Anhelo De Comunidad

ANHELO DE COMUNIDAD Algunas aproximaciones a las experiencias de las comunidades laicales en la Congregación. Manuel Lozano Una de las grandes preocupaciones dentro de la Rama Secular en sus inicios era cómo lograr la integración teniendo en cuenta que teníamos experiencias comunitarias “distintas”. El tiempo transcurrido va dando cuenta que gracias a Dios, todos nosotros vivimos por sobre todas las diferencias de forma, un mismo anhelo de comunidad, el mismo que ha hecho posible nuestro avance personal y comunitario dentro de la Congregación. Esto que califico ahora como anhelo puede muy bien ser un ideal de comunidad, el mismo que hemos venido madurando en compañía y en soledad : en compañía porque no hubiéramos podido madurar sin el aporte de nuestros hermanos y hermanas, quienes han venido alimentando este proyecto con sus propios testimonios y visiones de Iglesia, en soledad porque entre una y otra presencia , también hemos tenido períodos de soledad en los cuales hemos experimentado también este protagonismo ahora incipiente pero lleno de amor a la Iglesia y a nuestra familia ss.cc. Es muy cierto que la comunidad es un proceso, en el cual vamos nosotros incorporando a nuestra vida esos rostros, esas palabras que luego se vuelven familiares, que son los integrantes de nuestra comunidad, en donde encontramos la revelación de la Palabra de Dios para todos nosotros. Llegamos a un nivel muy interesante de comunicación y de ayuda, que muchas veces es mas valorado que el de los familiares más próximos. Sin embargo, esos momentos comunitarios también están matizados con otros, en donde prima la confusión y a veces, la discusión. La comunidad es entonces también una experiencia humana, en donde apreciamos en un nivel profundo todo nuestro ser, un ser que está llamado al testimonio del amor de Dios. La comunidad es también fraternidad y perdón. Jesús nos regaló una dinámica creyente que nos invita a pensar más allá de nuestras cuatro paredes en donde se desarrolla nuestra reunión. La comunidad de los discípulos escucha al Maestro y responde de cara a su pueblo, sumando cada día más integrantes a su dinámica. La comunidad es también contagiante, lejos de ser una experiencia críptica, marginal, está llamada a vivir expuesta a la gente, que con esperanza en la Vida encuentre en esta comunidad una manera de apostar por la Vida plena. En María la comunidad se vive desde lo cotidiano en comunión con la historia y con el otro, nuestras comunidades están invitadas a ser acogedoras pero reales, no cárceles de espiritualismo, sino ollas de fraternidad y de Reino. El anhelo de comunidad desde esta perspectiva es vivido en nosotros, y no debe desviarnos ni las cosas que ocurren dentro de la comunidad, sean estas positivas o desfavorables. La comunidad es uno de los regalos que nos dá el Espíritu, y que nos permite ser fieles al Evangelio, porque estamos seguros que sólo el Amor nos salva, a pesar de todas las seguridades que a veces queremos tener para anunciar el Evangelio. Nuestras comunidades tienen una gran misión : la de dar la Vida por Amor, y en eso se deposita toda nuestra dinámica de apostolado, y finalmente es ese mismo Amor el único que justifica nuestra pertenencia a nuestra pequeña comunidad. En ese anhelo de comunidad nos encontramos felizmente todos: hombres y mujeres, laicos y religiosos, casados y solteros, un ideal que bendecido por el Espíritu Santo viene guiando a nuestra familia ss.cc. inclusive a veces, a pesar de nosotros mismos. Los invito a seguir dejándonos llevar por el Espíritu del Señor que al parecer nos lleva a pensar que nuestras comunidades tienen fronteras sólo en el límite de nuestro amor , que si es gracia del Señor, es sin duda un amor sin medida. CONVERSEMOS : a) ¿Cómo es mi ideal de comunidad? ¿Cuánto de ese ideal comunico? ¿Qué lo impide? b) ¿Cuáles son las “fronteras” en tu comunidad? ¿Han conversado alguna vez al respecto? c) ¿Cómo podemos seguir creciendo en “unidad en la diversidad”, en mi entorno, en mi familia, en mi comunidad, en la Congregación , en la Iglesia, en el país?