AMAR A CRISTO ES GUARDA SU PALABRA Jesús dijo, si un hombre me ama MI PALABRA ha de guardar (obedecer y poner en práctica), (Juan 14:21-23,24); también en el sermón del monte enseño que el hombre sabio que construye su casa sobre la roca, es aquel que escucha la Palabra y la pone en práctica, pero el que solamente escucha y NO la pone por obra (obedece) es semejante a un hombre necio que edifica sobre la arena. (Mateo 7:24-27). En esto se evidencia la fe verdadera, en obedecer La Palabra de Dios. El leer la palabra sin llevarla a la práctica, sin dejar que moldee nuestro carácter y cambie nuestra conducta y nuestra vida, hará que nos engañemos creyendo que conocemos a Dios cuando realmente no es así, creyendo que tenemos una relación con El de Padre a hijos cuando realmente no es así; y pensando que le agradamos y tenemos asegurada entrada al cielo cuando realmente NO es así. ¿Cómo reaccionamos ante la Palabra de Dios?, esa es la prueba de si nuestra fe es autentica. Santiago nos exhorta a ser HACEDORES de la Palabra, y no solamente oidores que se engañan a sí mismos. Ser hacedor de la palabra implica el recibirla como lo que realmente es: La Palabra del Dios viviente, dándole la importancia debida y guardándola con obediencia. No existe virtud alguna en poseer una Biblia y leerla como literatura, si no existe el deseo de conocer la voluntad de Dios en su palabra y la disposición de obedecerla. La obediencia NO es perfección impecable, pues todos tropezamos y caemos, la obediencia es la disposición a amar y obedecer La Palabra de Dios aun a pesar de nuestra debilidad.