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El Siglo de Torreón
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DOMINGO 7 DE SEPTIEMBRE DE 2008
EDITORIAL
LOS DÍAS, LOS HOMBRES, LAS IDEAS FRANCISCO JOSÉ AMPARÁN
PIDEN RESTITUIR DECORO DEL PUEBLO CARLOS REAL Carlos Real, Durango, pueblo antiguo, noble amigo, Carlos Aguilera te tiene en el olvido. Los pobladores nativos y avecindados de este pueblo mágico, nos sentimos agraviados por las autoridades municipales de Lerdo, que encabeza el alcalde Carlos Aguilera, por el desdén mostrado para restituirle a la comunidad de Carlos Real el decoro y dignidad que le corresponden. El descuido y abandono en que se encuentra sumido, se refleja en sus calles siniestradas por el tiempo, hechas todas de polvo y lodo con hoyancos, anegadas de aguas pestilentes, llenas de moscos; los olores fétidos despedidos por cárcamos y registros de un drenaje sin tapaderas e inconcluso, degrada su existencia. La calidad de vida de sus habitantes es disminuida por el trabajo sucio y destructivo de una marmolera que les llena de polvo los sentidos y de ruido infernal todas sus noches, la maquinaria obsoleta con que cuenta y la movilización de sus pesadas cargas en unidades descompuestas enrarece el aire y amenaza la integridad física de los estudiantes de la Escuela Primaria “Jesús Betancourt” y de sus pobladores. La carretera Huarache-Álvaro Obregón-Carlos Real, sus acotamientos y derechos de vía del ferrocarril se encuentran saturados de sus desperdicios y de escombro clandestino que ofrecen a los paseantes un panorama siniestro. Antonio Cázares Pasillas, Carlos Real, Durango.
AVISAN PELIGRO EN PUENTE DE PERIFÉRICO POR BUGAMBILIAS La presente es para señalar el mal trabajo que se hizo en el puente que se instaló sobre el Periférico a la altura de la colonia Bugambilias en Gómez Palacio, frente a la tienda de Autoservicio Aurrera y por lo tanto ese pésimo trabajo representa un peligro. No le pusieron las mallas laterales a las escaleras o rampas para subir y bajar, lo cual representa un grave peligro ya que dicho puente lo utilizan amas de casa y sus niños para hacer las compras en la tienda mencionada. En la parte de la rampa Norte el piso de cemento está levantado con el peligro de tropezar y caer por falta de malla. Y hacia la parte Sur el piso es de lámina, que creo yo, es muy delgada ya que al pisarla se hunde y truena, falta soldarla de una esquina. En la parte de cemento, éste descansa sobre láminas soldadas y del otro lado que el piso es de lámina ésta nada más es una, y no hay otra por debajo para asegurar de esa manera que si la lámina de arriba fallara, la de abajo soportaría el peso de una persona y evitaría que cayera al vacío. José Armando Zárate García, Gómez Palacio, Durango.
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PERIÓDICO REGIONAL DEFENSOR DE LA COMUNIDAD
ANTONIO DE JUAMBELZ Fundador
OLGA DE JUAMBELZ Y HORCASITAS Presidenta del Consejo
ANTONIO IRAZOQUI Y DE JUAMBELZ Vicepresidente y Director General
ALFONSO GONZÁLEZ-KARG DE JUAMBELZ Director General Adjunto
ENRIQUE IRAZOQUI MORALES Director de Operaciones
MARÍA DEL SOCORRO SOTO NAVARRETE Subdirectora de Finanzas
JAVIER GARZA RAMOS Subdirector Editorial
Dentro de su programa, El Siglo de Torreón pugnará: ■ ■ ■ ■ ■ ■
Por un crecimiento ordenado y sano de la zona urbana Por que la policía sea una garantía social Por la disminución de los “tabaretes” Por el aumento de escuelas y fundación de bibliotecas Por la prosperidad de La Laguna Por que todos tengamos como norma que favorecer los negocios de la Comarca es contribuir al engrandecimiento de nuestros propios negocios ■ Por llevar al ánimo del Gobierno Federal la idea de que: “La Provincia también es México”. ■ Por la conservación del lecho del río Nazas ■ Por la preservación del medio ambiente Diario de la mañana, editado e impreso por la Cía. Editora de La Laguna, S.A. de C.V., en la avenida Matamoros 1056 Pte., apartado postal 10. Teléfonos: conmutador 7-59-1200 con cincuenta líneas. Crédito y cobranzas 7-16-1352; Sociales 7-59-1200 Exts. 1111 y 1211 y 7-13-6011; Suscripciones 7-16-4514; Redacción 7-59-1200 Exts. 1113, 1115 y 1136. Fax 716-5909 ó 7-12-3055. Distribuido por Celsa Distribuciones, con domicilio en Av. Matamoros 1056 Pte., Torreón Coahuila. Registrado como artículo de segunda clase el 7 de marzo de 1922. Franquicia Postal 1-08-112/90. Miembro de la Asociación de Editores de los Estados (AEE). Agencias noticiosas: El Siglo AEE, El Universal, Notimex, AP y El País. Precio por ejemplar: $8.00 entre semana y el domingo $12.00 (Estos precios están sujetos a cambios sin previo aviso). Toda remisión debe hacerse a Cía. Editora de La Laguna, S.A. de C.V. No se devuelven originales aunque no se publiquen. Los trabajadores que laboran en la redacción y confección de este periódico son miembros de la Sección 8 del SITAG.
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CIRCULACIÓN CERTIFICADA
Año 87 | No. 184
Tribalismos triviales (y no tanto) E l gran cuentista norteamericano O. Henry tiene una simpática narración (casi todas las suyas son simpáticas) sobre un tipo que presumía de ser el más consumado cosmopolita: decía haber estado en todo el planeta, conocer todos los países (hagan de cuenta Juan Pablo II) y ser un auténtico “ciudadano del mundo”: la Humanidad era su pueblo, Terrícola su nacionalidad. El problema fue que, al poco rato, alguien habló mal de un pueblucho insignificante y el “cosmopolita” se embarcó en una bronca fenomenal con golpes, patadas y pellizcos. ¿La razón? El muy globalizado “hombre de mundo” había nacido en ese villorrio. Y pobre del que lo insultara. La historia no tiene que ser real para ser verídica. Ciertamente, el mundo se nos está haciendo chiquito, y las diferencias nacionales se vuelven cada vez más difusas. Vaya, el próximo (crucen los dedos) ocupante de la Casa Blanca es hijo de un hombre de Kenia y una mujer de Kansas, y fue criado en Indonesia por un malayo. O vaya uno a saber, porque parece que la mamá fue (ésa sí) de gustos muuuy cosmopolitas. En todo caso, pareciera que, como el personaje de O. Henry, estamos destinados a ser hombres globalizados, sin adscripción fija, moviéndonos como peces en el agua igual en la China que en la Cochinchina. Pero igual que el personaje o.henryano, todos tenemos la debilidad de la Matria (el terruño, el hogar pequeño, opuesto a la Patria, la entelequia nacional creada por los libros de texto gratuitos y las estampitas de Editorial ídem), de esa comunidad íntima y entrañable que nos vuelve odiosamente provincianos y de cuya atracción no nos podemos zafar. Es el instinto de la tribu, uno de los más acendrados y antiguos. Que puede manifestarse de mil maneras. Por ejemplo, ser fanático de un equipo deportivo es una forma de tribalismo: la gente se pinta la cara, se comporta como bestia y aúlla como poseído a la vista del animal totémico (águila, jaguar, puma, tigre, tecolote, chiva, hidrorrayo… ¿Saben qué? ¡Olvídenlo!). El llevar en el pecho ciertos colores anula cualquiera otra ligadura nacional, étnica o religiosa. Para mí la tonadilla de “qué pequeño el mundo es” tuvo su real concreción no cuando me tomé de la mano con negros y orientales para cantar el Himno a la Alegría (cosa que nunca he hecho); sino cuando un puñado de mexicanos de la Nación Acerera, en un bar de Pittsburgh, nos pusimos incróspitamente afables… con un grupo de aficionados daneses. No me pregunten cómo llegó a Dinamarca la tradición Negro y Oro… esas cuestiones no se discuten entre hermanos. Por supuesto, el tribalismo puede manifestarse sobre todo en los nexos familiares y de clan… no siempre con felices resultados. En
Pero igual que el personaje o.henryano, todos tenemos la debilidad de la Matria (el terruño, el hogar pequeño, opuesto a la Patria, la entelequia nacional creada por los libros de texto gratuitos y las estampitas de Editorial ídem), de esa comunidad íntima y entrañable que nos vuelve odiosamente provincianos y de cuya atracción no nos podemos zafar. Es el instinto de la tribu, uno de los más acendrados y antiguos.
Estados Unidos fue legendaria la rivalidad entre dos familias montañesas de la frontera entre Kentucky y West Virginia, los Hatfield y los McCoy, que se estuvieron matando unos a otros con pasmosa regularidad durante décadas (y que, porca miseria, hicieron las paces hace unos años); o sea, serían el equivalente norteamericano de los Burciaga y los Villalobos de Matamoros, Coahuila, de los años setenta. De la misma manera que hay familias sicilianas rivales que siguen exterminándose entre sí porque alguien medio bizco le echó ojitos (o eso pareció) a una muchacha de otra aldea en 1907. En enemistades tribales de ese tipo hallamos el origen de muy diversos eventos: desde sabrosas vendettas de novelón decimonónico; hasta el genocidio de los tutsis en Ruanda en 1994. También hay tribalismos geográficos. En México tenemos la rivalidad entre Moroleón, Guanajuato, y Uriangato, Michoacán. Las localidades están separadas por una calle, pero ésta es el equivalente pueblerino del Muro de Berlín. Cada tribu recela de la que está en la acera de enfrente. Como buena pugna tribal secular, hay varias versiones de por qué las poblaciones están en pie de guerra desde tiempos virreinales. Pero hasta la fecha, el código postal puede arruinar posibles noviazgos y provechosas asociaciones mercantiles. Otra forma de tribalismo geográfico tiene que ver con el barrio de residencia. Las novelas de Mario Vargas Llosa están pletóricas de una tribu muy específica: los miraflorinos, los habitantes del barrio de Miraflores, en Lima, que se distinguen (o los distingue Vargas Llosa) de los demás residentes de la capital peruana. Como en la literatura mexicana de los ochenta se hablaba del Homo Narvartensis, el clasemediero chilango que fumaba Raleigh, iba a la UNAM, hablaba como cómico de Televisa, se creía de izquierda y tenía su hábitat más notorio en la Colonia Narvarte. No, no eran buenas novelas. El tribalismo es, cómo no, una fuerza nada despreciable del Siglo XXI. Una razón por la que no han podido (ni podrán) encontrar a Osama bin Laden, es que el mustio terrorista con cara de moscamuerta se fue a ocultar en una región de la frontera entre Afganistán y Pakistán dominada por muy diversas tribus, imposibles de infiltrar, celosas hasta el delirio de su autoidentidad (parte importan-
te de la cual es proteger a sus huéspedes) y que no tienen la más remota noción de qué es ser afgano o paquistaní: allí un individuo es de la tribu Disneystán, del clan Rajoteáhi, de la familia Al-Ratito. De más está decir que en esa región la autoridad de los gobiernos de los dos países es nula. Por todo lo anterior, no es nada aventurado prever que buena parte de los conflictos de este seminuevo siglo tendrá que ver con la afirmación y luchas de las tribus que se sienten mal tratadas. Si se fijan, los únicos sobresaltos que tuvieron las autoridades chinas en las recientes Olimpiadas tuvieron como origen los pataleos de tibetanos, uigures y mongoles. Ah, y cuando les pidieron el acta de nacimiento traducida de sus gimnastas. Cuando hablamos de tribus no necesariamente estamos hablando de grupos pequeños y compactos. Creo que la mayoría de los canadienses anglófonos considera a los quebequenses como una tribu vocinglera y latosa, más que como conciudadanos de distinta lengua.
De la misma manera que una buena parte de los franceses se niega a considerar coterráneos suyos a corsos y bretones, belicosos grupos que hacen todo lo posible por distinguirse de los demás irreductibles galos. Los escoceses son una tribu que primero nombra a su clan y luego acepta como de pasada que pertenece a la Gran Bretaña. ¿Y qué me dicen de las tribus hispanas: catalanes, gallegos, vascos, valencianos, baleares, canarios? Por supuesto, se puede argumentar que esas tribus nacionales no tienen por qué identificarse con otros que no hablan su idioma o no tienen sus costumbres nada más porque en el mapa aparecen en un territorio del mismo color. Pero creo que ya mucha sangre se ha derramado por diferencias nimias, que suelen acrecentarse con la distancia del terruño y lo añejo de las rencillas. O por el simple afán de fregar. En fin, que los tribalismos nos seguirán acompañando en este mundo globalizado, nos guste o no… en tanto queramos sentirnos distintos de los demás. O sea, siempre. Consejo no pedido para sentirse apache (de la tribu, no de la Pick-Up): Vea “Romeo y Julieta” (Romeo and Juliet, 1996), con Leonardo DiCaprio y Claire Danes, moderna adaptación de las desgracias causadas por las pugnas tribales de los Montesco y los Capuleto. Provecho. Correo:
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GUAYO
RELATOS DE ANDAR Y VER ERNESTO RAMOS COBO
Galeana aleana tiene los pelos tiesos estilo militar y pronto será bisabuelo. Ahora anda solo. Este lunes pasado fue a ver a sus hijos a Toluca, y ay, mi nieto, tiene 17 años y ya se robó a la novia, y ya… y mi hija me dice es que… se va a casar… y le digo… ¿por qué? es que ya está esperando, esta pequeña, tiene 15 años y está embarazada; y le digo… es que ese niño no se sale de esta casa… se tiene que casar, y ya ve, voy a ser bisabuelo, y apenas estoy por cumplir los 58 años. Galeana tiene medios hermanos grandes, y chicos, y por rebeldía se salió de su casa a los 15 años. Siempre chocó con su padre, porque mi papá también es tremendo, pero gracias a Dios vive mi papá, tiene 86 años, chocamos, porque… como dicen… nadie es hijo hasta que es padre… yo hasta que fui padre y vi que mis hijos, pues, me hacían también cosas que no estaban bien, yo decía, pues cómo yo a mi papá le rezongaba, y todo, y ahora es cuando ya
G
Pero luego en el 72 me casé con mi esposa y con ella tuvimos 5 hijos, pero se nos murió la primera. Pero mi esposa se volvió cristiana… sí, ella anda siempre con su biblia y todo. Y como yo, a mí me encanta el baile, la verdad, me encanta el baile, me encanta… este, a veces así, platicar con amistades, grupos, tomarme un trago, y a ella le molesta eso, y tronamos. me cayó el veinte, y ahora me superllevo con mi papá, sí, pero de hecho me salí de chico de mi casa, me salí desde los 15 años, y me puse a trabajar en una panadería y allí dormía y allí me quedaba, pero luego conocí a una señora con un hijo, y me junté con ella, Concha Santos, alta, morena ella, bonita, y yo, como la verdad ya quería vivir con alguien, y tuve dos hijas, pero la verdad ya después tronamos. Pero luego en el 72 me casé con mi esposa y con ella tuvimos 5 hijos, pero se nos murió la primera. Pero mi esposa se volvió cristiana… sí, ella anda siempre con su biblia y todo. Y como yo, a mí me encanta el baile, la verdad, me encan-
ta el baile, me encanta… este, a veces así, platicar con amistades, grupos, tomarme un trago, y a ella le molesta eso, y tronamos. Ella sí sale, siempre anda con su biblia, pero es lo que le digo, mira, tú vas, predicas la palabra de Dios, y muestras una cara ante los demás… entonces ¿por qué vienes aquí y me corres a mis hijas? Porque la casa es mía –le digo… y me dice que no, pero que son unas tontas, que cómo soportan a estos hombres, que son flojos; déjalas, así los quieren. Y desde un principio se veía. Luego dicen que la gente jala hacia a un lado. Porque yo desde chico mi papá nos inculcó la religión católica, a ver… vámonos a misa,
y, a ver, ¿qué dijo el padre?, y a ver, ¿qué dice el evangelio?, y yo agarraba y le decía a mi mujer, oye vámonos a misa con mis muchachos… vete tú con tus chamacos, yo no voy –me decía ella. Ella jalaba siempre a no ir a la iglesia. A ella le jalaba más ir a las pláticas de religión cristiana, de religión evangélica y ella jalaba hacia tener otro tipo de religión, no le gustaba ir a la iglesia y a mí sí, y hay mucha hipocresía porque hay gente que no predica con lo que en verdad aprende. Yo siento que una persona que es buena va a ser buena toda la vida. Que sí, es cierto, somos humanos, y a lo mejor pensamos ser diferentes, ¿no? Pero hay una cosa, que se portan mal, venden mal un negocio, o cuántos hay que allí mismo le quitan la mujer a otro, e incluso mi esposa, que me dejaba solo con mis hijos y se iba según esto a predicar, y por eso me separé, y ahora ando solo, a mis 58 años, y siendo ya casi bisabuelo. http://ciudadalfabetos.blogspot.com