EDITORIAL
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DOMINGO 17 DE AGOSTO DE 2008
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El Siglo de Torreón
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¿Acordar qué? LUIS RUBIO a inseguridad pública ha adquirido un nuevo nivel de importancia política. Eso es lo que se puede derivar de la enorme cantidad de intercambios entre políticos que los ciudadanos hemos observado en estos días. Aunque hay muchas propuestas, conceptos e ideas en los medios, en el corazón de esos intercambios hay una gran confusión: todos los políticos quieren responder ante el reclamo ciudadano, pero sus propuestas son políticas, no relacionadas con la seguridad. Peor, ahora ya encontraron una solución mágica, un acuerdo nacional, que de pronto lo va a resolver todo. Han sido días terriblemente reveladores de que a pesar de que la inseguridad lleva décadas de ser un flagelo para la ciudadanía, nuestros gobernantes siguen sin tener idea de cómo responder. De hecho, fue interesante poder observar que tuvo que ser una organización de la sociedad, Mexicanos Unidos Contra la Delincuencia, quien forzara el tema central al ámbito de la política: el problema de fondo es la falta de autoridad y legitimidad del sistema de Gobierno y, en este caso, de las policías y del aparato judicial. Es decir, se trata de un problema institucional: el problema de fondo es la debilidad del Estado, en su más amplia acepción, por lo que cualquier respuesta que se pretenda dar tiene que pasar por ese tamiz. El nuevo deus ex machina, la solución integral y súbita al problema de la inseguridad en el ámbito político, reside en un acuerdo nacional. Ahora nos encontramos con que nuestros políticos están seguros y convencidos de que todo se resolverá en el momento en que todos los gobernantes del país se reúnan y acuerden mayor coordinación, mejores procedimientos y, seguro, nuevas policías. Desde luego, no hay duda que al país le urge mejor coordinación, menos mezquindad y estrategias comunes, susceptibles de resolver el problema. Sin embargo, nada de eso avanzará si no se atienden los problemas de esencia o si, a final de cuentas, todo acaba en una feria de protagonismos personales. Los acuerdos tienen un lugar en la política: de hecho, son su esencia. Pero si lo que se requiere es recobrar, o construir, la credibilidad de nuestro aparato policiaco y judicial,
L
Han sido días terriblemente reveladores de que a pesar de que la inseguridad lleva décadas de ser un flagelo para la ciudadanía, nuestros gobernantes siguen sin tener idea de cómo responder. De hecho, fue interesante poder observar que tuvo que ser una organización de la sociedad, Mexicanos Unidos Contra la Delincuencia, quien forzara el tema central al ámbito de la política: el problema de fondo es la falta de autoridad y legitimidad del sistema de Gobierno y, en este caso, de las policías y del aparato judicial. entonces los acuerdos propuestos sólo pueden servir en la medida en que creen instituciones capaces de transformar el tema específico y, confiadamente, a la larga, al país en general. Un pacto nacional tiene sentido si el objetivo es dejar a un lado los protagonismos, subordinar los objetivos personales y construir instituciones. Todo el resto es grilla, en el sentido más peyorativo de la palabra. Desafortunadamente ésa no ha sido la forma en que nuestros políticos están encarando el tema. Lo trascendente ha sido publicitar ideas impactantes, hacer anuncios que parezcan novedosos y desviar la atención mediática hacia lo irrelevante (como si tal o cual gobernante asistirá a la reunión o no). Por supuesto, no hay nada de malo en que proliferen tantas ideas sobre el tema de la inseguridad como sean posibles, aunque se trate de un tema técnico que, en muchos casos, requiere menos ideas que decisión política y un conjunto de expertos capaces de enfrentar el tema con pleno apoyo social y político. Muchas de las ideas que flotan en el ambiente tienen sentido, aunque no siempre en nuestro contexto. Es lógico, por ejemplo, que se quieran importar ideas exitosas de otras latitudes, pero no es evidente que lo que funciona en un lugar como Italia, por citar un ejemplo exitoso en materia de seguridad pública, funcione en nuestro país: a pesar de su pésima estructura gubernamental, allá la institución nacional más sólida y respetada es el Poder Judicial y las policías. Gracias a esa solidez, que aquí obviamente no existe, los italianos vencieron a las mafias y han dado enormes avances en materia de seguridad pública. En México el problema central es el institucional. Al margen de las técnicas y mecanismos específicos que
los expertos pondrían en práctica, el mayor déficit lo tenemos en la debilidad de nuestras instituciones. Gracias a esa circunstancia, nuestras leyes sirven para justificar posturas, pero no para cambiar la realidad. Las leyes sirven cuando existe un compromiso de cumplimiento y una capacidad de hacer cumplir ese compromiso. Evidentemente, ése no es nuestro caso. De esta forma, aunque hay ejemplos exitosos de actuación contra la criminalidad en diversos lugares y momentos, éstos tienden a ser perecederos toda vez que dependen de la voluntad de un gobernante o actor y no de instituciones fuertes y sólidas que trasciendan en el tiempo. En el país existen suficientes historias de fracaso y de éxito que muestran qué es lo que hay que hacer y quién lo tendría que hacer. El problema, en otras palabras, no es técnico. El problema es político: nuestras instituciones no permiten que el combate contra la inseguridad sea eficaz. Las experiencias exitosas muestran que las personas se adaptan al marco institucional, que los policías hoy incompetentes o delincuentes pueden transformarse y convertirse en una fuerza positiva en la lucha contra la delincuencia. Un acuerdo o pacto nacional en materia de inseguridad tendría que partir del reconocimiento de que no contamos con ninguno de los elementos que son cruciales para enfrentar el problema de la inseguridad, como policías profesionales y competentes, además de respetados y respetables; ministerios públicos igualmente profesionales y competentes; jueces incorruptibles; cárceles realmente controladas desde donde sea imposible administrar la criminalidad; y una estrecha coordinación entre todos los integrantes del aparato que integra
RELATOS DE ANDAR Y VER
a fluir acuerdos específicos, decisiones concretas y, confiadamente, la atención que requiere, por parte de expertos, la seguridad pública. La inseguridad no se puede resolver a través de protagonismos mediáticos. La gran pregunta es si algo de esto es posible. Un acuerdo nacional es un instrumento, no un objetivo en sí mismo: sirve en la medida en que contribuya a crear un marco institucional para el propósito específico. Todo el resto es demagogia y de ésa la ciudadanía ya está harta. www.cidac.org
GUAYO
Gobernator versión Coahuila
REHILETE ERNESTO RAMOS COBO
Llegada Es como sentir penas en mi primer día ¿Qué… nuevo en el barrio? en la Ciudad de AlfabeEscuchándolo hice el gesque algo en el tos y con dolor de mueto de brindar, sin responderinterior traiciona. las. Fuera de la boca del suble; escupiendo giró a la izY tal vez por eso, terráneo me detuve en uno de quierda, “te vas a divertir, te para aminorar la esos kioscos que abundan, no vas a divertir” Murmuraba angustia, o tal vez sólo para disfrutar el aire, sial desviar los ojos, cual si vino también para darle una viera dentro de un comic llesólo por payaso pausa al trajín por aquello de no de charlatanes, “Psh, psh, melancólico que las maletas que cargaba, el eh, me oíste, ehh, basura?” soy, que he sido, he dolor, percibir el acontecer, Oyéndolo recordé ese optado por hacer sentir con todas las letras lo cuento de Bukowski donde el pausas, que sucedía a mi alrededor. narrador camina despreocuensimismarme, En ocasiones me ocurre pado por la sórdida calle, empezar desde temprano un hasta que por allí, desde el sacar una libreta día, por ejemplo, verlo pasar fondo de uno de esos edifiy escribir letras al ritmo de las manecillas, hacios, una negra potente coque acaban en nada, cer cosas, ver gente o tener mienza a invitarlo con la lenjusto como ahora conversaciones con cualquiegua desde la puerta que se en este kiosco, donde ra, o salir a las calles a fotorecarga, eh, basurita blanca, grafiar lo que fuere, volver eh, basurita blanca, je, e incitratar de captar el atrás y abandonarlo todo, catado al revolcón lo piensa dos acontecer es ignorar minar pidiendo dedo en una veces por la malacara de un cualquier voz que carretera desierta, cruzar tútipo detrás de las cortinas, y murmure que todo neles y pasar días enteros en dejando ir la oportunidad en realidad es un ese hotelillo rascuache ya que no regresa- el narrador sinsentido. abandonado, perder el tiempo sigue con el fluir del cuento de un sitio al otro entre despor otros derroteros... valijadas tiendas, y ver hemEhh, ehh, psh, basura?, bras, e intentar catapultarme, crecer, lograr continuaba, por lo que tuve que preguntarle algo en algún lado, hasta que lo único que que- de dónde era, buscarle los ojos cuando me da en la noche, ya a punto de dormir, es una perforó el dolor de muela. Un calambre como nada de arroz con leche, una verdadera y ní- punzada de inyección fría, una buena sobada vea nada que va acrecentándose, al parecer apenas, carajo, por lo que decidí mejor marpara siempre y sin remedio. charme a donde iba, a buscar mi nueva direcEs como sentir que algo en el interior trai- ción en esa calle de vacíos balcones, ehh, psh, ciona. Y tal vez por eso, para aminorar la an- basura?, entre un atardecer delirante que se gustia, o tal vez sólo por payaso melancólico perdía detrás del río. que soy, que he sido, he optado por hacer pauAsí que por fin llegué a ese Octavo Piso a sas, ensimismarme, sacar una libreta y escri- arrumbar los bultos en la esquina. Y me tiré bir letras que acaban en nada, justo como aho- por allí en posición fetal sobre unas cobijas, ra en este kiosco, donde tratar de captar el tratando que el sueño venciera el dolor. Una acontecer es ignorar cualquier voz que mur- aguja clavada en la mandíbula, una corriente mure que todo en realidad es un sinsentido. de hielo, un gusano en celo, un chorro de fiePero el caso es que las intenciones eran bre, hasta despertar convencido de que haesas, y que el kiosco en turno era de los cir- bía que buscar un dentista. culares, de ladrillo, con un pequeño tejadillo Sobre lo que sucedió más adelante tengo y bancos alrededor, donde un tipo vendía sólo recuerdos difusos. Recuerdo haber bajabrebajes entre gritos, sudando, ya saben, do por las escaleras porque el maldito ascenapurado de un lado a otro, jadeante, le pedí sor no respondía. Recuerdo haberme lanzado un refresquito, y me lo fui tomando poco a calle abajo, hacia el negro paisaje de la mapoco tranquilo con media nalga en el aire, y drugada. Mas no recuerdo mayor cosa. Todo en esas andaba, intentando olvidar el dolor es difuso, lineal, salpicado. Semejante a ese de muelas de días hasta que un tatuado de hilillo de sangre del día siguiente -sobre la algreñas comenzó a hablar. fombra- cuando desperté abrumado.
A
la seguridad gubernamental que no dependa de jefes políticos temporales. Sólo un reconocimiento de que no existe una solución mágica y que ninguno de los pactantes la puede aportar podría permitir comenzar a avanzar en esta materia. Un pacto nacional sólo tiene sentido si el objetivo es que todas las fuerzas y autoridades políticas en el país aceptan la legalidad existente a falta de una adecuada o mejor como base para la interacción entre ellos. Una vez acordado eso, como ocurrió en la España post franquista, comenzarían
JORGE ZEPEDA PATTERSON
No a los gobernadores ¿
Usted confiaría en Ulises Ruiz (Oaxaca), que la federalización ha propiciado un grave reMario Marín (Puebla), Emilio González troceso en el manejo de los dineros públicos. El Márquez (Jalisco), Fidel Herrera (Vera- problema central reside en que los recursos ecocruz) o Humberto Moreira (Coahuila)? Peor nómicos se han entregado a los gobernadores de aún: ¿Confiaría en las policías judiciales de esos manera indiferenciada entre estados eficientes e gobernadores? Yo tampoco. ineficientes, sin exigir mecanismos de rendición Pues eso es lo que acaba de proponer Mar- de cuentas. Con respecto a los 6 mil millones de celo Ebrard para terminar con la inseguridad pesos de excedentes petroleros que recibirá en en el país. El jefe de Gobier2008 el Gobierno de Puebla, no del DF ha planteado que por ejemplo, Marín introdujo ¿Y quién va a definir sean los gobernadores (la Couna cláusula de discrecionalinago), quienes convoquen a dad que le permite operar sin qué es un delincuente? una cumbre nacional que de¿El gobernador que quiere etiquetas ni lineamientos fina el plan para combatir al (acusación de la diputada lodar un coscorrón a una crimen organizado. cal panista Leonor Popócatl). periodista incómoda? Me Entre otros puntos, Está condenado al fracapregunto cuánto tiempo Ebrard propone que las proso un sistema de seguridad curadurías locales puedan nacional que convierta a los pasaría antes de que consultar las bases de inforjudiciales estatales y por gobiernos estatales en la bamación policiaca federal, así se del combate al crimen. En consiguiente personajes como la existencia de un mejor de los casos, consticomo Kamel Nacif o capos el “área de Inteligencia finantuiría una fuga de recursos; de los cárteles, tengan ciera a la que tengan acceso en el peor, equivaldría a acceso puntual a las autoridades locales, con el echar gasolina al fuego. propósito de afectar el patriLa opinión pública le exiinformación bancaria y monio y las utilidades de la ge a Ebrard hacer a un lado patrimonial de sus rivales delincuencia organizada”. las diferencias con Calderón o de los ciudadanos. ¿Y quién va a definir qué y colaborar en el combate al No hay estamento de la es un delincuente? ¿El gobercrimen. Para no traicionar a clase política mexicana nador que quiere dar un cosLópez Obrador, Marcelo corrón a una periodista incóquiere hacerlo en terreno que goce de mayor moda? Me pregunto cuánto propio, el de los gobernadoimpunidad que los tiempo pasaría antes de que res, y no en una reunión congobernadores. Carecen judiciales estatales y por convocada por el presidente. de mecanismos de siguiente personajes como Pero el país no puede suborcontrapeso gracias al Kamel Nacif o capos de los dinarse a estos melindres. poder que ejercen sobre cárteles, tengan acceso punPor lo general, suelo difetual a información bancaria y rir de las políticas emanadas el Congreso estatal, patrimonial de sus rivales o del Gabinete calderonista, peel Poder Judicial local de los ciudadanos. estoy convencido de que el y los institutos electorales ro No hay estamento de la tema de la inseguridad obliga y de Derechos Humanos clase política mexicana que a decisiones estructurales estatales, que operan goce de mayor impunidad que que van más allá de quien sea los gobernadores. Carecen de el ocupante de Los Pinos. como una extensión mecanismos de contrapeso Lo que necesitamos es del Ejecutivo. gracias al poder que ejercen una Policía única en el país, sobre el Congreso estatal, el sujeta a una batería de mecaPoder Judicial local y los institutos electorales y nismos de transparencia y rendición de cuentas de Derechos Humanos estatales, que operan co- que aseguren su eficacia y profesionalismo. Ningumo una extensión del Ejecutivo. No es de extra- no de estos dos requisitos pasa por la Conago. Deñar que cada semana la opinión pública se ente- bemos encontrar contrapesos a la impunidad absore de alguna nueva ocurrencia o infamia del si- luta de la que gozan los gobernadores. Ellos son guiente “Gober” piadoso, precioso o bailador. parte del problema, no la solución y no es dándoles Analistas como Juan Pardiñas y Rogelio Her- mayor poder policiaco como habremos de lograrla. nández, entre otros, han analizado la manera en www.jorgezepeda.net