teólogo y filósofo Alberto Magno caviló, instruyéndose con el conocimiento que le había legado la historia, y llegó a la conclusión de que el
semen provenía del cerebro, debido a la similitud entre ambos. Una de las pruebas que convertían esta conclusión en irrefutable era el caso del monje que, ardiendo de deseos por una dama, pasó una noche entera masturbándose, hasta sesenta y seis veces, y murió. La autopsia reveló que los ojos estaban deshidratados y su cerebro tenía el tamaño de una granada. Quizás hoy al monje le diagnosticarían alguna enfermedad degenerativa que no tendría nada que ver con la masturbación, pero que entonces era desconocida. Durante la Edad Media, la masturbación se convirtió en pecado por tratarse de un acto contra la ley de Dios, pero aún estaba poco atendido porque la sodomía, la fornicación y el adulterio eran ofensas mucho más graves. Aunque la masturbación había ido adquiriendo implicaciones religiosas y morales negativas, no había sido vinculada aún al deterioro físico. La mala suerte de la masturbación podía empeorar. B.2. ERA ANTIMASTURBATORIA. A finales del siglo XVI y durante el XVII aparecieron diversas publicaciones sobre la masturbación que abonaron la creencia de que esta práctica podía causar graves daños físicos y mentales que impedirían al masturbador una vida normal y le incapacitarían para las relaciones matrimoniales. Esta nueva visión de la masturbación, situada en las antípodas de la práctica terapéutica de Galeno, fue calando hondo en la sociedad, que acogía con cierta inquietud estas creencias, refrendadas por la nueva medicina y los avances en el descubrimiento del cuerpo humano. Para algunos médicos la masturbación pasó a ser violencia manual. Consideraban que la fricción masturbatoria muy diferente a la del coito, era nociva para la estructura interna de los genitales y producía lesiones que causaban impotencia, eyaculación precoz, infertilidad y, con mayor frecuencia, supuración. La nueva concepción médica podía echar raíces en el ámbito de la moral judeocristiana, ya que era congruente con su doctrina. El mandato de “creced y multiplicaos”, la pérdida de semen como algo mortífero y pecaminoso, por contravenir la ley divina, se vinculaba de manera coherente con el episodio relatado en el Génesis. Onán, hermano del difunto Er e hijo de Judá, debía casarse con Tamar, su cuñada, ya que ella no había tenido descendencia del fallecido. Pero Onán, pensando que el hijo varón que pudiera engendrar en aquella unión no sería suyo sino el heredero de Er,
eyaculó fuera de su cuñada para no embarazarla. La transgresión de la ley cometida por Onán fue castigada con su muerte. La muerte bíblica de Onán abría paso a la de cualquier masturbador, lo que era campo abonado para el desarrollo del rol que tomaría a partir de ese momento la medicina en la lucha antimasturbatoria y en el estudio de los daños físicos y mentales de la masturbación. Algunos médicos llegaron a profetizar que, si no se atajaba el mal de raíz, la raza humana se iría debilitando y degeneraría, pues se pensaba que los hijos de los masturbadores eran más débiles que los otros. C. MASTURBACIÓN HASTA EPOCA MODERNA. En los comienzos del siglo XVIII, un monje inglés edita un panfleto donde profiere terroríficas advertencias contra la masturbación y la rebautiza onanismo. La primera aparición de una obra médica dirigida contra la masturbación apareció en 1710 y su autor fue un médico inglés llamado Becker, quien publicó Onania3, en clara alusión bíblica. En 1758 un médico suizo llamado Tissot llegó a afirmar que la masturbación era la más mortífera y siniestra de las prácticas sexuales y que al daño físico y psíquico sobrevenía un daño moral con el castigo divino consiguiente. Allí también afirmaba que la pérdida de una onza de semen por vía masturbatoria era tan debilitante como la pérdida de 40 onzas de sangre. El psiquiatra alemán Krafft-Ebbing (1886) difundió la idea de que, en la base de ciertos cuadros psicóticos, estaba la práctica masturbatoria. Para el médico Tissot (1758) y sus seguidores, la masturbación producía: melancolía, crisis histéricas, ceguera, impotencia, esterilidad, oligofrenias, demencias, cardiopatías (llegó a describirse un corazón del masturbador), adelgazamiento, tuberculosis y calvicie. Durante años, han existido mitos y fantasías acerca de la masturbación como los siguientes: Es un acto que se realiza sólo en la adolescencia; Las mujeres no se masturban; El que se masturba se envicia; Si se tiene pareja estable, es anormal masturbarse; Produce daño mental y debilidad física; Produce daños en la personalidad; La persona que se masturba es perversa; Hace salir pelos en la palma de la mano; Causa malformaciones físicas en la zona genital (se caen los testículos, crece el clítoris); Causa disfunciones sexuales (eyaculación retardada, frigidez); Hace aparecer pecas en la cara y acné; Produce ojeras (Bardi, 1986, p.3).
Afortunadamente, no todos los médicos compartieron estas creencias, ni tampoco todos los hombres y mujeres de la época se dejaron influir por el temido síndrome postmasturbatorio. Por ejemplo, en el siglo XIX, muchos higienistas
españoles, que también buscaban preservarla salud de la gente, consideraron que los planteamientos de Tissot eran una exageración y que sus escritos, lejos de alejar a los jóvenes de la práctica masturbatoria, les empujaba a ella por las imágenes ardientes y explícitas que contenían. Recién a fines del siglo XIX comienza a producirse un cambio de mentalidad y a considerarse que la masturbación no era causa, sino que podía, en los casos compulsivos, ser consecuencia de trastornos mentales. Entre 1911 y 1912, en la Sociedad Psicoanalítica de Viena, hubo un Simposio sobre el onanismo. Allí, Freud4 dijo: “también puede hablarse de un retorno terapéutico del onanismo, muchos de ustedes ya habrán hecho, como yo, la experiencia de que es un libre progreso que el paciente ose de nuevo practicar el onanismo en el curso del tratamiento” . En el mismo encuentro, Reich5 llegará a decir que “si un paciente logra su primer orgasmo, por lo menos masturbatoriamente, es un logro en camino hacia la mejoría”. D. MOVIMIENTO “NO FAP”. NoFap fue fundado en junio de 2011 por Alexander Rhodes después de un hilo en Reddit que trataba sobre un estudio Chino hecho en el 2003 que demostró que los hombres que no se masturbaban por siete días experimentan un 45.7 % de aumento en el nivel de testosterona, el cual estaba en la página principal del popular foro Reddit.1 Después de esto, Rhodes creó NoFap como una comunidad de foro “subreddit” dentro del mismo Reddit. Al principio, NoFap ejecuto retos semanales y mensuales para un grupo pequeño de personas en el foro, y entonces los administradores del subreddit de NoFap decidieron crear un sistema para llevar el registro de los días de abstinencia. Hoy en día los miembros de foro proponen sus retos propios basados en sus objetivos personales propios. Después de abstenerse de la pornografía y la masturbación por un período de tiempo, algunos de los usuarios de NoFap reclaman, entre otros, “aumentos dramáticos en confianza social, energía, concentración, acuidad mental, motivación, autoestima, estabilidad emocional, felicidad, coraje sexual, y ser más atractivo al sexo opuesto”. Algunos usuarios de NoFap dicen que sus cerebros estaban deformados por el porno, a expensas de relaciones reales. El consenso médico es que no hay ningún daño de prácticas de masturbación normal. El Doctor Kellogg médico estadounidense que dirigió el sanatorio de Battle Creek, pero más conocido en nuestros días por los cereales que muchos hemos
desayunado sin sospechar su origen recomendaba una dieta rica en cereales y ejercicio para evitar la masturbación y mantener la salud. Y en caso de que la dieta fracasara, aconsejaba que se procediera a cauterizar el clítoris con sustancias cáusticas y a practicar la circuncisión sin anestesia a los niños, porque el momentáneo dolor serviría de escarmiento y disuadiría a los insensatos masturbadores de continuar practicando lo que él denominaba significativamente autoabuso. II. LA MASTURBACIÓN; ENFOQUE TEOLÓGICO DIFERENTES CIENCIAS COMPLEMENTARÍAS.
DESDE
LAS
A. ENFOQUE TEOLOGICO. Aproximaciones pastorales a la masturbación: Algunas falsas aproximaciones: La aproximación más descaradamente errónea consiste en pensar que los adolescentes terminarán por superar este problema de forma natural. Muchos no lo logran. Otro mito es pensar que si uno practica la masturbación tiene menos probabilidad de tener sexo con personas de su mismo sexo o del sexo opuesto. Esto puede ser así en algunos casos, pero la experiencia de muchas personas es que la masturbación los preparó para tener sexo interpersonal. También, en ciertas situaciones, algunos han recomendado la masturbación como un medio para aliviar tensiones corporales, como una forma de terapia sexual. Otros terapeutas usan la masturbación como supuesta terapia para revivir experiencias traumáticas sexuales ocurridas durante la niñez (aproximación que ya no es usada por médicos serios). Algunos homosexuales han usado la masturbación mutua como sexo seguro. Ciertos consejeros incluso minimizan el problema obviando cualquier advertencia fuera de no preocuparse por el tema. De hecho, muchos sacerdotes, seminaristas y profesores de religión en nuestras escuelas todavía consideran el hábito de la masturbación como un tema de poca importancia, o quizá como un problema puramente psicológico. Algunas aproximaciones útiles: La actitud correcta parece ser tratar la masturbación habitual y la compulsiva como problemas que tienen solución, siempre y cuando se siga un programa de vida espiritual. La persona que tiene este problema debe hacerse responsable de su futuro. A medida que más se libere de su desorden, también se volverá más responsable. Esto quedará más claro al presentar algunas situaciones típicas de las distintas condiciones de vida. Aquí se pueden mencionar:
Adolescentes: Teniendo en cuenta que los adolescentes reciben un bombardeo de estímulos sexuales a través de los medios de difusión, que de sus padres y maestros a menudo descuidan darles directrices morales, y que incluso los sacerdotes y religiosos permanecen en silencio sobre este tema, no debería sorprendernos que los más jóvenes ignoren la moralidad de la masturbación. Puede ser que muchos hayan quedado esclavizados en la práctica de la masturbación antes de tener completa conciencia de que se trata de algo moralmente malo. Uso la expresión completa porque a pesar del lavado de cerebro intentado por nuestra cultura, muchos jóvenes tienen la sensación incómoda de que la masturbación es algo malo. Al mismo tiempo se sienten incapaces de controlar un hábito que ya existe, y a causa de su vergüenza y culpa evitan por timidez hablar del tema con consejeros, y menos aún con sacerdotes, a quienes ven como personas de autoridad. Inciertos sobre sí mismos, confundidos sobre los valores propuestos por la cultura, y a veces por su propia familia, estos jóvenes se repliegan rápidamente dentro del mundo fantasioso del romance y del placer sexual. A menudo temerosos de las relaciones reales con personas de otro sexo, se refugian en el país de fantasía de la masturbación. Si a este caos moral se añade la enseñanza ambigua y errónea que en algunas escuelas se imparte, en las clases de religión, sobre la masturbación, se podrá entender por qué nuestros jóvenes, no mencionan la masturbación como un problema moral. Esto da a los sacerdotes toda la razón para responder seriamente a los jóvenes que preguntan sobre este tema. Debemos darles una dirección espiritual adecuada, reconociendo su deseo de ser castos, y aconsejarles específicamente sobre esta materia al modo que lo hace el P. Benedict Groeschel en El coraje de ser castos. Quizá no lleguemos a tomar conciencia del enorme sentimiento de culpa que padecen los adolescentes que cargan con el hábito de la masturbación. Sienten que hay algo equivocado en lo que hacen, a pesar de que les hayan dicho no te preocupes por esto o no puedes evitarlo o ya madurarás y lo superarás. Necesitan instrucción y guía, pero no la recibirán hasta que no se les informe sobre la moralidad de la masturbación, y sobre los factores psicológicos que a menudo impiden el ejercicio del libre albedrío. Jóvenes solteros: Según un mito muy extendido estos jóvenes deberían haber superado el hábito de la masturbación de modo natural. Pero, con la costumbre de retrasar el matrimonio hasta los 25-30 años, con noviazgos demasiado largos, y con la estimulación constante de citas ocasionales, y las
provocativas propagandas que aparecen en los medios de comunicación, no sorprende que muchos hombres y mujeres caigan en la práctica de caricias fuertes que llegan al orgasmo. Realmente se trata de una masturbación mutua como el sexo oral. Quienes caen en estas prácticas se consideran vírgenes por no haber tenido contacto genital. Se los llama técnicamente vírgenes, pero necesitan recuperar la virtud de la pureza. Otros solteros viven fantaseando cuando están ociosos. Al no mantener ningún noviazgo serio por diversas razones, inciertos sobre qué hacer de sus vidas, y sin estar atados a un cónyuge e hijos, a menudo se refugian en diversas formas de fantasía como novelas románticas, revistas pornográficas, películas eróticas, frecuentando bares nocturnos de viernes a domingos, y cosas por el estilo. Tienen muchos conocidos, pero, en realidad, son muy solitarios. Su tendencia a masturbarse a menudo traspasa la línea llegando, si se presenta la oportunidad, a las relaciones genitales con otras personas. Solteros adultos: Mi experiencia me ha enseñado que cuando los cristianos entran en la mitad de los treinta años sin haber elegido una vocación en la vida, como el matrimonio, la vida religiosa, el sacerdocio o la consagración laical al servicio de Cristo, comienzan a plantearse el sentido de su vida personal. A menudo se han enfrascado tanto en sus carreras que fácilmente pueden reprimir los pensamientos fastidiosos sobre sus obligaciones cristianas; sin embargo, los deseos sexuales permanecen tan fuertes como siempre; de hecho, más intensos; y las personas pueden emplear mucho tiempo en fantasías, convirtiéndose la imaginación en algo compulsivo que lleva a la masturbación frecuente, cuando no diaria. Esto, a su vez, produce fuertes sentimientos de vergüenza y culpa. Si esta persona no busca ayuda espiritual para este problema, o si, buscándola, no la encuentra, continuará llevando su peso hasta la adultez o la vejez. Puede ser que alguien esté obrando muy bien en las demás áreas de la vida, y al mismo tiempo se sienta desesperado por su pecado secreto. Tal vez le parezca que nadie puede darle esperanza de resolver el problema, puesto que los consejeros espirituales a los que ya ha recurrido no han atinado con el modo adecuado de enfrentarlo. Es posible que le hayan aconsejado que al confesarse no mencione la masturbación, ya que no tiene ningún control real sobre ella. ¿Qué posibles remedios puede sugerir en estos casos un director espiritual? Algunas directivas espirituales eficaces:
1) Ayude a que la persona reflexione sobre del sentido de su vida, sus esperanzas, sus éxitos y decepciones, sus frustraciones y su soledad. Hay que tratar de descubrir qué es lo que lo está abatiendo, porque a menudo la masturbación es un síntoma de intranquilidad del alma, y eso es lo primero que se debe atacar. 2) Si esta persona está yendo a la deriva, hay que darle un plan de vida espiritual, como el que he escrito para personas homosexuales. 3) Hágalo tomar conciencia de que muchos seres humanos tienen la tendencia a escaparse hacia placenteros mundos de fantasía cuando la realidad se vuelve dura y árida, y la masturbación brota a menudo de la fantasía sexual. La estrategia espiritual consiste en aprender cómo volver de la fantasía sexual a la realidad ni bien uno nota que ha quedado envuelto en tales imaginaciones. Una técnica que funciona con algunas personas es hacer una breve oración y luego alguna actividad externa y física, como algún trabajo doméstico, salir a caminar y cosas por el estilo. ¿Ha tenido usted alguna vez imaginaciones de ira, celos o tentaciones sexuales y en ese momento ha sonado el teléfono? ¿Acaso no desapareció la fantasía en el mismo momento en que respondió el teléfono? La clave es permanecer en la realidad. 4) También hay que decir que, además de comentar su dificultad con un director espiritual, debería tratar de encontrar un grupo de apoyo como Sexólicos Anónimos. Algunos masturbadores compulsivos descubrieron en estos encuentros, verdadera amistad. El cultivar amistades reales con personas reales reduce significativamente el poder de la fantasía sexual, al mismo tiempo que da un sentido de autoestima. Moralidad de la actividad masturbatoria: La declaración sobre ciertas cuestiones concernientes a la moral sexual (Persona humana), afirma que con frecuencia se pone hoy en duda, o se niega expresamente, la doctrina tradicional según la cual la masturbación constituye un grave desorden moral. Así, por ejemplo, un popular manual escolar señala que la evidencia empírica ha cambiado las actitudes de muchos respecto de la masturbación, colocando a los moralistas en la complicada posición de sostener que virtualmente todo varón es culpable de pecado mortal. Los autores obviamente han ignorado la distinción entre gravedad objetiva y culpa subjetiva. En su extensa revisión de opiniones sobre la gravedad de la masturbación los autores de Human sexuality hablan de un creciente consenso que ve la malicia moral de la masturbación como una inversión sustancial de gran importancia.
Añaden correctamente que, a lo largo de la tradición cristiana, se ha considerado que cada acto de masturbación es grave e intrínsecamente malo, y, además, pecado mortal cuando es realizado con plena advertencia y consentimiento. Dos recientes estudios ofrecen al lector el trasfondo de la tradición cristiana sobre la moralidad de la masturbación. El primero es un estudio histórico de Giovanni Cappelli sobre el problema de la masturbación durante el primer milenio. El segundo estudio se refiere a las normas relativas y absolutas de la moral sexual en San Pablo. Analizando la interpretación de Silverio Zedda sobre cuerpo-persona en San Pablo, William E. May dice que Zedda no encuentra una explícita referencia al vicio del autoerotismo. Pero la condenación de dicho pecado puede, aquí, deducirse indirectamente de la enseñanza de San Pablo, tomando como punto de partida aquellos textos en que éste condena la pasión malvada en general, en los cuales los teólogos encuentran condenado también el vicio solitario... De modo análogo puede considerarse que el autoerotismo es uno de los elementos de la condición de aquellos solteros a quienes San Pablo aconseja el matrimonio: “si no puedes contenerte, cásate; porque es mejor casarse que abrazarse” (1Co 7,9)”. Zedda también entiende como condenaciones implícitas de la masturbación Gal 5,23; 2Co 7,1 y 1Te 4,4. B. ENFOQUE PSICOLOGICO. Consideraciones psicológicas en torno al hábito de la masturbación. La masturbación es llamada a veces autoabuso u onanismo y en manuales profanos autoplacer. Cuando la estimulación psíquica tiene lugar durante el sueño se habla de polución nocturna. El Padre Benedict Groeschel hace dos distinciones: 1. usa el término masturbación para referirse a las acciones que ocurren estando dormidos o semidormidos, o los actos de los niños y la conducta sexual de la primera adolescencia; y 2. reserva el término autoerotismo para la actividad de los adolescentes más grandes y de los adultos quienes, por diversas razones, se buscan a sí mismos y encuentran un sustituto de la vida real en esta conducta simbólica e intensamente frustrante. En el clásico artículo sobre la teología de la masturbación, el Padre J. Farraher, la describe como la estimulación de los órganos sexuales externos hasta el punto de clímax u orgasmo realizado por uno mismo, mediante movimientos de la mano u otros contactos físicos, o bien por medio de fotografías provocativas o imaginaciones (masturbación psíquica), o bien por la combinación de estímulos físicos y psíquicos.
La descripción más penetrante del hábito de la masturbación la encontramos en una carta de C.S. Lewis, citada por Leanne Payne en The Broken Image: “Para mí el verdadero mal de la masturbación consiste en que toma un apetito -que legítimamente usado hace salir al individuo de sí mismo para completar su propia personalidad en la de otra persona- dirigiéndolo en sentido contrario, hacia la prisión interior de sí mismo, para crear un harén de novias imaginarias. Y este harén, una vez aceptado, se resiste a ser abandonado para salir y unirse verdaderamente con una mujer real. Porque tal harén se encuentra siempre a mano, siempre dócil, no exige sacrificios ni renuncias y puede ser adornado con atracciones eróticas y psicológicas con las que ninguna mujer real puede competir”. Esta cita puede aplicarse tanto a hombres como mujeres, y expresa la idea de la masturbación como una huida personal de la realidad hacia la prisión de la lujuria. Factores que contribuyen al hábito de la masturbación: La masturbación es un fenómeno complejo. La Congregación para la Educación Católica, en 1974, señaló que una de las causas de la masturbación es el desequilibrio sexual, y que en la educación habría que dirigir más bien los esfuerzos hacia las causas en vez de centrarse en atacar el problema de forma directa. De hecho, hay muchos factores implicados en el término desequilibrio sexual. No comprenderemos por qué una persona está oprimida con este hábito a menos que conozcamos algo de su trasfondo histórico. Al escuchar a las personas nos damos cuenta de que una de las principales causas que lleva a alguien al aislamiento, a la fantasía y a la masturbación, es la soledad. Y generalmente, la soledad va unida a sentimientos de profundo odio y rencor contra sí mismo. Cuando el mundo real es cruel y prohibitivo la persona se vuelca a la fantasía, y cuando emplea mucho tiempo en un mundo de fantasía termina esclavizado con objetos sexuales. A partir de esto esa persona huirá hacia el irreal pero deleitable mundo de su imaginación. Tal es el comienzo de la adicción sexual, tan bien descrita por Patrick Carnes. Otro factor externo que contribuye al hábito de la masturbación en nuestros tiempos es todo lo relacionado a la tv, donde un alto porcentaje de los comerciales o películas contienen desnudos y mucho material explicito; internet donde todo está a un clic de distancia, aquí entran las redes sociales, you tube, un sinfín de páginas pornográficas de fácil acceso; y la música especialmente el reggaetón- cuyas letras poseen un alto contenido sexual.
El hábito de la masturbación con frecuencia se hace compulsivo, es decir, la persona se vuelve incapaz de controlar la actividad masturbatoria aunque lo intente con grandes esfuerzos. Generalmente tal persona no tiene plena conciencia de su situación y necesita tanto terapia como dirección espiritual. En algunos casos, el hábito de la masturbación es temporal y circunstancial. Así, por ejemplo, ocurre que la tendencia a masturbarse desaparece ni bien una persona cambia de entorno. Ej.: el caso de una religiosa de veinticinco años que, en un momento dado, se encontró rodeada de religiosas más viejas con quienes no tenía verdadera comunicación, y más adelante pasó a trabajar con religiosas de su misma edad. Inmediatamente se dio cuenta de que en el primer grupo estuvo aislada y solitaria, mientras que en el segundo había conseguido establecer amistades reales. La masturbación como una forma de adicción sexual: Los consejeros pastorales y los confesores se encuentran con frecuencia con personas que se masturban diariamente a pesar de querer librarse de esta compulsión. Tales individuos viven con culpa y vergüenza. No se satisfacen cuando el consejero intenta consolarlos diciéndoles que no son culpables de pecado grave ya que carecen de control sobre la masturbación. Quieren saber qué pueden hacer para recuperar el control de sus impulsos sexuales. La primera cosa que el consejero puede hacer es estudiar las adicciones sexuales y aprender qué puede hacerse para ayudar a un masturbador compulsivo. La adicción sexual puede definirse como una pseudo relación con una experiencia sexual mentalmente perturbadora con efectos destructivos sobre uno mismo y en algunos casos también sobre otras personas. Como Patrick Carnes explica: el adicto sustituye una relación saludable con otras personas por una relación enfermiza con un evento o proceso. La relación del adicto con una experiencia trastornante se convierte en central para su vida. Carnes subraya que la gente tiende a confundir adicción sexual con actividad sexual frecuente o placentera. La diferencia está en que la persona normal puede aprender a moderar su conducta sexual, mientras que el adicto no puede hacerlo. Ha perdido la capacidad de decir “no” debido a que su conducta forma parte de un ciclo de pensamientos, sentimientos y actividad que no puede controlar. En lugar de gozar del sexo como una fuente de autoafirmación y del placer en el matrimonio, el adicto sexual lo usa como un alivio del dolor o del stress, análogamente al alcohólico que depende del alcohol. A diferencia del amor, la enfermedad obsesiva transforma el sexo en
una necesidad primaria ante la cual todo lo demás puede ser sacrificado, incluyendo la familia, los amigos, la salud, la seguridad y el trabajo. Sin desarrollar todas las fases de una adicción, lo cual Carnes y Anne Wilson Shaef hacen en sus libros, nos basta decir que el masturbador compulsivo tiene esperanza; y esto por varias razones. Ante todo, puede llegar a entender que él no es una mala persona sino alguien que sufre una enfermedad, la cual puede ser tratada y vencida. En la medida en que se aborrece a sí mismo y se considera inútil (vergüenza) cree que no tiene esperanza (desesperación). En segundo lugar, con la ayuda de un director espiritual y de un médico, puede tomar conciencia de que es posible vencer su adicción. C. ENFOQUE SOCIAL-CULTURAL. La masturbación es lo que es gracias a nuestra historia evolutiva y sociocultural. Sin duda, a la hora de practicar la masturbación no es lo mismo ser un perro que un toro, ser un humano que un chimpancé. Y, siendo humano, no es lo mismo vivir en un entorno cultural que considera la masturbación como causa de muerte y locura que en otro que la valora como una práctica sexual placentera y saludable a la que todos tenemos derecho, o en uno que la considera propia de adolescentes y solteros inmaduros. Conforme la cultura fue adquiriendo un papel más relevante en la sociedad humana, nuestra postura ante la masturbación fue construyéndose a partir de normas y pautas de comportamiento, y de morales y creencias que se fueron estableciendo, cambiando y reformulando a lo largo de nuestra historia sociocultural. El ser humano es capaz de elaborar leyes, castigos y recompensas, además de otros mecanismos de control para mantener el orden en sus sociedades. En la historia de la humanidad, los avatares de la historia de la masturbación han ido guiando esta práctica por cauces concretos que han marcado sentimientos y actitudes, frecuencias y momentos adecuados para su expresión. En función de lo que tocaba sentir, pensar y actuar en cada época y lugar, la masturbación recibía un nombre u otro. Como comprobarás enseguida, unos nombres son más inquietantes que otros. Términos como vicio solitario, autoabuso, autopolución, descargas ilegales, violencia manual... nos transmiten un fuerte rechazo hacia la masturbación. En cambio, sexo manual o autoestimulación son términos más neutros que parecen huir de cualquier connotación moral o enjuiciamiento negativo. Hay también expresiones más favorables y conciliadoras, como amor en solitario, sexo para uno y autoerotismo, que le dan la vuelta a los términos vicio solitario y autoabuso. Tal amalgama de posibilidades lleva a pensar que no existe una
verdad absoluta sobre la masturbación, sino un conjunto de conocimientos fragmentados y limitados por la cultura en la que vivimos. D. ENFOQUE MEDICO. Galeno, un médico griego del siglo II d. de C., seguidor de la doctrina hipocrática, consideraba la masturbación una manera de liberarse del exceso de esperma y, por tanto, una cuestión encaminada a mantener la salud del cuerpo: lo que hoy podríamos tener como una masturbación terapéutica. Por aquel entonces, la masturbación no debía practicarse en exceso, sino conforme a la necesidad que dictara la propia naturaleza; no la del deseo sexual tal como lo entendemos ahora, sino la de los humores o fluidos corporales, y se consideraba que era más eficaz para la salud que el coito, ya que este tampoco era adecuado en cualquier momento ni para todos los hombres. Galeno recomendaba también la masturbación para las mujeres, ya que, como a los hombres, les permitía expulsar los humores sobrantes, liberarse de los dolores que causaba su retención y de los consiguientes ataques de histeria. Esto llevó a Galeno a elaborar una serie de recursos médicos para liberar a las mujeres de estas dolencias cuando no lo hacían las caricias de sus maridos. Los años iban pasando, y entre 1890 y 1910 empezó a cambiar el panorama social de forma más propicia para la masturbación. Havelock Ellis, al que podríamos considerar uno de los primeros especialistas de la sexología moderna, fue también uno de los primeros en romper una lanza en favor de esta práctica sexual. Estaba convencido de que no era causa de enfermedades mentales y físicas, sino una “fuente legítima de relax mental” Ellis fue considerar que el autoerotismo que incluía no sólo la masturbación, sino también cosas tan dispares como sueños y fantasías eróticas, el narcisismo y la histeria era tan importante para el desarrollo de la sexualidad humana como el sexo reproductivo.
III.
APORTACIÓN DESDE LAS DIFERENTES CIENCIAS A LA PROBLEMÁTICA DE LA MASTURBACIÓN EN LAS IGLESIAS EVANGÉLICAS DE EL SALVADOR. “ENTREVISTAS Y DISCUSIÓN DE RESULTADO” (parte pendiente). A. ENTREVISTA PASTORAL.
B. ENTREVISTA PSICOLOGICA. C. ENTREVISTA MEDICA.
CONCLUSIONES. TEOLÓGICO. Entre sus conclusiones cabe destacar: 1) En ningún lugar del Antiguo o del Nuevo Testamento hay alguna explícita confrontación con el tema de la masturbación; 2) Cappelli no encuentra en los escritos de los Padres Apostólicos ninguna mención de la masturbación; 3) Las primeras referencias
explícitas a la masturbación se encuentran en los libros penitenciales anglosajones y celtas del siglo VI, en donde el tema es tratado de modo práctico y jurídico; 4) Sin embargo, sería erróneo interpretar el silencio de los Padres sobre la masturbación como una aprobación tácita de esta última o como una supuesta indiferencia. Los principios que ellos elaboraron sobre la ética sexual y sus actitudes generales podrían haberlos llevado fácilmente a condenar la masturbación. Ignoramos por qué no se hizo así; probablemente se debió al hecho de que los primeros escritores cristianos estaban principalmente preocupados con los pecados sexuales que, por naturaleza, eran interpersonales. Al desarrollar un enfoque pastoral, debemos comprender el fenómeno de la masturbación dentro del contexto de la vida de la persona porque allí se esconde el significado que tiene para esa persona. La masturbación en el niño es algo muy diferente de la masturbación del adolescente o del adulto, y entre los adultos hay diferentes clases de actividad masturbatoria, cada una de las cuales exige una diversa actitud pastoral. El hábito/compulsión de la masturbación es un problema descuidado en el ministerio pastoral de la Iglesia. Los consejeros de las áreas de adicción a las drogas y adicción sexual insisten en que sus pacientes quieren librarse del hábito/compulsión que alimenta su autocomplacencia. El Dr. Kraft lo considera un serio impedimento para una verdadera integración sexual. Es tiempo de que los pastores y directores espirituales aprendamos de nuestros colegas profesionales y que aportemos, de nuestra parte, la sabiduría de la enseñanza plurisecular de la Iglesia. PSICOLÓGICO. Debido a las aportaciones de Freud y otros psicoanalistas, la masturbación dejaba de ser un pecado y la causa de una enfermedad para convertirse al menos en los círculos del psicoanálisis en una etapa en el desarrollo de la sexualidad. A partir de entonces, la masturbación sería una práctica adecuada para los adolescentes, aunque entre los adultos indicaba alguna deficiencia en su desarrollo sexual. En cualquier caso, muchos hombres se sienten avergonzados o culpables, particularmente cuando empiezan a descubrir su sexualidad, a menudo porque esta práctica les genera dudas sobre su condición sexual. Sin embargo, la masturbación en las fases finales de la infancia, junto a los amigos, no es indicativo de homosexualidad, sino una conducta de imitación e integración en el grupo, que se supera al cabo de un tiempo. Tiene escaso valor psicológico y son los padres los primeros que deben ayudar a sus hijos en esa etapa,
desdramatizando y, a la vez, explicándoles que en esos momentos la sexualidad está muy viva y es fácil que se dispare. Uno de los problemas es que la masturbación se convierta en un hábito, que puede llegar a alcanzar niveles de adicción cuando el joven es incapaz de dominar su impulso autoerótico. En algunos casos se puede hablar de verdadera compulsión masturbatoria. Asimismo, la masturbación masculina varía de contenido según la edad: en los púberes puedo considerarse algo normal; en la adolescencia también es frecuente, aunque debe ser controlada; a partir de los veinticinco años, ya en plena edad adulta, la masturbación es un síntoma de inmadurez que se agrava a medida que la persona crece. MEDICO. Así, en los jóvenes es fundamental la colaboración de su entorno, sobre todo de sus padres, pero también de los educadores y, si es posible, de los amigos. Hay que conocer el origen del problema, sus posibles causas, y ofrecer alternativas. Resulta muy positivo animar al joven a practicar deporte o a colaborar con instituciones altruistas. Una educación sexual adecuada, con un contenido moral, es imprescindible. La educación sexual no debe ser sólo informativa, sino formativa, es decir, que además de datos hay que proporcionarles enseñanzas útiles, como ya se ha visto. No hay que reprimir, sino enseñar al joven a autocontrolarse. Es importante mantenerlo alejado de ciertos estímulos negativos, como los materiales con contenido pornográfico, que estimulan su imaginación. Mason Cooley, en sus Aforismos, indicaba que “la fantasía es el espejo del deseo. La imaginación le da nueva forma”. En el onanismo, el sujeto se desvincula de la realidad y omite el encuentro personal, básico para las relaciones íntimas. Discernir antes de condenar; es necesario solicitar, tanto a quienes promueven la práctica, como a los que aun la condenan, que sean especialmente analíticos en el tema. La masturbación, antes considerada una perversión y una causa de enfermedad mental, se reconoce ahora como una actividad sexual normal durante toda la vida y se considera un síntoma sólo cuando sugiere una inhibición en el comportamiento orientado hacia la pareja. Su incidencia acumulativa se sitúa alrededor de noventa y siete por ciento de los varones y ochenta por ciento de las mujeres. Dr. Rodolfo Orantes. Medicina General.
Especialidad en Salud Sexual Reproductiva. Moderador: Daniel Edgardo Reyes Pérez. (Entrevistador).
¿Cómo se considera desde la medicina la masturbación? Encuentren bajo una presión, además de los cambios hormonales a nivel cerebral, los niños van buscando su propia identidad, su propio carácter y eso aumenta más la presión que ni el mismo puede comprender. Pero como son temas tabú, que a veces, los padres de familia también ignoramos o no queremos tocar porque la iglesia nos ha dicho que al niño no hay que hablarle sobre su salud sexual y reproductiva, ni mencionarle de nuestros órganos, porque es pecado, y los niños crecen con ese temor y esa ignorancia y lo que aprende, lo aprende de afuera, del internet, redes sociales y piensa que eso es lo normal. Estos cambios hay que afrontarlos con madurez, hay que explicarles que esto es normal en su cuerpo, esas nuevas sensaciones y deseos, son normales, pero que pueden ser controlados a través de practicar un deporte, ejercicio o por medio de un grupo de jóvenes que le ayude a controlar el deseo de una práctica que al final puede ser contraproducente para el mismo. ¿Qué sucede si el joven se deja llevar por esta carga hormonal y empieza a masturbarse? Desde aquí, él puede pasar desde un punto “A” hasta un punto “B”, donde se puede volver patológico, aberrante, donde él no va a buscar una vida social o un compañerismo, si no que va a buscar esto como su único entorno social. La masturbación lo va alejando de la realidad, de una convivencia social, dañándolo mentalmente al final porque se puede volver patológico. No solamente puede pasar esto con los jóvenes, sino también con los adultos, ya que estos adultos se aíslan de las demás personas, son retraídos, no tienen la facilidad de hacer amigos o de hablar con otras personas ¿Por qué? Porque están sumergidos en, digámosle así, ese vicio. Si lo enferma y el daño más que todo es conductual, a nivel mental, sus barreras mentales no están fortalecidos, cada vez que tenga un problema va a buscar la masturbación como un escape de salida. Como comúnmente es un tema, que se están examinando a profundidad y la iglesia, prácticamente, no da una respuesta, pero también hay otra postura, lo natural de la iglesia ha sido condenarlo porque es un pecado, pero no le damos una salida a los jóvenes; y también están aquellos que se están inclinando con el hecho de que no hay problema que se haga. Menciono esto, porque desde
la teología es muy difícil encontrar un autor que aborde esta problemática y nos dé una respuesta, solamente desde la exegesis y encontrando más material que incentiva a que esta práctica se realice. Hoy en día hay más libros que le dicen a uno como hacerlo a que le digan cómo no hacerlo. Desde la ética, no es un problema, ni moral, hacerlo, porque es normal, incluso hay parejas que van donde un sexólogo y les recomiendan la masturbación y el ver pornografía como tratamiento. Ahí ¿se está alterando un orden o es válido el hecho de hacerlo? O no ¿porque puede producir una adicción? Dr. Orantes: Hablemos de que todos los excesos son dañinos, por ejemplo, yo tengo pacientes en mi consulta diaria que son hipertensos y me dicen “el café es malo”, de ante mano, sabemos que el café es una bebida energizante, que excita y provoca alteraciones en nuestro sistema nervioso, por ende, no es correcto que tomen café. Pero también el salvadoreño por naturaleza es alguien que consume mucho café, entonces, si yo le digo “no tome café”, lo va a hacer aunque yo le diga que no, pero si le digo “solo tome una tacita de café”, puede ser que esa indicación si la tome. Con la masturbación, es un tema bastante delicado, porque saber que es correcto y que no y hasta donde llegamos al extremo, porque este extremo es el malo. Tenemos que estar en una vigilancia para que los jóvenes se distraigan con otras actividades y que llegasen a tener deseos, que es normal por los cambios que están sufriendo, entonces, es necesario encausar toda esta energía que ellos tienen a actividades en los que se limiten a hacerlo poco o a no hacerlo, porque, el adolescente, aunque nosotros no queramos, están teniendo relaciones sexo coitales. Nosotros los motivamos a que busquen un mecanismo de protección, no a incentivar a que lo hagan, pero si no podemos evitar que no lo haga, por lo menos asesorémosle a que se protejan, por una enfermedad de transmisión sexual, un embarazo no deseado o un VIH/SIDA. No vamos a poder evitar que el joven no se masturbe, pero le vamos a enseñar, que eso es natural y a que no lo haga en exceso, porque es el exceso el que nos puede llevar a una aberración en la conducta de este joven. Entrevistador: Entonces, puede considerarse en algún caso, ya que ahora está haciendo avalado por consejeros juveniles, quizás no podría hablarse de un “si” o un “no” avalando. Quizás lo que la gente espera encontrar en el artículo es si es válido o no la masturbación. Porque hay personas que dicen que es preferible que alguien se masturbe a que se vaya a meter con una mujer y genere un daño, pero eso es caer en la reducción, nos estamos conformando con lo menos dañino.
Dr. Orantes: Aquí “no” estamos avalando la masturbación como un habito normal, ni tampoco estamos avalando a que lo haga o no lo haga, el joven con los cambios que sufre se encuentra bajo cierta presión y el necesita saber manejar esta situación, entonces, buscamos que el joven tenga mecanismos que le ayuden a pasar por alto esta presión, que puede sucumbir, puede hacerlo, pero que sepa que no es el fin del mundo y que no se aferre a esto como un mecanismo para salir siempre de sus problemas o para salir siempre de esa presión que está sintiendo. Biológicamente hablando, se dice que puede realizar este tipo de actos, para liberar esa presión que esa sintiendo. Entonces, de ser posible, como recomendación “NO”, si es un “SI” que no se caiga en la adicción. Aunque si en la iglesia se reciban personas que lo han hecho, hay que tratar el tema no solo desde el punto de vista teológico, si no dar una consejería, desde el punto de vista médico, psicológico y social.
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Rosenzvaig, R. (1994). La pareja al desnudo. Buenos Aires: Editorial Sudamericana.
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Los griegos no debían tener un nombre técnico para lo que llego a llamarse onanismo a comienzos del siglo XVI II, pero sabían de qué estamos hablando. Ningún cisma radicalmente conceptual separa sus categorías de las nuestras. En una vasija de Niarcos con figuras en negro se ven tres sátiros, cada uno de ellos trabajando su enorme pene erecto con sus manos. 3
El acto de masturbación existía en la Antigüedad, tenía un nombre. Pero no tenía siquiera una resonancia parecida a la que lograría después de Onania. Cuando los pensadores griegos o romanos se ocupaban de él era para dejar en claro que no era correcto ni adecuado para la vida erótica de un caballero; violaba una especie de ley sexual suntuaria y por tanto, se lo tomaba por una broma acerca del estado de alguien tan frustrado como para reducirse a una práctica tan baja. La masturbación femenina aparece raras veces en la literatura latina y apenas un poco más en el arte y la escritura griegos, pues en el mundo greco-romano la ética sexual y el estatus sexual que importaban más allá de la castidad eran los del hombre. La masturbaci6n femenina no era moralmente interesante, pues las mujeres no eran más que hombres imperfectos; nadie podía esperar de ellas la dignidad que se esperaría de un caballero. Por lo tanto, el sexo solitario parece no haber importado nunca en la antigüedad clásica, pues en los contextos culturales en que esta lo ubicaba, alguno de sus aspectos, estaba ausente la resonancia moral. El cruce entre ser y sexualidad estaba en cualquier parte. El semen desperdiciado, por ejemplo, casi no tenía la significación que le atribuían los rabinos; por lo general, no se lo consideraba sucio como entre los judíos, o al menos como planteaban ciertos comentaristas talmúdicos. Herodoto, el padre de la Historia y un hombre fascinado por los egipcios, nos cuenta que ellos, al igual que los griegos y a diferencia de otras naciones menos civilizadas, eran escrupulosos con sus edificios sagrados. Los sacerdotes no mantenían relaciones con mujeres en sus templos, y no entraban a un templo después de haber tenido relaciones en cualquier parte sin antes lavarse. Pero esta observación es apenas una línea divisoria entre la profanaci6n del sexo y lo sagrado del templo, entre lo que se hace en privado y lo que se hace en público. En general, el semen no era sucio. Laqueur, Thomas W. (2003). Sexo Solitario una historia cultural de la masturbación. Buenos Aires: Fondo de la Cultura Económica. 4 5
Freud S. (1973). Autobiografía. España: Alianza Editorial. Reich W. (1983). La función del orgasmo. Buenos Aires: Paidós.