Aportes De Fernando Ulloa

  • November 2019
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! El contexto de los nuevos desarrollos Alrededor de la década de los años 1930, se van consolidando en el campo de las Ciencias Sociales, el Psicoanálisis y la Psicología a nivel mundial nuevos desarrollos que buscan dar respuesta a acuciantes demandas de una sociedad en crisis. En la década de los años 1940 a partir del estallido de la II Guerra Mundial los desarrollos y propuestas de nuevos modelos de intervención e investigación en el campo social dirigidos a encarar los problemas vinculados con la crisis, se van consolidando. Formando parte de la orientación denominada Psicoanálisis Aplicado Sigmund Freud publica una serie de trabajos que reflejan la situación de tensión que atraviesa Europa y el mundo. Al ampliar su objeto de estudio incursiona en la temática social desde una perspectiva psicoanalítica. Toma como objeto de análisis y reflexión el fenómeno de las masas, grupos y otras instituciones y desarrolla modelos explicativos que incluyen las relaciones con la autoridad las relaciones vinculares entre pares, el liderazgo etc. En El malestar en la cultura (1929/30), incursiona en el tema del trabajo resaltándolo como dimensión fundamental de la conducta humana.1 Expresa en 1904, que el reestablecimiento del estado psíquico en general coincide con el de la capacidad del rendimiento –que alude al trabajo- y de goce –que alude a la capacidad de amar-. Aún cuando pone en un mismo plano de igualdad amor y trabajo, el estudio de este último como actividad humana fundamental, que relaciona al individuo con su medio social más amplio quedó un tanto relegado como tema de interés para la psicología en aras de enfoques más centrados en la psicopatología y el análisis de las perturbaciones mentales. En la Argentina la década de 1950 emerge un movimiento de verdadera creatividad que se consolida durante los años siguientes. Estimulado y orientado por las enseñanzas de Enrique Pichon Riviere, Fernando Ulloa es un representante principal de dicho movimiento. Anhelan establecer el puente entre la conducta individual y el campo social. Advirtiendo que el análisis de los grupos, las instituciones y la comunidad constituyen temas 1

Freud Sigmund. Psicología de las masas y análisis del yo. (1920-1922) Amorrortu editores.1976; Freud, Sigmund El malestar en la cultura (1927-1931) Ammorortu editores. 1976. Nota del autor: agradezco a la Dra Diana Etinger por la colaboración que me brindó en la realización de este trabajo, el aporte de material de y sobre Ulloa, su testimonio personal acerca de la figura de nuestro homenajeado y en particular por la lectura crítica de borradores previos que enriquecen esta versión final.

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postergados comienzan a darle el lugar que le corresponde como objeto de estudio, de intervención y cambio, en aras de la promoción de la salud mental. Imbuido de un espíritu crítico referido a lo instituido, Ulloa aplica el método clínico al campo social formulando verdaderas innovaciones que han dado en llamarse Psicología Institucional, Asamblea Clínica, Grupos etc. Sus inquietudes son compartidas y trabajadas con otros colegas a través de la cátedra universitaria en la Facultad de Psicología de la UBA entre ellos José Bleger. Para concretar el establecimiento del puente con lo social a través del desarrollo de nuevos modelos de abordaje, Ulloa encara una revisión profunda de los marcos referenciales tradicionales en Psicología y Psicoanálisis, para hacerlos más adecuados a los nuevos campos de aplicación y a la ampliación del objeto de intervención y estudio. Esta iniciativa y desarrollo implica una reformulación amplia del método y del nivel de análisis. La realiza valiéndose de una práctica sistemática y una casuística muy significativa. La pasión por el trabajo en salud y mental, así como un fuerte compromiso ético en pos de esclarecer y ayudar a encarar los problemas esenciales del ser humano le dan su sello personal a esta orientación. Hace gala de un bagaje clínico fundamental que le aporta claridad epistemológica y criterios de pertinencia a sus intervenciones consonantes con lo que exigen las transformaciones de los modelos y de los enfoques. Antecedentes de esta orientación podemos encontrarlos en la experiencia Rosario, impulsada por Enrique Pichon Riviere, que constituye a mediados de la década de los años 50, la plataforma de lanzamiento pública de los Grupos Operativos. Los nuevos hallazgos metodológicos operativos van recibiendo progresivamente el interés de las sucesivas generaciones de psicólogos, psicoanalistas, médicos y de una variedad muy amplia de trabajadores sociales. Ulloa invita a transitar los nuevos caminos a las sucesivas generaciones de profesionales que se van integrando al campo de la promoción de la salud. Su significativo poder de convocatoria reside en la transparencia y confianza que despierta su figura y la pasión que trasunta su entrega a la profesión y a su trabajo. En el libro Novela Clínica Psicoanalítica. Historial de una práctica relata la experiencia Rosario y la describe. Después de dicha experiencia continúa realizando grupos y seminarios en los que revisa los modelos de abordaje y advierte la necesidad de establecer criterios de pertinencia especiales para las innovaciones y nuevos desarrollos. El concepto de “interpretación” por ejemplo que es usado para tratar los emergentes dentro de la sesión psicoanalítica, no le resulta el adecuado ni tampoco el de regresión transferencial. También señala tempranamente la necesidad de

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reemplazar los criterios y entidades diagnósticas provenientes de la psicopatología. Durante la década de los años 1960 los grupos operativos comienzan a ser profusamente utilizados en la enseñaza y también en la clínica, no sólo institucional sino privada. En estos casos si bien aplica criterios “operativos”, recupera en su enfoque las enseñanzas provenientes del psicoanálisis, estableciendo la diferencia entre conceptualización y formulación operativa de la interpretación. A raíz del ejercicio de la cátedra universitaria de Psicología Clínica desarrolla un dispositivo grupal ampliado, que le permite trabajar con más de un centenar de personas al que denomina “Asambleas clínicas” y que es creado alrededor de 1966. Posteriormente este dispositivo es llevado a intervenciones en ámbitos hospitalarios y educacionales variados. Se trata de asambleas en las que participan docentes y alumnos. El ámbito permite recuperar en cada sujeto el impacto del proceso de aprendizaje incluidas sus vivencias personales acerca del mismo. Las asambleas constituyen a su vez una oportunidad para realizar una evaluación de dicho proceso de aprendizaje, del cual el equipo docente recibe un feedback , que incluye consideraciones acerca del contexto de la facultad y de la universidad en la que ya comienzan a ocurrir fenómenos propios de lo que el autor llama la cultura de la mortificación caracterizada por el fraude, como opuesto a un proceder ético. Esta actividad ejercida en las asambleas es parte de una clínica no ajena a los conflictos de la vida cotidiana que permite recrear un pensamiento colectivo más cercano a la verdad. Las asambleas clínicas en su versión inicial, se realizan los sábados por la mañana durante 3 o 4 horas, lo que demuestra una vez más la capacidad de trabajo y compromiso del profesor de la cátedra que es trasmitida a sus alumnos. Es habitual la concurrencia de cursantes de otras cátedras movidos por el interés que llegan a despertar. La participación en ellas es voluntaria. No se realiza registro de asistencia ni se controla la entrada. La libertad para pensar sin censura y participar activamente en la creación de un producto intelectual, representa un motivo de disfrute. Ulloa parado al frente de las asambleas utiliza su capacidad de escucha, lee los emergentes grupales manifiestos y latentes. Va armando la urdimbre a partir de las expresiones individuales que son hilvanadas en pos de una trama y construcción colectiva del tejido del saber, enriquecido por la interacción social y la creatividad grupal. Se vale del humor que utiliza con maestría, las analogías el lenguaje metafórico, el discernimiento de significados. Juega con las palabras y aporta imágenes en pos de la búsqueda del sentido de las conductas expresadas. Va tomando de las anécdotas y dramatizaciones, las ideas que van señalando la existencia de un proyecto colectivo en ciernes al que de esta forma ayuda a explicitar, a componer y 3

hacer explícito entre todos. La suya constituye una forma muy particular de ejercer la interpretación. Como veremos más adelante el rescate de los elementos de un proyecto colectivo tiene un efecto constructivo en el pensamiento, al permitir la re apropiación por parte de la comunidad global de un contenido en el que se basa el aprendizaje generado por la intervención y del que se pueden ir deduciendo intenciones de cambio. En etapas avanzadas del proceso de desarrollo y aprendizaje de esta comunidad clínica comienzan a aparecer espontáneamente grupos autogestivos que toman iniciativas vinculadas con la temática del a cátedra, y van realizando micro emprendimientos prácticos de intervención afuera, que son parte del proceso de aprendizaje diseñado. Los diversos procesos y resultados van dando lugar a una experiencia que se va reportando a la comunidad de aprendizaje. Entre los que asistíamos a dichas maratones de los “sábados continuados” queda como recuerdo la expectativa con que eran esperadas y el placer de participar en la construcción del proceso colectivo que en su seno se producía. Las asambleas son a su vez, una expresión del ejercicio de la democracia directa. Para coordinarlas no es necesaria una lista de oradores como ocurre en otro tipo de asambleas. En las de la cátedra de Psicología clínica, los hablantes aportan un pensamiento que es fiel al emergente y que no responde aun mandato conferido. El emergente se va modificando a través de la interacción y el diálogo. La forma y contenido de la dinámica que se establece, alteran la modalidad tradicional del funcionamiento de una cátedra, que es la que prevalece en la variedad de contextos incluyentes en los que transcurre el aprendizaje universitario. La expresión de la libertad creativa y de pensamiento se ve interrumpida en la trayectoria que relatamos, por la intervención a la universidad, en el año 1968 que se inaugura con “la noche de los bastones largos” a la que se suceden una recurrencia progresiva de noches represivas. Estas culminan con la instauración masiva de la cultura de la mortificación impuesta arbitrariamente por el gobierno militar. El paso por la cátedra universitaria tanto a él como a Bleger le valieron de infundíos y acusaciones que circularon en un pasquín de la época en el que se los trataba despectivamente como sultanes la carrera de psicología. Utilizando su maestría para interpretar el emergente valiéndose del rescate del proyecto latente, Ulloa se limita a tomar el síntoma de comunicación malicioso para transformarlo en un proyecto académico formativo. Esta acción adquiere la forma del primer seminario de Psicología Institucional en la Facultad de Psicología que versa sobre: “La psicología de la calumnia y del rumor”. La modalidad operativa, le permite sin dejarse intimidar por las amenazas latentes, aprovechar el seminario para realizar un examen 4

crítico de la Universidad y de las instituciones de enseñaza pública. Va más allá de la crítica al desarrollar propuestas factibles de ser realizadas. Todavía no se le ha extraído a estos procedimientos tales como las asambleas clínicas, suficientemente el jugo. Constituyen estas formas de participación directa que surgen de la creatividad colectiva y que representan el uso y el sentido más cabal de la democracia. El primer seminario universitario sobre Psicología Institucional desarrollado por Ulloa, constituye la primera acogida en un ámbito Universitario, de la Psicología Institucional y modelos afines. Esto representa el logro de haberlas introducido muy tempranamente en un ámbito académico, y de haber obtenido el reconocimiento científico adecuado. La introducción de la especialidad en el ámbito universitario le otorga coherencia epistémica, respaldada por un marco teórico y metodológico que se va desarrollando y poniendo a prueba en la medida en que se van realizando prácticas de intervención e investigaciones sistemáticas. Criterios de pertinencia para un encuadre orientado al ámbito de los grupos las instituciones en la comunidad. Desde las primeras prácticas de los grupos operativos, Ulloa comienza a desarrollar como dijimos lo que denomina los criterios de pertinencia que son válidos para las intervenciones grupales e institucionales. Y lo lleva a explicitar el encuadre operativo diferenciándolo del encuadre psicoanalítico. Conservando la entrevista como instrumento fundamental proveniente de la clínica, la despega de la psicopatología es decir de la enfermedad mental. Formula leyes generales del método clínico susceptibles de ser aplicados a un objeto social complejo, teniendo en cuenta los tres momentos de la unidad de operación: investigación, diagnóstico y modificación de lo observado. Este abordaje como aspecto diferencial del modelo de investigación previo se plantea la involucración y el compromiso, del investigador profesional que se incluye más plenamente en un campo de observación y en un proceso de cambio de una situación problemática por la cual fue requerido para investigar y actuar. La modalidad implica romper el marco estrecho del laboratorio de experimentación y del consultorio como ámbitos de trabajo. La modificación del modelo previo compromete un encuadre a ser definido. Resulta claro que la apertura a nuevos campos y la diversidad de fines que estos suponen impone la revisión de los enfoques conceptuales acerca del “objeto de la intervención”. La experiencia que se realiza en un nuevo campo de aplicación va permitiendo así, a través de la conceptualización de 5

la práctica la emergencia de nuevas teorías que dan cuenta de la naturaleza del objeto. Ulloa va explicitando este proceder y esta necesidad: reemplaza el concepto de la clínica, entendido como lugar geográfico por el de situación entendido como unidad identificable dentro de una campo psicológico. A su vez establece la diferencia entre acción e interpretación, donde acción se refiere a todo lo que está ocurriendo en las interacciones entre uno o varios individuos insertos en un campo psicológico e interpretación se refiere a la apreciación o evaluación que el observador hace de aquello que ocurre. Procura establecer la diferencia del significado de la interpretación que realiza el psicoanalista en relación con el material de su paciente, por el de este otro que tiene que ver con la búsqueda y formulación del sentido de la conducta, realizada por quien practica una intervención. En ambos casos la intervención modifica el campo de la conducta y ayuda a crear una nueva situación. Este mecanismo es considerado como uno de los resortes de la estrategia de cambio que surge de “elaboración” de los problemas con los que se confronta. Obedece a un proceder que viene de la clínica ligado con el hecho de extraer del encierro de una situación conflictiva el motivo y el objetivo de la intervención. Los problemas se siguen considerando y estudiando en profundidad en la medida en que se van indagando y de allí surge la resolución progresiva. Este trabajo conjunto que establecen el profesional y la institución que consulta, está basado en la colaboración, la reciprocidad, el deseo de participación y de involucración todo abalado por la confianza. El concepto puente que une distintos niveles de análisis y que permite articular el nivel individual con el social es el de “conducta en situación”, y que es valido para referirse a la unidad de análisis individual, grupal, a una asamblea o a una organización. En efecto la modificación de la conducta de sistemas micro sociales requiere no limitar la observación a individuos aislados, sino hacerla extensiva al ámbito o contexto mas amplio en el que se desarrolla la misma. De esta forma la estrategia de intervención se hace más significativa y las conclusiones mas efectivas al contemplarse la posibilidad de introducir cambios que hacen al contexto institucional más amplio. Esto supone la reversión de la perspectiva. El contexto es mirado en función de la importancia y efecto que tiene en relación con los individuos que actúan dentro de él y en función de vista de las vivencias subjetivas de quienes son regulados y que a su vez lo determinan. El concepto de interpretación referido a la conducta en situación trata de sustituir una actitud normativo/valorativa por una formulación integradora de distintos aspectos de la conducta en situación que se presentan

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disociados, disgregados, desconectados entre sí o alienados en el ámbito en que se despliega. Ulloa señala que la primera tarea de un profesional en cualquiera de los campos en que trabaja es detectar los puntos de urgencia que le permiten determinar cual es la acción crítica que enfrenta el sujeto de la observación. Esta puede referirse a un proceso que se ha estereotipado, a una dificultad de adaptación frente al cambio, o a aspectos del contexto que resultan disfuncionales desde la perspectiva de los individuos que lo integran 2 En sus seminarios prosigue poniendo a punto las técnicas operativas. Se percata tempranamente, que en un grupo o una institución, donde se despliega un proceso de interacción libre entre personas, pueden emerger conflictos generados por perturbaciones de personalidad que se potencian en tales ámbitos. Se plantea el riesgo que representa operar favoreciendo el análisis regresivo de las conductas individuales involucradas que se produce cunado se refieren preponderantemente al “porqué” motivacional. Tomando la expresión de un conflicto interpersonal como síntoma, se plantea una lectura del episodio de conducta tratando de visualizar aunque sea el esbozo de un proyecto, muy frecuentemente referido a una faltante que de existir contribuiría a mitigar el dolor y el desgaste a través de una organización o encuadre mejor. Los inevitables procesos regresivos que pueden darse por el hecho de que hay subjetividad involucrada, necesitan ser canalizados constructivamente a través de la creación de un encuadre adecuado para la expresión y conducción de la conducta. El encuadre representa canales –espacio temporales, temáticos y de finalidad objetivo y objeto- que apuntan más al para qué, y a la búsqueda de las redefiniciones de sentido que incluyen el contexto para permitir una mejor resolución de la situación problemática. Justamente por ser un clínico de fuste Ulloa advierte los efectos deletéreos y des estructurantes que puede tener un encuadre no adecuado a las situaciones sociales, de trabajo o de aprendizaje. Cuando alude a los criterios de pertinencia en las intervenciones, incluye aspectos éticos. Nos recuerda un precepto que es parte del juramento hipocrático y que hizo grande a la medicina: primum non noquere. Por ello la formulación de los criterios de pertinencia incluyen aspectos en última instancia éticos que buscan proteger la integridad y la seguridad psicológica de los individuos que participan de una experiencia. El sólo hecho de participar en un 2

ULLOA Fernando Ficha Nº 149 correspondiente a la Cátedra Clínica de Adultos. Publicación interna del Departamento de Psicología, destinada al uso interno de los alumnos. Fecha: presumiblemente 1ñ9 1962/63. Este material fue gentilmente cedido por el LIc. Horacio Mobilia agradecemos su colaboración y estímulo constante, no sólo por el aporte de los mencionados materiales sino por la crítica constructiva y el diálogo.

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encuadre grupal o institucional pone en juego la totalidad de la persona y puede promover la emergencia de emociones y ansiedades inconcientes universales que se hace necesario encuadrar. Señala que en la modalidad terapéutica-psicoanalítica, el énfasis está puesto en la escucha y el examen del “porque “genético del síntoma que es explorado como una reproducción de algo que aconteció tempranamente en la historia del sujeto. La exploración etiopatogénica tiende a e evocar o verificar la repetición de dicha situación conflictiva proveniente de las escenas históricas infantiles en la transferencia. El tratamiento y/o la interpretación del porqué genético del síntoma instaura en el modelo clínico una tendencia regresiva, que es des estructurante cuando se ve facilitada dentro de un campo social. En estos casos puede promover un desequilibrio opuesto al desarrollo y crecimiento. “En la modalidad operativa la intervención se juega en el “para que” prospectivo de la intencionalidad del síntoma. Aquí todo acontecer es examinado no como reproducción, aunque lo sea, sino como ensayo para un después y afuera. Entonces, la transferencia tiene mayor oportunidad de no instaurarse o inclusive de disolverse, en cuanto a lo que entendemos por captura transferencial.”3 Ubicarse de esta forma frente al síntoma, frente a un conflicto o un problema, implica como lo hemos anticipado, tratar de reconocer la existencia en tales expresiones de un proyecto, que aunque sea en ciernes puede vislumbrarse. El proyecto, siempre es prospectivo, está orientado al futuro y al medio ambiente. Es intencional en la medida en que se refiere a un acontecer más o menos remoto que se espera resolver encarar, hacer nacer y que alienta la búsqueda. Además está referido a un objeto y a un fin. Ubicarlo de esta manera invita a consideraciones acerca de las características del proyecto, su solvencia, su orientación, el grado de realidad, etc. De este análisis surge su reconsideración y una orientación más adecuada a través de la cual pueden producirse los cambios. Esta forma de aproximarse al material, está más cerca del plano de la conciencia y convoca a la autonomía del sujeto o de los sujetos involucrados. Poder operar con el proyecto implica considerar el grado de coherencia del mismo, en relación con el objeto y con las metas implícitas o explícitas. Los aspectos no manifiestos o subyacentes de la conducta, son considerados a través de una concepción más global acerca de lo que se necesita para contenerlos mejor. La modalidad es efectivamente pragmática, está diseñada para resolver problemas prácticos que hacen a la convivencia organizada y de allí su operatividad. Es una modalidad ciertamente postulada como válida para intervenir en situaciones críticas o

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Ulloa, Fernando. Novela Clínica Psicoanalítica. Historial de una práctica. Pag 68. Paidos. Psicología profunda. 1995

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traumáticas ya que promueve una reintegración más rápida de los aspectos alienados o disociados de la conducta individual, grupal, institucional. Es dable esperar que en una institución u organización afectada por una crisis se observe un período de shock en el que predomina la confusión y el caos. En esta etapa puede haber una carencia aparente de un proyecto explícito que permite visualizar el rumbo. En realidad siempre hay un proyecto implícito no manifiesto o aún inconciente que es dable rescatar. La ausencia aparente puede representar un bloqueo transitorio. Es posible que en un segundo momento de mayor estabilidad los miembros de la institución puedan recuperar una actitud más proactiva y comiencen a visualizar un futuro factible o probable. Favorecer la reconsideración del proyecto a la luz de las nuevas circunstancias, es constructivo evita regresiones y desorganizaciones perturbadoras. Subrayar la dimensión intencional de la conducta es re significarla a la luz de nuevas metas que representan una perspectiva dirigida al contexto y al futuro. El enfoque intencional o prospectivo no está reñido con el histórico-causal, en el campo de la conducta está contenido tanto el presente como el pasado y las tendencias hacia un futuro al que apunta el objetivo o la finalidad común. Este enfoque representa una integración sistematizada de los otros enfoques y es consonante con una concepción holística de la conducta. El proyecto es prospectivo pero también es cierto que las experiencias previas constituyen factores históricos explicativos para entender bloqueos, síntomas o problemas actuales. Nuevamente los enfoques se hacen complementarios. Podemos advertir que el énfasis puesto en la intencionalidad de la conducta y en la tendencia prospectiva determinada por el fin o meta, actúa como organizador y analizador. Para hacer predicciones confiables acerca de la dirección de ciertos cambios y procesos es necesario adoptar una perspectiva amplia que abarque una secuencia de eventos y acontecimientos interrelacionados. La direccionalidad de un acontecimiento convoca a la existencia de períodos y esto remite necesariamente a un intervalo de tiempo macroscópico. En síntesis: la secuencia temporal amplia involucra tanto el futuro como el pasado. El campo presente contiene conceptos acerca del pasado y del futuro. Un individuo, un grupo, una organización no se orientan únicamente a partir de su situación presente ni están solamente determinados por el pasado: tienen expectativas, deseos, sueños que involucran una visión actual del futuro. También poseen opiniones acerca del pasado que nunca se ajustan por entero a la realidad, y sin embargo forman parte de su campo psicológico actual. Por ello, toda la perspectiva

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temporal completa está presente en una situación y en un momento determinado.4 Ulloa contribuye a explicar que significa ubicarse frente a un episodio de conducta, buscando comprender su intencionalidad y sentido. Tal enfoque destaca un aspecto pragmático, práctico que permite ligar el análisis de la conducta con la acción posterior. En ese sentido, la dimensión prospectiva que menciona se cristaliza a través de un proyecto siempre presente. El proyecto señala la orientación, aquello a lo que tiende la conducta y que posee una significación fundamental para el logro de una resolución satisfactoria, dirigida a una adaptación proactiva modificadora del medio, pero también de los propios esquemas previamente internalizados. Todas estas consideraciones realizadas pueden ser incorporadas en el contrato que establece aspectos del encuadre de una intervención institucional. Expongamos a manera de síntesis los siguientes puntos: • La participación en una experiencia es voluntaria. Las personas que lo hacen pueden ser convocadas pero tienen que poder concurrir libremente. • El fin y los objetivos de los encuentros o reuniones requiere ser claramente explicitada. El material o información brindada por los participantes sólo es utilizada en función de los fines explícitos enunciados. Las manifestaciones expuestas públicamente por los participantes no pueden ser utilizados para evaluar personas ni las opiniones vertidas deberían afectar la trayectoria de nadie. • La información vertida en una reunión o entrevista es confidencial. Cualquier informe que se realice a partir de los contenidos expresados debe contar con el acuerdo del emisor o emisores. • Es válido como criterio para la participación en las discusiones o consultas el principio de la igualdad de oportunidades. Cualquiera está en condiciones de opinar y de participar. Se aspira a un máximo de representatividad. • La intimidad de las personas necesita ser protegida, los contenidos tratados en ámbitos públicos no deben vulnerar estos principios. La emergencia inevitable de aspectos vinculados con la personalidad o con la subjetividad individual deben ser considerados de acuerdo con los criterios de pertinencia señalados más arriba. • En la escucha se privilegian los aspectos prospectivos de la conducta y del discurso incluido el proyecto institucional. El plano del para 4

Lewin Kart. Field Theory in Social Sciences. Cap III: “Defining thew field at a given time”. London: Tavistock Publication, 1952. Traducción en castellano: La Teoría del campo en la ciencia social. Paidos 1978.

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que intencional que se dirige a la construcción de un proyecto y que lleva implícita una propuesta de cambio. • La dimensión temporal es tomada como un dato significativo de diseño, ordenador y organizador de las acciones y los roles dentro de una estructura manifiesta que establece expectativas para todos los que ocupan una posición institucionalizada. Se propende a la clarificación de los roles para reducir dentro de lo posible la confusión y la ambigüedad. Todos estos aspectos del encuadre/contrato, confluyen a una cuestión fundamental: favorecer la confianza, y la expresión emocional constructiva, fortalece los vínculos de colaboración y pertenencia, abona la esperanza y ayuda al desarrollo. La contrapartida de la confianza es la desconfianza que exacerba el sentimiento de amenaza. Como se puede observar las cláusulas tienen un contenido preponderantemente ético y apuntan a ciertos valores que se desean sostener. Estos aspectos son fundamentales y forman parte de la técnica. No se trata meramente de preservar ciertos valores morales sino de establecer criterios que den garantías de seguridad y confort psicológico a los individuos. Estos a la manera de factores limitantes de la conducta constituyen premisas para que los individuos puedan expresarse libremente. Lo ético no solamente coincide con la técnica sino representa lo que desde un punto de vista práctico conviene hacer. Si estas cláusulas no se dan se paraliza el proceso La ternura como fundamento del compromiso con la ética. Queda para el final de este recorte parcial de la trayectoria y de los aportes de Ulloa el de la dimensión ética de su figura que por cierto le otorga una relevancia especial. Este aspecto lo dejamos para el final pero no por eso es menos importante. Saber que Fernando Ulloa tenía carisma y ejercía un liderazgo profesional axiológico –entendido como la capacidad de atraer e influenciar en una dirección determinada a un grupo numeroso de discípulos y colegas es una verdad conocida. Nos animamos a afirmar que dicho carisma no era meramente un rasgo inmanente de su personalidad, sino un atributo que devenía de su capacidad de despertar confianza en virtud de sus acciones, su capacidad clínica, su pasión por el trabajo y principalmente por la capacidad por manifestar y dar ternura en situaciones en las que predomina el sufrimiento, la encerrona psicológica y (tomándolo de su propio discurso) la cultura de la mortificación y el fraude. Coherente con sus convicciones, no escatima expresar una postura crítica clara referida a las 11

burocracias enquistadas en las instituciones psicoanalíticas en la universidad o en el contexto global. Sus valores no pactan con el autoritarismo y sus efectos nocivos fueron siempre claros: en su trabajo profesional, al actuar como presidente de la Federación Argentina de Psiquiatría o como perito en temas de Derechos Humanos interviniendo en casos de personas que habiendo estado en prisión o secuestradas fueron torturadas. Esta postura sostenida durante la dictadura militar, equivalía a un riesgo de vida y justamente por este tipo de intervenciones y actitudes profesionales honestas debió abandonar el país. El coraje que le daba la búsqueda de la verdad lo llevo a enfrentar estos y otros riesgos. Y al volver aún antes de que se instaurara el gobierno democrático, prosiguió con su trabajo profesional atendiendo a cuanta familia que como víctima de la de la represión de estado padecía la pérdida de uno de sus miembros y lo consultaba. A esto lo habilitaba además de su destreza para intervenir en situaciones traumáticas y en crisis la totalidad singular de su talento humano y profesional. Cuando una figura de esta dimensión fallece, no deja de existir. Sus enseñanzas y su espiritualidad intrínseca siguen alimentando desde el ejemplo las generaciones vendieras, especialmente cuando los temas que fueron aspectos de una crítica severa y que tienen que ver con el maltrato, el escándalo de la pobreza extrema, la injusticia y la ignominia siguen prevaleciendo en la sociedad global. Tal vez sus discípulas colegas, amigos y seres queridos no podemos dejar de lamentar por todo lo que todavía pudo haber aportado su brillante figura su lucidez y ternura. Pero la vida también es un accidente y debemos aprender a contentarnos con lo que nos da, que en su caso ha sido inmenso. Finalmente alguno de sus mensajes mas profundos e impactantes: al hablar de la ternura señala que esta es una instancia constitutiva del la ética militante y que abona la confianza. Dice: la empatía como condición que deriva de la ternura garantiza el suministro adecuado (calor, alimento, arrullo, comprensión, palabra). Tener miramiento es mirar con amoroso interés a quien se reconoce como sujeto ajeno y distinto de uno mismo. El miramiento es germen inicial y garantía de autonomía futura del infante.5

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Ulloa Fernando, Novela clínica psicoanalítca. Pags 135,136. Editorial Paidos Buenos Aires 1995.

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