Antonia Rodriguez

  • December 2019
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Antonia Rodriguez as PDF for free.

More details

  • Words: 1,790
  • Pages: 2
La unión que exporta calidad Antonia Rodriguez Los pedidos llegan desde Japón Australia, Dinamarca, Finlandia, Colombia, México Chile, son centenas y centenas de mercaderías para exportar. Todo sale desde una modesta casa ubicada en un barrio de la ciudad de El Alto, afortunadamente lejos de la agitación comercial y del tráfico vehicular que delatan un significativo crecimiento poblacional y económico, en esta parte de Bolivia. En un gran galpón, cinco o seis mujeres, tres de ellas con la característica vestimenta de la chola, algunas con sus bebés en la espalda bien sujetos en aguayos que se anudan en el cuello, se afanan para que la mercadería quede perfecta. No sólo porque el cliente es exigente, sino porque ellas mismas son exigentes con su trabajo. Están concientes de que un trabajo mal hecho va en desmedro del buen nombre que tienen sus productos en el extranjero. Durante 16 años esta ha sido la preocupación constante: mantener una buena relación con los compradores. A un lado del gran galpón, en una especie de habitación aislada del resto, está la m e r c a d e r í a . To d o d e b i d a m e n t e contabilizado y con el nombre del destinatario Los artículos que se elaboran son pedidos con anterioridad. El 99% de lo que producen es mercadería para exportación. “Hoy casi no hay nadie porque hace pocos días les entregamos el material y la mayoría está trabajando en su casa”, dice doña Antonia mientras examina un hermoso y colorido tejido de lana. Este es el trabajo que realizan hombres, y en gran mayoría mujeres, de la Asociación Artesanal Boliviana “Señor de Mayo” (ASARBOLSEM). A ella están afiliados grupos de artesanos de todo el país. Los productos que se exportan son variados: desde vestimentas de lana, sombreros, instrumentos musicales, artesanías, productos elaborados de cuero, tejidos, etc., y todo con la característica de la identidad cultural boliviana y el sello de calidad de

“Señor de Mayo”. Esta asociación nació en 1989, bajo el empuje de la que hoy es su Directora Ejecutiva, Antonia Rodríguez, una mujer sencilla en el trato y audaz en los emprendimientos. La frase del filósofo Arquímedes, “Dame un punto de apoyo y moveré el mundo”, parece definir a la perfección el carácter y el arrojo de esta potosina que, desde la ciudad de El Alto, ha logrado que ASARBOLSEM se vincule comercialmente con organizaciones y redes mundiales de comercio. Desde el norte de Potosí hasta la ciudad de El Alto Doña Antonia nació en la comunidad de Duraznos, en el norte del departamento de Potosí. En ese tiempo, y hoy no parece haber cambiado mucho la situación, la vida de las comunidades rurales restringía los años de estudio a los niños. Pero especialmente a las niñas, ya sea porque tenían mayor prioridad el trabajo en el campo, las tareas de casa o como en el caso de doña Antonia, la necesidad de emigrar a las ciudades en busca de lo que todo ser humano aspira, una vida mejor. “A los 10 años emigré a la ciudad de Potosí, nos cuenta doña Antonia, trabajé como empleada doméstica varios años, y estoy orgullosa de ese periodo, porque conocí la relación patrón empleado: algunos me trataban bien y otros no”. Esta misma historia es la de otras mujeres de origen rural, que emigran a las capitales. Algunas no saben leer ni escribir y otras hablan un español entreverado; en estas condiciones se someten a las exigencias del mercado laboral que las cree útiles sólo para el servicio doméstico. Fue en la ciudad de La Paz donde aumentaron para doña Antonia las obligaciones del matrimonio, y con ellas la necesidad de buscar mejores oportunidades de trabajo: “En La Paz nacieron mis hijos.

Para mi esposo y para mi fue ya bastante difícil mantenernos económicamente”. Entonces se unió a un grupo de Club de Madres donde aprendió otro oficio: “Había un curita en el barrio en el que vivía, nos reunió a 8 mujeres y comenzamos con la producción artesanal. Lo que producíamos el cura lo vendía en su país, Suiza, de esta forma yo me inicié en el trabajo”. La década del ochenta y la tragedia del desempleo Es historia conocida que los años ulteriores al despido masivo de trabajadores, especialmente mineros, a mediados de la década del 80, llenó las ciudades de inmigrantes y las calles de desempleados. Hombres y mujeres a los que, a pesar de sus habilidades en el arado, la cría y pastoreo de ganado o en la pica de los socavones, los retos de las ciudades los volvieron incompetentes para el mercado laboral. Muchos buscaron su acomodo en el comercio, en la albañilería, en el servicio doméstico, o en el trabajo artesanal. Después de su trabajo en el Club de Madres, Doña Antonia, con algo de experiencia ganada, fue contratada como técnica por la ONG SEMTA: “Esta ONG capacitó 39 organizaciones en el alto, algunas ya con mercado, alguna eran ya empresas. Pero había un 60 % de personas que eran de Club de Madres, pequeños grupos o pequeñas cooperativas que se habían 1

asociado con el entusiasmo de entrar al mercado. Pero el celo de los grupos grandes no los dejaron, los rechazaban porque pensaban que iban a quitarles el trabajo”. Esos grupos de artesanos, a los que no se les dejaba ingresar en los círculos gremiales, fueron los que fundaron con doña Antonia ASARBOLSEM: “Como estaban un grupo aquí y otro grupo allá, les propuse que nos uniéramos para fundar una organización más grande. Comenzamos con 6 grupos, más o menos unas 80 personas”. Hoy ASARBOLSEM es una asociación con una gran mayoría de mujeres que por sus obligaciones familiares u otras circunstancias no pueden acomodarse fácilmente en el mundo laboral. Mujeres que con su trabajo de artesanía o tejido logran sustentarse a sí mismas y a sus hijos. Entre los afiliados también están personas discapacitadas, y un grupo de hombres y mujeres que desde la cárcel se encargan de elaborar las bolsas de presentación, con el logo de la asociación. Como dice doña Antonia, lo que hacen es unir esfuerzos para la búsqueda de igualdad de derechos y la búsqueda de alternativas de trabajo. Los inicios de la asociación Desde su inicio, ASARBOLSEM se manejó a través de una directiva compuesta por los mismos artesanos. “… teníamos una oficina

hicieron fue conquistar a los pocos turistas que llegaban. Los abordaban en la plaza de San Francisco y les repartían su tarjeta de presentación, fotos, y una versión en miniatura de sus productos. De esta forma el cliente podía sentir la textura y, lo que era primordial, la buena calidad del producto. “Hoy nuestra producción va exclusivamente al los mercados de Europa y Asia. El 99 % es de exportación, el 1% se vende aquí porque a veces por error se queda y siempre hay alguien que viene a comprarnos, aún cuando se queje de los precios. Ese 1 % lo tenemos como venta local pero aquí en nuestra oficina nomás”. Asarbolsem parte del movimiento mundial del comercio justo Hoy la “Asociación de Artesanos Señor de Mayo” es una empresa social con una estructura administrativa, que vela principalmente por manejarse bajo un código de ética. Así como ellos se esfuerzan por ofrecer un buen producto, quieren que así mismo el mercado les retribuya con un precio justo. ASARBOLSEM responde a los lineamientos de un movimiento mundial, que ha surgido como respuesta ante un mercado en el que sobrevive es el más fuerte, pero no siempre el mejor. Es el movimiento mundial del comercio justo, que busca una relación de socios en el comercio “basado en el diálogo, la transparencia y el respeto”.

“Hemos sido muy sabias para promocionar nuestros productos. Empezamos en la zona de San Francisco, donde hay turistas, les regalábamos un paquetito de fotografías con algunos productos que habíamos hecho, esa era la propaganda. Esos turistas volvían a su país y les recomendaban nuestros productos a sus amistades. Ahora ya no buscamos mercado, es el mercado quien nos busca”. que era dos por dos, si venían tres, entraban dos y salía uno”, comenta jovial doña Antonia, al recordar aquellos años en que el optimismo y las ganas de salir adelante se chocaban con un mercado boliviano pequeño, que no estaba en condiciones de pagar un precio justo por sus productos. Pero como los productos artesanales son muy apreciados en el extranjero, lo que

Este movimiento busca cambiar las reglas tradicionales del mercado internacional, donde el que recibe el mayor beneficio es el intermediario. Éste es como el humo irritante y oneroso en el camino, que impide que productores y consumidores entren en una franca comunicación a través del producto. Con el comercio justo, productores y consumidores velan por el desarrollo

sostenible, por el respeto a los derechos de los trabajadores, por la equidad de género, por el respeto al trabajo de las comunidades indígenas sin que deba costarles la perdida de su identidad cultural.

Con ganas de seguir creciendo Durante estos 16 años, ASARBOLSEM ha sido la primera asociación en recibir el certificado de exportación de la Cámara de Exportadores. Actualmente es miembro de la IFAT (International Federation for Alternative Trade), y ha recibido el reconocimiento del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) por ser una empresa social modelo en Latinoamérica. Después de estos 16 años los miembros de Señor de Mayo quieren seguir creciendo, no sólo porque el mercado se ha hecho grande y ellos actualmente no están en la capacidad de abastecer todos los pedidos, también porque saben que las necesidades de empleo en el país son cada vez más urgentes. En este sentido Juan Carlos, uno de los encargados de la parte administrativa, explica: “La capacidad de producción de Señor de Mayo, debe ser de medio millón de dólares como máximo, pero recibimos pedidos por 3 ó 4 millones. Una de las tares que más hacemos aquí es disculparnos ante la gente que nos hace llegar sus pedidos, y eso es una pena porque en cualquier lado que veas vas a ver desempleo; los dirigentes de Señor de Mayo son muy responsables y muy honestos al decir que no se va a enviar productos que no cumplan con la calidad que nuestros clientes conocen. Llegar a esa calidad nos ha costado 16 años de trabajo”. El objetivo que tiene actualmente la asociación es que se replique el éxito que han alcanzado hasta ahora, pero sin necesidad de esperar otros 16 años para ello. “Con la ayuda de AVINA estamos acortando el tiempo a 3 años, creemos que es posible. Estamos apostando con ellos para ampliar la producción, así peleamos contra la pobreza y la falta de empleo”.

2

Related Documents

Antonia Rodriguez
December 2019 21
Antonia
November 2019 25
Antonia
October 2019 25
Examen Antonia
October 2019 24
Antonia Arrobas
November 2019 33
Antonia Heredia
August 2019 15